El próximo Domingo 22 de noviembre
Ahora unas palabras de Freddy Ordaz sobre su muestra:
Freddy Ordaz enmarcado
Es una confrontación del hombre con el entorno. Tomo un elemento y lo integro a mi obra, creando una tensión en el espacio de carácter armonioso que a pesar de su evidencia destructiva recrea un dinamismo ordenado, constituyéndose en una obra agradable.
Mi trabajo radica sobre la ciudad agredida donde se conjugan el presente y el pasado. Las ciudades contemporáneas se convirtieron en mecanismos de destrucción del alma, basta con mirar un edificio en ruinas, esas casonas solas de techos fúnebres del siglo pasado, de ventanales que golpean memorias, los vidrios destrozados de las paradas de autobuses, por manos duras de penas, caos vehicular, el revestimientos de algunas paredes que rotulan huellas cruzadas, la explosión demográfica y el descenso de nivel de la calidad de vida física y psíquica se nos presenta como una amenaza real, somos victimas y esclavos de esa ciudad productiva.
El hombre de la ciudad no convive con la naturaleza, por el contrario, la destruye, contamina los ríos, el ambiente, la basura cada día se convierte en un problema irresoluble y de salud pública.
Con esta muestra pictórica estoy brindando visualmente fragmentos de casonas despojadas de clemencias lastimeras. En ciudades donde el salvajismo urbano tiene su “cuartel”. La tierra apisonada de esas moradas vacías donde grietas avanzan inexorablemente con el tiempo devenir que anuncian como existencia una realidad. Creemos que por vivir en ellas sabemos usarla, pero resulta excesivo. Quizás los habitantes citadinos hemos determinado que en ciertos lugares de la ciudad nos provoquen un estado de depresión, irritación y hasta pasividad. En toda urbe hay quienes la agredan y quienes la dignifican.
Así pues, he querido dedicar a la ciudad esta exposición he invitarlos a todos que nos envolvamos con la idea de una ciudad humana que resulte inusitadamente interesante, no sólo por el tema, sino también por representar una síntesis de un trabajo vinculado a la ciudad develando los rostros agredidos, de los cuales cada espectador pude hilar su propio rostro para sentirse digno o culpable.
Busco que el espectador sienta visual o tactilmente sensaciones vividas o acercarlo para que complete una referencia
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