martes, 1 de enero de 2013

"Aquí lo que ha faltado es gobernar con el ejemplo. Ha faltado austeridad".

Entrevista al escritor venezolano Don Pedro Berroeta




Silenciosos compañeros de ruta

Hoy le obsequiamos una entrevista realizada en 1993 al  entrañable escritor Don Pedro Berroeta Morales. (Zaraza, estado Guárico, 1914 - Caracas, 1997) . Don Pedro fue durante 3 años (1976-1979) presidente de la televisora estadal VTV. Es recordado como el agradable anfitrión, durante muchos años, del desaparecido programa matutino "La Entrevista de hoy" y el moderador del program nocturno "Analísis" transmitidos por la ya mencionada televisora. En 1993 le fue otorgado el premio nacional y municipal de narrativa. Algunas de sus obras son Marianik (1945), Instantes de fuga (1948), La Leyenda del conde Luna (1956), El Espía que vino del cielo (1968), La salamandra (1977) y Natasha te quiero tanto (1981)



Hoy en este modesto lugar le recordamos con afecto. Y esperamos que esta entrevista sirva para llenar un poco el vacío de información existente sobre Don Pedro en la red. Venezuela, es un ps generoso con el olvido. Personas honestas y gran talento son desechadas de nuestra historia grande y pequeña sin gran problema y sin ningún remordimiento. Por eso aderezamos esta entrevista con algunos enlaces que hablan de don Pedro Berroeta, para serles sinceros son los únicos que hallamos en la red con suficiente información sobre él.

 

Esperamos disfruten de la entrada.

 

Richard Montenegro

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Pedro Berroeta: Vivimos una maravillosa Crisis de Crecimiento


Miriam Freilich /Fotos: Alejandro Toro















Don Pedro cree en la reencarnación. Es profundamente místico y no teme a la muerte pero sí al sufrimiento y  dejar a la gente que ama. Incisivo, equilibrado, culto, proyecta una imagen neta de intelectual. Cuando sonríe suavemente -no se permite estridencias- le sale la parte niña que, dice, conserva intacta. Ya no fuma pipa pero sí cigarrillos y continúa usando sus famosos "cuellos de tortuga" que comenzó a ponerse por comodidad: elimina la dependencia de camisas almidonadas y de corbatas. Le encanta -y lo confiesa sin ambages- la rutina.




Está en la línea fronteriza de los 80: el 30 de agosto cumple 79 años, lúcido, sobrio y erguido a pesar de las molestias que le causa una presunta enfemedad muscular que lo humilla porque le impide hacer sus semanales ejercicios de natación en Playa Azul. Comenzó a sentirse mal el 27 de noviembre del año pasado y no era para menos porque desde su casa, invadida por las fuerzas gubernamentales, disparaban hacia su otra casa: Venezolana de Televisión. Eso le produjo un gran "stress" y enseguida, la tristeza en las fibras de su cuerpo. "Yo creo que fue la gota que rebasó el gran cansancio que tenía acumulado". A la familia Berroeta -Pedro, Elizabeth y Diana, la hija de ambos- además, les dejaron de recuerdo una gorra militar y unos cuantos casquillos de balas disparadas.

Don Pedro Berroeta. Fotografía de Alejandro Toro.



Es difícil hacerlo hablar de su niñez y juventud. Huye. Con él es posible conversar sobre ideas y conceptos. Frecuentemente se refiere a sus mejores amigos –los libros- donde encuentra universalidad. Comenta que le gusta la gente sencilla, la gente que ama la vida, la gente buena, el deporte.


Vuelta de hoja

Es el único varón y el tercero de los cuatro hermanos habidos en el matrimonio de Candelaria Morales y Miguel Berroeta. Los antepasados vascos de Pedro Berroeta fueron cofundadores de Zaraza (siglo XVII) donde su abuelo Pedro construyó, entre 1865 y 1870, "La Berroetera". -¿De qué se ocupaba su padre?

 -Mi padre tenía una destilería de aguardiente y eso le causaba pro­blemas con Gómez. Se iba a caer a tiros con el jefe civil, lo iba a poner preso y se refugió en casa y nos sitiaron. No dejaban pasar comida ni nada hasta que vino una comisión encabezada por el obispo y los notables y le dijeron a mi papá que se entregara. Lo llevaron a la cárcel y, a los dos días, lo soltaron.

 Interviene la esposa de don Pedro, para contar que, por la noche, los vecinos del pueblo le pasaban comida por los muros. A raíz del incidente, la familia Berroeta Morales decidió trasladarse a Caracas. Entonces era muy distinguido -cuenta- vivir en el centro por lo cual se instalaron en una casa entre las esquinas de Pelota y Abanico. El padre se dedicó al comercio.

-Yo estudié en el Colegio San Pablo. Hace poco hice un programa con los jesuítas y les comenté que mi padre me preguntó dónde quería estudiar, si en un colegio de curas o en uno laico, y yo contesté enfática­mente "en uno laico". Me llama la atención que a los 9 años yo dijera eso. Desde esa época yo estoy cuadrado como a la izquierda y de tanto estar allí, me fui quedando sólo hasta que descubrí que los jesuítas; estaban al lado mío. Se sonríe picaramente y agrega: -Yo conservo un enorme porcentaje infantil y eso es lo que hace que mucha gente me quiera, porque primeramente, no juzgo jamás. He sido jurado de premios literarios pero me ha costado mucho trabajo porque hay que ver todas las esperanzas que están puestas en una novela o en un cuento para que llegue un individuo y diga que es una porquería...  







Ha viajado mucho pero no es una actividad que lo motive demasia­do. Por eso, dice, desde que salió de Zaraza, a los 9 años de edad, no ha vuelto. ¿Le tiene miedo a los aviones? 

-No, a lo que le tengo miedo es a la superficialidad, a lo que yo llamo el "donjuanismo geográfico". Cuando uno viaja, es mentira que conoce, uno lo hace cuando vive de verdad, en los lugares. A mí, lo que me interesa es la gente auténtica, me importa un comino un museo.

-Quisiera que contara un poco de su infancia y cómo fue a dar a Europa a los 18 años de edad y cómo fue que devino en periodista, diplomático, escritor, dramaturgo y publicista si lo que comenzó a estudiar fue agronomía y luego derecho, que no le gustó.

-Yo tenía un ansia enorme de conocer Francia... Lo de la agronomía... es que en esa época yo era un adolescente y estaba impresionado por una película soviética: "La línea general" y yo creía que el porvenir mío tenía que ser con toda esa gente y con la tierra, con los campos pero al poco tiempo de estar en el Instituto Agronómico de París, me di cuenta de que lo que quería era ser periodista.





Graduado en la Escuela de Altos Estudios Sociales, trabajó en la Radio Mundial para América Latina y la consecuencia fue que tuvo que salir de Francia, por Burdeos, a pie, la víspera de la entrada de los alemanes. Luego, a su regreso, los alemanes le pidieron que siguiera y se negó. Se fue a Nueva York con tres dólares en el bolsillo:

-En París había conocido a un judío llamado Hershfeld, quien tenía una agencia de publicidad. Lo llamé para saludarlo y le dije que estaba de paso. Me ofreció ser corresponsal del "Diario de la Marina" y "Carteles" en Nueva York. Luego, la gente del Comité de Liberación de Argel, me ofreció un puesto de corresponsal de Brazaville -ya estaba liberada- pero no quise. Regresé y me encontré con Carlos Eduardo Frías, quien acababa de fundar ARS donde me ofreció traba­jar. Eramos tres personas: Carlos Eduardo, Fabbiani Ruiz y yo, además del administrador. Allí estuve hasta el año 46, cuando me nombraron Agregado Cultural en Francia.





 -En ARS era creativo. ¿Recuerda alguna campaña suya, algún slogan?

-Fui uno de los fundadores de Pro-Venezuela y cuando hubo aquella cuestión contra los extranjeros, creé aquel slogan que decía "No importa dónde se nace, lo que importa es dónde se lucha" y otro: "Comprar contrabando es comprar miseria".

 -¿Cómo conoció a su esposa?

 -Yo era secretario de la delegación venezolana en Berna, Suiza, y Elizabeth -quien es de Basilea- estuvo en esa ciudad, nos conocimos en una fiesta en la Embajada de Inglaterra. En esa época, ella era sumamente hippie y me llamó mucho la atención porque tenía puestas unas medias verdes escandalosas, ja, ja, ja. Era el año 46, nos casamos al año siguiente y me está aguantando desde hace casi 50 años. Nuestra hija nació en Estocolmo, Suecia.



 Su carrera diplomática comenzó con el cargo de Agregado Cultural en Francia, y fue ascendiendo: Segundo Secretario en Suiza, lo mismo en Estados Unidos, Primer Secretario encargado de Negocios en Suecia, Noruega y Dinamarca, Primer Secretario en París y Consejero encargado de negocios en Ecuador.Tiene varias condecoraciones, entre ellas la de la Legión de Honor, la Orden de Gustavo de Suecia, otra del Ecuador, Yugoeslavia. La vida diplomática de don Pedro se truncó por decisión propia:

 -No se tienen raíces en ninguna parte y eso fue lo que me incitó a romper mi carrera y venirme de nuevo a Venezuela. Yo gané un premio de no­velistas inéditos de la Cámara Venezolana del Libro con "La leyenda del Conde Luna" (1955) y uno de los miembros del jurado salvó su voto porque "la novela no era venezolana". Yo comprendí lo que había en el fondo de eso: era que estaba expresando un ambiente en el cual yo vivía, Francia, Europa. Le dije a Elizabeth: nos vamos para Venezuela. Hay que tener raíces en alguna parte.

 Luego, publicó "El espía que vino del cielo" (1968), "La Salamandra" (1973), "Migaja" (1976). En 1981, "Natacha te quiero tanto" y cinco años después, "Pequeño relato nocturno". En agosto de 1992, apare­ció su novela "La huella del pez en el agua" (Editorial Planeta, Biblioteca Andina). Desde hace muchos años es colaborador de El Nacional y El Diario de Caracas. Notas cortas y profundas. Fue el primer presidente de Venezolana de Televisión, cuando la planta fue adquirida por el Estado (1974) tras rechazar la oferta de dirigir la OCI.

Ya venía realizando "La Entrevista" en un canal privado que le fue ofreci­da cuando Sofía y Carlos Rangel se fueron para Londres. Recuerda con picardía que lo primero que le preguntó el oferente del espacio fue que si era agresivo y le contestó que no: -Aceptó que no fuera agresivo. Yo empleo la táctica socrática y la de los niños. No hay nada más terrible que las preguntas de los niños. Yo en televisión hago como en la literatura: disfrazo las manifestaciones con ropajes que a veces pueden pare­cer banales pero que no lo son.


El País de hoy

Conversamos sobre la idiosincrasia del venezolano, de los padecimientos de Francisco de Miranda quien no comprendía el "bochinche" y comen­tamos entonces, cómo hacer para echar a andar el país.

 -A nosotros nos están imponiendo esquemas que quizá no correspondan con la idiosincrasia venezolana. Aquí nadie se ha preguntado para qué servimos nosotros. El venezolano sigue siendo un conquistador en una tierra que no es su patria porque no la sabe arriar.

-¿Para qué servimos?

 Hace poco escribí un artículo: "Irreflexiones sobre los venezolanos" donde yo digo que un pueblo debe servir para ser feliz. Ahora: cada uno tiene su manera de ser feliz. Todos los problemas de América Lati­na son producto de la importación de esquemas de conducta y de vestir que no se corresponden con nosotros. Hay que hacer borrón y cuenta nueva.

 -Hoy se habla de "globalización", integración, interdependencia económica y las comunicaciones nos hacen universales al instante...

-Podríamos hablar de eso durante 20 horas... pero le voy a poner un ejem­plo. Cuando nos casamos, Elizabeth me dijo: "Tú eres un escritor y yo haré todo lo posible para que tú puedas vivir como un escritor". Nunca me exigió que tuviéramos tres automóviles, cuatro sirvientas ni que viviéramos en el Country Club. Hay que ser coherentes y saber para qué sirve uno. Yo sirvo para escribir. Me gusta la música y tocaba un poco de órgano, me gusta la pintura, la fotografía... pero me pregunté qué es lo que hago mejor o menos mal y decidí dedicarme a escribir y procurar que me pagaran bien para poder pagar el plomero...



-¿Qué opina de la crisis que estamos viviendo?

-¡Estamos viviendo una maravillosa crisis de crecimiento! Lo constato diariamente en las entrevistas que hago, que son para políticos... Yo siempre he dicho que por grande que sea un río, está hecho de pequeñas gotas... los individuos son los que hacen los países, con su fe, sus ganas de luchar

-¿Qué camino tomar para que la crisis de crecimiento -con sus dolores- no se convierta en una enfermedad crónica?

-Saber que este pueblo y esta tierra es de nosotros. Saber que Primer Mandatario no quiere decir Primer Mandamás sino que es un servidor público puesto allí por nosotros para servirnos a nosotros y no para servirse de nosotros. Eso se logra sólo a través de la educación.

-¿Con maestros mal pagados y muchas veces mal preparados?

 -Hay que pagar a los maestros. Considero que los seres más importantes para la formación de un ciudadano son los padres y los maestros y a éstos hay que pagarles para que puedan consagrarse con placer a la enseñanza.

-Sabemos que 52% de los niños no tienen padres responsables...

 -Yo diría que éste es un país matriarcal y tengo un profundo respeto y admiración por la mujer porque uste­des son generosas y nacieron gerentes. Aquí lo que ha faltado es gobernar con el ejemplo. Ha faltado austeridad.

Don Pedro Berroeta. Fotografía de Alejandro Toro.


 Y aparece en la conversación el soñador que hay en don Pedro:

 -Estoy convencido de que ese sexo brutal de hoy va a desaparecer, la gente va a redescubrir el romanticismo, la ternura, los poemas de amor a la mujer amada.

-Lo que algunos califican como "cursi"... ¿Cuáles son los valores fundamentales para usted como ser humano?

-Todas mis ideas son medio "cursis". Por ejemplo, considero que hay que reivindicar la palabra "Patria", que estuvo tan devaluada, la segunda cosa, es tratar en lo posible de ser uno mismo. A veces participo en algunos seminarios de una petrolera donde me invitan a hablar sobre la TV, y allí he dicho que me da la impresión de que la educación consiste en hacer de un ser perfecto, chatarra: quitarle a uno la personalidad y la individualidad para amoldarlo al comportamiento convencional. Lo que estamos viviendo hoy es el renacimiento del individuo: hay que destruir a las masas para sacar de esas masas al hombre. Como pasó en el Renacimiento. El fracaso de la URSS es el índice de la transformación total de la tierra. Y estar siempre dispuesto a esa cosa maravillosa que es hacer el bien porque es un placer-Ayudar.

Pedro Berroeta lamenta no tener 30 años menos porque le interesa mucho el movimiento ecológico que se está suscitando en el mundo:

-Tiene una significación humana muy trascendente porque es una nueva conciencia. Nosotros somos herederos de la cultura judeo-cristiana que divide al ser humano en cuerpo y alma. EI cuerpo es malo y el alma es buena... y yo no creo eso: ambas cosas las creó Dios para que las disfrutemos al máximo.

-¿Hay algo que hubiera querido ser y no ha podido?

-Lo único que no he podido es ser un escritor famoso, pero aparte de eso, todo lo que he deseado, lo he tenido.

-Prestigioso sí es don Pedro...

 -Famoso por la televisión: yo soy un detergente... ja, ja, ja...

Nota de la redacción: El 1º de septiembre Pedro Berroeta recibe la Orden de El Libertador en grado de Gran Oficial, merecidísimo reconocimiento que le fue impuesto por el Presidente de la República, Ramón J. Velásquez, por su larga trayectoria en pro de la sociedad venezolana, invitando siempre a la reflexión y a la rectificación.

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Síntesis bioliteraria de Pedro Berroeta


Pedro Berroeta (Zaraza, estado Guárico, 1914 – Caracas, 1997)
Narrador, poeta, dramaturgo y articulista. Licenciado en periodismo (Escuela de Altos Estudios Sociales de París). Prestó servicios en el cuerpo diplomático: Fue agregado cultural en Francia, 2º secretario en Suiza y estados Unidos, primer secretario en Suecia, noruega, Dinamarca y Francia y Consejero encargado de negocios en Ecuador.
Distinciones obtenidas:
 Segundo premio del concurso de cuentos del diario El Nacional (1948) con “Un instante en fuga”. Segundo premio del concurso de cuentos del diario El Nacional (1952) con “La Forastera”. Tercer  premio del concurso de cuentos del diario El Nacional (1954) con “La Invitación”. Mención honorifica en el VII concurso de cuentos del diario El Nacional  con “Demetrio y el niño”.
Premio de novela de la cámara venezolana del libro (1955) con “La Leyenda del Conde Luna”. Premio del concurso internacional de novela “Simón Bolívar” de la asociación de escritores de Venezuela con “La Salamandra”. Premio municipal de literatura, mención narrativa (Caracas, 1993) con “La huella del pez en el agua”.
Estudios monográficos y ensayos:
 Rómulo Betancourt: Los años de aprendizaje (1987).
Obras traducidas a otros idiomas:
La Salamandra (1983, traducida al polaco).
Obra narrativa:
 Suma (1945, cuentos); Marianik (1945, 1972, cuentos); La leyenda del Conde Luna (1955, novela); La Salamandra (1972, 1974, 1977,1982, novela); Migaja; lectura para descansar en la playa (1975, novela); Natacha te quiero tanto (1986, novela) Pequeño cuento nocturno (1986, novela); La huella del pez en el agua (1992, novela).
Obra poética:
Mientras las brazas duermen (1947); La sagrada blasfemia (1947); Las mismas manos (s.d)
Obra teatral:
 Jonás (1956); Los muertos no pueden quedarse en casa (1959); La farsa del hombre que amó dos mujeres (1961).


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La huella de Pedro Berroeta-Viajando por Venezuela


 





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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.

Enlaces relacionados:

Pedro Berroeta: novelista de transición

Pedro Berroeta se marchó humilde como un llanero
 


Pedro Berroeta nos dejó hace quince años 



 

6 comentarios:

  1. Aplaudo esta iniciativa que aúpa la memoria nacional y la reivindicación de nuestras grandes voces. Recordemos también que Don Pedro hacía de las suyas en virtud de su agudeza intelectual: A él se le "debe" el cierre temporal del programa Primer Plano, conducido por Marcel Granier y transmitido por la extinta RCTV, el cual ocurrió en la presidencia de Jaime Lusinchi. Ante la dudosa y vehemente crítica de Granier al Acuerdo de Refinanciamiento de la Deuda Externa Venezolana, Berroeta respondió que los funcionarios gubernamentales que gestaron tan espantoso y desventajoso acuerdo deberían ser fusilados por traición a la Patria. Por supuesto, al entrevistador se le aflojó la corbata -o mejor aún, se le estiraron las elásticas- aduciendo que no quería llegar a tan radical conclusión. Pedro Berroeta, además de su inteligencia, se destaca por su honestidad y su valentía intelectual. Un abrazo para ti y tus lectores.

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    1. Gracias José Carlos por tu comentario. En la medida de lo posible este espacio comparte lo mejor de Venezuela para los venezolanos y el mundo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. LiPo dijo...

    Gracias José Carlos por tu comentario. En la medida de lo posible este espacio comparte lo mejor de Venezuela para los venezolanos y el mundo.

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  4. Pedro Berroeta aparece como personaje en la novela breve de Carlos Sandoval: EL CÍRCULO DE LOVECRAFT (Lugar Común Editores, Caracas, 2011).

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