miércoles, 18 de diciembre de 2013

TODO CONOCIMIENTO ES INÚTIL CUANDO NO HAY TRABAJO

El trabajo es amor hecho visible

por Khalil Gibran




En Venezuela a los libaneses y sirios se les llama turcos. La razón de que se le denomine así es porque los primeros libaneses que llegaron a nuestro país en 1899 a Puerto Cabello, Estado Carabobo llevaban pasaporte turco. En esa época Líbano era parte del Imperio Turco y 114 años despues se les sigue llamando así a ellos y cualquier persona de habla árabe en esta tierra de gracia.


Aquí los inmigrantes usualmente comienzan a llenar nichos económicos específicos, así que es usual que la gente asocie a los portugueses con las panaderías, a los italianos con el negocio de construcción, a los chinos con los supermercados y libaneses y sirios con el comercio y la zapatería.

Rafael Urdaneta

La comunidad siriolibanesa fue muy activa culturalmente en Valencia, tanto así que durante muchos años llegaron a editar una revista cultural llamada Oriente, donde se podía apreciar los mejores trabajos de escritores venezolanos y extranjeros. Hace mucho tiempo que esa revista desapareció del panorama cultural local. En 1911 con motivo del centenario de la independencia de Venezuela la colonia siriolibanesa donó a la ciudad de Valencia una estatua del prócer Rafael Urdaneta ubicada por mucho tiempo en una plazoleta en frente de la Cámara de comercio de Valencia. Este monumento fue retirado de allí debido a los milenarios trabajos del metro que se vienen realizando.

Omar Shariff


Si se le preguntara a la gente por un escritor libanés conocido por ellos, lo más probable es que se rascaran el mentón un momento, miraran hacia el cielo y en le mejor de los casos dijeran con mucha seguridad Omar Shariff. Sucedería algo similar si llegásemos a preguntar por Yibrán Jalil Yibrán y probablemente dirían que no conocen a ese escritor. Pero si le preguntásemos si conocen algunos de estos estos libros: El Profeta, El jardín del Profeta, El Maestro, La voz del Maestro, El Loco, Jesús, el Hijo del Hombre, Alas Rotas muchos reconocerían por lo menos un título y dirían que lo habían leído. Y más de uno remataría que el autor es KHALIL GIBRAN , transliteración inglesa del árabe,  pronunciada tal como se lee en castellano. Puede parecer increíble pero muchisima gente leyó y lee al escritor libanés Yibrán Jalil Yibrán sin saber que su nombre se pronunciaba así o que era libanés. Y el tiempo pasa pero sus libros siguen siendo buscados y recomendados. Lo podemos asegurar porque un par de días atrás se nos acercaron algunas personas preguntándonos donde podría comprar los libros de KHALIL GIBRAN y nosotros aprovechamos la ocasión para hacer nuestra buena acción diaria y favorecer el contacto entre las librerías y las personas que muchas veces sienten temor al entrar en ellas.


Hoy compartimos con ustedes un trozo de El Profeta, de Yibrán Jalil Yibrán el escritor libanés mas conocido en Venezuela, que versa sobre el trabajo.

Esperamos disfruten de la entrada.

Richard Montenegro

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Un joven KHALIL GIBRAN



Un labrador pidió: “Háblanos del Trabajo”.

Y el Maestro respondió, diciendo:

Trabajad para que podáis conservar la paz con la tierra y con su alma. Porque el permanecer ocioso es volverse un extraño para las estaciones, y dejar la procesión de la vida, que anda con majestad y orgullosa sumisión hacia el infinito.

Cuando trabajáis os convertís en una flauta a través de cuyo corazón se transforma en melodía el murmullo de las horas. ¿Quién de vosotros desearía ser una caña, muda y silenciosa, mientras todo lo demás canta cual un coro al unísono?

Siempre se os ha dicho que el trabajo es una maldición y la labor una desgracia. Pero yo os digo que cuando trabajáis cumplís con una parte del sueño más remoto de la tierra, el cual os fue asignado cuando ese sueño nació.

Y trabajando estáis, en verdad, amando la vida. Y el amor a la vida por medio del trabajo, es intimar con su secreto más hondo.

Pero si en vuestra aflicción llamáis dolor al nacimiento y al sostén de la carne una maldición impresa sobre vuestra frente, entonces yo os advierto que nada que no sea el sudor de vuestra frente podrá borrar lo que en ella ha sido impreso.

También se os ha sido dicho que la vida es oscuridad, y en vuestro cansancio os hacéis eco del jadear del fatigado. Y yo os advierto que la vida es, efectivamente, oscuridad cuando no hay un impulso. Y todo impulso es ciego cuando no hay conocimiento. Y todo conocimiento es inútil cuando no hay trabajo. Y todo trabajo es vacío cuando no hay amor.

Porque cuando trabajáis con amor estáis en armonía con vosotros mismos, y con los otros, y con Dios.

¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer la tela con hilos sacados de vuestro corazón, es como si vuestro ser más amado tuviera que vestirse con esa tela.

Es construir una casa con cariño, como si vuestro ser más amado hubiese de morar en ella.

Es sembrar con ternura y cosechar con gozo, como si vuestro ser más amado hubiera de comer su fruto.

Es impregnar todas las cosas que efectuáis con el aliento de vuestro propio espíritu. Y saber que todos los muertos benditos se alzan frente a vosotros y os miran.

Con frecuencia os he oído decir, como si hablaseis en sueños: “El que trabaja el mármol, y talla la forma de su alma en la piedra, es más noble que aquel que ara la tierra. Y el que se adjudica el arco iris para plasmarlo en un lienzo y convertirlo semejante al hombre, es más valioso que aquel que hace las sandalias para nuestros pies”.

Pero yo os aseguro, no en sueños, sino en la vigilia del mediodía, que el aire no habla con más dulzura a los robles gigantescos que a la minúscula brizna de hierba. Y sólo es grande aquel que convierte la voz del aire en un cántico que su amor hace más dulce.

El trabajo es amor hecho visible. Y si no podéis trabajar con amor, sino tan sólo con desagrado, será preferible que dejéis de trabajar y toméis asiento a la entrada del templo y recibáis limosna de los que trabajan con alegría.

Porque si cocináis el pan con indiferencia estáis cociendo un pan amargo que alimenta sólo a medias el hambre del hombre. Y si pisáis las uvas con disgusto, vuestro murmurar destila veneno en el vino. Y si cantáis, aunque fuera como los ángeles, pero no amáis el canto, estáis entorpeciendo los oídos de los hombres para las voces del día y las de la noche.

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KHALIL GIBRAN


KHALIL GIBRAN, El profeta. Obras completas, Ediciones Bosmar, 1980. FD, 29/06/2007.

Tomado de Filosofía Digital 


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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.


2 comentarios:

  1. Excelente texto de K. Gibran, como la mayoría de sus escritos, justo, muy pertinente, didáctico....................saludos y gracias.

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  2. Gracias Rolando por comentar la publicación :)

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