lunes, 9 de mayo de 2016

“No sé si el teatro llegó a mí o yo llegué al teatro”

Una entrevista al dramaturgo cojedeño José Daniel Suárez



José Daniel Suárez 

Estimados Amigos

Hoy compartimos con ustedes esta entrevista al dramaturgo venezolano, nativo del estado CojedesJosé Daniel Suárez realizada por el escritor Francisco José Aguiar. La entrevista fue publicada el 23 de abril de 2016 en el diario Ciudad Cojedes.

Deseamos disfruten la entrada.

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José Daniel Suárez: “No sé si el teatro llegó a mí o yo llegué al teatro”

Francisco José Aguiar: ¿Cómo llega usted al teatro?

José Daniel Suárez: No sé si el teatro llegó a mí o yo llegué al teatro. Las dos cosas se dan. Primero porque uno llega a la representación, después de esa noción es que se llega al arte, a la infraestructura. Cuando llego a Valencia aquí ya había hecho algunas representaciones, pero nadie las había mencionado como tal. Vine a ver teatro cuando en el Salón Múltiple Andrés Bello presentan la obra Un solo de saxofón, dirigida por el maestro Laurencio Gallardo Vega, pero no tuve la oportunidad de participar activamente porque el maestro no creía que los niños y los jóvenes podían hacer teatro. 

Luego cuando voy a Valencia e ingreso a la coral sanabriense (del liceo Martí J, Sanabria) . . . la coral sanabriense era dirigida por Federico Núñez Corona y por William Alvarado (grandes figuras de la música venezolana). Pero llegó al liceo el maestro Romer Serrudo. ¡Entonces me emocionó el hecho de representar! También llegó Alexis Montes Oropeza y nos fuimos a girar por toda Venezuela. 

Hice teatro infantil. . . se adaptaban los cuentos de José Rafael Pocaterra, de Enrique Mármol. Se hizo La balandra Isabel llegó esta tarde, se hicieron obras de Enrique Bernardo Núñez adaptadas y eso me permitió a través de la vinculación y la representación de personajes teatrales que me adentrara en la literatura venezolana, la conociera, la viviera con profundidad. Hicimos la Doña Bárbara y me tocó a mí hacer el personaje de Juan Primito, que todavía es celebrado.

FJA: Le he escuchado muchas veces la máxima shakespereana que dice: “Que la acción responda a la palabra y la palabra a la acción”. Dígame, ¿cómo ha influido este precepto en su carrera como actor? 

JDS: Nosotros llegamos al teatro en las técnicas de un maestro ruso llamado Konstantín Stanislavski y es que Konstantín Stanislavski no sólo produce cambios en el mundo, sino que también en el teatro latinoamericano, en el teatro americano, porque un actor como Lee Strasberg es alumno de Stanislavski, un actor como Seki Sano, viene a formar a los actores mexicanos y a nosotros nos llegan esos vestigios. 

Cuando uno actúa interpreta un personaje y el personaje siempre va a estar en acción, no existe un personaje que no esté en acción. Lo que quiere decir Shakespeare, es que viene a darse una economía de movimiento, muchas veces uno no está en movimiento pero está en acción y uno está en acción cuando tiene un objetivo claro en la escena. Por eso Stanislavski en uno de sus libros, en El actor se prepara, a alguien se le cae una caja de clavos en el escenario y ese alguien va y los recoge y el maestro le dice: “Esa es su mejor actuación, estuvo verdaderamente en acción, aun cuando no dijo una palabra”.


José Daniel Suárez  y Francisco José Aguiar


FJA: En el prólogo que escribió para la ANTOLOGÍA DE LA DRAMATURGIA INFANTIL Y JUVENIL. VOLUMEN I, usted hace énfasis en las ocho ediciones del Festival de Teatro Estudiantil que se realizaba en la década de los años 80 acá en Cojedes, ¿podría contar alguna anécdota que haya vivido con las personas que hacían posible dicho festival?

JDS: A ese festival lo llamo el festival de la pasión, porque todos los que trabajábamos en los planteles educativos creíamos en el teatro y habíamos hecho del teatro una forma de expresión. La habíamos hecho Guillermo Reyes, Pedro Quintero, Arturo Pérez, Isaías Medina, Rafael Arias y fuimos incorporando otros grupos que no eran de la parte educativa. Entre ellos estaba el grupo Visagra, el grupo Rejas, el grupo Madera Teatro de Las Vegas y se incorporó Ylexa Peña y se fueron incorporando todas esas agrupaciones de todo el estado. 

En esos años nosotros éramos muy osados y una vez le vendimos tres funciones del grupo La Máscara Rota al CONAC, para financiar el festival, que era lo correcto, como una contraprestación, pero nos obligaron hacer las funciones y nos asignaron que la hiciésemos en El Pao. Recuerdo que en ese entonces en las calles del Pao estaban metiendo las aguas blancas, las aguas negras y aquello era todo un desastre. Lo cierto fue que nosotros presentamos nuestras obras allí. Presentamos al grupo Tizón, se presentó el Rejas, y se presentó el Madera Teatro.

Nos quedaba una función en Tinaco y yo preparé una obra con La Máscara Rota y presentamos El Inquieto Anacobero, basada en el cuento de Salvador Garmendia que él hace sobre Daniel Santos y bueno yo hacía Daniel Santos. Cayó un aguacero muy grande en el Club Tiramuto. . . no cabía un alma y la gente se había emocionado viendo la obra, y terminamos la obra, la gente aplaudió y la gente no se iba. . . yo pensaba que era por el aguacero. Bueno, ¿y por qué no se va la gente? Y al rato empiezan a decir: ¡Otra!, ¡otra!, ¡otra! Entonces Pedro Quintero dijo: “Yo les voy a presentar Los perjuicios del tabaco” y se montó y luego hicimos fragmentos de obras y pasamos toda la noche haciendo teatro. 

FJA: ¿Qué obra de las tantas escenificadas en la Sala Simona de Castro conserva de forma vívida en su corazón?

JDS: Ahí se han presentado muchas obras. . . primero porque es un homenaje a una mujer que dio su vida por el teatro cojedeño. Porque aun estando en sus momentos de deteriorada salud no dejó de hacer teatro y no dejó de querernos. Simona era una mamá de todos nosotros y otra de las razones es que la sala Simona de Castro es una sala histórica, una sala donde han pasado tantos grupos internacionales, tantos maestros que no están hoy con nosotros. 

Ahí actuó el maestro Néstor Zapata en varias oportunidades y actuó el Teatro Mío de Cuba en varias oportunidades y han sido momentos tan agradables. Donde nosotros hemos vivido momentos de gran acogimiento en el campo del teatro. Porque es una sala que ofrece todas esas posibilidades. El maestro Omar Gonzalo actuó ahí, el maestro Rafael Briceño también. De los montajes que siempre hemos hecho siempre se estrenan ahí para ver cómo funciona el público. 

Siempre recuerdo que en la Simona de Castro presentamos el Woyzcek, todas las versiones y cada versión es diferente. El Woyzcek tiene como veinte versiones. El Woyzcek siempre fue una obra exitosa aquí y en cualquier parte de latinoamérica donde la llevamos. Yo recuerdo también los títeres. . . las obras hechas por el maestro D’ Mauro (ya fallecido), fueron momentos espectaculares. 




FJA: ¿Cuál de sus obras de teatro cree que pervivirá en el tiempo y por qué?

JDS: Esa es una pregunta muy interesante, porque a García Márquez también se la hicieron y uno también se la hace. A nivel dramatúrgico yo tengo obras muy acertadas. A lo mejor no es el momento, pero ya la crítica las reconoce y las avizora. Una obra como El Perseguido me parece que es una obra interesante, porque es una obra que radiografía el barroco del cual no hemos salido los venezolanos ni los latinoamericanos. Fuimos, somos y seguimos siendo barrocos. Se acerca un poco a Carpentier, se acerca un poco a lo absoluto, se acerca un poco al imaginario, donde unos comediantes esperan a un actor que resulta ser Francisco de Miranda, que también fue actor, que también fue un comediante y que participó en los grandes momentos de la comedia del arte. 

Donde hay personajes del imaginario, D’ Alembert, de la paradoja del comediante de Diderot. Donde un personaje que hace esta comedia, una Teresa de Guairenas, que fue una gran actriz que venía en la época de la colonia de Andrés Bello. Ella busca en Diderot los sentidos del tiempo latinoamericano, el viaje de regreso, el viaje de retorno, que son teorías literarias: la intrahistoria dentro de la ficción y hay una obra que es El último Ezequiel que se llama El jinete que se llevó la tarde, es una obra fantasmal, impresionista, donde yo trabajo el impresionismo con profundidad, las simbologías que están impresas dentro del texto dramático son muy interesantes. Pienso que esas piezas con el tiempo van a marcar el imaginario, que es a donde yo quiero ir en mi obra dramatúrgica. 

FJA: Siempre me ha dicho que el sueño de todo dramaturgo es ver montada su obra, le pregunto: ¿Recuerda la primera de sus obras que fue montada y qué sensación produjo en su espíritu?

JDS: Es muy interesante esa parte de las obras. Me ha tocado dirigir mis obras. . . las versiones que he hecho y todo eso. Pero cuando uno ve la obra de uno interpretada por un director, uno se siente emocionado. Cuando yo vi El canoero del Caipe montada me dio una visión de lo que uno quiere. Cuando esa pieza la interpreta otro uno percibe el sentido de la vida en el tiempo.

El canoero del Caipe a mí me dio la pista para una nueva concepción de la dramaturgia, porque a partir de allí no volví a escribir dramas cerrados, sino que dejo que la misma trama viva en la página, que viva ahí, que los personajes en esos fragmentos adquieran su verdadera libertad. . . aparte de que la dramaturgia es una poética compleja, fuese una poética que se desplace en la página y el director tenga todas esas posibilidades.

Una de las obras que más he disfrutado es Taguanes el alba de la gloria, porque es una obra histórica, pero es una obra del absurdo. . . donde un escritor, donde dos personajes se encuentran a un dramaturgo. El dramaturgo les dice que vayan a las sabanas de Taguanes, que ahí les tienen una fiesta y resulta que se encuentran con la guerra a muerte. Entonces es una trampa para los directores, porque el director piensa que es una obra de un ritmo unilineal y resulta que el verdadero argumento está en los actores que están allí, en estos comediantes, entonces los críticos dicen que es un acto cultural. Porque así se concibió desde un principio de la historia.

FJA: Román Chalbaud dice que los personajes son ficticios, pero que tienen vida, dígame ¿cuál de sus personajes es para usted más entrañable y por qué?

JDS: Hay una obra que le hicieron unas representaciones, pero muy breves que es Amargo, en esa obra hay un personaje que se llama El Chino Contreras, es un personaje que emprende una carrera para ser gobernador y cuando ya va a llegar a lograr su objetivo: no se sabe si se muere o está vivo. . . no se sabe que pasó. Yo dejo que los personajes se muevan en su realidad, en su líquido, en su sustancia, con su voz. 

Ese personaje es de extrema derecha, pero es hermano de un personaje de extrema izquierda. . . miembro del Partido Comunista que va a la Unión Soviética y allá lo nombran Teniente Coronel del Ejército Rojo para las Américas y cuando llega aquí: se ha destruido la Unión Soviética. Esa obra viene a plantear la destrucción de esos paradigmas, que son postmodernos, esa es una obra postmoderna, de la postmodernidad del teatro latinoamericano. El Chino Contreras me apasiona mucho. También me apasiona ese personaje que es Altagracia, esa mujer que vive allí con ellos, que está enamorada de ellos. Pero los dos son impotentes y los dos viven ese mundo de las imposibilidades, es una obra eminentemente simbólica de un tiempo, porque yo la hago en homenaje a José Ignacio Cabrujas, quise que mi drama tuviera un poco de ese teatro que dejó Cabrujas: esos planteamientos políticos del teatro cabrujiano. 





FJA: La obra Taguanes el alba de la gloria se ha presentado con notable éxito en diversas salas del país, le pregunto ¿tiene pensado escribir otra obra de corte histórico?

JDS: Yo pienso que los proyectos van apareciendo. Ahorita en este momento quiero hacer cosas absurdas, proyectos del absurdo de la realidad. A veces digo que no escribo más teatro, de repente cuando agarro la máquina los personajes empiezan hablarme como fantasmas. . . se diluyen solos en su sustancia.

Cuando he escrito mucha dramaturgia dejo la dramaturgia reposar y paso a la poesía. Ahorita tengo un trabajo de poesía que ya me dijeron que está por salir: Antología de los amores buenos. Luego me refugio en la narrativa o en el ensayo o en la experiencia pedagógica. Yo vivo la literatura como un ser que se refugia.

Escribo como escribía César Rengifo, César Rengifo escribía por ciclos, por trilogías, yo decía ¿por qué César escribía por trilogías? Siempre me planteaba eso. Ahorita con Memoriales del bar a la media noche y Antología de los amores buenos, me voy más hacia el realismo social, sin embargo, hay unos elementos surrealistas en esa obra poética, cuando un borracho se cree que es Roland Barthes, fluye un discurso de palabras, palabras y palabras. 

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José Daniel Suárez

San Carlos, Edo. Cojedes, 1958. Poeta, ensayista, narrador, actor, dramaturgo, docente e investigador. Lcdo. en Teatro Mención Gerencia de Producción UNEARTES. Emprende sus primeros estudios de teatro bajo la dirección del maestro Miguel Torrence en el Teatro de la Universidad de Carabobo (1975). Directivo - Fundador del Grupo Nuevo Tramo (1979). Premio Nacional de Teatro de Provincia Arlequín, Valencia (1984). Fundador de la Escuela Regional de Teatro (1986). Premio Municipal de Literatura Mención Poesía, San Carlos (1986). Obras teatrales publicadas: Carmela (2000); Amargo (2002); Ezequiel (2003); El canoero del Caipe (2006).


Francisco José Aguiar

San Carlos, Edo. Cojedes, 1985. Narrador, poeta y dramaturgo. Lcdo. en Educación Mención Castellano y Literatura por la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ). Cursó el Taller de Formación Teatral que auspició la Compañía Nacional de Teatro en el 2014. La Revista Memoralia publica el monólogo que se intitula La Alcantarilla en el 2015. 









17 comentarios:

  1. Interesante entrevista que nos presenta la figura de José Daniel Suarez, artista entregado a las letras y al teatro, su trayectoria y sus anécdotas e impresiones tras años de experiencia creadora. Me gustaría reseñar que en el transcurso de esta amena conversación no sólo se dibuja con detalle su trabajo sino también la experiencia de la dirección teatral en Cojedes. Un saludo y enhorabuena.

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  2. La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan... FELICIDADES UNA VES MAS QUERIDO AMIGO,, DIGNO DE ADMIRAR...

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  3. Interesante entrevista, has puesto mucho empeño y dedicación para cumplir con esta meta y eso es algo que debemos reconocer excelente trabajo, un artista entregado a letras y teatro los logros de tu trabajo son justo merecimiento a tu esfuerzo, excelente experiencia teatral felicidades...

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Excelente y merecida entrevista al maestro de maestros Jose Daniel que tanto arte y creatividad nos ha regalado, y a usted Francisco Jose Aguiar gracias por traernos este gran trabajo periodístico...

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  6. Una entrevista interesante y nutritiva en materia de contenido. Me dio la oportunidad de conocer a un colega dramaturgo, con una basta y rica experiencia en las tablas. Felicitaciones al entrevistado y al entrevistador. Ambos son muestras de que en Venezuela hay gente muy talentosa.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. muy buena entrevista, me gusta para montar una obra de teatro¿ bueno que no dure mas de 30min

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  9. Interesante entrevista. Bien dirigida, mejor escrita y que tiene la maestría de sacar en el entrevistado lo extraordinario.
    Cuando se habla con José Daniel siempre tendremos la impresión de que estamos hablando con un personaje, una especie de caballero andante que nos hace temblar con sus inesperadas respuestas -ocurrentes y/o sorpresivas- como un buen verso final dentro del poema.
    Daniel es incansable, polifacético y apasionado de una verdadera poética compleja, como personaje, como escritor y como hombre plenamente postmoderno.
    Un ser que se refugia en la literatura con tal naturalidad que el imaginario entre géneros es impredecible. José Daniel Suárez Hermoso conoce en efecto el alma humana de forma magistral.

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    1. Gracias por la lectura Transfiguraciones/Mileiby Hernández Méndez

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  10. Interesante entrevista. Bien dirigida, mejor escrita y que tiene la maestría de sacar en el entrevistado lo extraordinario.
    Cuando se habla con José Daniel siempre tendremos la impresión de que estamos hablando con un personaje, una especie de caballero andante que nos hace temblar con sus inesperadas respuestas -ocurrentes y/o sorpresivas- como un buen verso final dentro del poema.
    Daniel es incansable, polifacético y apasionado de una verdadera poética compleja, como personaje, como escritor y como hombre plenamente postmoderno.
    Un ser que se refugia en la literatura con tal naturalidad que el imaginario entre géneros es impredecible. José Daniel Suárez Hermoso conoce en efecto el alma humana de forma magistral.

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