sábado, 2 de junio de 2018

LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES DE HARRY ALMELA






Estimnados Amigos

Hoy tenemos el gusto de hacerles llegar este texto donde Alberto Hernández hace un acercamiento al libro del poeta venezolano Harry Almela, fallecido en  MariaraCarabobo,​ el  24 de octubre de 2017 Los Trabajos y las Noches.

Deseamos disfruten de la entrada.

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Harry Almela. Fotografía de Leonor Basaló. Tomada del libro Rostro y Poesía.1996



Crónicas del Olvido

“LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES”

** Alberto Hernández**


I

Harry Almela se aviene a las distintas voces que lo asedian y escribe Los trabajos y las noches, en un vehemente y arriesgado ejercicio de la memoria. Libro–periplo que despeja nombres y ciudades, la piel de los viajes y los pequeños detalles de cada incursión confiscada a las imágenes que el ojo de adentro reconstruye. Trabajo que le permitió ser mencionado en la Bienal Internacional de Literatura «José Rafael Pocaterra» en 1998, y con el que Almela demuestra la mesura de una madurez incuestionable.

Libro donde el yo y el tú fraguan una lectura derivada en una tercera persona visible en el tono, a pesar de las múltiples maneras de acceder a la imagen. Un hilo perceptible conduce la sintaxis, aquella tan cara al poeta, roce de nuestra herencia castellana. El autor de Los trabajos y las noches logra crear un espacio en el que la cotidianidad y lo destinado al adentro morigeran la intención proteica del libro: cada poema se percibe islote hasta convertirse en respiración mediterránea, abierta en la pausa que ofrece ir de una a otra orilla de lectura.

Harry Almela y Alberto Hernández. Fotografía de Henry Cedeño. Imagen tomada de Aquí

II

El primer texto nos advierte lo que hay en las páginas de este poemario, como una forma de atestiguarse, aliviar las expectativas del lector. No crea usted en lo que voy a decirle/ en las páginas de este libro// El amor es un artificio/ que destroza flores en el parque// El gris de los palacios, suspendidos/ en la niebla, es el sitio de reposo/ para este corazón que tiene miedo.// No crea en mi palabra, vuelvo a repetirle./ La poesía miente, mi querida señora,/ miente como el sol de verano en Dinamarca. Poética en la cual lo dicho revela la constante, el amor como tema de cuidado, tan de Sabines en su brillo.

El amor, ya tocado en El terco amor, es para Almela una forma de desnudar el dolor y el destino incierto.

Amor y poesía, artificio y mentira: ¿qué tiene de falsedad el texto si ya es fuente de enigmas y descubrimientos, si el poema –a decir de Octavio Paz– es el hueso donde se sostiene la belleza, esa extraña esencia? En la escritura de este libro se siente una cierta mística, la lógica amatoria, como lo ha dicho Carlos Brito al abordar la poesía de Rojas Guardia: la palabra se convierte en la imagen de la amada, de un nombre pronunciado con sagrada intención. No en vano Antonio Cisneros se detalla en un susurro traducido en súplica.


III

Los trabajos y las noches es, en definitiva, la consagración de un oficiante de la poesía. La pasión de quien ha sabido verbalizar paisajes e impulsos de un imaginario multiplicado en la insistencia de viajes, experiencias amatorias, soledades, la aventura de vivir para elaborar poesía, ese artificio transformado en quehacer permanente.

Tantas son las lecturas de este libro de viajes de Harry Almela que nos hace abrevar en un soneto cuya sonoridad ocupa la revelación castiza, la templanza de Borges y una tumba en tierra helvética. Para celebrarla, cerramos con él: Perdóname, lector, esta impostura,/ La de haberte inventado algunos versos/ En donde nunca hablé de los cerezos/ Ni de mi dulce temor a la blancura// De la página. Con idéntica pavura/ Confiesa Dante amor a la inocencia/ Que se llamó Beatriz, la de Florencia,/ La villa de los Borgia, tenue y dura.// Y yo la amo, María lo afirmo despacio/ Citando a Virgilio en el prefacio/ De aquel libro sobre los conjurados// Es mi hora. En Ginebra ya está el sitio/ Maduro. Vuelvo a mi Fin, a mi Principio./ Y polvo seré, mas polvo enamorado”.

 Video grabado por Kira Kariakin




Enlace Relacionado:


Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández

Nació en Calabozo, estado Guárico, el 25 de octubre de 1952. Poeta, narrador y periodista. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua

Fundador de la revista literaria Umbra, es miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo y colaborador de publicaciones locales y  extranjeras. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria.

En Venezuela ha publicado sus trabajos en la Revista Nacional de Cultura, Imagen, Solar, Poda, et al. Miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo. Integrante de “Crear en Salamanca”, página digital de la ciudad castellana. Igualmente, en Cervantesmileshighcity de la ciudad de Denver, Estados Unidos. Y en diferentes blog nacionales e internacionales.

Ha publicado ensayos y textos poéticos en las revistas Turia de España, Arcos de la Frontera, Piedra de molino, España,  en Il foglio volante de Italia, ; ,  entre otras.

Ha participado como conferencista o lector de su obra en varias ediciones de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (FILUC), en Venezuela.


En 2018 fue reconocido en la XVII Edición del Premio Anual Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana por su novela “El nervio poético”.



Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999).  Stravagnza (Italia 2012), 70 poemas burgueses (Caracas 2014), Ropaje (Cancún, México. 2012), Los ejercicios de la ofensa (Estados Unidos. 2010)
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2 comentarios:

  1. Harry Almela fue un poeta que no permitió que su obra se contaminara con el populismo de turno. EL TOEMPO LE DIO LA RAZÓN.

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