lunes, 27 de agosto de 2018

“Torreparque” de José Joaquín Burgos : UNA NOVELA PARA “EL GUARA”



Portada de la novela Torreparque de José Joaquín Burgos. La digitalización corrió a cuenta de Rafael Simón Hurtado



Crónicas del Olvido



**Alberto Hernández**


“Si se mira fijamente la ventana durante bastante tiempo
parece que se desplaza deriva lentamente en el cielo
simple rectángulo partido en dos atravesado por nubes.
Casas que parecen tambalearse caérsete encima lentamente
sin fin”.
-Claude Simon: “La Batalla de Farsalia”-


1.-

Después de la experiencia de “Ronda de Luz” y “Los días iniciales”, una aventura se atraviesa en la vida del poeta José Joaquín Burgos. Una novela que a veces es “escrita” (se escribe a sí misma) o vivida en un bar, en la redacción de un periódico, en la casa mientras se tiene un cuerpo tibio al lado; en las ramas de un árbol misterioso que crece dentro de la habitación y se alarga sin fin poniendo en peligro la presencia tambaleante de las nubes. Todo en un conjunto residencial, para sintetizar la pose del personaje con la mirada perdida en esa Torre de Babel de elevadores y laberintos enloquecidos.


José Joaquín Burgos. Fotografía de José Antonio Rosales.

La memoria de un narrador múltiple, que como protagonista inventa las formas humanas para mitificarlas. Lectura que nos muestra la “impersonalidad” de un paisaje donde la ciudad atiende a sus mecanismos para destruirse. Para borrar al hombre.

2.-

Oscar Guaramato, “El Guara”, es una suerte de designio.

Como el Lucius de la novela de Ernst Jünger en “Heliópolis”, Guaramato sorbe el último trago. Lo acompaña una silueta que le dice lo que debe hacer antes de marcharse, pero sin señalar el momento. En un bar…

En Guacara, al lado de Martín Villalonga, comienza la voz. Vigirima es la otra universalidad. José Joaquín Burgos la hace valoración en su novela, dedicada a ese otro personaje, taumaturgo, mirada frontal (todo escritor es un personaje doble: es él, pero también es su voz en el tono de otra capaz de darle cuerpo verbal a los otros personajes que crea, por eso retomar a un escritor y llevarlo a una novela es proponerlo plural, múltiple). 

Desde el lecho, Guaramato –el personaje, ficción y realidad- habla y muere. La recurrencia del narrador hace del sujeto real una especie de lugar donde habita el silencio de quien sabe desaparecerá: el personaje se desdobla en la imagen que el narrador tiene de él: lo transforma en una designación. “Domingo” (o “El Guara”) sabe que la muerte lo acorrala, que tiene que vencerla o dejarse vencer para crear un diálogo para doblegar el temor al vacío. El abandono, el dejarse ir, es la mejor muestra de esta forma de morir sin hacer el esfuerzo de enfrentarse a la parca. 

La lectura es un ir y venir de imágenes que mantienen sin reposo al lector.


3.-

“Torreparque” (1988), a decir de Elena Vera, “es la primera novela venezolana cuyas acciones principales se desarrollan en un complejo habitacional”. Y en ese mundo de objetos, seres humanos/ robots y complejas estructuras está también inferido el concepto de laberinto, el viejo mito griego, el de no poder escapar de las pesadillas: túneles, puentes, estacionamientos, ruidos, ascensores, silencios sospechosos.

Entre copas de jerez, poemas sueltos, gritos taurinos en una tasca, la voz del narrador teje el discurso del afecto, de la aproximación al eco del otro: el plano distingue la distancia entre el agónico y el que empina el vaso para brindar por un viaje del que no se regresa.

Cada capítulo está precedido de un epígrafe que sintetiza la presencia del reflejo ajeno, del moribundo (ambos, condenado y narrador suelen ser confundidos en la trama, intencionalmente): “La selva duerme. Escuchas una lejana sirena…Tranquilo, poeta. Tómate este trago…Es sedante…Duérmete…Indio…Dentro de una hora le inyecta esto…Huele a monja”.

Oscar Guaramato


Oscar Guaramato murió entre sábanas y la sonda dejó bajo la cama las burbujas que le venían de las palabras. José Joaquín Burgos le añadió un silencioso gesto para el final.

Maracay, 1989.


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Oscar Guaramato  (1916-1987)


Nació el 8 de mayo de 1916, en Maracay, Estado Aragua. Es autodidacta. Se inició en el perio­dismo en publicaciones de vida efímera, a la vez que alter­naba su labor cotidiana como obrero en unaprocesadora láctea de la capital aragüeña. Variaría de ocupaciones, ya como inspector sanitario, secretario de juzgado, maestro alfabetizador hasta radicarse en Caracas, donde fue cola­borador del semanario "Fantoches" dirigido por el maestro Leoncio Martínez y en igual forma se incorporó a "El Na­cional", en 1943. Poco tiempo después pasaría a ser inte­grante del cuerpo de redacción de este diario, hasta la fecha en calidad de redactor especial. Fue Presidente de la Asociación Venezolana de Periodistas hasta completar el pe­ríodo en octubre de 1957. Ha publicado Biografía de un Es­carabajo, cuentos, 1950; Por el Río de la Calle, estampas, 1945; La Niña Vegetal y Otros cuentos, 1956, que vendría al galardón Municipal de Prosa del siguiente año. Anteriormen­te, en 1943, obtuvo el primer premio en el concurso de cuen­tos organizado por la revista "Alas" de Barquisimeto y en el mismo año el segundo premio en el concurso anual del Semanario "Fantoches". Ha figurado entre los ganadores del certamen anual de cuentos de "El Nacional". Algunos de sus cuentos han sido traducidos al checo, al rumano, al ita­liano, al inglés y al portugués. Figura en varias antologías nacionales e internacionales, entre ellas las referentes al cuento moderno, editadas en Italia y España. Su libro Cuen­tos en Tono Menor, figura en las ediciones de Monte Ávila. Promoción de Periodistas "Leoncio Martínez".

Traemos a esta Biblioteca, en la Serie El Libro Menor, un hermoso conjunto de trabajos menudos, crónicas, quizá cuentos, producto de la tarea diaria de este excelente escritor. El título señala bien el contenido: Cronicario.


Reseña bioliteraria extraída de la contraportada del libro Cronicario.



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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández

Nació en Calabozo, estado Guárico, el 25 de octubre de 1952. Poeta, narrador y periodista. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua

Fundador de la revista literaria Umbra, es miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo y colaborador de publicaciones locales y  extranjeras. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria.

En Venezuela ha publicado sus trabajos en la Revista Nacional de Cultura, Imagen, Solar, Poda, et al. Miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de CaraboboIntegrante de “Crear en Salamanca”, página digital de la ciudad castellana. Igualmente, en Cervantesmileshighcity de la ciudad de DenverEstados Unidos. Y en diferentes blog nacionales e internacionales.



En 2018 fue reconocido en la XVII Edición del Premio Anual Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana por su novela “El nervio poético”.




Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999).  Stravagnza (Italia 2012), 70 poemas burgueses (Caracas 2014), Ropaje (Cancún, México. 2012), Los ejercicios de la ofensa (Estados Unidos. 2010)
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Actualizada el 24/02/2024

4 comentarios:

  1. "Torreparque" es la novela con la que el Poeta Burgos rinde homenaje al escritor Oscar Guaramato, y también a los múltiples personajes de la bohemia valenciana, vivos y muertos. Sorprende como Domingo Áspero es capaz de conseguirse con total naturalidad en los bares con amigos que ya habían desaparecido del plano físico. La muerte siempre fue una preocupación del poeta Burgos. Como dice Alberto Hernández, "cada capítulo está precedido de un epígrafe". Si tomáramos todas esas introducciones y las uniéramos, óbtendríamos un texto autónomo. Un cuento dentro de la novela. Saludos.

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    1. Siempre ha existido la duda acerca del lugar de nacimiento de Guaramato. Unos afirman que fue en Guacara y otros en Maracay. En todo caso, podríamos decir que nació en toda Venezuela.

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    2. Gracias Rafael Simón Hurtado por compartir tu parecer.

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    3. Gracias visitante desconocido por visitar el blog y dejar tu comentario

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