lunes, 22 de julio de 2019

Julio Cortazar y Rayuela: “Unas notas apresuradas, una visión con cariños y evocaciones”







Julio Cortazar.

Rayuela



“Unas notas apresuradas, una visión con cariños y evocaciones”



No había culminado el bachillerato a finales de 1965, cuando la leí por primera vez; confieso, casi una obligación, no la terminé y me pareció muy difícil. Aunque ya había tenido en mis manos La Montaña Mágica, algo del extraordinario Borges, Al Joyce del Ulises, transitaba por diversas lecturas, sin compromisos, pero con, a veces obligaciones escolares que hacían que me alejara de lo que me parecía algo dificultoso.

Volvía a sus páginas, con mucha curiosidad y, sobre todo, con mejores alicientes en 1969; primero, en una metería electiva y luego, muy cercano un curso de verano organizado por la universidad. Allí tuve dos excelentes profesores, quienes, con mucha pasión y conocimiento, recién llegaban a Chile y regresaban del Mayo Francés, que no comento porque creo conocido.

Lo que siempre llamó mi atención, fue los nombres de los capítulos: del lado de allá, del lado de acá, de otros lados, con un entre paréntesis este último que decía: capítulos prescindibles.

Y, además, una página muy curiosa que la abro en la edición del 2013, denominada: tablero de dirección, que te pone en guardia y dice “a su manera este libro, es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector queda invitado a elegir entre dos posibilidades siguientes…” y al final de esa página, nuevamente se indica cómo entrelazar los capítulos siguiendo un orden sugerido.

Cuando comenzamos a leer el primer capítulo, del lado de allá, se encuentra un párrafo que comienza con una pregunta “encontraría a la Maga”, con una gran exquisita descripción y termina ese primer párrafo con “…que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico”.

Sigo con otra cita “pero ella no estaría ahora en el puente…” Para un lector principiante, incluso hoy, me sigue inquietando y me sigue sugiriendo una variedad de preguntas e interrogantes.

A lo largo del texto, el uso del tiempo, las preguntas, las reseñas, se hacen con una descripción exquisitas.

Con una minuciosidad de orfebre, se abunda en detalles y pormenores. Saltos y vueltas, como especies de flashbacks, de agrupaciones de letras y frases. De eventos y datos de la vida diaria y de otros que pudieran ser imaginados.

En palabras simples, rompía moldes y cánones establecidos en la narrativa.



Y qué decir de las descripciones innumerables; para mí, nunca me he olvidado de esa pléyade que uno encuentra a través de sus páginas. Pienso ahora, por ejemplo, de aquella conjunción feliz y extraordinaria de erotismo, seducción y gestos que comienza “toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano…y culmina y un solo sabor a fruta madura y yo te siento temblar junto a mi como una luna en el agua” Una maravilla.

O aquel otro, en la segunda parte “a Oliveira, el sol le daba en la cara a partir de las dos de la tarde. Para colmo con ese calor, se le hacía muy difícil enderezar clavos martillándolo en una baldosa (cualquiera sabe lo peligroso que es enderezar un clavo a martillazos) …En éste último también, y es muy probable, quizás haya algo de mí historia personal, mi total incapacidad para los trabajos manuales.

En segundo lugar, cómo el autor “juega” con sus personajes y sin perder la importancia de la Maga y Oliveira, aparecen otros como en las grandes comedias con papeles, acciones significativas y con diversas características jugando un rol fundamental en toda la trama de la novela (Berthe Trepat – Cuevas – Piris – Morelli – Talita – Traveller o la Cuca Ferraguto…)

Aunque no es simple y da para otros muchos comentarios, alguien dijo y hoy no recuerdo exactamente quién, Cortazar, desarrollaba un lenguaje y descripciones, para la modernidad urbana emergente en América Latina, recordemos, es la década del 60, muy agitada y con invenciones nuevas. Aun no son los tiempos del boom, pero ya están sonando fuerte.

La unión de tiempos y lenguajes, se hace entonces, en beneficio de una singularidad y ruptura con los cánones, moldes, normas y ciertas convenciones, hasta ese momento dominante.

Como vemos y leemos, no es la trama, son otras dimensiones las que se inauguran, mostrando una fuerza, riqueza e impacto en la literatura posterior.

Decía en alguna parte Mario Vargas Llosa y lo cito de memoria algo así: se reúnen por primera vez y con muchas sorpresas las fronteras entre lo real y lo irreal, se tocan en una coexistencia pacífica y hay una línea invisible de demarcación.

Cortazar, con una gran maestría técnica, sin lugar a dudas, junto a la riqueza en contenidos, horizontes, realidades (interior, exterior, imaginada) se combinan con una destreza singular.

El maestro, inaugura: la combinación de tiempo, modernidad y narración que quizás sólo Borges se había atrevido a apuntar. Después, se ha hecho moneda corriente.
Gracias, Don Julio!




PD: Todo esto a propósito de una nueva edición aniversario, comentada que está por salir en España 2019.

 
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Héctor Gatica Salas
Sociólogo UCV con Doctorado en Ciencias políticas.
Profesor en la UCV durante el lapso 1977-2005 Productor de radio durante el lapso 2005-12.
Lector y en un pasado reciente, asiduo de librerías.

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