VIDA
Pi Chyun-deuk
Mira lo alto que esta el cielo –Dijiste-
Si de verdad te sientes ahogado con el mar de enojos y enfado.
Sí, lo miré:
Miré el polvo del corazón palpitar
Dentro del huevo empollado durante cuatro días.
Estudia la estadística –Dijiste-
Si te ha dejado la novia.
Estudié:
Vi cuántas exactitudes de vida
Movía cada instante del reloj.
Vete a ver el Mercado del Gran Sur –Dijiste-
Si te cansas de vivir.
Vi
Cuánto correr de vida
Cuánto palpitar de vidas
Surgía así del huevo empollado durante tres días,
Como del gran Karma.
Traducido por Min Young-tae
Pi Chyun-deuk (1910-2007) fue uno de los más importantes ensayistas de Corea. Fue un miembro respetado de la escena literaria coreana desde 1930 cuando hizo su debut literario como poeta en “Shin Tang-a”. Siendo un escritor no muy prolífico, a Pi el pueblo coreano le ama, respeta y recuerda por el uso cuidadoso que hacía del idioma y de las ideas. No es necesario tener un grado universitario para disfrutar de los ensayos de Pi, “Primavera”, “El Ensayo” o “La Buena Vida”. Sus libros de ensayo fueron superventas en Corea, un logro que más de un ensayista venezolano quisiera alcanzar en nuestro país.
Pi nació en Seúl y se licenció en Literatura Inglesa en la Universidad Huijang de Shanghai en 1931. Enseñó Literatura Inglesa en la Universidad Kyongsong (La actual Universidad Nacional de Seúl) desde 1945 hasta 1974. En este año visita los Estados Unidos. Sus últimos años los vivió de manera tranquila en un apartamento en Banpo al sur de Seúl junto con su esposa.
El Arzobispo católico de Seúl en el sepelio de este intelectual comentó, una historia que tenía la marca de fabrica de los trabajos de Pi, como una vez este fue a comulgar y le dijo al sacerdote que él no tenía pecados. Pi Chyun-deuk era un católico practicante pero, en palabras de Lee Chang-koo, profesor emerito de la Universidad de Chung-Ang, fue un hombre libre al pensar, hacer y creer, un humanista más que un moralista. Era un intelectual que no tenía reparos en mostrar su fascinación por la cultura occidental, como anécdota podríamos señalar que en la pared frente a su escritorio tenía un retrato de la actriz Ingrid Bergman.
Sus restos reposan en el Cementerio Parque Moran donde la devoción de sus estudiantes, colegas y lectores le erigió una hermosa estatua de bronce.
A los 83 años publicó un libro de poemas titulado “VIDA” que causó un gran alboroto en el mundo literario coreano. Esta recopilación de 93 poemas incluía algo más de una docena de textos inéditos que despertó la atención de sus lectores. En su introducción al libro, el catedrático Sak Kyong-jing (Universidad Nacional de Seúl, Departamento de Literatura Inglesa) señaló:
“Los poemas de Pi son tan directos que no necesitan ser presentados. Utiliza palabras poco difíciles o inusuales, pero esto no significa que sus poemas sean necesariamente fáciles de entender. Sin embargo, su poesía fluye suave y claramente gracias a su tono refrenado y su uso apto de metáforas con toques de humor. Su poesía revela la belleza de la verdad en la vida”.
Para Pi Chyun-deuk, la literatura significaba “escribir joyas de gran valor que puedan refinar la vida a través del amor”. Pi no escribía sobre todos los aspectos de la vida de cada día. El remarcaba que escribía lo que creía y debía ser escrito. Por eso a pesar de su corta obra, los textos que ha creado han sido aclamados y leídos una y otra vez. Y por los vientos que soplan así será por un largo tiempo.
Diversas fuentes consultadas, entre ellas la revista Coreana, Tomo 4/ Nº 4, Invierno 1993.
Pi nació en Seúl y se licenció en Literatura Inglesa en la Universidad Huijang de Shanghai en 1931. Enseñó Literatura Inglesa en la Universidad Kyongsong (La actual Universidad Nacional de Seúl) desde 1945 hasta 1974. En este año visita los Estados Unidos. Sus últimos años los vivió de manera tranquila en un apartamento en Banpo al sur de Seúl junto con su esposa.
El Arzobispo católico de Seúl en el sepelio de este intelectual comentó, una historia que tenía la marca de fabrica de los trabajos de Pi, como una vez este fue a comulgar y le dijo al sacerdote que él no tenía pecados. Pi Chyun-deuk era un católico practicante pero, en palabras de Lee Chang-koo, profesor emerito de la Universidad de Chung-Ang, fue un hombre libre al pensar, hacer y creer, un humanista más que un moralista. Era un intelectual que no tenía reparos en mostrar su fascinación por la cultura occidental, como anécdota podríamos señalar que en la pared frente a su escritorio tenía un retrato de la actriz Ingrid Bergman.
Sus restos reposan en el Cementerio Parque Moran donde la devoción de sus estudiantes, colegas y lectores le erigió una hermosa estatua de bronce.
A los 83 años publicó un libro de poemas titulado “VIDA” que causó un gran alboroto en el mundo literario coreano. Esta recopilación de 93 poemas incluía algo más de una docena de textos inéditos que despertó la atención de sus lectores. En su introducción al libro, el catedrático Sak Kyong-jing (Universidad Nacional de Seúl, Departamento de Literatura Inglesa) señaló:
“Los poemas de Pi son tan directos que no necesitan ser presentados. Utiliza palabras poco difíciles o inusuales, pero esto no significa que sus poemas sean necesariamente fáciles de entender. Sin embargo, su poesía fluye suave y claramente gracias a su tono refrenado y su uso apto de metáforas con toques de humor. Su poesía revela la belleza de la verdad en la vida”.
Para Pi Chyun-deuk, la literatura significaba “escribir joyas de gran valor que puedan refinar la vida a través del amor”. Pi no escribía sobre todos los aspectos de la vida de cada día. El remarcaba que escribía lo que creía y debía ser escrito. Por eso a pesar de su corta obra, los textos que ha creado han sido aclamados y leídos una y otra vez. Y por los vientos que soplan así será por un largo tiempo.
Diversas fuentes consultadas, entre ellas la revista Coreana, Tomo 4/ Nº 4, Invierno 1993.