viernes, 27 de mayo de 2022

La Economía de la Atención frente a la Economía del Monedero


Imagen tomada de Sapos y princesas.


Estimados Liponautas

Hoy compartimos esta vieja nota que permanecía archivada en el blog. Leerla nos hizo caer en cuenta de nuestra sorprendente longevidad en la web. Esta nota es  del año 2013 y ninguno de los sitios web nombrados aquí existen en este 2022. Lo que sigue siendo relevante son las economías que se mencionan aquí ya que son más que importantes en la actualidad en este asombroso mundo interconectado y lleno de redes sociales digitales, para usualmente compartir tonterías, el manejo de la atención de los usuarios para poder tener acceso a sus monederos a través de sus smartphones o teléfonos inteligentes es vital para los anunciantes ya que por medio de esos teléfonos los anunciantes tendrán acceso a los monederos de los usuarios. Y los empresarios de las redes sociales digitales tendrán accesos a otro producto con el que comercian sin nuestra autorización real: nuestros datos.

Los smartphones son los mejores grilletes que hemos inventado. Como nos gusta autoflagelarnos...

Esperamos haber ganado su atención quizá la próxima vez ganemos su monedero...

Disfruten de la entrada.

Atentamente

La Gerencia.


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2 modelos de negocio freelance: la Economía de la Atención frente a la Economía del Monedero



En OnStartups nos explican la diferencia entre dos modelos de negocio muy diferentes: la  y la . Evidentemente, son esquemas simplificados, pero pueden resultarnos muy útiles para analizar los pros y los contras de cada uno, y para elegir el que más nos conviene. Allá vamos.

La Economía de la Atención


La Economía de la Atención es quizá la que más éxito ha tenido entre los emprendedores web. Este es el funcionamiento típico:

1. Captar la atención del usuario.
2. Vender esa atención a otros

Consiste en llevar a un buen montón de usuarios hasta el sitio web para luego  -transformar en dinero contante y sonante- esa atención a través, por ejemplo, de la  (es decir, de la reventa de atención).

¿Por qué ha tenido tanto éxito este modelo entre las empresas que empiezan en Internet?

- Porque arrancar es más fácil
- Porque es más divertido

Lo entenderás enseguida cuando veas en qué consiste la Economía del Monedero.

La Economía del Monedero


En este modelo no se compite por la atención del usuario, sino por una parte de su monedero. Por su dinero, vaya. Para mucha gente, el problema de la Economía del Monedero es que hay que vender algo, y eso no siempre nos resulta agradable. Normalmente preferimos picar código, hacer traducciones, diseñar, pensar, escribir, e incluso barrer la oficina antes que ponernos a vender.

Por eso, muchas veces a los emprendedores web les seduce más la opción de incorporar Adsense… Todo parece más sencillo así, pero ojo: el mercado de la atención tiene sus dificultades. Vamos a verlas.

Problemas asociados a la Economía de la Atención


1. La atención del usuario es un bien escaso. La atención es limitada y está fragmentada. Cada vez resulta más complicado atraer la atención de los usuarios, porque el número de competidores -y por tanto de estímulos- sigue aumentando sin parar. Sin embargo, nuestra capacidad de atención permanece invariable. Puede que tengamos más dinero para gastar -que nuestro monedero esté más lleno- pero nuestra atención sigue siendo la misma.

2. La batalla entre el usuario y los anunciantes. En la Economía del Monedero, sólo tienes que satisfacer al usuario. Si el usuario necesita una aplicación, tú la construyes. Y si le gusta, ya está todo hecho. Pero en la Economía de la Atención no sólo tienes que contentar al usuario, atrayéndole hasta tu sitio web, sino que además tienes que satisfacer al anunciante, que es el que acaba pagando por esa parte de la atención del usuario.

Es una ecuación muy complicada, porque está atravesada por una contradicción: para satisfacer al anunciante, tienes que interrumpir cada vez más al usuario, de forma que preste auténtica atención a los anuncios. Es decir, la mejora para el anunciante -que es el que te paga- se traduce en una experiencia de usuario más incómoda.

Si estas molestias hacen que pierdas la atención del usuario, lo habrás perdido todo. Ya ves que hay que encontrar un equilibrio muy complicado.

3. La pregunta clave. Como hemos visto, el reto de satisfacer al usuario y a los anunciantes a la vez no es sencillo. Así que antes de elegir tu modelo -atención o monedero- puedes plantearte la pregunta clave: ¿qué problemas prefieres arreglar, los de tus usuarios o los de tu anunciante?

Puedes consultar el artículo original The Attention Economy vs. The Wallet Economy, publicado por Dharmesh Shah en OnStartups.


Tomado del Blog del Freelance




jueves, 26 de mayo de 2022

LOS PECADOS CAPITALES DE CINCO CURAS







PECADOS CAPITALES


por Noemi Ciollaro


Viernes, 23 de diciembre de 2011

EXPERIENCIAS Por expulsión o por abandono, hoy los autores del libro Cinco Curas están apartados de la jerarquía eclesiástica. Sus testimonios hablan de una Iglesia que oculta y avala hábitos autoritarios y apoyo a las dictaduras militares; corrupción y abusos sexuales. Rompen un silencio secular –que también abarca a las monjas– que aporta reflexiones distintas para la misa de gallo.






Por Noemi Ciollaro

El libro editado por Raíz de Dos no tiene prólogo. La tapa en gris y negro muestra una imagen sombría en la que un sacerdote impone su mano absolviendo acaso a otro sacerdote patéticamente posternado. Detrás, iluminando la escena, una cruz blanca. Confesiones silenciadas es el subtítulo.

Adrián Vitali (48) proviene de una familia grande de origen italiano, su abuela fue quien le enseñó a rezar y lo llevó a misa. A los 12 años se sumó a los jóvenes de la parroquia barrial. Cuando ya noviaba, en un campamento decidió que tenía vocación sacerdotal.

“Me ordené en el ‘94. Fui sacerdote en Villa Libertador, Córdoba, habíamos formado comunidades de base y trabajábamos en las cárceles de menores, había muchos chicos presos. Así conocí a Alejandra que es mi esposa y que participaba en la pastoral carcelaria. Nació una relación de afecto que continuó con ella embarazada y el cardenal Raúl Primatesta diciéndome que podía seguir siendo cura si renunciaba a la paternidad y no la veía más a ella. Debía irme al exterior a desarrollar mi tarea, ellos le otorgarían una cuota a Alejandra para que mantenga a mi hijo y se calle, es algo que muchas mujeres aceptan. Le dije que no y a partir de esa decisión comienzo a salir de ese espacio estructural monástico de la Iglesia, tenía 44 años. Hablaba con curas amigos, uno me dijo que rezara para que no naciera mi hijo, y era un amigo, funcionó corporativamente y no lo juzgo. ¿La ética cristiana es dejar un chico huérfano? En Roma hay varios en esa situación. Con Alejandra, resurgieron también cuestiones ideológicas, afectivas, la recuperación de la sexualidad. Hoy tenemos dos hijos de 11 y 14 años”, concluye.

“JERARQUIA COMPLICE Y PERVERSA”

“Cuando ingresé al seminario pensaba que el sacerdote seguidor de Jesucristo era un militante por la justicia, por la vida, por los pobres; que había que jugarse entero por eso. Pero ahí te formatean, te convencen de que el cura no es un militante, que sólo tiene que dar misa, bautizar, confesar y rezar. La santidad no es el compromiso con la Justicia sino la cantidad de oraciones que tengas. Y a la palabra justicia te dicen que no tenés que usarla en los sermones”, sintetiza Nicolás Alessio (53).

El Nico, como lo llaman todos, es el segundo de once hermanos, sobrino de un sacerdote que regresó de Roma “asqueado por la mediocridad de los monseñorinos”, hijo de un “militante peronista de la Resistencia encarcelado, y una madre de alma”; creció en una casa de los Planes Evita. Era enamoradizo, pero no le preocupaba, “podía renunciar a todo por ser cura si Dios así lo quería”. Y fue ordenado sacerdote por Primatesta en 1981.

“Con los grupos desparramados del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo en todo el país fue con lo que formamos el Movimiento de Sacerdotes en la Opción por los Pobres, hoy vigente.” En ese contexto comenzaron las diferencias con Primatesta, “un obispo de los más conservadores y tradicionalistas; y uno hace un trabajo en otra dirección a la que mandan el Episcopado y Roma. Pero como ellos tienen pocos curas, te sostienen porque no tienen para el recambio”, cuenta. Pero todo tiene un límite y el suyo llegó con el debate por el matrimonio igualitario; ahí se terminó la posibilidad de hacer la vista gorda y el Episcopado finalmente optó por cortar de raíz la situación planteada.

“Me hicieron un juicio canónico, una formalidad para borrarme, me suspendieron, me quitaron la casa donde vivía, el trabajo de párroco y no me dejan ejercer más mi ministerio. Ahí me convencí de que bajo el período de Benedicto XVI, vivir con cierta sanidad mental es imposible. Y dije me voy, más allá de si me echan. Me siento fuera de la jerarquía de la Iglesia porque es una jerarquía cómplice, con atropellos, con perversidades, con mucha mentira. Hice mi vida de pareja, tuve un hijo hace siete meses, Simón; Mariela es mi esposa y yo me siento mucho más libre que antes.”

“A LA VOZ DE LAS MONJAS LA SEPULTAN”

Los cinco sacerdotes –siguen siéndolo de por vida, pero tienen prohibido ejercer su ministerio públicamente– están a favor del casamiento igualitario y la despenalización del aborto. La aparición del libro y la revelación de situaciones ocultas provocaron reacciones de inmediato, entre ellas la prohibición de su venta en Córdoba en librerías de propiedad de las monjas dominicas.

Es el primer libro prohibido desde la última dictadura, dicen. Los libreros pierden plata, pero no quieren tener problemas con las dueñas de los locales.

“El argumento es que no pueden vender cosas que ofendan el honor de la congregación y es un gesto coherente con todo, es como decir `no importa si lo que escribieron sucede o no, pero que no se haga público’, así de simple. Nosotros hicimos la denuncia ante el Inadi y citaron al Obispado y a las monjas. El Obispado dijo que ellos no hicieron nada y que es un reclamo de las monjas.... obvio.”

A su vez sostienen que la mayoría de las monjas padecen los mismos problemas institucionales, “imaginate que si la voz de los curas tratan de acallarla, a la voz de las monjas la sepultan, les pegan un manotazo y las corren, está mucho más oculta su historia y son cosas tremendas, abuso de poder de curas, de obispos, a veces no llegan al abuso sexual, pero son abusos de poder: ‘Dios quiere que vos hagas esto, yo te lo mando, te lo ordeno en nombre de Dios’. Que un cura deje los hábitos es noticia en el pueblo, si una monja se va nadie se entera, están absolutamente controladas, hay todo un cono de sombra sobre la vida de ellas, tienen el mismo problema o más que nosotros porque normalmente tienen menos estudios, menos posibilidades. Abandonar la institución es ir a la calle; no todas son aceptadas por la familia, no tienen trabajo. Muchas se quedan solamente porque no tienen adonde ir; a algunos curas les pasa, pero a las monjas más porque la discriminación es distinta y muy fuerte”.

¡CUIDADO CON LAS PRIMAS!

Lucio Olmos tiene 69 años, su opinión acerca de la actitud de la Iglesia con las mujeres es tajante, “la Iglesia a la mujer siempre la tuvo como la pecadora con la que había que tener cuidado porque traía malos pensamientos, traía el pecado y nosotros nacimos de un vientre de madre... Cuando estaba en el seminario e íbamos a casa un fin de semana, los curas nos decían: ‘Chicos, hoy van estar con su papá, su mamá, la madre Virgen María. ¡Cuidado con las primas!’ Y venían familiares de visita y ¡uno tenía miedo de darle un beso a la prima hermana!

Lucio fue cura obrero, metalúrgico, los compañeros le decían “¿cómo te vas a engrasar las manos con los estudios que tenés?”“Es lo que dice Jesús, así llegó Jesús a los apóstoles”, explicaba hasta que lo aceptaron.

Poco después Lucio ingresó a la organización Montoneros, “estuve preso en el ‘72, en ese tiempo fue nada comparado con lo que pasó después. Más tarde, la contradicción se me hizo terrible, decía no me voy a quedar metido en la Iglesia vieja del poder, del apoyo a los monopolios, las dictaduras y la burguesía”.




En 1976, perseguido por la dictadura militar, vivió escondido en parajes del campo. Luego abandonó la jerarquía en disidencia total “y conocí la mujer, especialmente a una, Mary Olave, con ella me casé y tuvimos tres hijos maravillosos y cinco nietos hermosos”, sonríe.

SILENCIOS QUE MATAN

Elvio Alberione tiene 74 años, está casado con Dinora y tiene dos hijos. Nació en el caserío de Media Luna, en Río Primero. Elvio cuenta que 1955 fue un año crucial en el seminario. “Yo tenía 18 años y comenzaron a cambiar nuestra formación por un adoctrinamiento antiperonista muy fuerte que me hacía entrar en contradicciones importantes, yo respetaba mucho las enseñanzas de mi padre que era peronista. Después del bombardeo en Plaza de Mayo aparecieron tres personas que se quedaron a vivir en el seminario, nadie explicaba quiénes eran. Cuando fue el alzamiento definitivo en septiembre, vimos el auto del cura Ecónomo pintado con cruces rojas de ambulancia, en el que sacaron a los tres tipos que iban a sumarse al alzamiento de Córdoba. Después hubo festejo por el triunfo de la Libertadora y aparecieron los tres personajes misteriosos con uniforme de guerra y fusil al hombro, eran militares... En esos días se nos autorizó a no usar sotana en público, por el repudio a los curas que se expresaba en las calles”, recuerda.

Elvio estudió Filosofía y Teología en Argentina y Chile, fue párroco en dos ciudades de Córdoba; en 1967 lo dejaron sin parroquia por hablar a los fieles sobre aborto y planificación familiar, y abandonó la institución. En el ‘69 la policía allanó su casa y pasó a la clandestinidad, en el ‘73 trabajó en el gobierno de Obregón Cano y en el `76 debió exiliarse.

“Hay cosas que vas conociendo en el andar, patologías que la Iglesia calló y sigue callando como la de los torturadores... Yo denuncié ante el obispo Ramón Castellano que un fulano no podía ser ordenado porque era abusador de menores. Sin embargo, lo ordenaron; ese cura, Vitalino Trecco, fue párroco de mi pueblo y no sólo abusó de un menor, sino que lo mató. Una jueza, a pesar de todo lo que hizo la Iglesia por silenciar el caso, lo condenó y terminó en la cárcel”, finaliza Elvio.



Fuentes:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6959-2011-12-30.html

https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6959-2011-12-23.html





LIBRO CINCO CURAS CONFESIONES SILENCIADAS.







miércoles, 25 de mayo de 2022

Gustavo Coronel: Necesitamos fabricar ciudadanos en Venezuela
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agosto 23, 2020


Fabricar ciudadanos


Rodolfo Izaguirre



La madre se ilusiona al ver a la hija de cuatro años con tutú y zapatillas. Da por sentado que al crecer continuará abrazada a Terpsícore, pero no entiende que tendrá que esperar a que la niña crezca, se desarrolle y evidencie condiciones físicas y disposición de oído y sensibilidad artística y musical. Tendrá que esperar a que el tiempo haga posible que su ilusión se convierta en auténtico alborozo porque puede ocurrir lo contrario: que al crecer en lugar de líneas esbeltas y armoniosas, como exige el ballet, la niña muestre excesivas protuberancias y un cuerpo macizo o descolorido.


De igual manera tendremos que esperar el paso del tiempo para saber si el niño será médíco, abogado, poeta, mecánico latonero, carpintero o afinador de piano. La educación, la formación universitaria requieren tiempo; piden serenidad para ordenar los movimientos que se suceden a medida que avanzamos en la edad y el conocimiento. 


Cuando nací hace noventa años en una Caracas decididamente provinciana se decía de ella que contaba con doscientas mil almas. Una manera de alta nobleza para señalar la beatitud de espíritu de sus gentes. Hoy puede contar con cinco millones de habitantes, muchos de ellos convertidos en usuarios y muy pocos en ciudadanos equipados de conciencia civil, conocedores de los deberes y derechos señalados y otorgados por una Constitución sin manchas y por leyes sin piquetes al revés.

Gustavo Coronel. Imagen tomada Editorial Dahbar.

Hoy escucho una voz que pide ser escuchada. Es la voz de un venezolano que considero irrepetible llamado Gustavo Coronel. No tengo espacio para hacerlo y dejo que sea Google quien diga cuáles son los méritos de Gustavo Coronel. De entrada, él afirma que “con gente como Maduro, la familia Chávez, El Aissaimi, Padrino López y sus cómplices y colaboracionistas nunca tendremos una Venezuela digna.” Y advierte: “con un gentío silencioso, sin masa crítica ciudadana, seguiremos chapoteando en el atraso. Si no nos vemos en el espejo tal cual somos, nunca podremos salir adelante!”


Bajo el socialismo del siglo 21 el país sufre lo indecible, pero para Gustavo Coronel el problema de fondo está en la mediocridad de la sociedad venezolana y establece que de los 32 millones de venezolanos cinco son buenos ciudadanos activos; 15 son potenciales buenos ciudadanos que viven pasivamente; 10, son gente indiferente que solo se preocupan de su propio bienestar a costa del bienestar colectivo; 2 millones son criminales y delincuentes, desde hampones a ministros, carecen por completo de conciencia ciudadana y solo persiguen la acumulación de poder y de riquezas mal habidas, no importa cómo. Los 20 años de este siglo XXI, dice, han sellado la tragedia y han llevado al país a la ruina.


Gustavo Coronel propone un Plan que debería considerarse como política de estado. ¡Lo encuentro magistral! Se extendería a lo largo de dos generaciones: el Plan no es otro que ¡fabricar ciudadanos! “Después de 45 años de casi continua declinación y deterioro se requiere un cambio actitudinal profundo que solo puede ser efectuado por un país de ciudadanos. El cambio que necesita el país no es el cambio que se dio en 1999, ése de una democracia ineficiente y mediocre a una dictadura cruel y corrupta. No necesitamos cambiar para empeorar. La única manera de mejorar es mejorando la materia prima ciudadana y ello debe ser el producto de una labor perseverante que tomará dos generaciones. Convertir al país en una fábrica de ciudadanos. No hay atajos, no hay caminos verdes populistas y mágicos. Este es el único camino que nos llevará a la meta deseada. Y llevarlo a cabo es perfectamente posible si existe la convicción de que es indispensable y se acomete como parte de una política de estado que trascienda los quinquenios políticos.


Si nuestro liderazgo no lo entiende así y persiste en ignorar esta verdad tan elemental, el país siempre quedará al nivel de los más atrasados del planeta”. 


Se trata de una utopía necesaria y realizable que adoptaría eficaces técnicas educativas; sería permanente en el tiempo y de caracter obligatorio; se evaluaría con regularidad y contaría con ayuda internacional.


Gustavo Coronel se pregunta: si la necesidad de fabricar buenos ciudadanos activos es evidente, por qué no se ha llevado a cabo este Plan? Y él mismo responde: “porque la medición de sus efectos tomaría mucho tiempo, más allá de lo que el liderazgo político generalmente considera deseable para sus fines. En efecto, la medida de tiempo usual para un proyecto político es de seis años, es decir,  la duración de un ciclo de gobierno. De allí que cada nuevo gobernante traiga consigo su visión particular, casi siempre con abandono de toda la precedente”. 


“En Venezuela los presidentes del siglo XX estructuraron programas denominados como La Gran Venezuela, El Gran Viraje, El Pacto Social y La Reestructuración del Estado, El Cambio Va, cada uno de ellos orientado a darle un vuelco a la situación del país en el breve término de un mandato de seis años”. 


“Fabricar ciudadanos es una tarea que tomará entre una y dos generaciones para que el país sienta su pleno impacto en la conducta y actitud ciudadana de sus pobladores. Para que el liderazgo político asuma el compromiso de iniciar y mantener en el tiempo un proyecto de esta naturaleza deberá ejercer su poder político con grandeza y visión de largo plazo”.  


Me enorgullece, digo yo, apoyar un Plan como éste de educación civil capaz de fabricar ciudadanos y estoy dispuesto a prolongar cincuenta años mas mi nonagenaria edad sólo para verlo florecer y dar los frutos que anhelamos.



Tomado de El Nacional.



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Rodolfo Izaguirre. Fotografía de Gaby Oraa. Imagen tomada de Prodavinci.


Rodolfo Izaguirre: Ensayista y crítico cinematográfico venezolano.

 
El Mundo Según Rodolfo Izaguirre. 232 visualizaciones




martes, 24 de mayo de 2022

Félix de Azúa: No hay mayor placer que saludar a un joven maestro y decirle "¡Salve! Ahora nos toca aprender de ti".






La novela europea o un baile de disfraces. 

Cada país produce su propia atmósfera literaria. Es impensable, aunque las haya, una novela de Italia ahogada por la lluvia y cubierta de espesa tiniebla; sería una grosería. En las novelas italianas ha de sonar un fondo de mandolina, tienen que corretear adolescentes semidesnudos por la playa y el relato ha de culminar con la deshonra de alguna mujer madura que ha cuidado en exceso su virginidad. La Italia gélida, tenebrosa, batida por el maléfico Boreas queda circunscrita a la escuela socialista milanesa y algún desusado triestino.

La agotadora variedad sociogeográfica de Francia, capaz de acoger la penuria bretona, la holgazanería provenzal y la pomposa futilidad parisina, no impone un decorado, pero sí un refinamiento formal inevitable. La novela a la francesa ha de tener un componente estilístico de alto copete, ha de mostrar con toda probidad que el autor es muy inteligente, o por lo menos ingenioso, ya que no hay modo de traducir la palabra esprit. Otra condición sin la cual no puede reclamar respeto es que haya leído a Barthes.

Los ingleses, por el contrario, detestan mostrarse en lo que escriben y seguramente por eso las autobiografías inglesas son las más impúdicas. Tantos años ocultándose tras una prosa sobria, elegante, escéptica, distanciada, llega un momento que provoca un desmelene glorioso. Lo que más teme un escritor inglés es que le confundan con un intelectual francés, raza por la que siente mayor aversión, si cabe, que contra los gritones turistas sureños. En una novela a la inglesa hemos de ir descubriendo muy poco a poco que el personaje que parecía imbécil es, en realidad, el único inteligente, aunque el final del relato nos devolverá a nuestra primitiva consideración.

Hay sin duda una novela rusa con personajes que lloran desolados mientras sus madres tratan de cubrirlos con un mísero gabán de la II Guerra Mundial para que no mueran congelados en medio de la nieve rodeados de botellas de vodka vacías, pero es un género en desuso que va siendo sustituido por la novela de agentes secretos al servicio de cinco países (Estados Unidos, China, Italia, Rusia y Panamá), la de mafiosos georgianos que son, en realidad, los dueños de San Pedro del Vaticano, o la de humoristas aldeanos a quienes Dios se les aparece bajo el aspecto de un reno con chistera. Esto ha hecho casi indistinguibles la novela rusa y la norteamericana, por lo que las dejamos de lado.

La más entera, sin embargo, la más sólida, como no podía ser menos dada su escasa aportación al género, es la novela alemana. En ella hace un frío que congela las arterias y la bruma impide ver más allá de dos metros, pero no hay que decirlo. El protagonista vive rodeado de vecinos que parecen gente amable y aburrida, pero a lo largo del relato iremos constatando que uno está reconstruyendo la Baader-Meinhoff, otro llevó el negocio de jabones de Auschwitz y una cuarta ha escrito una tesis doctoral sobre los fundamentos matemáticos de la torta Sacher.

Los modelos europeos se han ido mineralizando en los dos últimos siglos con la humildad del carbono y en estos momentos no hay un solo inglés que escriba novelas inglesas (escribe novelas italianas, como las de Martin Amis), ningún ruso que no esté escribiendo novelas inglesas, los suecos escriben como suizos, etcétera. Todos menos los franceses, los cuales siguen escribiendo novelas francesas.

¿Y los españoles?, se habrá preguntado más de uno. En la novela española mineralizada ha de aparecer un comisario que entra en su hogar gritando: "¡Soy un cerdo franquista y ahora mismo voy a someter a mi mujer a violencia de género!". O bien un maestro de pueblo que habla con un niñito adorable y le dice: "Como soy un maestro republicano voy a mostrarte las virtudes de la democracia y el humanismo mediante el bello ejemplo de las mariposas". Este modelo tiene variantes, el comisario puede ser un empresario neocon del PP que por las noches se disfraza de obispo afro, o bien el maestro es un transexual gaditano que salva a un niñito adorable de la lujuria del párroco. El modelo, es bien sabido, se encuentra en estado catatónico.

Debe remarcarse, sin embargo, que justamente por tener una historia de la novela tan machacona, los escritores españoles se han ido especializando en novela extranjera y en la actualidad producen cada vez mejores ejemplos de literatura foránea, hasta el punto de que se da el efecto contrario y ahora son los escritores ingleses quienes imitan perfectas novelas inglesas escritas por españoles.

Como solo voy a mencionar amigos íntimos me permito poner algunos ejemplos con la certeza de que no van a apreciar el menor asomo de ironía en mis palabras, sino tan solo reconocimiento y afecto. Así, por comenzar con la novela francesa, ¿acaso algún francés puede mejorar las de Vila Matas o las de Molina Foix? Lo mismo debo decir de Javier Marías y Eduardo Mendoza, cuyas novelas vienen siendo copiadas por los ingleses para desesperación de Paco Umbral, que lo ve todo desde el Cielo e intercambia pareceres con Pérez Galdós. "¡Cómo nos luce el pelo, don Francisco! ¡Aquella prosa suya tan rica en matices y en timbres sonóricos!", dice Galdós. "Pues ya lo ve, don Benito, de esto no sale una Fortunata, ni por decir una Jacinta!", responde Umbral deslizando el pulgar por sobre el grueso volumen de Tu rostro mañana.

La novela italiana debemos reconocer que es ahora un producto que se trabaja exclusivamente en las islas Baleares, con la excepción de la novela triestina tan bien defendida por José Ángel González Sainz, el cual no en vano se ha ido a vivir a aquel apartado puerto del Adriático a jugar a las tabas en un polvoriento café con Claudio Magris, quien no solo le plagia sino que le hace pagar las consumiciones.

Patricio Pron. Imagen tomada de Diario Vivo

Bien, podría seguir, pero todo lo anterior es un engaño. Un Mac Guffin. Una distracción artera destinada a retener la atención del lector con trucos baratos, para llegar a la parte seria del artículo que es un peán del que para mí es ahora el más destacado de los novelistas jóvenes, pero yo me acabo de enterar. Hablo de Patricio Pron, cuyo El comienzo de la primavera es una obra maestra. He utilizado un torpe artificio para ensalzar esta densa y perfecta novela porque no quería mancillar su lectura y creo que lo más resumido sería decir que se trata de una novela alemana en su sentido más noble. Lo cual, en la tradición española, es un hápax.

Si ahora añado que Pron está a la altura del mejor Sebald, del primer Hanke, que se tutea con Bernhard o que ha superado a la Jelinek, no me van a creer, de ahí el tono bufo del artículo, mera cobardía. Y, sin embargo, es cierto. Tan cierto que me ha parecido de justicia afirmarlo en público a la manera del sacamuelas que junta a la clientela para vender jarabe. Un excelente jarabe porque la historia que cuenta Pron es sobrecogedora y forma un tejido muy bien trabado en el que un indagador persigue por media Alemania la huidiza figura de un filósofo discípulo de Heidegger, hasta que la persecución del hombre se convierte en una persecución del concepto y nos deslizamos de la emoción a la reflexión sobre esa frágil sustancia que nos permite creer que somos algo y que los demás pueden llegar a conocerlo. Al final, sin embargo, solo somos una vieja fotografía de la que nadie guarda memoria.

No hay mayor placer que saludar a un joven maestro y decirle "¡Salve! Ahora nos toca aprender de ti". El segundo mayor placer es aprender de los jóvenes 

(El País, 27/05/2010).-





Nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".


Tomado de El País


lunes, 23 de mayo de 2022

Orlando Chirinos a Rafael Simón Hurtado: Escribo para ser querido.

 

Orlando ChirinosFoto de José Antonio Rosales.


Orlando Chirinos: Escribo para ser querido. Una entrevista de Rafael Simón Hurtado 


Orlando Chirinos: Mi tiempo literario está inscrito en mi tiempo vital



11/01/2010



A Orlando Chirinos no le gusta el bronce de los homenajes. Cargar con el peso del metal, aunque sea metafóricamente, le abruma. “Tengo miedo a los homenajes. Si acepté éste, ofrecido por el Departamento de Literatura de la Universidad de Carabobo, no fue por vanidad. Estoy muy lejos de eso. Lo recibo para corresponder al afecto con el que me ha sido ofrecido”.


Orlando Chirinos nació en 1944, en el estado Zulia, pero su niñez y adolescencia transcurrieron en el estado Falcón. Fundamentalmente en la sierra de Curimagua y en la ciudad de Punto Fijo, en la península de Paraguaná. A Valencia llegó hace treinta años.


Conocer los datos geográficos de su nacimiento es necesario, pues nos permite comprender la materia de la que está hecho el metal de sus palabras. Chirinos ha grabado en cada uno de sus libros “una atmósfera espiritual y anímica a través del lenguaje, del carácter de sus personajes, de la descripción de los ambientes y de la fuerza narrativa con la que emprende, incluso, el ejercicio lúdico y experimental”. Última luna en la piel, 1979; Oculta memoria del Ángel, 1985; En virtud de los favores recibidos, 1987 y 2000; Adiós gente del sur, 1991; Mercurio y otros metales, 1997 y Parte de guerra 1998, son algunos de sus trabajos. Libros con los que ha alcanzado el derecho a ser reconocido como un autor importante. De “peligrosa calidad”, al decir del escritor Luis Barrera Linares.


Aunque “no se escribe para ser reconocido, afirma; ni siquiera para ser conocido, si no para ser querido. Lo que me complace de la literatura es conseguirme con alguien que haya sido capaz de conmoverse por algo que uno ha escrito. Que haya sido capaz de ser tocado por una línea puesta en uno de mis libros. Me reconozco en ese lector que me hace sentir que lo que he escrito no ha sido en vano”.


Su viaje literario lo emprendió aquí en Valencia hace treinta años, con un paisaje prefigurado de lo que quería encontrar. En este sentido el viaje fue para él una metáfora del deseo. Un deseo construido desde la carencia o desde la necesidad del afecto. El viaje tuvo de este modo sentido: viajando se pudo reencontrar con lo que no conocía de sí mismo. Y entre los efectos producidos se topó con el romper, el trizar de la rutina, para dar espacio a la exploración. A una gramática del azar, de lo no totalmente previsible.



-“Cuando realizo un viaje pienso en los avatares que me va a deparar ese viaje. La gente que voy a conocer, en qué circunstancia lo voy a realizar, cómo va a concluir el viaje, los sinsabores o las cosas gratas que me pueda deparar, pero dejando muchas cosas en manos del azar. De la misma manera la literatura también es un viaje hacia alguna parte. Es un gran descubrimiento. Pero un cuento, una novela, un poema reclaman su propio derrotero, su propia vida para hacer ese viaje.



Más allá está el misterio de la existencia, el misterio del texto, de la escritura, y el escritor actuando como un intermediario. Por eso desconfío de los escritores y de los poetas que se erigen como seres especiales. Yo trato de vivir desde otra perspectiva. Primero soy un ser humano con alguna capacidad para transferir lo que sucede o lo que imagino”.


Y aunque la literatura es lo más serio que hay en su vida -la ha perseguido siempre, leyendo o escribiendo-, no se cree el cuento de ser escritor, a pesar de que la profesora de literatura Esther Fernández, a quien recuerda con gratitud, se lo afirmara. No se lo cree ni siquiera por algunos mensajes que ha estado recibiendo desde hace algún tiempo: Premio I Bienal de Literatura Alfredo Armas Alfonzo (1982), Premio del Concurso de Cuentos del diario El Nacional (1983), Premio Municipal de Literatura (1984) y Mención en el Concurso de Cuentos Premio Juan Rulfo (1987).



-“No me lo creo, dice. Me resisto, tal vez porque alguna gente maneja un estereotipo con el que no concuerdo: el escritor, como ese ser de vida exquisita que, encerrado en una torre, otea la vida de los demás desde lejos. Por el contrario yo creo que un escritor se debe a la vida. El escritor es un intermediario entre el libro, el texto y los lectores, que debe estar asistido de una sensibilidad especial -eso sí-, para captar la atmósfera de su época, y con la formación suficiente que le permita transformar en literatura lo que se vive en esa atmósfera”.


En los tiempos que corren los escritores ya no entretienen reyes, antes bien, muchas veces son menospreciados por los dirigentes políticos. Porque son tiempos de radicalización en los que el escritor se convierte en un vehículo de Dios, que se pone en sus manos y debe convertir a sus personajes en servidores de la causa de su tiempo.



-“Este es un tiempo propicio para que el escritor venezolano se impregne de su entorno y lo interprete. Pero lo que ocurre es que estamos muy adentro para hacer un análisis ponderado. Hay nombres en nuestra literatura que están produciendo cosas muy buenas: José Luis Palacios, Slavko Zupcic, Juan Carlos Méndez Guédez, Juan Carlos Chirinos, sólo por mencionar algunos. Quienes ya han comenzado a trazar los rasgos que caracterizan un movimiento”.



-“Son los rasgos que predominan en nuestra novísima literatura. Por ejemplo, la presencia de la ciudad. Con algunas añoranzas, todavía, por una forma de vida que hoy está en desventaja. Me refiero a esa ciudad-aldea que Eugenio Montejo nombra en sus textos. Esas ciudades habitables, humanizadas que se han ido borrando de la realidad, pero no de nuestra memoria, porque quedan impresas, precisamente, en la literatura. Otro rasgo característico es la violencia. Con una mirada precisa y audaz, los autores indagan en las nuevas formas del sometimiento de los habitantes de la ciudad, sus miedos, sus estados de ánimo”.


Hoy, al parecer de manera paulatina, se vuelven a llenar los huecos que el goce de la literatura reclama sean llenados, no sólo para satisfacer afanes academicistas, sino para tener una visión total y completa de la realidad, a través del texto narrativo. No existe, sin embargo, una voz que represente a una corriente entera, cada voz es personal y puede recibir influencias de distintas corrientes según el momento. Las influencias, en todo caso, siempre deseables y enriquecedoras, dice Orlando Chirinos, no deberán colocarse por encima de la voz del escritor.



-“Los venezolanos siempre hemos estado enceguecidos por la literatura foránea, yendo detrás de modelos, de formas expresivas, extrañas a nosotros. Esto no es un fenómeno nuevo. La gente del movimiento literario Contrapunto, de la década de 1920, reconoció cómo había sido influida por la literatura norteamericana y alguna literatura europea. Pero no es que las influencias sean un hecho negativo. No, por el contrario. Lo que ocurre es que no hemos sabido asimilar esas influencias, nos hemos dejado arrastrar por las influencias de forma avasalladora. Una cosa es reconocer influencias en nuestra escritura y otra muy distinta es dejarse invadir totalmente por ellas. Esta situación ha llevado a algunos de nuestros editores y críticos a desconfiar de la literatura producida en el país. Temen, no se arriesgan con nosotros. Como sí lo hacen otros países latinoamericanos como México, Argentina y Colombia, que sí respaldan y apuestan por sus escritores”.


Apuesta que se traslada a todas las formas posibles de aupar la literatura, de manera que quien se inicia, también tenga un espacio para crear y dar a conocer sus obras. Orlando Chirinos cree que la riqueza de la literatura está no sólo en el trabajo de los autores consagrados, sino también en la creación anónima de aquellos que intentan cada día encontrar un espacio para manifestarse.



-“Venimos de un concurso de literatura en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo, en narrativa y en poesía. Yo estuve dentro del comité organizador, encargándome de todo lo relacionado con la publicidad, la conformación de los jurados, la revisión y clasificación de los textos. Con algunos inconvenientes que produjeron el retardo de la recepción, la discusión y la notificación pública del veredicto. Pero eso sí, con un dictamen dado con total transparencia, en el que resultaron ganadores Rafael Victorino Muñoz, en narrativa, y Dayana Alastre, en poesía. Pero nada es perfecto. Después de todo el trabajo, realizado con amor y entusiasmo, el decanato de la Facultad de Educación, que es la institución que otorga el premio, no dispone de los recursos para entregar el premio, según se me ha dicho, porque no hay dinero, lo que a mí me parece una falta de consideración y respeto para los creadores y para quienes hicimos el trabajo de organización con mucha fe. Después de esto a uno le queda el sentimiento de que la literatura es adorno. Pareciera que no hay forma de hacer entender que la literatura es un oficio respetable. La literatura no es ocio, ni vagancia”.


En el inciso que le toque o en el espacio que le corresponda, ese forcejeo empieza para Orlando Chirinos en los detalles de su vida diaria: lo perdido, darlo por perdido para el país, el amor o la literatura, pero por lo menos devolverlo con las sombras de una derrota todavía calificable; con un gran cascabel para oír y reconocer el recuento degradado. La vuelta al espejo, pero medidos con la vara de una sensibilidad crítica que reconstruya la farsa o la verdad a modo de retrato.



-“Mi tiempo literario está inscrito dentro de mi tiempo vital. A Mario Vargas Llosa, de quien discrepo ideológicamente pero a quien reconozco como un gran escritor, le oí decir en alguna ocasión que a él la literatura le organizaba la vida. Yo digo que a mi me ocurre todo lo contrario: a mi la vida me organiza la literatura. En muchas ocasiones yo he decidido diferir planes de escritura de cuentos, de poemas, de novelas, en función de las cosas que vivo en ese momento.



Cuando yo estudiaba en la UCV, regresaba muy tarde en la noche a Valencia, en el último autobús. En ese recorrido yo leía mucho, de ida y de venida. Pero un día me di cuenta de que me estaba perdiendo lo que ocurría a mi alrededor. Comprendí que el texto, por leer o por escribir, podía esperar por mí; siempre iba a estar ahí, a mi alcance, pero la vida no. Entonces preferí estar más atento de lo que ocurría en la vida”.



-“He decidido, entonces, estar atento de las cosas apremiantes de la vida. De realizar las que, por alguna circunstancia he pospuesto, como aprender a nadar, por ejemplo. Nado, metafóricamente, pero en las aguas de la literatura; en las de verdad, no. Me gustaría también viajar: a Grecia, a Bolivia, a Argentina, a México, a España. Me gustaría aprender un idioma. Vuelvo sobre algunos libros y sobre algunos autores como el escritor noruego Knut Hamsun, en quien siento una energía primitiva con la que me reconozco. En uno de sus libros dice: “El ser humano también busca el cementerio mientras vive para descansar, es la isla en el mar del sur, pero no hay ningún sitio en donde la vida luche y venza como aquí. Aquí se encuentran los árboles más grandes y los gusanos más llenos de vida”.



-"La literatura, dice, es eso: un universo que pretende erigirse para competir con el universo de la realidad, un deseo de prolongarse, pero no por un deseo de fama, sino por el deseo que tiene el hombre de ir más allá de la realidad, de sobrevivir”.



Tomado de Biblióntecario

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Rafael Simón Hurtado. " Al fondo la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá en MaracaiboEstado Zulia


Rafael Simón Hurtado

Escritor y periodista venezolano. Licenciado en comunicación social egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Maracaibo, Zulia). Ha obtenido el Premio Municipal de Literatura Ciudad de Valencia (años 1990 y 1992), el Premio Nacional de Periodismo Científico (2008),  el Premio de Periodismo “Jesús Moreno” (Universidad de Carabobo, 2009) y el Premio Nacional de Literatura “Rafael María Baralt" (2016). Ha publicado el libro de cuentos Todo el tiempo en la memoria y las crónicas literarias “Leyendas a pie de imagen, croquis para una ciudad”. Fue editor-director de la revista cultural Laberinto de Papel y de las publicaciones de divulgación científica Saberes Compartidos y A Ciencia Cierta, todas de la Universidad de Carabobo. 



Ficha tomada de Letralia.


 

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Conversación con el escritor venezolano Orlando Chirinos.

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INVITACIÓN A LA CHARLA SOBRE ORLANDO CHIRINOS


Entrevista a Rafael Simón Hurtado, Premio Nacional de Literatura “Rafael María Baralt”


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02/11/24
Actualizada el 29/10/2023