Estimados Liponautas
Hoy tenemos el agrado de compartir es artículo inédito en la red del escrito Rafael Victorino Muñoz. Este texto fue publicado en el número 2 correspondiente al mes de noviembre de 2009 en el efímero “periódico” Estación Sur. Un nombre sumamente curioso porque todos los integrantes de la plantilla vivían al norte de la ciudad de Valencia.
El editor de esta publicación era Carlos Rey. El comité de redacción estaba conformado por Jesús Puerta, Francisco Ardiles, Gustavo Fernández Colon (+), María Narea, Pedro Téllez, Laura Antillano, Rafael Victorino Muñoz y Orlando Zabaleta (+). El concepto gráfico y diseño estuvo a cargo de Orlando Zabaleta.
El correo de esta publicación era estaciónsur1@gmail.com .
La avalancha de textos publicados por el estado en el 2009 no pudo evitar que en años recientes el 33.33% del comité de redacción de Estación Sur emigrara, y se sumara a los 6 millones de venezolanos que huyeron del país debido a las terribles condiciones de escasez a las fuimos y somos sometidos. Jugando un poco con las palabras el Estado venezolano provocó una avalancha de migrantas y migrantes venezolanos: Un Plan revolucionario de Migración…
Esperamos que el texto sea del agrado de los lectores y lectoras de espacio virtual…
*******
La revolución de los libros
Noviembre 2009
Rafael Victorino Muñoz
Módulos de promoción de la lectura y la escritura (2007). Varios autores
Fundación editorial El Perro y La Rana. Biblioteca Popular para los Consejos comunales. Serie Manuales.
Sea cual sea la definición que se le dé, no hay dudas de que la lectura ha pasado a tener cada vez una importancia mayor, desde el punto de vista personal y colectivo. Para el individuo, esto no sólo se refiere al hecho de que la escritura o la lectura constituyen garantías del éxito profesional o académico, sino que las mismas permiten dar respuestas a otras necesidades, más íntimas y más profundas. Gracias a la lectura entramos en contactocon las ideas, el saber y la cultura producidos por la humanidad a lo largo de su historia., así como también conoceos la vida de otros hombres y mujeres, lo que a su vez proporciona al lector información valiosa para conocerse a si mismo.
Para los colectivos, el acceso a la lectura va a la par del acceso a sus derechos, del acceso a los bienes culturales, del ejercicio pleno de la vida en democracia. Leer es , pues, un derecho que debemos ejercer para poder ejercer otros derechos: la lectura y la escritura son medios idóneos para la participación y el ejercicio de los derechos del ciudadano. También nuestra historia (y con ella parte de nuestra identidad) está en los textos, así como nuestras leyes, normas, reglamentos, documentos legales, todo es texto escrito.
De igual modo, la participación del ciudadano no se logra sino cuando éste se expresa, cuando habla, se manifiesta. Cuando acude a los medios para informarse, pero también ve en los medios la posibilidad de expresar sus ideas, inquietudes, necesidades, suyas, de sus hijos y de su comunidad. No podemos limitar la lucha por nuestros derechos a una expresión oral, por lo que ésta tiene de efímero en el tiempo y limitado alcance geográfico. Es entonces necesaria la lectura.
Tomando en consideración lo trascendental de estos procesos (lectura y escritura) en la vida de las naciones, para el Estado y sus entes, así como para organizaciones como UNESCO, entre otras, se ha hecho imperativo emanar políticas con respecto a la lectura y la escritura. En el caso específico de nuestro país, el interés del Estado lo atestiguan diversos decretos, normativas y políticas al respecto, tales como el plan nacional de la lectura 2002-2012 Todos por la lectura, y más recientemente el Plan Revolucionario de Lectura.
Paralelamente a este interés estatal o gubernamental por la lectura, los investigadores, estudiosos y teóricos, han volcado su atención hacia esta materia. Son innumerables los libros publicados, las tesis, los artículos y ensayos aparecidos en revistas y en periódicos. Algunos llaman a gritos la necesidad de sumarse a la causa de la lectura, otros ensayan sus opiniones al respecto o analizan algún aspecto de las diversas situaciones del proceso de lectura: la calidadde los textos o los métodos, cómo ha sido el papel del Estado, de la escuela, de los docentes, de los padres. En buena medida se ha considerado también necesario brindar orientaciones a quienes deseen acercarse al texto o a quienes deseen coadyuvar a otros en su proceso.
Consustanciado con este interés, el presente volumen titulado Módulos de promoción de la lectura y la escritura, publicado por la fundación Editorial El Perro y La Rana para la Biblioteca Popular para los Consejos Comunales, reúne trabajos de varios autores sobre el tema; a saber: Manual de Poesía para uso de talleristas, con introducción, selección y notas de Juan Calzadilla; Módulo para talleres de expresividad literaria y poética, y Módulo para talleres de promoción de lecturade Juan Calzadilla Arreaza; y Degustando la lectura del colombiano Luis Darío Bernal Pinilla.En estos textos se aborda la lectura y la escritura, más exactamente, la promoción de la lectura y la escritura desde diferentes ópticas (cito la nota de la contraportada): “la creación de poesíacon la utilización de elementos en aparente dispersión (…), la preparación de facilitadores en el desarrollo de la escritura (…), información introductoria a la literatura (…), otras(s) forma(s) de captar y disfrutar el acto de la lectura”.
Es oportuno recordar que
la promoción de la lectura y la escritura, tanto dentro como fuera de un aula
de clases, no tienen como fin la evaluación de la comprensión ni nada por el
estilo, ya que esto es quizás lo que más ha contribuido con el alejamiento
entre las personas y los libros. A lo sumo, lo que se busca es que haya una
interacción con los textos en todo el sentido de la palabra, una interacción
tan natural como la que tenemos con las películas, la música, el deporte o con
cualquier otra persona.
Volviendo a la idea del
inicio, si bien el ejercicio de la ciudadanía también supone independencia,
dentro de los límites establecidos por las leyes, un individuo que se encuentra
limitado en su conocimiento de la lengua escrita, que depende de otros para producir y comprender un texto, es un ser vulnerable,
un ser que no puede ejercer sus derechos porque no los entiende, que no puede
reclamar sus derechos porque no los conoce y no sabe si otros se los arrebatan.
¿Cómo se logra esto?
¿Cómo se logra una independencia en la lectura y la escritura para ejercer la
ciudadanía? La lectura y la escritura constituyen un tipo de aprendizaje que se
alimenta a sí mismo: se aprende a leer en la medida que se lee, más y más, en
términos cualitativos y cuantitativos, se aprende a escribir en la medida que
uno escribe, porque lo hace de verdad, para decir lo que piensa, lo que cree,
lo que le gustaría compartir con otro. Porque la escritura es una forma de
comunicación.
Sin embargo, esto no
significa que la persona recorra este camino sola. Antes bien, existe la
posibilidad de que otro -un mediador- le ayude a descubrir posibilidades nuevas
ante el texto y con su expresión, y así descubrirse a sí mismo. Este mediador
tiene que ser una persona formada tanto en las nuevas concepciones de lectura y
escritura como un revolucionario cabal a carta cabal.
Y dado que en los
actuales momentos el Estado adelanta una fuerte política editorial, en relación
con la publicación masiva de textos de interés colectivo así como con la
promoción de los autores y autoras de la literatura venezolana, se hace
indispensable la formación de los lectores, ya que ante esta avalancha de
textos publicados por el Estado, a veces el lector común, esa persona que por
una u otra razón antes no tuvo el acceso a los libros, necesita una orientación
acerca de qué leer, como leer, para qué leer. En tal sentido, el presente
volumen viene a darnos algunas respuestas y herramientas para facilitar dicho
proceso de formación de promotores y promotoras de lectura y escritura.
“Leer, leer, leer y
leer, consigna de todos los días.”
Hugo Chávez Frías,
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.