Yuri Valecillo. Foto coloreada. |
MURMULLO DE PALOMA
COTEJO DE TRADUCCIÓN
YURI VALECILLO: BLANDIR LA REALIDAD COTIDIANA
BY ZINDY RODRIGUEZ NOVIEMBRE 8,
En los melancólicos años noventa, algunos darketos nos reuníamos en espacios periféricos y clandestinos. El asombro nunca nos quedó a deber. Recuerdo, por ejemplo, la presencia de un notable caballero nacido en Venezuela, recién desempacado de la Europa de los muros derribados y su sorprendente capacidad para dominar las cámaras fotográficas y el filo de las navajas. Nos lo presentó Luis Martignon, claro, ese infante terrible se divirtió de lo lindo con la cara que pusimos cuando, para finalizar de forma contundente un debate sobre alguna terquedad intelectual posmoderna, Yuri Valecillo sacó un cuchillo tipo Rambo y lo lanzó con pericia y rapidez clavándolo justo en el centro de la mesa de discusión. Estábamos en casa de uno de los mayores expropiadores de libros de lujo de la ciudad, y no recuerdo cómo fue que ese espeso silencio se rompió, pero fue memorable. Yuri Valecillo, evidentemente, ha decidido estar en sentido contrario, provocar, ser exigente ante los argumentos e inteligencia en sus interlocutores. ¿Cuánto tiempo pasó después? No tiene caso saberlo. Qué mágica situación es poder ser jóvenes otra vez, para hablar de fotografía, política, Brasil y algunas claves secretas para comprender el mundo. Gracias, Yuri. Es edificante negarse a Macondo y elegir ser divertidos celestiales celestinos. La sorpresa sigue siendo la ruta.
Cartier-Bresson .Imagen tomada de Fotogasteiz. |
Z: Henri Cartier-Bresson considera la existencia de un instante decisivo para capturar la realidad, ¿cómo ha cambiado la forma de mirar en tu propuesta fotográfica actual?
YV: Hablar de Henri Cartier-Bresson es hablar de todo el siglo XX, porque vivió casi cien años, o sea, cubrió todo un siglo. Desde la Guerra Civil Española, su radicalización con el movimiento comunista y su participación con los surrealistas, HCB pasa por todo el siglo XX y lo recorre con bastante fortaleza y mucha más inteligencia; de ahí que lo veamos no solamente como el fotógrafo, sino también como el sujeto que nutre teóricamente al reportaje gráfico. Además de que se ocupa del reportaje gráfico, lo hace con un contenido profundamente social y, como posee una perspectiva del mundo profundamente social, hace una fotografía politizada. Si la fotografía es politizada, esa imagen, bueno, el término es muy manido, “vale más que mil palabras”, la fotografía se torna palabra e imagen. Es muy difícil no inspirarse en él o, por lo menos, no tenerlo como mascarón de proa en nuestra propuesta como fotógrafos que hacemos reportaje.
Z: ¿Cuáles son los temas que atraen tu atención y la de tu lente en los contextos contemporáneos?
YV: En mi caso, la fotografía es la vida cotidiana. He tomado como sujeto a las grandes ciudades del mundo urbano. Me gusta la figura humana, me gusta explotar el detalle, me gusta el entorno y el contorno de la figura humana; me gusta verla como parte fundamental de la imagen que realizo. No hago paisaje, no hago paisajismo, no hago fotografía de arquitectura… Hago fotografía donde la figura humana es el centro de la imagen. Lo fundamental, en todo caso, es que me gusta hacerla y realizarla con atención y cuidado. Me gusta el movimiento social, los hombres y las mujeres, los seres humanos que luchan por causas que parecen generalmente perdidas, aunque Borges dice en algún cuento, creo que es en La forma de la espada, que los caballeros solamente luchamos por causas perdidas, seguramente, hoy diríamos, los seres humanos luchamos por causas perdidas, porque son causas que tendrán un reflejo o la consecución de su objetivo dentro de veinte o treinta años. Luchamos más allá de nosotros mismos, y la fotografía está hecha y diseñada para dejar un registro de seres que lucharon en un momento determinado, cuando las causas parecían ser imposibles.
Sebastião Salgado. Foto de Fernando Frazão. |
Z: ¿Salgado o Capa?
YV: Salgado me gusta. Bueno, Salgado fue militante, al igual que Cartier-Bresson y Capa, tuvo una cercanía con el movimiento comunista; pero creo que la diferencia con Robert Capa es que en América Latina estamos casi siempre en la búsqueda de la muerte; hay un matrimonio con la muerte, aunque le temamos mucho. Hay un matrimonio malavenido con la muerte y en Salgado creo que, además, hay un encuentro con la necesidad. Es una apología de la pobreza. Me quedo con Capa.
Robert Capa por Gerda Taro. 1937 |
Z: ¿Navajas o mujeres?
YV: ¿Navajas o mujeres? Bueno, tú sabes que a mí me gusta el uso de la navaja portuguesa, la manera de combatir; también me gusta la navaja brasileña; me gusta el combate. Admiro y respeto la manera de blandir la navaja en el combate callejero, lo observo con paciencia. Me parece un acto fascinante. Hay un libro de Rubém Fonseca, el escritor brasileño, que se llama El gran arte (llevada al cine en 1991 con el título de Exposure) y habla del arte de pelear con navaja, es la historia de un asesino.
Me gusta leerlo y releerlo, y bueno… Mujeres… ¡Caramba! Ese es un tema extenso, muy largo y muy delicado en el siglo XXI. Las navajas… si las porta otro, te pueden hacer daño; si la portas tú, puedes defenderte… De las mujeres no hay posibilidad de defensa.
En mi caso, es la eterna búsqueda del amor y lo apasionado de la vida. Las mujeres representan mucho más de lo que de lo que representaban en el siglo XX; las grandes conquistas del movimiento feminista del siglo XX son inconmensurables y vamos hacia algo mayor; la revolución del siglo XXI, no fue la revolución política en términos convencionales, es la revolución feminista, como revolución social y política que encabeza el movimiento del mundo.
Man Ray |
Z: ¿Qué le dirías a las nuevas generaciones sobre los compromisos de la fotografía de manera personal y política?
YV: La fotografía es un compromiso personal. Se vincula de manera colectiva, pero es un compromiso personal, inclusive, tremendamente solitario; porque lo único que no aparece en la fotografía es el fotógrafo. Es el sujeto que toma la foto, es el único que no tiene la eternización. La fotografía tiene su nombre, pero no hay imagen del fotógrafo realizando su trabajo. De ahí que sea muy interesante reflejar lo que le ocurre sin existir en la imagen dada; cuando se es un fotógrafo que estuvo allí, pero que no aparece la imagen. ¿Qué consejo puede darle uno a alguien? Nada. Cuando se dan consejos es porque ya no se pueden dar malos ejemplos. Yo no soy un buen ejemplo para hablar de los éxitos de un fotógrafo. Yo vengo de la vorágine política del siglo XX, de haber estado en El Salvador, de estar en una Venezuela muy violenta; de haber sido muy cercano al mundo de los colombianos, entonces vengo de ese mundo, de esa vorágine muy difícil que fue el siglo XX, donde todo se va diluyendo muy rápido en este sopor del siglo XXI, donde la tecnología está por encima de la lógica del proletariado, donde los trabajadores de servicios han dado demostración de una existencia poderosísima y donde estamos en otra realidad que nos circunda, atrae, atrapa de manera personal. Sobre los compromisos de la fotografía, pienso que la fotografía no tiene compromiso. Para ser fotógrafo tienes que ser parte de la gran corporación de los que hacen las cámaras fotográficas, porque ese es el instrumento al que te permiten acceder los grandes aparatos tecnológicos; pero el compromiso del fotógrafo es el cotidiano, el mismo de siempre, es el compromiso con uno mismo; porque el compromiso del fotógrafo que hace trabajo social, trabajo de calle, es el registro de las cosas que acontecen, pero también acontecen las cosas aparentemente más simples, pero no lo son; por ejemplo, el caso de Man Ray que hacía una fotografía sin igual. En lo cotidiano está lo extraordinario, los registros que le importan a un poderoso sector de la sociedad. ¿Qué es más importante para un trabajador? ¿La huelga general que está encabezando una serie de hombres y mujeres o el bautizo de su niña o los 15 años de su muchacha o el día que se casó? ¿Qué es más importante? Esa es una interrogante muy interesante.
Yuri Valecillo y Zindy Rodríguez |
Zindy Rodríguez Tamayo (Ciudad de México, 1973). Ha realizado estudios en Antropología social, Letras hispánicas, Filosofía de la ciencia e Historia del arte. Autora de Animal distinto. Ejerce la docencia.
Tomada de Murmullos de Paloma
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