Imagen tomada de El Siglo de Durango. |
Estimados Liponautas
Hoy compartimos con ustedes esta vieja nota sobre las iniciativas en México para promover la lectura. En la Encuesta Nacional de Lectura realizada en el 2012 se determinó que en México sólo existía una biblioteca por cada 15 mil habitantes y una librería por cada 200 mil. El
41% de la población ocupaba su tiempo libre en ver televisión mientras solo un 12% se dedicaba a leer y en el grupo etario de los jóvenes de 12 a 17 años, 30% no les gustaba leer y un 61% no tenía tiempo para leer.
Según la Unesco en el año 2015 los mexicanos leían menos de tres libros por año y solo dedicaban tres horas a esa actividad. México entre 2012 y 2015 ocupó el penúltimo lugar en el consumo de lectura de entre 108 países.
No sabemos cual será la situación de la lectura en México en este 2022.
Disfruten de la entrada.
Atentamente
La Gerencia.
*******
Crece el fomento a la lectura desde la sociedad civil
2012-03-20
Aunque hay importantes apoyos gubernamentales, esta actividad vive
un buen momento a partir de diversas iniciativas personales.
Los problemas de inseguridad y violencia forman parte de su vida
cotidiana, ya sea en pueblos o en grandes ciudades, pero en su interior
existe el interés por ofrecer alternativas a quienes están cerca de
ellos, sobre todo a través de la lectura: son gente que halló en los
libros una manera de entender su entorno y decidieron compartir ese
gusto.
Nacida en Alaska, Elizabeth Olivella llegó a vivir a Oaxaca, a una
comunidad llamada Benito Juárez, donde con mucho entusiasmo propuso a
las autoridades comunales la apertura de una sala de lectura y los
convenció, le dieron un buen lugar y logró el respeto de las
autoridades, para luego convencer a los niños de participar en el
proyecto. Hoy, cuando se ausenta, es una niña quien dirige las sesiones
de lectura en el lugar.
Enrique Aranda Ochoa, un maestro universitario de formación, quien se
encuentra en un centro de readaptación social, construyó un libroclub
para los internos, con lo que poco a poco ha logrado transformar un
entorno bastante difícil gracias a los libros y a la lectura.
Dalina Flores, maestra de la Universidad Autónoma de Nuevo León,
realizó un proyecto de lectura para estudiantes, en el que recordó que
los universitarios son lectores utilitarios, responden al impulso de las
tareas y no tienen adquirida una lectura gozosa, por lo que su trabajo
ha sido fundamental para comprender que son un público desatendido, se
da por hecho que no necesitan un trabajo de fomento a la lectura y sí lo
requieren.
Alfredo Pérez Díaz es un indígena chol que hasta el tercer año de
primaria empezó a deletrear algunas palabras en español, que cuando leyó
su primer libro, La tregua, de Mario Benedetti, apenas
entendió las primeras páginas porque su conocimiento de la lengua
castellana era muy básico, pero fue suficiente para hallar en los libros
una nueva manera de entender la vida.
Se convirtió en maestro, regresó a su comunidad, Nuevo Limar, en
Chiapas, y se propuso despertar el interés por la lectura entre los
niños y adultos de su pueblo. Hoy, el patio de su casa se llena, se
relatan cuentos, se montan sencillos espectáculos y se invita a los
viejos de la comunidad a compartir sus historias.
La historia de la asociación Detrás del espejo comenzó con
un taller literario, en el que se realizaban recitales poéticos, reseñas
críticas y presentaciones de libros, pero tras ocho años de trabajo
decidieron unirse algunos de sus integrantes en una sociedad para
diversificar sus actividades dentro de una ciudad grande, sí, pero con
pocas opciones, como Uruapan, en Michoacán.
Hoy participan en ferias del libro, organizan talleres de creación
literaria, recomiendan libros: incluso, en una ocasión recibieron la
visita de Carlos Monsiváis, dentro de un esfuerzo que apuesta por la
promoción y la difusión de la cultura son alternativas para la
transformación social; ya cuentan con apoyo gubernamental, pero se
fundaron en los intereses de gente de a pie para impulsar el gusto por
los libros.
Afanes personales
Las historias son compartidas por Socorro Venegas, directora adjunta de Fomento a la Lectura y el Libro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), las cuales forman parte de esfuerzos personales de fomento a la lectura, donde “lo que más sorprende es que en cualquier espacio, con la voluntad de los promotores de lectura, se pueden transformar comunidades: son esfuerzos pequeños, no convocan a las masas, pero cambian vidas, entornos y relaciones familiares”.
Las historias son compartidas por Socorro Venegas, directora adjunta de Fomento a la Lectura y el Libro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), las cuales forman parte de esfuerzos personales de fomento a la lectura, donde “lo que más sorprende es que en cualquier espacio, con la voluntad de los promotores de lectura, se pueden transformar comunidades: son esfuerzos pequeños, no convocan a las masas, pero cambian vidas, entornos y relaciones familiares”.
Desde su perspectiva, son apuestas que no tratan de descubrir el hilo
negro, sino de acercarse a experiencias que han demostrado su éxito, a
fin de sistematizar sus estrategias; existe la idea de sacar resultados
de ese análisis para saber qué le dice a los promotores de lectura, bajo
la certeza de que las políticas públicas se construyen con base en lo
que la sociedad civil necesita.
“A fines del año pasado, junto con un equipo de investigadores, se
comenzó a hacer un análisis constructivo de los trabajos que han llegado
al premio, de 2009 a 2011. Se analizó un promedio de 600 trabajos, con
el objetivo de construir un banco de buenas prácticas con los resultados
del análisis: qué hacen y cómo lo hacen.”
Son experiencias que poco a poco se comparten, si bien una de las
tareas más urgentes es poner en red las experiencias de esos promotores
de lectura, para que quienes deseen replicar el fomento a la lectura no
parte de cero.
► Premian los esfuerzos de promoción
Ya se abrió la convocatoria de la cuarta versión del Premio México
Lee, cuyos ganadores, en cinco categorías, recibirán 30 mil pesos, una
colección de libros de las instituciones participantes y una beca para
un curso o posgrado en temas relacionados con educación y cultura
escrita. Más informes en la página www.salasdelectura.conaculta.gob.mx
“La convocatoria es un motor que nos ayudará a encontrar a los
promotores de lectura, nuestro trabajo con el premio no es sólo
reconocer, sino también difundir experiencias que puedan multiplicarse,
que se puedan replicar en otros espacios”, a decir de Socorro Venegas.
Para marzo se podrá tener en la página electrónica del Programa Nacional
Salas de Lectura el resultado del análisis, el banco de buenas
prácticas y una propuesta de capacitación básica para cualquier promotor
de lectura.
“Vamos a generar una propuesta de capacitación general, a partir de
tres líneas, como ortografía y redacción, escritura de un proyecto
cultural y escritura creativa, amén de establecer una red de
comunicación entre todos los promotores de lectura.”
Tomado de Milenio.