Mostrando entradas con la etiqueta Indices de lectura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Indices de lectura. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de julio de 2022

En México, en el 2012, crecía el fomento a la lectura desde la sociedad civil



Imagen tomada de El Siglo de Durango.


Estimados Liponautas

Hoy compartimos con ustedes esta vieja nota sobre las iniciativas en México para promover la lectura. En la Encuesta Nacional de Lectura realizada en el 2012 se determinó que en México sólo existía una biblioteca por cada 15 mil habitantes y una librería por cada 200 mil. El
41% de la población ocupaba su tiempo libre en ver televisión mientras solo un 12% se dedicaba a leer y en el grupo etario de los jóvenes de 12 a 17 años, 30%  no les gustaba leer y un  61%  no tenía tiempo para leer. 

Según la Unesco en el año 2015 los mexicanos leían menos de tres libros por año y solo dedicaban tres horas a esa actividad. México entre 2012 y 2015 ocupó el penúltimo lugar en el consumo de lectura de entre 108 países.


No sabemos cual será la situación de la lectura en México en este 2022.

Disfruten de la entrada.

Atentamente

La Gerencia.



*******



Crece el fomento a la lectura desde la sociedad civil


Aunque hay importantes apoyos gubernamentales, esta actividad vive un buen momento a partir de diversas iniciativas personales. 
Los problemas de inseguridad y violencia forman parte de su vida cotidiana, ya sea en pueblos o en grandes ciudades, pero en su interior existe el interés por ofrecer alternativas a quienes están cerca de ellos, sobre todo a través de la lectura: son gente que halló en los libros una manera de entender su entorno y decidieron compartir ese gusto.

Nacida en Alaska, Elizabeth Olivella llegó a vivir a Oaxaca, a una comunidad llamada Benito Juárez, donde con mucho entusiasmo propuso a las autoridades comunales la apertura de una sala de lectura y los convenció, le dieron un buen lugar y logró el respeto de las autoridades, para luego convencer a los niños de participar en el proyecto. Hoy, cuando se ausenta, es una niña quien dirige las sesiones de lectura en el lugar.

Enrique Aranda Ochoa, un maestro universitario de formación, quien se encuentra en un centro de readaptación social, construyó un libroclub para los internos, con lo que poco a poco ha logrado transformar un entorno bastante difícil gracias a los libros y a la lectura.

Dalina Flores, maestra de la Universidad Autónoma de Nuevo León, realizó un proyecto de lectura para estudiantes, en el que recordó que los universitarios son lectores utilitarios, responden al impulso de las tareas y no tienen adquirida una lectura gozosa, por lo que su trabajo ha sido fundamental para comprender que son un público desatendido, se da por hecho que no necesitan un trabajo de fomento a la lectura y sí lo requieren.

Alfredo Pérez Díaz es un indígena chol que hasta el tercer año de primaria empezó a deletrear algunas palabras en español, que cuando leyó su primer libro, La tregua, de Mario Benedetti, apenas entendió las primeras páginas porque su conocimiento de la lengua castellana era muy básico, pero fue suficiente para hallar en los libros una nueva manera de entender la vida.

Se convirtió en maestro, regresó a su comunidad, Nuevo Limar, en Chiapas, y se propuso despertar el interés por la lectura entre los niños y adultos de su pueblo. Hoy, el patio de su casa se llena, se relatan cuentos, se montan sencillos espectáculos y se invita a los viejos de la comunidad a compartir sus historias.

La historia de la asociación Detrás del espejo comenzó con un taller literario, en el que se realizaban recitales poéticos, reseñas críticas y presentaciones de libros, pero tras ocho años de trabajo decidieron unirse algunos de sus integrantes en una sociedad para diversificar sus actividades dentro de una ciudad grande, sí, pero con pocas opciones, como Uruapan, en Michoacán.

Hoy participan en ferias del libro, organizan talleres de creación literaria, recomiendan libros: incluso, en una ocasión recibieron la visita de Carlos Monsiváis, dentro de un esfuerzo que apuesta por la promoción y la difusión de la cultura son alternativas para la transformación social; ya cuentan con apoyo gubernamental, pero se fundaron en los intereses de gente de a pie para impulsar el gusto por los libros.

Afanes personales


Las historias son compartidas por Socorro Venegas, directora adjunta de Fomento a la Lectura y el Libro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), las cuales forman parte de esfuerzos personales de fomento a la lectura, donde “lo que más sorprende es que en cualquier espacio, con la voluntad de los promotores de lectura, se pueden transformar comunidades: son esfuerzos pequeños, no convocan a las masas, pero cambian vidas, entornos y relaciones familiares”.

Desde su perspectiva, son apuestas que no tratan de descubrir el hilo negro, sino de acercarse a experiencias que han demostrado su éxito, a fin de sistematizar sus estrategias; existe la idea de sacar resultados de ese análisis para saber qué le dice a los promotores de lectura, bajo la certeza de que las políticas públicas se construyen con base en lo que la sociedad civil necesita.

“A fines del año pasado, junto con un equipo de investigadores, se comenzó a hacer un análisis constructivo de los trabajos que han llegado al premio, de 2009 a 2011. Se analizó un promedio de 600 trabajos, con el objetivo de construir un banco de buenas prácticas con los resultados del análisis: qué hacen y cómo lo hacen.”

Son experiencias que poco a poco se comparten, si bien una de las tareas más urgentes es poner en red las experiencias de esos promotores de lectura, para que quienes deseen replicar el fomento a la lectura no parte de cero.

Premian los esfuerzos de promoción

Ya se abrió la convocatoria de la cuarta versión del Premio México Lee, cuyos ganadores, en cinco categorías, recibirán 30 mil pesos, una colección de libros de las instituciones participantes y una beca para un curso o posgrado en temas relacionados con educación y cultura escrita. Más informes en la página www.salasdelectura.conaculta.gob.mx

“La convocatoria es un motor que nos ayudará a encontrar a los promotores de lectura, nuestro trabajo con el premio no es sólo reconocer, sino también difundir experiencias que puedan multiplicarse, que se puedan replicar en otros espacios”, a decir de Socorro Venegas. Para marzo se podrá tener en la página electrónica del Programa Nacional Salas de Lectura el resultado del análisis, el banco de buenas prácticas y una propuesta de capacitación básica para cualquier promotor de lectura.

“Vamos a generar una propuesta de capacitación general, a partir de tres líneas, como ortografía y redacción, escritura de un proyecto cultural y escritura creativa, amén de establecer una red de comunicación entre todos los promotores de lectura.”

México/Jesús Alejo


Tomado de Milenio.


viernes, 19 de abril de 2013

Chile es el segundo país, con el mayor indice de lectores de latinoamérica y tiene el iva mas elevado del mundo para los libros





Estimados Amigos

Hoy compartimos esta nota que muestra de forma evidente que la cantidad de lectores de un país no depende directamente de la existencia de libros baratos o subsidiados por el estado. Chile a pesar de gravar con un iva de 19% a los libros, según los datos del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac) es el segundo país con el mayor indice de lectores en Latinoamérica. Un hecho digno de analizar en nuestro país que hace algún tiempo el Centro Nacional del Libro (CENAL) presentó los resultados de una encuesta donde se coloca a Venezuela con el segundo indice lector de Latinoamérica; resultados que a nuestro parecer están lejos de la realidad.



*******

Lo que cuesta leer en uno de los países con los libros más caros

 

 


Lunes, 13 de agosto de 2012






Una campaña ciudadana gana adeptos en internet y las redes sociales en Chile al pedir que se elimine o se rebaje el impuesto al valor agregado (IVA) que rige sobre los libros, que llega al 19%.


Chile tiene el impuesto más alto de Iberoamérica según un cuadro comparativo del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac), y el mayor del mundo según los estudios de la Cámara Chilena del Libro.

La eliminación o rebaja de la medida adoptada en 1976 bajo el régimen de facto de Augusto Pinochet es un anhelo desde hace años para un sector del país, pero es en el actual contexto de movilizaciones sociales donde puede encontrar por fin una respuesta según el vocero de Libros sin IVA, Marco Coloma.


"Es un tema emblemático que ha cruzado el debate de los últimos veintitantos años, ya que es una herencia de la dictadura. Pero estimamos que este momento es particular y creemos que esto también se vincula con la demanda estudiantil, y la cuestión de fondo está en el acceso a los bienes culturales", señaló a BBC Mundo.


El 19% supera a países como España (4%) o Portugal (5%), y sólo se le acercan Guatemala (12%), República Dominicana (12%) y El Salvador (13%), mientras que en Sudamérica hay pares que no gravan a estos productos como Argentina, Uruguay o Brasil.




Alternativas frente a los precios


Ante un mercado en el que un libro nuevo considerado barato bordea los US$20, es habitual que entre estudiantes secundarios y universitarios se utilicen las fotocopias, recurso común en varios países de la región.


Hay también otros mecanismos de acceso a textos originales usados, como el que posibilita devolver el producto una vez leído y así contar con uno nuevo, según relató a BBC Mundo Eduardo Miranda, vendedor desde hace 15 años en el tradicional sector de San Diego en el centro de Santiago.


"Cuando compran un libro después lo pueden traer y se cambia por otro que sea más o menos de la misma editorial. Uno se lo cambia por un pago de 1.000 pesos (US$2), para mantener el negocio, o si no traen dos y se llevan uno gratis. Todos lo saben y acá en la mayoría de los locales se hace lo mismo", comentó.

Otra experiencia que surgió en 1996 y hoy ya se exportó a Colombia y España es el Bibliometro, red pública de bibliotecas ubicadas en las principales estaciones del Metro de Santiago, que actualmente cuenta con 55 mil socios y apuesta a prestar 500 mil ejemplares durante 2012.


Un documento de identidad y un comprobante de domicilio más el pago de US$2 para estudiantes y US$6 para adultos como cuota anual son suficientes para acceder a esta red, cuyos organizadores reportan con orgullo que cuenta con un 97% de devolución de textos en perfecto estado.


¿Se leería más?


Los vendedores de libros de la plaza Carlos Pezoa Véliz (uno de los tantos poetas destacados del país) coinciden en que si se elimina o se rebaja el IVA al libro efectivamente los chilenos comprarían y leerían más.

"Interés por leer hay, pero la plata es lo que falta y eso coarta a muchas personas", estima María Teresa Labbé, quien hace 23 años vende libros en el barrio San Diego y conoce del esfuerzo que muchos hacen por acceder a las lecturas que quieren o necesitan.


"Da pena, uno a veces ve a gente que está cesante, que quiere el libro y no puede, y se lo regalamos. Total, Dios me proveerá de muchas cosas. Varias veces me ha tocado, porque de por sí una nota a la persona que anda interesada por el libro, como que expresa algo", declaró a BBC Mundo.

Para Arturo Infante, presidente de la Cámara Chilena del Libro, la modificación del impuesto es imperiosa en un país "con niveles bajísimos de lectura, donde el 70% de la población nunca ha entrado a una librería o a una biblioteca".


No ajena a la realidad actual de la industria cultural, la del libro también se ha visto seriamente afectada por la piratería, que vende los productos a menores precios y cuenta con una buena respuesta de la gente, según dijo Infante a BBC Mundo.


"Hay una carencia de estadísticas para registrar cuánto de la lectura de los chilenos se hace a través de estos medios informales, pero todos apreciamos que los puntos de venta clandestinos son muchos. Ellos dan una muestra de que el libro sin IVA puede ser más barato, aunque no pagan derecho de autor, patente ni decenas de cosas", señaló.


El ministro de Cultura, Luciano Cruz Coke, encargó un estudio sobre el 19% que busca "desmitificar o corroborar su incidencia real en la lectoría y demanda de libros", cuyos resultados aún no se conocen. Aunque el vocero de Gobierno, Andrés Chadwick, estimó que una rebaja sólo beneficiaría a las editoriales.


La campaña Libros sin IVA ya suma 40.000 seguidores según sus impulsores, que buscan presionar al actual gobierno de Sebastián Piñera para hacer algo al respecto, pero por sobre todo instalar el problema como algo central de cara a las elecciones presidenciales de 2013.



 Tomado de BBC



miércoles, 17 de abril de 2013

El CERLAC informa sobre los países latinoamericanos que menos leen




11-04-2012


Ana Mengotti




Los argentinos son los mayores lectores de libros de América Latina y los chilenos y peruanos los números uno en lectura de revistas y diarios, respectivamente, pero en cualquier caso se lee poco y más por necesidad que por gusto.


Así se deduce de un estudio elaborado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), un organismo con sede en Bogotá, dependiente de la Unesco y dirigido por el colombiano Fernando Zapata, quien no pierde la esperanza de que la región llegue a tener una “masa de lectores” por placer.

“En el CERLALC tenemos la percepción de que los índices de lectura están creciendo”, señala en declaraciones a Efe.

El centro que dirige Zapata acaba de presentar un estudio comparativo sobre el comportamiento lector y los hábitos de lectura, que abarca a Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú, además de España, que sirve como referente de un país desarrollado.

Está basado en estudios locales, no todos correspondientes al mismo año (2011, 2006 y 2004), y muestra que en promedio más de la mitad de los habitantes de los seis países no lee.

La falta de estudios sistemáticos y periódicos sobre la lectura en la mayoría de los países latinoamericanos es significativa para el CERLALC, que ha desarrollado una metodología específica y unificadora con el fin de obtener datos fiables que ayuden en la elaboración de políticas públicas de fomento de la lectura.

“Sabemos que en Cuba, por ejemplo, hay una enorme cantidad de lectores, pero no está medido, tampoco tenemos datos de Centroamérica”, señaló Zapata.

En lectura de libros Argentina está en cabeza con un índice del 55 por ciento, seguido de Chile (51 por ciento), Brasil (46 por ciento), Colombia (45 por ciento), Perú (35 por ciento) y México (20 por ciento). En España el índice es del 61 por ciento.

Eso significa que, en promedio, el 41 por ciento de la población de todos esos países lee libros, con una frecuencia que va de al menos una vez al mes hasta una vez al año.

Chile y Argentina encabezan la lista de cantidad de libros leídos al año por habitante, con 5,4 y 4,6, respectivamente, frente a los 10,3 de España, mientras que México y Colombia, con 2,9 y 2,2 están en la parte más baja de la escala.

En lo que se refiere a revistas es Chile el país con más lectores: un 47 por ciento de la población dice leerlas con frecuencia, un punto porcentual más que en España (46 por ciento).

En la otra punta de la escala está Colombia, con solo un 26 por ciento de lectores de revistas.

En lectura de periódicos, el líder regional es Perú con un índice del 71 por ciento, bastante cercano a España (78 por ciento) y muy separado de los otros cinco países, pues su seguidor inmediato es Chile con el 36 por ciento, mientras que en México solo el 15 por ciento de la población dice leer periódicos.

Las mayores diferencias entre los lectores de España y los de los seis países estudiados radican en los motivos para leer.

Mientras en España el 85 por ciento dice que lee por placer, en América Latina los motivos más aducidos son la actualización cultural y los conocimientos generales, y las exigencias escolares, académicas o laborales.

Según el CERLALC, leer por placer marca la diferencia entre ser un lector asiduo o esporádico, y la prueba está en que en el país latinoamericano con un mayor índice de lectura de libros, Argentina, el 70 por ciento dice leer por gusto.

El 55 por ciento de los brasileños lee para actualizar sus conocimientos generales y culturales, y el 35 por ciento de los chilenos por exigencias escolares o académicas.

La razón más aducida para no leer es la falta de tiempo, con porcentajes que van desde el 53 por ciento de Brasil hasta el 28 por ciento de Chile, y en segundo lugar la falta de interés, mayor en Colombia donde esta razón es mencionada por un 67 por ciento.

El estudio demuestra que la forma mayoritaria de acceso a los libros en América Latina es comprándolos, al igual que en España, y en segundo lugar pedirlos prestados a otras personas.

En Colombia, el 31 por ciento pide libros prestados, y en Perú solo el 23 por ciento de los que acceden a libros los compra.

La casa es el lugar preferido por la gran mayoría para leer, pero son más los chilenos que gustan de leer en las aulas (55 por ciento) que en el hogar, y las librerías sigue siendo para todos el principal lugar de compra.

La lectura ocupa un lugar secundario en las actividades de tiempo libre. En los países con más lectores, como Argentina y Chile, aparece en el quinto lugar de las actividades preferidas, por detrás de ver la televisión, escuchar música, reunirse con amigos o hacer deporte.

Fuente: EFE


Tomado de Que leer