sábado, 29 de febrero de 2020

Gareth Stedman Jones: "El propio Marx aseguraba no ser marxista y fue el verdadero teórico del capitalismo"





Acercarse a una figura histórica como Karl Marx no es una tarea fácil. Su influencia política le reportó o el odio y la denigración más absoluta o la exaltación a los “altares” de los adeptos al comunismo. Una matización: conceptualmente en nuestra época moderna no ha existido ninguna economía comunista o sistema económico comunista. Únicamente han existido Estados Socialistas o sistemas económicos de socialismo de Estado. A partir de ahora lo llamaré socialismo real que es como lo estudié yo, antes que los inquisidores de la ortodoxia dominante aplicaran su rodillo terminológico y censor. Evidentemente el marxismo triunfó en buena parte del mundo en la parte central del siglo pasado, lo que acabó en culto a Karl Marx, que el profesor Gareth Stedman (autor de una reciente biografía de Marx) desmonta, demostrando que esa mitificación la inició Engels tras la muerte de Marx.

Conocer a la persona detrás del mito, su pensamiento filosófico real y su pensamiento político y no el que nos hicieron creer sus seguidores o el que presentaban sus detractores es interesante per se. Afirmaciones como:

“…El propio Marx aseguraba no ser marxista …”

Frase que llamará la atención del lector no iniciado. A día de hoy el socialismo real ha sido derrotado, sólo China mantiene ciertos principios, pero su sistema económico ha abrazado parcialmente el capitalismo. Particularmente la porción de su economía que la convierte en una potencia económica casi tan poderosa como los EE.UU. es la capitalista. No está nada mal para un país agrícola y secularmente atrasado como era la China de los días de la larga marcha de Mao. Sin embargo laconstrucción de un Hospital en 10 días en Wuhan a principios de febrero de 2020 se ha logrado con la parte de organización socialista, no la capitalista. El socialismo real también convirtió a una atrasada Rusia en el dique que contuvo y venció al nacismo y rivalizó con unos EE.UU., en absoluto desgastado durante la 2ª Guerra Mundial, durante cuarenta años. También olvidamos que fue el socialismo real el que permitió desarrollar a Corea del Sur hasta el punto de poder considerarse una economía desarrollada. Todos esos puntos tienden a ser olvidados en las valoraciones del legado marxista. Pero la entrevista que sigue no aborda estos puntos y por lo tanto tampoco lo hará esta entadilla. Sino que se adentra en la figura de Marx, con sus luces, con sus sombras y  tras su muerte el camino de su beatificación en los altares ateos del comunismo, su conversión en Mesías de la lucha de clases.

Yo tuve la suerte de que me explicaron la organización socialista de la economía en la Facultad de Económicas. Se dio la feliz circunstancia que cursé mi licenciatura de Ciencias Económicas y Empresariales antes del colapso del socialismo real en las naciones europeas. Sin embargo cuando comencé a impartir clases en la facultad todo rastro del marxismo había desaparecido. Ahora en las universidades sólo se explica una suerte de religión mística del mercado algo tan imaginario como un Unicornio. Algo tan risible que ha llevado al premio Nobel de Economía; Joseph Stiglitz a afirmar a eldiario.es: La idea de que el mercado es eficiente y un motor de competitividad esabsolutamente errónea.  Pero no es el momento, ni el lugar de discutir las bondades de los sistemas educativos universitarios actuales.

Retomando a Marx. En un momento de la entrevista el profesor de Columbia realiza el comentario que permitió a Andrés Seoane titularla:

“… aunque sea identificado como teórico del comunismo, Marx supo, como pocos en su época, revelar al mundo la anárquica vocación del capitalismo para reinventarse, convirtiéndose así en el verdadero teórico del capitalismo. …”
Más allá de la evidencia de la respuesta, el profesor Stedman está sentando las bases de su respuesta a la arquetípica pregunta, que como no podía ser de otra forma también realiza el periodista de esta entrevista: Andrés Seoane:

“… ¿además de incompleto, el pensamiento de Marx es fracasado? …”

Donde el fracaso que alude el periodista es al incumplimiento de la profecía de la muerte del capitalismo, parte central de la doctrina marxista. Stedman contesta magistralmente y ahora en un momento lo podrá leer. Pero para acabar daré un rodeo a esta cuestión. Imaginemos  un etólogo que se planta delante de un grupo de conejos y detalladamente les explica su comportamiento, sus motivaciones y la proyección razonable que tendrá esto en su población. Los conejos no aplaudirán al acabar la exposición, ni se enfadarán, ni chillarán, moverán el bigote y seguirán comportándose como el etólogo ha descrito. Pero si eso mismo hace un economista ante un grupo de inversores en bolsa, explicándoles cómo y porqué actúan los compradores y vendedores de acciones, inmediatamente cambiarán su comportamiento. Tendrán en cuenta lo explicado por el economista para mejorar sus resultados. Morir de éxito se podría llamar. Obviamente esto no es nuevo, ya lo sabían los sociólogos en el siglo XIX en tiempos del magistral Auguste Comte, por eso se quería restringir su estudio: para evitar que las personas cambiasen su comportamiento, en su beneficio, convirtiendo las teorías explicativas en erróneas, precisamente por haber sido exitosas en un primer momento. La proyección del colapso del sistema de plusvalías del capitalismo predicho por Marx tuvo un efecto semejante. Las fuerzas vivas del capitalismo al conocer la predicción variaron su comportamiento, se acomodaron, variaron. Demostraron la tremenda capacidad de adaptación del capitalismo como Marx descubrió y el profesor Stedman nos anunciaba un par de párrafos antes y finalmente convirtió en errónea la predicción. Esa capacidad de adaptación es la verdadera razón del triunfo del capitalismo frente al socialismo real, no su mayor eficiencia o valores morales como bien comenta el premio Nobel Stiglitz. Les dejo con Karl Marx la persona, el pensador, lejos del mito.
by PacoMan
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Gareth Stedman Jones: "Marx fue el verdadero teórico del capitalismo"

Cuando se cumplen 200 años del nacimiento del pensador alemán, el profesor Gareth Stedman Jones publica Karl Marx. Ilusión y grandeza (Taurus), una exhaustiva y completa biografía que se propone retratar al Marx real contextualizándolo en su época y huyendo del mito creado por las ideologías del siglo XX.


ANDRÉS SEOANE | 05/04/2018 



En el ya canónico comienzo del Manifiesto comunista Marx citaba al fantasma del comunismo que recorría Europa, pero hoy es otro, el del revisionismo histórico, el que afecta a una sociedad que ya no se circunscribe al viejo continente. Cuando se cumplen 200 años de su nacimiento, ni siquiera Karl Marx se libra de un aluvión de investigaciones y reformulaciones sobre su vida y, especialmente, su pensamiento. Si bien es cierto, que en este caso parece pertinente intentar volver a la figura original de un Karl Marx del que se apropiaron tras su muerte multitud de ideólogos de todo pelaje que deformaron en buena medida el legado del alemán, que conjugó un brillante desempeño en la filosofía y la economía política, con predicciones erróneas, análisis poco profundos y una militancia política vacilante y voluble. Precisamente rescatar ese pensamiento marxiano, caótico y contradictorio, es el objetivo del catedrático de Historia de las Ideas de la Universidad de Cambridge Gareth Stedman Jones (Londres, 1942), que en la exhaustiva y voluminosa biografía Karl Marx. Ilusión y grandeza (Taurus) se preocupa de algo tan complejo como separar al hombre y sus ideas del mito y sus dogmas.

Gareth Stedman Jones

Pregunta.- Un empeño clave en su libro es separar al Karl Marx real del mito construido sobre él. ¿En qué se parecen y diferencian el Marx que vivió en el siglo XIX del creado durante el XX?

Respuesta.- En muchos aspectos la semejanza no va más allá del nombre. El pensamiento de Marx, que abarca mucho más que el ámbito económico al que se le circunscribiría posteriormente, es a la vez hijo de su tiempo y de una gran modernidad, lo que contribuyó a las famosas contradicciones y titubeos que el dogmatismo posterior ha tratado de ocultar o eliminar. Hasta ahora sus biografías, elogiosas o denostadoras, se centraban en cuestiones como su vida familiar, su muy cuestionable antisemitismo o su difícil carácter, aspectos de sobra conocidos. Por eso, más allá de relatar esos elementos, trato de explicar su vida como un episodio esencial en la historia del pensamiento que, incluso a pesar del propio Marx, tuvo una enorme influencia en el siglo XX. Tras su muerte, y en buena parte a instancias de Engels, empieza a utilizarse su figura de gran pensador para diversos fines, lo que la aleja del Marx real, que no encaja muchas veces con ese prototipo. Por eso cada vez más se va inventando un Marx legendario, como se aprecia en el intento póstumo de rehacer su obra completa, de la que hay mucho que se deja fuera, por lo que se da una visión bastante cosmética del asunto.

P.- El propio Marx aseguraba no ser marxista, y usted afirma que los pioneros del socialismo del siglo XX no habrían entendido los verdaderos sueños de Marx. ¿En qué momento lo marxiano se volvió marxista?

R.- Desde finales del siglo XIX y a lo largo de todo el XX hay una brecha cada vez más profunda entre el marxismo y Marx, por eso lo llamo Karl, para diferenciarlo de este icono tan reverenciado con posterioridad. Este proceso comienza con los socialdemócratas alemanes de finales del XIX que no pueden cambiar la sociedad demasiado porque están en una posición bastante sojuzgada. Entonces Engels les habla de la inminente debacle del capitalismo, una idea suya, y les dice que en un estupendo libro de Marx llamado El capital podrían leer lo que iba a suceder. Después varios de sus discípulos como Eduard Bernstein o Karl Kautsky discuten sobre si debatir en torno a los errores de Marx, pero August Bebel, el jefe del partido dice que no, que los trabajadores se decepcionarán muchísimo si se cuestiona a Marx, inaugurando la línea dogmática. Ya después de la Primera Guerra Mundial Marx se convierte en esta figura equiparable a Moisés, un mito monumental. Así que no podemos echarle la culpa de esta mitificación al comunismo soviético porque empieza antes, aunque la visión rusa la enfatizó todavía más.

En origen, la filosofía de Marx tiene poco que ver con el pensamiento económico, trata sobre la caída del hombre"

P.-¿Qué influencia tuvo en la formación de su pensamiento el turbulento siglo XIX, plagado de revoluciones y cambios sociopolíticos?

R.- Conviene no olvidar que se trata de un hombre que vivió intensamente una era de revoluciones, cuyo leitmotiv era la destrucción de los pilares del viejo orden aristocrático. Él es hijo directo de la Revolución francesa y del pensamiento dialéctico de Hegel, además de contemporáneo de la industrialización inglesa, que cambió la cara económica, social y política del mundo. En origen, la filosofía de Marx tiene poco que ver con el pensamiento económico, trata sobre la caída del hombre, pero en un sentido si queremos "neocristiano". Se adscribe a movimientos en contra de la ortodoxia cristiana reinstaurada en los años 20 en Prusia. Marx creía que habría una alianza entre los filósofos, los que leían con ojo crítico a Hegel, y el debate en Inglaterra y Francia sobre las condiciones en las que vivía la clase trabajadora. Cuando escribe por primera vez sobre esto, habla de los que piensan y los que sufren. Estos eran los que iban a dar la vuelta a esa situación de degradación del ser humano nacida de un cristianismo excesivamente espiritual y de un Estado que no refleja el espíritu comunitario ideal de la humanidad.

P.-¿Cómo influyó en su visión de la vida el fracaso de las revoluciones de 1848 que cambiaron completamente el panorama del siglo?

R.- Todos los movimientos revolucionarios de 1848 tienen muy poco que ver con todo esto, y aunque Marx nunca admite haberse equivocado en nada, de manera tácita va cambiando su posición. En la década de 1850 hace una profunda investigación sobre la economía política en la que no habla tanto de lucha de clases como del capital y el trabajo. Recordemos que su manera de pensar viene del movimiento romántico, donde el modo de producción capitalista es visto como un organismo. Y un organismo nace, crece, florece y luego muere, por lo que consideraba que eso era lo que le iba a pasar al capitalismo, la siguiente crisis iba a ser su muerte. Sin embargo, en 1857-58 hay una crisis económica brutal, pero a nivel político no se mueve nada, lo que realmente descoloca a Marx. Este fue un periodo de gran confusión en su pensamiento.


Marx y Engels durante la redacción del Manifiesto comunista

Cuando publicó El capital, el pensamiento de Marx estaba mucho más cercano a la socialdemocracia del siglo XX europeo que al comunismo clásico"

P.- Hacia el final de su vida, el propio Marx se replanteó muchas de sus ideas. Si no hubiera muerto, ¿qué habríamos encontrado diferente en El capital?

R.- En realidad no fue solo en sus últimos años, pues el pensamiento de Marx estaba mucho más sujeto a improvisaciones y variaciones que las ideologías oficiales a las que prestó su nombre años después. Pero es cierto que tras una década de 1850 nada halagüeña, a partir de 1860 empiezan a pasar de pronto cosas nuevas: el Risorgimento italiano, el Levantamiento de Enero en Polonia, las nuevas y victoriosas actividades sindicales, la Primera Internacional. Por muchas vías diferentes en la década de los 60 parece que se va avanzando de nuevo. Marx participa de manera muy intensa y activa en el trabajo de la Asociación Internacional de Trabajadores, donde formula algunos de los objetivos de ese movimiento, pero ya no se habla de revolución, sino de las condiciones de los trabajadores y de las victorias que se pueden lograr contra el sistema, como reducir el número de horas laborables. Es una época de optimismo que parte de una visión muy diferente a la de 1848, la revolución se ve como un proceso, no como un acontecimiento específico, y en ese sentido, el pensamiento de Marx para entonces está mucho más cercano a la socialdemocracia del siglo XX europeo que al comunismo clásico. Es en ese punto álgido cuando escribe El capital.

El segundo volumen de El capital habría hablado de todos estos temas, pero no se publica hasta varios años después de su muerte. Ese momento de reformas políticas se detiene con la Guerra franco-prusiana, los acontecimientos de la Comuna, el auge del proteccionismo, y parece que la revolución no se va a producir, por lo que Engels se inventa esta teoría de que el capitalismo se va a destruir. Da igual el movimiento de los trabajadores, porque el capitalismo se va a destruir sí o sí.

P.-¿Cuál fue la influencia de Engels, clave en la redacción del Manifiesto, editor del póstumo Capital y reformulador del pensamiento de su colega?

R.- Engels fue clave a la hora de crear el mito de Marx, fue el que aireó su pensamiento, convenientemente adaptado, por el mundo. Muchas veces, especialmente con el correr de los años, no estaban de acuerdo en los conceptos, hasta el punto de que, a nivel privado, los primeros socialdemócratas alemanes admitían que no podían publicar la correspondencia privada entre Marx y Engels porque sería un choque, una gran sorpresa. En esos años donde Engels dice que la economía va a llevar a la destrucción al propio capitalismo, Marx parece estar mucho más interesado en los aspectos sociales. Tras varios intentos fallidos de escribir el segundo volumen de El capital, Marx abandona la idea, pero no se lo dice a Engels. Le comienzan a interesar las sociedades primitivas y comunitarias anteriores a la estamentalización y el patriarcado de la sociedad, y su fantasía era la vuelta a estas sociedades previas al Estado y a la propiedad privada, que perturban las relaciones humanas. 

P.- Hace hincapié en varias contradicciones de su vida y señala sus grandes errores, ¿además de incompleto, el pensamiento de Marx es fracasado?
Marx fue uno de los primeros en señalar y enfatizar la energía y el dinamismo del capitalismo y en reconocer sus logros"

R.- Aunque es cierto que tuvo muchos errores y predicciones que no se cumplieron, yo no diría que fue un fracaso. Hay cosas que creo que siguen siendo muy interesantes y todavía deberíamos seguir reflexionando sobre ellas. Por ejemplo, Marx fue uno de los primeros en señalar y enfatizar la energía y el dinamismo del capitalismo y la manera en la que unas pocas décadas del siglo XIX cambiaron el mundo mucho más que varios siglos anteriores. En ese sentido sí reconoce en su teoría los logros del capitalismo, en parte porque, a diferencia de otros pensadores radicales de la época, las ideas las toma de Hegel, y la idea básica de Hegel es que el hombre no es un producto de la historia, sino que el hombre transforma la historia. Por lo tanto la historia del hombre es la historia de su propia creación, y el hombre puede ejercer su juicio y su voluntad, como decía Kant. Marx nunca quiere sustituir el idealismo por el materialismo, lo que quiere es enfatizar que el hombre es espiritual y material, y en ese sentido sigue siendo relevante.

Además, aunque no tuviera éxito en anunciar el fin del capitalismo, que de hecho no sabemos si tendrá un fin, sí que escribió la primera serie histórica sobre lo que llama los modos capitalistas de producción, lo que ha influenciado la historia económica, sentando las bases de este pensamiento. Así que, aunque sea identificado como teórico del comunismo, Marx supo, como pocos en su época, revelar al mundo la anárquica vocación del capitalismo para reinventarse, convirtiéndose así en el verdadero teórico del capitalismo.

P.- Hay quien ve en la situación de la sociedad actual muchos paralelismos con la época que denunciaba Marx, vivimos un auge del marxismo porque la gente analiza el sistema, ¿es plausible trasladar el pensamiento de Marx a la actualidad o es un anacronismo?

R.- Por un lado no conviene olvidar que el capitalismo al que se refiere Marx es el del siglo XIX, muy diferente del actual, razón por la cual no se puede intentar aplicar sus teorías hoy. Pero aunque no sea relevante en todo, sí que hay algunas ideas muy aprovechables. Por ejemplo, sabemos que Marx llegó al comunismo y al socialismo a través de una crítica de la religión, y aquí el punto fundamental es una idea que toma de Feuerbach, que el hombre ha creado a Dios y no Dios al hombre, algo que la mayoría de la humanidad ve al revés. Esta inversión es altamente importante y no la aplica solamente a Dios, si no a otras cuestiones como el capitalismo o el Estado. Podría decirse que esta es una crítica válida del neoliberalismo a día de hoy, y esa parte del pensamiento de Marx sigue muy viva. También está su visión de la revolución como proceso, algo que sigue siendo muy interesante. Ahora mismo estamos viviendo unos tiempos de mucha regresión, pero eventualmente confío en que al final habrá una manera de desarrollar algo que sea equivalente al socialismo marxista, a nivel de sociedad para posicionarnos frente a la realidad de hoy de manera parecida.

P.- El marxismo y el uso de la figura de Marx ilustran cómo se pueden mitificar las ideas para movilizar a las masas, ¿cuáles considera que son los mitos, o aquello susceptible de mitificarse, hoy en día?

R.- Ahora mismo creo que vivimos unos tiempos donde no hay héroes realmente. Mandela podría haber sido un equivalente. Hay gente que tiene una visión que permanece y perdura a lo largo del tiempo, que plantea cuestiones por las que merece la pena luchar, pero no hay un equivalente heroico con un pensamiento nuevo. Hay muchos movimientos populistas, muy ambiguos a nivel político, que son más bien una expresión de resentimiento, de no querer enfrentarse a la realidad más que una visión de algo, por lo que hacen más daño que bien. No hay ahora mismo figuras de tan gran perfil en el mundo, por lo que, aunque sería preferible mirar hacia el futuro, todavía nos queda Marx para rato. 


Tomado de El Cultural




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by PacoMan 

En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.

Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico.


Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog.

Y colabora con el blog de Grupo Li Po




viernes, 28 de febrero de 2020

"Ahora han creado un organismo con el objeto de controlar las autoridades universitarias... "

Entrevista al escritor, docente y político venezolano LUIS BELTRÁN PIETRO FIGUEROA








Estimados Amigos

Hoy compartimos con ustedes la opinion de LUIS BELTRÁN PIETRO FIGUEROA sobre la actual Ley de Universidades de Venezuela y algunos otros aspectos relacionados.

Esperamos disfruten de la entrada.


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LUIS BELTRÁN PIETRO FIGUEROA | 16 DE SEPTIEMBRE DE 1970 


"El político verdadero es un educador del pueblo"

Por Gilberto Alcalá



Para el doctor Prieto, tal como está el sistema educativo, los gastos que se destinen a él se pierden. “Los muchachos no tienen destino… no saben a donde ir”.

—¿Tiene una evaluación del sistema educacional del país?



—Sigue planteada la diversificación de la enseñanza para lograr un mejor aprovechamiento y la modernización del sistema educacional. Tal como está la situación, desde la primaria y la secundaria no hay sino un solo callejón: la universidad.



—El Gobierno hizo algunos arreglos de diversificación, un reciente decreto.



—Pero eso no significa nada. Tampoco el Gobierno sabe a dónde ir en materia educativa. Se decreta, pero ¿dónde están las escuelas para cumplir el programa que quieren hacer?



Al preguntarle cómo se modernizaría el sistema, sostiene que la enseñanza en primaria tiene que dejar de ser alfabetizadora solamente para comenzar a impartir conocimientos que vayan formando hombres útiles al país. También cree que en secundaria se debe hacer la diversificación a través de escuelas que preparen al joven en profesiones de acuerdo con las necesidades del país. Eso rebaja indudablemente la gran afluencia de jóvenes que van a buscar una carrera a la universidad, porque el estudiante en secundaria ha conseguido una especialidad básica para ir al mercado de empleo.


—¿Por qué no significa nada el sistema decretado por el Gobierno?

—Porque son medidas desacertadas, porque lo que hicieron no se reduce sino a un cambio de nombres. Le ponen nombres nuevos a cosas viejas.

Y en su concepto, el educacional tiene que estar adaptado a las necesidades de desarrollo del país. Cita como ejemplo que en Estados Unidos hay 6.000 profesionales clasificados, “mientras aquí nadie es capaz de saber cuáles son las verdaderas necesidades de profesionales que tiene el país”. Las escuelas, los liceos y las universidades se siguen rigiendo por los sistemas tradicionales.

—¿Por qué no hemos logrado estructurar un buen sistema educacional en función del progreso del país?

—Porque no se ha aplicado una ley cónsona con lo que requiere la nación.

—¿Qué piensa del criterio de la educación privada?

—La educación privada quiere que la reforma sirva para fomentar el negocio de la educación, y yo sostengo que la educación no es un negocio sino un servicio público. La escuela privada debe ser colaboradora de la escuela pública y ajustarse a sus requerimientos.

—De acuerdo con su tesis de la reforma integral, ¿cómo califica la reforma a la Ley de Universidades recientemente promulgada?

—Se trata de una reforma montada en el aire. No va al fondo del problema universitario. El problema no está en el nombramiento del rector ni en la forma como se debe elegir ese rector. Es un problema de organización de fondo: de sus escuelas, de sus facultades. Nuestras universidades tienen una organización colonial, especialmente copiada de la universidad francesa.

Es una universidad napoleónica –expresa con énfasis–, ya en el centro del jardín. Una universidad con facultades, escuelas e institutos separados. No hay unidad, de lo que menos tiene es de unidad y de universalidad.

Y se detiene un poco para agregar: “Esta ley no arregla nada. Sólo tiene que ver con el nombramiento de las autoridades y con la creación del Consejo Nacional de Universidades”.

—Por cierto, se dice que ese organismo fue ideado por usted hace mucho tiempo.

—Sí, lo ideé yo, pero distinto. Propuse un consejo de elección universitaria para coordinar las dos universidades existentes: la Central y la de Los Andes. Y no era un consejo por imposición, sino por elección. Y era un órgano de la universidad, no un establecimiento por encima de la universidad. Ahora han creado un organismo con el objeto de controlar las autoridades universitarias; no tiene que ver con el funcionamiento de la universidad; son facultades de fiscal y hasta judiciales. En resumen, sin la reforma general no se puede hacer reforma universitaria.

—Definitivamente, en su criterio, la ley va contra la autonomía.

—No solamente contra la autonomía, sino contra la universidad como institución. Se quiere desprestigiar la universidad nacional para crear las privadas y poner los instrumentos de la enseñanza a favor de la oligarquía.

—¿En cuál de los campos se ha sentido usted más realizado: como educador o como político?

—Para mí las dos cosas están íntimamente ligadas. La política también es una forma de hacer magisterio. El político verdadero es también un educador del pueblo.

—¿A pesar de las críticas fuertes que le hacen a los políticos en el sentido de que confunden a las colectividades asumiendo hoy una posición y otra mañana?

—Sí, porque los que se hacen acreedores a esas críticas no son precisamente políticos, y es porque no todos los que ejercen la política son políticos.

—¿Cuáles son las condiciones que debe llenar un político?

—Son varias, pero especialmente la moral. Se puede ejercer la política como se ejerce el comercio, por ejemplo, sin ser comerciante y, hay algunos que ejercen la política siendo comerciantes.






































































































































































































jueves, 27 de febrero de 2020

Franco Berardi: La verdad es el diálogo, y eso no significa nada hoy


Franco Berardi, este lunes, en Barcelona. 


Queridos amigos y lectores del Grupo LiPo.

Hoy les alcanzamos una entrevista con el pensador italiano Franco Berardi, quien ha estudiado la evolución del pensamiento y las consecuencias del uso constante de las plataformas de internet. Un tema fascinante y aterrador que todos vivimos de cerca y del que cada uno de nosotros tiene un criterio más o menos diferente. Se acabó el pensamiento individual o es que estamos frente a otros estadios de percepción de la(s) verdad(es)? Existe una única realidad o ya ese concepto no existe? El uso de los dispositivos de pantalla que ya funcionan como una extension de nuestro propio cuerpo está realmente supliendo las funciones cognitiva más elementales?



Graciela Bonnet



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“El problema es cómo la pantalla se ha apoderado del cerebro”

El pensador italiano Franco Berardi analiza los efectos del mundo digital en el ser humano

JOSEP MASSOT

Barcelona 20 FEB 2019 

Franco Bifo Berardi combina la docencia como profesor de historia social de los medios de comunicación en la Academia de Bellas Artes de Brera (Milán) con la agitación cultural: creó el fanzine A/Traverso, Radio Alice —la primera emisora pirata de Italia— y la TV Orfeu, cuna de la televisión comunitaria en Italia. En sus libros indaga cómo las tecnologías digitales están generando una mutación del ser humano y aceleran de forma tan vertiginosa el tiempo que no deja tiempo para la pausa, la escucha o la capacidad crítica ponderada. Cartografía un tejido social en el que, como en las shitstorm [una tormenta de mierda] de las redes sociales, los individuos se mueven por los estímulos de todo tipo que reciben sin tiempo para reflexionar, y donde reina el resentimiento identitario, la desertificación del pensamiento complejo y el autismo coral. Ayer habló en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona con Ingrid Guardiola sobre cómo “los dispositivos tecnológicos se han convertido en una prótesis de nuestros  cuerpos y en una herramienta de relación permanente con el mundo, devaluando así nuestra experiencia directa e inmediata de la realidad, afectando a las emociones, el psiquismo, la percepción y la relación con el otro”.

Bifo. 1978


Pregunta. ¿En qué está mutando el ser humano?

Respuesta. La modernidad nace cuando la escritura se hace medio de masas y la imprenta permite difundir el pensamiento en miles de copias. Hoy vivimos una segunda mutación técnico-comunicativa mucho más profunda, porque mutamos de una forma conjuntiva del pensamiento, de la comunicación, del afecto, a una forma conectiva.

P. ¿Cuál es la diferencia?

R. Que la presencia de la corporeidad ya no es decisiva. En la comunicación conjuntiva la creación de significado, de sentido, pertenece a la esfera de la presencia. Yo puedo decir algo que puede tener un significado diferente según la manera en que lo digo, de su contexto, de la relación afectiva que existe con mi interlocutor, pero en la comunicación conectiva es la sintaxis, la estructura técnica del medio, el formato, el sentido mismo. Además, la comunicación conectiva nos permite una aceleración, una intensificación infinita de la información, que no es solo información, este el problema, sino al mismo tiempo estímulo nervioso, es shitstorm. La consecuencia es que las capacidades críticas que la humanidad tenía en la época de la imprenta se están perdiendo. Y esta transformación está vinculada a la aceleración de la infoesfera que produce efectos en la psicoesfera, es decir, en el cerebro, en la mente, en la emocionalidad humana. Vivimos una época de patologías masivas, como las crisis de pánico, la depresión, la ansiedad, que no son patologías simplemente psíquicas, sino de la relación comunicacional.


 Ingrid Guardiola 


P. ¿Hemos perdido sentido crítico de la complejidad?

R. El universo técnico se ha vuelto demasiado complejo para el entendimiento humano. Tenemos que reconocer que la posibilidad de una crítica de la discriminación racional es imposible cuando se habla de fake news, por ejemplo. El problema no son las fake news, que siempre han existido, el problema verdadero es lo que está pasando en el cerebro. El cerebro se ha vuelto incapaz de elaborar la complejidad del universo técnico. La velocidad, la intensificación, no permite que el cerebro pueda discernir, redistribuir. Cuando leemos un texto escrito o hablamos con un compañero la velocidad de esta comunicación nos permite discriminar entre bueno y malo, verdadero o falso.

Radio Alice.1976. Imagen tomadda de The Influencers


P. Ya hace muchos años que vivimos un proceso de desculturización del individuo.

R. No estoy seguro de que podamos utilizar la palabra desculturización. El problema es que estamos pasando de una cultura a otra. Podemos identificar la cultura como nuestra cultura, la que nos gusta, la progresiva, la democrática, pero hay otras, estamos entrando en otra condición cultural. La mutación es más profunda, es cognitiva, lo que significa que no implica solo un cambio de las formas simbólicas, políticas, racionales, significa una mutación de la maquinaria. Lo que pasa en la esfera política, social, parece una locura porque seguimos interpretando comportamientos, sí, dementes, con las categorías de la racionalidad política. Por un lado, como decía Eco, está el crecimiento de la inteligencia artificial y por otra el crecimiento de la demencia humana. No es casual. Cuanto más atribuimos la actividad inteligente a la máquina, tanto más renunciamos a la capacidad de actuar de manera inteligente.



P. Platón creía que el paso de la transmisión oral a la escritura era una catástrofe. Zola se escandalizaba de que los primeros trenes a vapor circularan a 40 Km/h. ¿No hay un prejuicio de la generación predigital?

R. Ja, ja. Platón no se equivocó la capacidad de memorización de los hombres se ha empobrecido con la aparición de la escritura. Respecto a lo que dice, sí, creo que sí. Para la última generación alfabética o predigital, lo que está pasando es incomprensible porque las categorías en las que nos hemos formado, desde el comienzo de la modernidad, de Kant y Descartes, han definido la razón y la política. La política como técnica de discriminación entre bueno y malo y reducción del mundo a la razón, y esto está desapareciendo. ¿Qué pasa con las nuevas generaciones? El suicidio crece un 60 % en 40 años desde los noventa. En primer lugar, Corea del Sur, segundo Japón, tercero Finlandia, y cuarto Hungría. Corea del Sur es donde la aceleración informativa y el cambio digital han sido más violentos, más transformadores. Sí, la ola de depresión masiva, las crisis de pánico desconocidas hasta entonces, se explican solo a partir de esta mutación. Las nuevas generaciones viven de manera más normal que las anteriores, pero a costa de un sufrimiento psíquico y social, porque las formas de explotación, el regreso de la esclavitud de la precariedad, libre, pero esclavitud, es el precio que están pagando. Esto no se puede parar. No hablo desde la nostalgia, pues ya no existe, ni volverá, como no volverán ni la democracia ni la política. En sí la tecnología no es mala. Solo produce sufrimiento cuando se vincula con la competencia desenfrenada, con la soledad y la violencia social, con el neoliberalismo. Si no corres, mueres. Si no eres más veloz, no ganas. Los trabajadores han de competir entre ellos. La relación entre jóvenes es de competencia y soledad.

P. La democracia ha muerto, dice usted

R. Democracia es la dimensión donde nadie tiene razón porque todos tienen derecho a razonar conflictivamente en una sociedad abierta, porque no hay verdad, pues la verdad es el diálogo, y eso no significa nada hoy. Con la aceleración tecno-comunicativa el diálogo se verifica entre el individuo y la pantalla, el individuo y la máquina, y hay que respetar las reglas ineludibles de la máquina digital, que son las reglas de las finanzas. Ingresar en el mundo de la economía financiera significa entrar en una dimensión en la que las reglas están escritas en la máquina, y no se pueden discutir. La democracia está muerta porque la democracia es la posibilidad de discutir todo, principalmente las reglas. La prueba la hemos visto en Grecia, en todos los lugares. Con la democracia no se puede cambiar nada. La revuelta de los chalecos amarillos es la última demostración. ¿Con la democracia no podemos cambiar nada? Pues salgo a la calle y hago algo violento. No es fascismo, es locura, la sinrazón.


P. Una corriente de emotividad recorre como un escalofrío el cuerpo social y surgen sentimientos peligrosos: humillación, dignidad…

R. Los movimientos de renovación social, de propuestas de posibilidades nuevas, han sido cancelados por la voluntad europea y las finanzas internacionales. El sentimiento de humillación es más peligroso que el de empobrecimiento. El empobrecimiento produce ira, violencia, pero también deseo racional de ganar algo. La humillación produce deseos de venganza, incluso el de matarse a sí mismos, fíjese el carácter absurdo de lo que estamos hablando. El pueblo inglés que votó por el Brexit, ¿esperaba ganar algo? Creo que no. Lo único, reaccionar contra los que les habían humillado. Humillar a los humilladores. Igual en el conflicto de Cataluña y España. O en Estados Unidos. Trump es el máximo humillador. Humillador de humilladores.Este es el núcleo de la discusión política contemporánea. No es política, es psicopatía. Vivimos una condición que es psicopática. Las herramientas de la política no sirven, porque la venganza no atiende a razones. Es la paradoja en la que nos encontramos hoy.

P. Cuando todo es incierto y nos mueve el miedo, ¿surge el deseo punitivo, el populismo punitivo?


R. En Italia hay quien tiene obsesión es castigar la casta hasta el punto de que estamos dispuestos a perder nuestra condición democrática para castigar a los ladrones de la casta, de la elite. La identificación de la elite tiene un carácter esencialmente punitivo: Lo que ha pasado con los chalecos amarillos y Finkielkraut es antisemita, pero quién ha preparado todo esto. La razón liberal, democrática, ha producido una humillación, al identificar la razón con el algoritmo financiero.

Imagen tomadda de The Influencers


P. ¿El sueño de la razón produce algoritmos financieros?

R. Sí. El sueño de Goya. Adorno y Horkheimer ya lo dijeron: si la razón progresiva no logra entender la oscuridad que lleva en sí misma está firmando su condena de muerte. Hablaban del nazismo, pero está ocurriendo ahora mismo, si miramos los movimientos en Estados Unidos, España, Londres o el mundo árabe.

P. ¿La falta de una alternativa no lleva a la inacción?

R. La única terapia que yo veo tras la oscuridad presente es la reactivación del cuerpo colectivo, del placer de encontrar el cuerpo del otro en la dimensión colectiva. Si miramos los movimientos en Estados Unidos, España, Londres o el mundo árabe, vemos que no eran movimientos políticos, sino de un movimiento de reactivación del erotismo de la sociedad, erotismo entendido como una dimensión del psiquismo que es la dimensión empática, la dimensión del placer del otro. La patología que estamos viviendo es de des-erotización de la relación social. Si puedo imaginar algo bueno para el futuro es la reducción de la velocidad y de reactivación del cuerpo erótico de la sociedad. Es la única forma de reactivar lo que un día llamamos democracia. Una terapia poética, estética y ética, porque cuando hablamos de ética no estamos hablando solo del bien y del mal, sino también del placer. No creo en la batalla política por la democracia, es como un círculo vicioso. Cuando hablo con los jóvenes alumnos de sufrimiento, de impotencia sexual, de la falta de placer sexual, de la falta de reconocimiento erótico, de la fragilidad psíquica, me escuchan y algo se mueve. Cuando hablo de política, no se produce ningún efecto.

P. El sexo que no habla

R. Hay muchísimo sexo, pero se ha perdido la capacidad de ser algo dialogante.

P. ¿Quién auguró mejor el futuro: Huxley, Ballard, Orwell o Philip K. Dick?


R. Philip K. Dick, sin duda. Orwell llegó muy lejos, pero Dick vio algo esencial, que el problema no era solo la pantalla como Orwell, el problema era la relación entre la máquina y el cerebro, la interconexión e interdependencia. El problema es cómo la pantalla se ha apoderado del cerebro, cómo la tecnología digital está modificando la cultura, pero también la actividad cognitiva, y a nivel más profundo, la estructura neurofísica misma del cerebro humano. La humanidad siempre se ha orientado con los sentidos, la vista, el olor… Hoy nos orientamos a través de un mapa telemático de un satélite. ¿Qué pasará dentro de dos o tres generaciones con la capacidad de mirar el panorama, detectar señales olfativas, auditivas, en el ambiente? Es la actividad cognitiva misma la que se está modificando y cuando se modifica la capacidad cognitiva, pasa a la física del cerebro. Tendremos un cerebro conectivo que funcionará a través de conexiones sintácticas que cancelarán la capacidad pragmática de redefinir el contexto.




Tomado de El País

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Graciela Bonnet

 Nació en Córdoba, Argentina, en 1958. Es Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela (1984). Ha trabajado 25 años como correctora de pruebas y supervisora de ediciones por contrato para todas las editoriales venezolanas, entre ellas Monte Avila, Planeta, Biblioteca Ayacucho, ediciones de la Casa de la Poesía, Pomaire, Eclepsidra, Santillana, Editorial Pequeña Venecia, La Liebre Libre. Experiencia de tres años como redactora free lance para una editorial de libros de autoayuda. Escritora fantasma (sin firma) realizó investigaciones para crear libros, novelas, tesis y monografías. Es dibujante amateur. En 1997 el grupo editorial Eclepsidra publicó su poemario "En Caso de que Todo Falle." En 2013 editorial Lector Cómplice editó "Libretas Doradas, Lápices de Carbón" En el año 2000 participó del encuentro de Mujeres Poetas en Cereté, Colombia.