"En realidad no somos una democracia, somos una sociedad petrolera". Entrevista a la escritora venezolana ELISA LERNER
ELISA LERNER | 9 DE MAYO DE 1975
"Venezuela es una democracia sin memoria"
Por Miyó Vestrini
Definir a Elisa Lerner como “todo un personaje”, sería exponerse a su ira. Ella prefiere calificarse como una mujer que piensa. Solitaria, secreta, le teme a la gente, al público, pero ello no le impide tener una visión muy clara, de eso que ella ama tanto, “el país”.
—¿Por qué las mujeres venezolanas no escriben teatro?
—Realmente no sé. En un principio Elizabeth Schön e Ida Gramkco lo hicieron. Creo que el teatro es un género en el que las experiencias deben ser transmitidas en forma un poco distante. En la narrativa y en la poesía la experiencia personal se da más directa, más personal. Y las mujeres le temen a la distancia, porque necesita de la posesión más que el hombre y porque su posición en el mundo ha sido hasta ahora, más insegura.
—¿Cree que la mujer está discriminada en Venezuela?
—Está y no está. Es difícil decirlo. Pienso que la mujer que use las mismas armas del hombre, astucia y habilidad, no está discriminada. Pero la que actúa silenciosa y pacientemente, para escribir una obra por ejemplo, estará discriminada como el hombre que realmente es escritor.
–De todos modos, los escritores son una minoría en el país, ¿no?
–Ciertamente, los escritores en Venezuela somos todos una minoría. Y ser una minoría nunca me ha parecido algo alegre, porque se trata de una élite. La élite en el fondo es siempre tan desgraciada como los judíos en la época hitleriana o como los negros en ciertas ciudades del sur de Estados Unidos. Sí, la élite es una desgracia… los políticos son alegremente despectivos cuando hablan de los intelectuales y escritores del país, es decir, un poco como si Venezuela produjera su propio perfume francés.
—¿Cómo se desarrolla ese proceso de escritura en ti?
—Puede ser largo o corto. No lo puedo predecir. Generalmente, todo parte de algo que me obsesiona durante meses o hasta años.
—¿Cómo te defines a ti misma?
–Como una mujer que piensa más que el común de los venezolanos.
—¿Por qué eres tan dura cuando juzgas al país?
—Venezuela es una democracia sin memoria. La moneda gira en una forma no planetaria. Ayer se invitaba a comer jerarcas de la dictadura y hoy se es el gran cronista de la democracia. Un país muy joven tiene que tener algo en que sostenerse: la solidez, y ¿por qué no?, la democracia de la gente. En realidad no somos una democracia, somos una sociedad petrolera.
Tomado de El Nacional
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