ERNEST HEMINGWAY | 24 DE ENERO DE 1956
"Me gustan todos mis libros, por eso los firmé"
Por Carlos Dorante
Ernest Hemingway, uno de los más importantes escritores estadounidenses de todos los tiempos, guía sin proponérselo de toda una generación, dueño y señor de popularidades en América y el mundo entero, lleva su fama con una ligereza que casi asusta: “Publicaré mi próximo libro cuando vuelva a tener hambre”, dice. Estuvo en Caracas y fue entrevistado por el redactor de las páginas de arte de El Nacional, Carlos Dorante, el 24 de enero de 1956, de quien se despidió con un abrazo.
Hemingway parece un levantador de pesas. Su andar de marinero, de atleta, su fortaleza que no cede a los sesenta años que transita llama forzosamente la atención en todas partes. La gente en Caracas hubiera podido creer que era un luchador. Entró en una librería y una mujer hermosa se le quedó mirando. Insistió tanto que el escritor la miró con dureza, la dama se excusó:
—Perdóneme, ¡se parece usted tanto a Ernest Hemingway!
—¿A quién? Bueno, cualquiera que sea, debe ser un pobre diablo si se parece a mí.
El otro Hemingway, el intelectual, se esconde bajo esta carne musculosa entrenada en guerras y deportes, en esa afición sanguínea que admira a “Carrasquelito” y a César Girón, a quien aplaudió a rabiar en Sevilla. Es difícil oírle hablar de cosas literarias.
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| César Girón.Imagen tomada de "De Sol y Sombra" |
—¿De la literatura norteamericana?
—No opino. La opinión es un lujo en estos momentos.
—¿Y de lo suyo?
—Me gustan todos mis libros, por eso los firmé.
—¿Admira a algún escritor en especial?
—Sí, al que escribió la Biblia. Parece que tenía talento, ¿verdad?
Tomado de El Nacional
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