miércoles, 24 de julio de 2019

“MÁS ALLÁ DE LA NIEBLA”, DE EDUARDO CASANOVA.




"Y no mucho después se produjo un cuarto milagro que vino a tranquilizar de nuevo, aunque no del todo, la vida de Tatatuy: el cura Solana murió de apoplejía al descubrir que casi todos los matrimonios que había hecho se habían corregido en apenas un par de años, y ya cada quién vivía con quien le daba la gana sin tener en cuenta con quién lo había casado el cura, lo cual, además de entregar al pueblo entero a los feos pecado de adulterio y fornicación, de hecho anuló todo el sistema de propiedades que había creado el edicto de Milano, salvo en lo relativo a las tierras de cultivo y de cría, que en realidad no cambiaron de manos porque no pertenecían a ninguna de las parejas armadas por el cura a su llegada."

Y hasta los solistas, cansados de la violencia permanente, sintieron cierta tranquilidad cuando se dieron cuenta de que el señor cura estaba enterrado y ya no peleaba con nadie, ni de noche ni de día.


“Entretanto, en las regiones inferiores seguían ocurriendo hechos, casi todos negativos, que permanecían ignorados por la gente de Tatatuy hasta la llegada de cualquier viajero. José Antonio Páez seguía dominando el país y llegaba a su segunda Presidencia. Páez, durante ese segundo gobierno, acentuó de manera decisiva la práctica de dejar la administración en manos de segundos, Andrés Narvarte y Santos Michelena, mientras él se pasaba el tiempo en sus latifundios de los Llanos (San Pablo y Mata de Totumo) o sus tierras de los Valles de Aragua o su casa de Maracay. Daba la impresión de no querer estar en donde tuviese obligaciones con todo el país. Como si eso de gobernar, aunque le gustaba mucho, lo fastidiara. A eso de tener que lidiar con todos los que ambicionaban algo o con los que aspiraban a algo o los que reclamaban algo, Páez prefería cantar dúos y disfrutar el tiempo junto a su barragana y su grupo de adulantes.


“El país quería y necesitaba prosperar. Era el que más había sufrido la terrible guerra y estaba traumatizado por todo lo que había sufrido. Rechazaba los brotes de violencia como los de Julián Infante y José María Bustillos, o el de Cayetano y Guillén Gavante, o el de Dionisio Cisneros, que Páez solucionó convirtiéndolo en su compadre a pesar de que Cisneros era realista, o los de Francisco Farfán, Juan Cordero, Eduardo Figueroa, Francisco Manuel Farías, y el de Domingo Chacón, en Apure. La república, agotada por tantos años de guerra, que cobró demasiado por su presencia, trataba de rechazar la violencia. La conducción económica del país, en manos de Diego Bautista Urbaneja, Guillermo Smith y Santos Michelena fue acertada. No sólo solucionaron con inteligencia el problema de la distribución de la deuda externa y pública de la Gran Colombia, sino alentaron el comercio exterior y las buenas relaciones con Estados Unidos y algunos países de Europa. En general, a pesar de que el grupo era llamado conservador, su política económica fue liberal. La promulgación de códigos modernos, la amnistía total en materia política, la abolición de la pena de muerte, la inversión en vías de comunicación, los incentivos a la inmigración y la reducción y control del gasto público, fueron grandes aciertos de Páez. En lo personal, es cierto que se ganó el derecho a ser llamado “el más rico propietario del país, el de más pingües y seguras rentas”, aun cuando todo el mundo sabía, y él mismo lo proclamaba en sus “Memorias”, que nació paupérrimo y dedicó su vida a la milicia.


“En esos tiempos creció la figura de Carlos Soublette, que era serio y grave como una rodilla, aunque avaro y sirvientero, y nació en La Guaira, el puerto de Caracas, el 15 de diciembre de 1789. A no ser por los hechos de abril de 1810, le habría ocurrido lo mismo que a Francisco de Miranda y no habría podido dedicarse a la carrera militar en su tierra natal. Pero la rebelión sirvió también para descoyuntar el rígido sistema de castas que había impuesto el régimen de aquel rey y sus antecesores, y gracia a esa liberalización, a los veinte años se alistó como portaestandarte en la caballería de Caracas, y año y medio después, en enero de 1811, fue ascendido a teniente. Otro hijo de canario, Francisco de Miranda, lo llevó consigo en julio del 11 a combatir a los que en Valencia defendían la causa del rey de España y lo ascendió a capitán. A los veintiún años se casó con Olalla Buroz, pariente por varios lados de los condes de Tovar y de otros aristócratas de pleno ejercicio, y se convirtió, a una velocidad pasmosa, en teniente coronel.”


Fragmento de la novela de Eduardo Casanova “MÁS ALLÁ DE LA NIEBLA” 




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Crónicas del Olvido



“MÁS ALLÁ DE LA NIEBLA”, DE EDUARDO CASANOVA




**Alberto Hernández**

1.-

Se teje una trama, una imagen, una historia. Se cruzan los hilos y aparecen relatos, segmentos de secretos y precisiones públicas. La mano que forja el tejido calcula espacios, tiempos, personajes, yerros, crímenes, amores, tentaciones, enterramientos, fundaciones, quebrantos. Es decir, emerge del tejido el universo de una topografía, un mapa, un país que es un pueblo pequeño que se hace grande como reflejo de quien zurce y observa desde lejos lo que ha construido.


Y desde su mirador, acosado por la niebla del tiempo, el autor del tejido ha dejado un relato donde la ironía, el humor, la tragedia y la memoria cuantifican lo que habrá de ser en el lector la anécdota de un país que le ha tocado vivir, más allá de que otros ya lo hayan vivido sin darse cuenta y de no saber cómo fue construido.


Eduardo Casanova nos cuenta –instalado en el imaginario de un caserío- la Venezuela que es hoy desde el ayer. Una cronología donde la ficción promueve un correlato: somos un país borroso, armado con piezas defectuosas. Tanto, que las piezas humanas también vinieron con defectos de fábrica. El país humano sigue siendo la añoranza del paraíso de Colón. Y con esa imagen un tanto infantil, desechable y hasta cínica, la gente, su gente, ha vivido hasta llegar a los distintos episodios violentos por estar apegada a ese reflejo. A la conseja de ser un país encontrado bendecido por la riqueza.


2.-


“Más allá de la niebla” es parte de “Los caballos de la cólera”, de “La agonía del Macho Luna”, de “El solo de saxofón”. Quien haya leído a Casanova se dará cuenta de que siempre relata desde la historia de su país, de sus personajes, desde la psicología de los que maniobran en sus líneas y se convierten en representaciones arquetípicas. Casanova no deja de ser ese país, el que se ha vivido en el pasado y el que se vive en este presente.


Eduardo Casanova empalma el pasado remoto con el pasado que día a día nos hace presente, aunque el futuro se torna neblinoso gracias a esos estadios temporales que dejamos atrás cuando consultamos el reloj. En esta nueva novela del autor caraqueño el personaje es también el tiempo perdido, el tiempo recuperado y vuelto a perder. Algo de Proust en el manejo de esa aspiración temporal nos ata a este relato. Mucho de la América atrasada, encendida por sus hechos y escrituras. Es la novela de la historia que no se mueve a pesar de que transcurre, porque pareciera que los antiguos comportamientos políticos siguen vigentes en nuestro esqueleto nacional.


Desde la llegada de Europa hasta el último de los tiranos, el país borroso no ha dejado de ser el patio de nuestras transgresiones. El patio festivo. El patio criminal. El patio de las componendas donde todo se celebra o conmemora. El patio patrio: una cacofonía. Eso ha sido este país alumbrado aún por el carburo de la “identidad” tan vapuleada por fabricantes de ilusiones. Y desde ese instante en que España pisó tierra insular, el continente se hizo incontinente, pero no por España sino por el bendito destino manifiesto de nuestro comportamiento ciudadano. El mestizaje, tan celebrado, a veces se torna nuestro más cercano enemigo, por aquello de no haber entendido que somos iguales con colores distintos. El resentimiento acude muchas veces para librar afrentas imaginarias.


“Más allá de la niebla” es una novela que nos revisa, escudriña nuestros vicios, nuestra falsa majestad, pero también la inocencia que perdura en la mirada que intenta penetrar esa niebla y ponerla al servicio de un paisaje distinto.


Circular en su ensamblaje, nos dibuja. Seguimos siendo un mapa inconcluso, cubierto por una falsa niebla tropical. Seguimos siendo parte de una retórica permisiva. Seguimos siendo un país conquistable. Un país ajeno.




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Eduardo Casanova




Estudió Derecho y Letras en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1963 se estrenó su obra teatral Barrabasalia, escrita en colaboración con Arturo Uslar Braun, en 1975 se estrenó su comedia "El solo de saxofón". Luego, en 1968, recibió su título de abogado. Presidente de la Fundación para las Artes del Distrito Federal (Fundarte), 1984. Director del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), 1984-1987. Premio Guillermo Meneses por su obra narrativa (2000). Presidente del Círculo de Escritores de Venezuela, 1999 y 2001.  

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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989),  Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos.  (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Gallina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés. 
Actualizada el 28/01/2023

martes, 23 de julio de 2019

“13 FÁBULAS Y OTROS RELATOS”, DE RICHARD MONTENEGRO.






Crónicas del Olvido

“13 FÁBULAS Y OTROS RELATOS”, DE RICHARD MONTENEGRO

**Alberto Hernández**

1.-
El presente se viste con la épica o las divinidades casi olvidadas del pasado. Los personajes no han cambiado. El rostro, los motivos, la existencia siguen el curso del pretérito más perfecto de nuestra heredad. Los mitos son hoy parte del consumo cotidiano. Desde el imaginario remoto de Occidente, desde nuestra madre Grecia, desde las “ilíadas” y las “odiseas”, desde los nombres que han invadido la genealogía de nuestra cultura, desde ese segmento, la fábula adquiere en estos cuentos de Richard Montenegro una fuerza que nos revela apegados a sus líneas como lectores, pero más como personajes porque cada historia de este libro titulado 13 fábulas y otros relatos” (Editorial el perro y la rana, Valencia, estado Carabobo, 2007), es la parodia que a diario confirmamos en el rostro ajeno desde nosotros mismos. Somos sujetos de cuestión, cuestionados, afirmados en la mitología, en nuestra propia mitología. Somos las máscaras de este presente con el sudor y los genes de una ficción que en aquellos tiempos era una realidad. Los dioses existían. Eran inmortales. Los semidioses eran parte de nuestra carne anterior. 

El rostro, la máscara, el teatro, las voces, los protagonistas de todo lo que conservamos como memoria.

Por esa razón, somos fábula sin ser fabulosos. Somos el destino de aquellos personajes recreados por quienes creían que los dioses los impulsaban a inventarlos. A hacerlos reales, tanto que lo fueron, hasta que el poder del reflejo de otros dioses dio al traste con ese imperio de la imaginación. Artefactos del tiempo, la literatura consagra a quienes aún son nombrados y generados sujetos de conductas similares. La parodia es una descarga de la fábula.

2.- 

Son trece los cuentos que Richard Montenegro incluye en este libro. 13, número del que se dice fabula desde el misterio, desde la creencia de que con sólo nombrarlo habrá algún cambio en el acontecer humano. La fábula nos llama a pronunciarlo para que estos relatos sean la circulación linfática de tanta acumulación metafísica llevada a nombres comunes de casas y calles, que se revelan en medio de la niebla de esos ecos del pasado, iluminados por autores como Homero, Ovidio, entre otros autores de la antigua Grecia, quienes siguen dándonos lecciones.

El arca de Deucalión para hacer de Pirra nombre imborrable, encajado en alguna anécdota que Montenegro maneja con elegancia, en un resumen que se totaliza en una minificción. Y así la guardiana Medusa, la de cabellos de serpientes. Y Ulises, el Odiseo, el viajero en busca de la amada. O Clitemnestra, carne y pasión de Agamenón, reina de Micenas. O Hefestos, hacedor del fuego y labrador de metales. Estos y otros en medio de una avenida, en el interior de un edificio. Hechos nuestro presente.

Referentes como Martín Tinajero, nuestro hermoso paisaje humano convertido en flora, sólo mencionado para diferir de Aristeo. Y también Eurídice, Teseo, Perseo, los esclavos Arges, Estéropes y Brontes. Ítaca, la ciudad de ayer y la de ahora en el imaginario de Cavafi como alegoría del pasado griego. 

3.-

Los temas son todos, amenizados con una poética fresca, vibrante, destacados por la calidad de cada uno de los actantes que se pasea por cada uno de los textos aquí leídos. 
El libro fue dividido en tres secciones: “Mediterráneo”, “Génesis” y “La conejera”. De la cuenca de ese mar interior, pasando por un espacio donde se recrean los protagonistas y las máscaras: el presente habita nombres de nuestra sangre latina. El pasado esconde –con la piel de Grecia- la herencia y el legado que nos convierte en parodia, en sujetos fabulados. 
Arte de contar, arte de saber, “arte de amar” y hasta de recobrar sentimientos encontrados. Relatos que transitan por nuestra diaria semejanza con la épica, con la juglaría y con la mercenaria disposición del tiempo. 



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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor. miNatura, Tiempos Oscuros y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.


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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989),  Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos.  (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Gallina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés. 


lunes, 22 de julio de 2019

Julio Cortazar y Rayuela: “Unas notas apresuradas, una visión con cariños y evocaciones”







Julio Cortazar.

Rayuela



“Unas notas apresuradas, una visión con cariños y evocaciones”



No había culminado el bachillerato a finales de 1965, cuando la leí por primera vez; confieso, casi una obligación, no la terminé y me pareció muy difícil. Aunque ya había tenido en mis manos La Montaña Mágica, algo del extraordinario Borges, Al Joyce del Ulises, transitaba por diversas lecturas, sin compromisos, pero con, a veces obligaciones escolares que hacían que me alejara de lo que me parecía algo dificultoso.

Volvía a sus páginas, con mucha curiosidad y, sobre todo, con mejores alicientes en 1969; primero, en una metería electiva y luego, muy cercano un curso de verano organizado por la universidad. Allí tuve dos excelentes profesores, quienes, con mucha pasión y conocimiento, recién llegaban a Chile y regresaban del Mayo Francés, que no comento porque creo conocido.

Lo que siempre llamó mi atención, fue los nombres de los capítulos: del lado de allá, del lado de acá, de otros lados, con un entre paréntesis este último que decía: capítulos prescindibles.

Y, además, una página muy curiosa que la abro en la edición del 2013, denominada: tablero de dirección, que te pone en guardia y dice “a su manera este libro, es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector queda invitado a elegir entre dos posibilidades siguientes…” y al final de esa página, nuevamente se indica cómo entrelazar los capítulos siguiendo un orden sugerido.

Cuando comenzamos a leer el primer capítulo, del lado de allá, se encuentra un párrafo que comienza con una pregunta “encontraría a la Maga”, con una gran exquisita descripción y termina ese primer párrafo con “…que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico”.

Sigo con otra cita “pero ella no estaría ahora en el puente…” Para un lector principiante, incluso hoy, me sigue inquietando y me sigue sugiriendo una variedad de preguntas e interrogantes.

A lo largo del texto, el uso del tiempo, las preguntas, las reseñas, se hacen con una descripción exquisitas.

Con una minuciosidad de orfebre, se abunda en detalles y pormenores. Saltos y vueltas, como especies de flashbacks, de agrupaciones de letras y frases. De eventos y datos de la vida diaria y de otros que pudieran ser imaginados.

En palabras simples, rompía moldes y cánones establecidos en la narrativa.



Y qué decir de las descripciones innumerables; para mí, nunca me he olvidado de esa pléyade que uno encuentra a través de sus páginas. Pienso ahora, por ejemplo, de aquella conjunción feliz y extraordinaria de erotismo, seducción y gestos que comienza “toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano…y culmina y un solo sabor a fruta madura y yo te siento temblar junto a mi como una luna en el agua” Una maravilla.

O aquel otro, en la segunda parte “a Oliveira, el sol le daba en la cara a partir de las dos de la tarde. Para colmo con ese calor, se le hacía muy difícil enderezar clavos martillándolo en una baldosa (cualquiera sabe lo peligroso que es enderezar un clavo a martillazos) …En éste último también, y es muy probable, quizás haya algo de mí historia personal, mi total incapacidad para los trabajos manuales.

En segundo lugar, cómo el autor “juega” con sus personajes y sin perder la importancia de la Maga y Oliveira, aparecen otros como en las grandes comedias con papeles, acciones significativas y con diversas características jugando un rol fundamental en toda la trama de la novela (Berthe Trepat – Cuevas – Piris – Morelli – Talita – Traveller o la Cuca Ferraguto…)

Aunque no es simple y da para otros muchos comentarios, alguien dijo y hoy no recuerdo exactamente quién, Cortazar, desarrollaba un lenguaje y descripciones, para la modernidad urbana emergente en América Latina, recordemos, es la década del 60, muy agitada y con invenciones nuevas. Aun no son los tiempos del boom, pero ya están sonando fuerte.

La unión de tiempos y lenguajes, se hace entonces, en beneficio de una singularidad y ruptura con los cánones, moldes, normas y ciertas convenciones, hasta ese momento dominante.

Como vemos y leemos, no es la trama, son otras dimensiones las que se inauguran, mostrando una fuerza, riqueza e impacto en la literatura posterior.

Decía en alguna parte Mario Vargas Llosa y lo cito de memoria algo así: se reúnen por primera vez y con muchas sorpresas las fronteras entre lo real y lo irreal, se tocan en una coexistencia pacífica y hay una línea invisible de demarcación.

Cortazar, con una gran maestría técnica, sin lugar a dudas, junto a la riqueza en contenidos, horizontes, realidades (interior, exterior, imaginada) se combinan con una destreza singular.

El maestro, inaugura: la combinación de tiempo, modernidad y narración que quizás sólo Borges se había atrevido a apuntar. Después, se ha hecho moneda corriente.
Gracias, Don Julio!




PD: Todo esto a propósito de una nueva edición aniversario, comentada que está por salir en España 2019.

 
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Héctor Gatica Salas
Sociólogo UCV con Doctorado en Ciencias políticas.
Profesor en la UCV durante el lapso 1977-2005 Productor de radio durante el lapso 2005-12.
Lector y en un pasado reciente, asiduo de librerías.

Enlaces relacionados:

 

Se acabaron los "ratones" en la Librería Lectura en Caracas



martes, 16 de julio de 2019

“BARCELONA ´92”: ENTRE UN ORGASMO Y LA PÓLVORA






Crónicas del Olvido


“BARCELONA ´92”: ENTRE UN ORGASMO Y LA PÓLVORA

**Alberto Hernández**

1.-
Líneas cruzadas. Señales particulares de una época en la que el aire olía a pólvora, pero también a escondites, a cobardías engendradas por la sorpresa. En medio de esos eventos, una carta: líneas que abordan –desde toda la intención epistolar- el país desde las tantas asonadas que sucedieron y el desborde sexual, apremiante y sofocador, sobre el sofá de la casa de una muchacha que mantenía nexos “familiares” (un amigo considerado hijo por la madre de la chica) con quien luego desarrollaría toda la historia que Richard Montenegro escribió y que tituló “Barcelona ´92”.

Líneas cruzadas porque el autor fue conminado por la realidad a relatar lo que acontecía en Venezuela en esos días del año 1992. Anuncio de todo lo que posteriormente sería esta otra realidad, emergente, desaforada y demencial, que nos ha tocado vivir.

Es un relato de ficción donde los referentes han sido adjudicados a la realidad por la misma realidad. El exterior callejero, violento, lacrimógeno, consignado por las consignas y gritos, el desbarajuste y despelote de hordas uniformadas y civiles que acontecieron contra todo lo que encontraron a su paso, mientras los notables y universitarios “progres” continuaban con la misma tesis: hacer una revolución que llevaría a Venezuela a la máxima felicidad, como el título de la obra de Isaac Chocrón. Entre esas líneas, las otras voces, las que enfrentaban esa conducta en defensa del statu quo.

Es decir, estas líneas que se cruzan forcejean con ellas mismas. Se agitan como cuerdas tensadas por manos invisibles que luego se hicieron tan conocidas como sus huellas dactilares: la vieja utopía condujo –fuera y dentro del relato: imagen del primer hemisferio- a esta distopía que forma parte de la genética de los yerros de la historia reciente.

2.-

Polvo en las calles y un “polvo” sublime sobre un sofá. El orgasmo de dos cuerpos y el de un país que irrumpió contra él mismo. El brote gozoso de la carne. El brote violento de cuerpos y almas que sacudieron el ánimo, la economía y la política.

En estas cortas páginas de Montenegro se resume el país de esos días. Se resume una forma de salir a protestar contra el mismo país que se mantuvo inerte frente al populismo de una República que nació populista. El mismo Bolívar lo fue. Los libertadores fueron populistas. Los caudillos de toda nuestra pesadilla histórica jugaban a la bondad mientras desangraban el país. El mapa del país se desgarraba lentamente mientras brotaba de su seno el chorro de petróleo que nos trajo a este orgasmo de traiciones, de desmedidas políticas que entrado el siglo XXI forma parte de nuestra costra diaria.
Desde las entrepiernas de la infidelidad juvenil en Valencia. Desde una relación amorosa convertida en carta, en epístola que sugiere las cartas de Stoker, el autor de “Drácula” para poder ser leída con buen gusto, hasta la imagen del hombre que lleva una pierna de res en el hombro mientras llovían los disparos en el ya mítico “Caracazo” y las seguidas y fracasadas asonadas de Chávez y sus ángeles uniformados, la Venezuela de aquellas líneas cruzadas, las de este cuento, el ardor en la piel y el orgasmo sobre el sofá siguen siendo correlatos de la mala memoria.

Detrás de esta aventura de Montenegro el humor negro, porque no se puede escribir sobre estos arrebatos sin añadirle el jarabe de la ironía, de la paradoja, de la grima, de la crueldad, es decir, el sumario/ fórmula de ese humor que entra a la piel como un mentol y se queda por un tiempo sobre la piel de la víctima lectora y de los que alguna vez recibieron los efectos del gas mostaza o pimienta o un disparo. O el culatazo de un fusil manejado por un funcionario de uniforme.

3.-

La política –o lo que queda de ella- es un fenómeno erótico. Y digo fenómeno para no decir asunto. Es un fenómeno, porque es una deformación. La política clásica, la que vino de la boca griega, hablaba de otras cosas. Pero no hay que contradecir los devaneos de nuestra singular y admirada fascinación por el poder: política y sexo van juntos al parlamento y también a la escuela, a las rebeliones. De allí ese orgasmo que procuran las líneas de este relato que nos cruza: mientras se sacudía la calle, dos cuerpos jóvenes se hacían uno en el jadeo del sexo. Mientras el sexo de los protagonistas del “caracazo” era sólo un grupo de hombres y mujeres golpeando, robando o allanando, se escribía una carta en procura de no olvidar aquel orgasmo familiar. Mientras los milicos de Chávez iniciaban la aventura contra la política más demencial de nuestro tiempo, una epístola sugería un libro, las páginas de un relato que fue carta y luego literatura.

Valencia, Caracas…las calles y la sala de una casa son el paisaje que nos remite a un país que es sólo el solo de su mapa. Los restos se siguen amontonando en el imaginario de quienes saben que la historia no ha terminado.

Al final, una nota tan personal que sigue siendo ficción. Una nota en cursivas que deshoja el humor e inventa la posibilidad de otro relato. 

Para leer el relato pulse aqui:

BARCELONA 92. Un relato conocido de insurrección venezolana.


  
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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor. miNatura, Tiempos Oscuros y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.


 
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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989),  Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos.  (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Gallina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés.