miércoles, 29 de julio de 2020

LEE LA SECRETA BIOGRAFÍA DEL DOLOR Y LA AUSENCIA.

El prólogo del libro NUNCA ES UN ARTIFICIO EL VIEJO EXILIO de José Pulido.

Y DESCARGA GRATIS EL POEMARIO.






LA  SECRETA BIOGRAFÍA  DEL  DOLOR  Y  LA  AUSENCIA




La poesía verdadera es siempre una búsqueda en los zaguanes del corazón, en el lado más claro y también en la orilla más oscura, y de esta intersección se crea la palabra necesaria, la que aflora desde donde supura la memoria, el dolor, el terrible desasosiego y la necesidad de sobrevivir, a pesar de los pesares.

José Pulido. Fotografía de Garcilaso.

Porque este libro del poeta venezolano José Pulido es toda una traslación de lo poético a lo vivencial, a lo vital, a lo que es preciso decir para conocimiento de todos, del presente a la materia ancestral de lo vivido, desde el momento de su estar en Génova (donde contempla el mundo desde la mirada asentada en un espacio de singular belleza) hasta lo lejano y recóndito de su ayer en las calles de su ciudad amada de Caracas o en sus viajes a Estados Unidos a visitar a sus seres queridos. Desde el hoy perplejo y maduro del poeta (del que ironiza con sarcasmo inteligente), instantes vividos en la madurez que dan los años, las vivencias, los libros y los sueños, asentado en un exilio siempre doloroso y lleno de melancolías y de miradas furtivas al pasado, al duro y tibio ayer, a la realidad insalvable de su pueblo amado.

Antonio Machado por Leandro Oroz. 1925.

La poesía, como dice Machado, solo canta lo que se pierde, y es cierto, y desde esta afirmación es posible adentrarse en el terreno baldío y hondo en el que naufraga el poeta en este abanico de intensos y profundos poemas, parcelas de una geografía del corazón, aledaños de caminos que es importante pasar y atravesar con los ojos bien abiertos y la disposición clara y diáfana.

Ovidio. Estatua en Contanza realizada por Ettore Ferrari. Imagen tomada de Wikipedia.

Pero el poeta no hace como, por ejemplo, Ovidio cuando escribió sus Tristias, camino al otro lado del imperio, exiliado por el emperador Augusto, doliente siempre en un descalabro íntimo y secreto en el fondo de sus pensamientos. No, el poeta aquí pasa revista desde la mirada lúcida y sorprendente de un hombre que supera cualquier derrota, que rememora lugares, momentos, dolores vividos por él o por sus compatriotas, y desde esa postura tan valiente y creadora, utiliza los mimbres de la poesía para construir el cesto de la memoria del hombre frente al abismo, sin caer jamás en pesares y en dolorosas derrotas, pero dejándonos claro su mirada aterradora frente a ese terror.

Nunca es un artificio el viejo exilio, y esta inmensa afirmación nos deja desde el título, el ofrecimiento de sus versos, la sensación que sus poemas nos provocan en cada una de sus reflexiones( porque esta poesía que gusta de lo poético-asombroso, también nos regala la meditación, el largo y rítmico verso por el que se despeñan las emociones y los pensamientos), y el poeta que sabe cómo se construye un poema también deja claro cómo se reafirma una emotiva sensación de vida en la contemplación de lo lejano, cómo se deja, a modo de crónica, presente cada derrotero de dolor.

Rafael Alberti en 1978. Imagen tomada de Wikipedia

Rafael Alberti en su gran libro Retornos de lo vivo lejano” también nos muestra su cara de exiliado desde la memoria del retorno, lo que el regreso y la melancolía afrontan desde la distancia. Pero en este libro de José Pulido saltamos por encima de esas tensiones y de esas intimidades dolientes para aplacar desde la mirada la transparencia de una realidad que hay que denunciar, poner frente al espejo del hombre, no mitigar en ningún dato.



Descubrimos en el poeta la densidad que la palabra le regala, flor de intensa zozobra pero a su vez, paz y melancolía que aunque pesa no desata angustia, si bien el dolor se toca con las manos de la emoción y el vértigo en la dureza de alguno de los poemas de mayor denuncia de toda una situación que se nos presenta como un friso de increíble desazón: el poder, la ruina, la escasez, la enfermedad, el silencio, el atropello y el crimen.

El doble eje en el que se nos van resolviendo los textos poéticos, desde la privacidad de lo biográfico de un hombre que entra en una edad donde comienza a preguntarse por los signos de esta nueva etapa, el descubrimiento de una verdad que está plenamente acompañada por la esposa a quien entrega su voluntad de amor y vida. La juventud se ha ido, y han escapado los años de la madurez y solo quedan los restos del naufragio. La patria dolorida, la quemazón de una situación pintada por el color de las desgracias, de los crímenes, de las penas colectivas.

“Comencé a sentir las desventajas de la tercera edad
cuando en el fragor del Metro una muchacha abandonó su puesto
 y me dijo ignorando mis fuerzas literarias
 siéntese abuelito…” 

y el poeta se siente vitalmente en un nuevo ciclo y poéticamente en el mejor de sus momentos, extraña paradoja. Está maduro para decir, para exclamar, para dar testimonio.

Todo está perfectamente organizado para ir entrando en el bosque de una vida ahora recompensada con un decir impresionante, emotivo, maduro y sensitivamente grande. Podemos escabullirnos en esta creación de un exiliado que está en un momento crucial de su vida, que se mira con irónica mesura, que nos contamina con su valor, que nada teme ya, que en su decir transita el más alto horizonte de la verdad poética, de sabiduría expresiva.

“Fuimos perdiendo la cuenta de los amigos que morían
por falta de comida y medicinas
y porque sobraban criminales matando por tomates…” 

es la nueva realidad de una situación insostenible donde el abuso y la muerte, la dejadez y el sentimiento de pérdida están latiendo en un temblor de fuego, en una mirada estremecida por lo que la realidad le está enseñando con su luz más opaca.

La angustia viene transida de un dolor contenido que no cesa en la denuncia. Este libro tan esencial y tan verdadero, tan social a su vez, tan lleno de una biografía que se congela en el alma, que se afrenta con el más terrible de los abusos que un hombre puede soportar.




Testimonio que nos transforma humana y poéticamente hablando. Madurez y creación. Palabra y vida que nos acerca 

“todo eso que un día nos servirá
para que la muerte sea un borrón tan milagroso como el nacimiento”.


Descarga el libro Nunca es un artificio el viejo exilio pulsando aquí.




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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne


José Pulido:

Poeta, escritor y periodista, nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.

Vive en Génova, Italia. 

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.


Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras. 


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José María Muñoz Quirós (Ávila, 1957). Es Miembro de Número de la Academia de Poesía de Castilla y León y Director de la revista literaria “El Cobaya”. Ha merecido premios como el Vicente Aleixandre, San Lesmes Abad, Fray Luis de León de Castilla y León, Gil de Biedma, San Juan de la Cruz y Ciudad de Salamanca, así como el Premio Alfons el Magnanim de Valencia. Recibió hace poco tiempo el Premio Internacional de poesía Rafael Morales. Su libro más reciente es Inalterable luz, Vaso roto. Madrid, México. 2017.


lunes, 27 de julio de 2020

PARA MI HERMANO LENÍN QUIEN OLVIDÓ ESCRIBIR UN POEMA EN RUSO






Estimados Liponautas.

El pasado 28 de agosto de 2020 falleció nuestro amigo Lenín Sánchez. A manera de despedida el poeta Fáver Páez le compuso este poema.

Desde este espacio hacemos llegar nuestras condolencias a familiares y amigos de Lenín.

Lenín que estés bien donde quiera estés.


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No voy a despedirte con tristeza


porque escogiste para irte


un día cuando la alegría andaba


por las calles apaciguando los lutos


las mascarillas


y la cuarentena


 


Además la tristeza


no cuadraba contigo


porque nadie puede meterla


en una botella de cerveza


 


Y porque también la tristeza


siempre se adormece


al lado de la mano


que en la temblorosa página del viento


escribe su último poema.


 


-Fáver Páez


                          Valencia, domingo 30-08-2020




Tomado de Faro Crítico



Enlace Relacionado:

LENÍN SÁNCHEZ EL ATEO Y MÍSTICO


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Faver Páez. Fotografía de Yuri Valecillo. Tomada del Libro "Rostro y Poesía". 1995.



Fáver Páez (San Carlos de Austria, Estado Cojedes, 1943), es Licenciado en Historia de la Universidad Central de Venezuela. Se desempeña como profesor en las Facultades de Ciencias de la Educación y de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo.

Fue coordinador de la página "La Mirada Quincenal" en el extinto diario "El Espectador" de Valencia en el periodo 1993-94. Actualmente es director de la publicación cultural independiente URTEXT.  Sus textos han aparecido publicados en la página de arte y espectáculos del diario "El Carabobeño", en la Revista "Tiriguá" revista cultural del estado Cojedes y en "Predios", la revista del sur entre otras publicaciones de Venezuela.


 Enlaces relacionados:


















































Actualizada el 24/08/23 

domingo, 26 de julio de 2020

NOSEQÉ DE LA BELISARIA ALEGRIA

El pintor Ramón Belisario.




Estimados Amigos.


Hoy tenemos el gusto de compartir un texto que el poeta cojedeño, residenciado en Valencia , la de Venezuela, Fáver Páez compuso para celebrar al pintor Ramón Belisario.


Disfruten del texto.


Atentamente

La gerencia.

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                                                             ¡Alegría! ¡Alegría!  ¡Alegría!

                                                                      Porfirio Barba Jacob

 

 

 

Ni estaba muerto ni andaba de parranda

sino de armoniosa cuarentena coloreada

 

este Ramón descendiente de Aristóteles

y por eso algunas reencarnadas veces

es capaz de lanzarse un poderoso discurso

 en griego antiguo

 

este Ramón que una tarde en comandita

con Freddy Ordaz  Marco Cupido y Marcelino Gil

se robó todas las fiestas

que estaban sonando en su ardida Chaguaramas

y no las ha devuelto todavía

 

este Ramón que me vendió un cuadro tan de otro mundo

que ahora quiere quitármelo Arcimboldo

aduciendo ser él quien lo pintó

 

a este Ramón de tantas calles compartidas

que se llama como un hermano mío

que es matemático vive en París

que también es su fan

y quien ya dice

que no va a morirse antes

de que al Ramón de nosotros lo metan en el Louvre

 

a este Ramón de las trampas  celestiales

que muchos aprendimos para hacérselas

a esta ciudad que cuando juega limpio

resulta sospechosa y hay que ponerla presa

 

 

a este Ramón que cuando se orilla en el Marchica

le prende una vela a Wladimir

y cuando cae por La Guairita

le prende dos a Cristóbal

y solo él conoce las razones

 

a este Ramón que sabe bien que la poesía y el arte vuelven locos

aunque no tanto como quisieran los siquiatras

 

a este Ramón de tantas cosas y tan pocas

lo mataron y  resucitaron

lo elevaron hasta la nube más alta

y lo dejaron caer desde veinte mil metros de altura

 

pero quedó enterito y por ahí anda feliz

y a lo mejor hasta le gustó más el viaje de ida

que el viaje de regreso

 

porque a este Ramón (y a sus muchos Ramones)

lo protegen los negros gatos del ultramundo egipcio

 

 

y no importa si lo convierten en muerto cibernético

 

porque con tantas vidas que ha vivido

 

siempre será un muerto de mentira.

                                                                         

                                                     Fáver Páez


                                                             Valencia, Viernes 17-07-2020

 


Pintura de Ramón Belisario.



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Faver Páez. Fotografía de Yuri Valecillo. Tomada del Libro "Rostro y Poesía". 1995.



Fáver Páez (San Carlos de Austria, Estado Cojedes, 1943), es Licenciado en Historia de la Universidad Central de Venezuela. Se desempeña como profesor en las Facultades de Ciencias de la Educación y de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo.

Fue coordinador de la página "La Mirada Quincenal" en el extinto diario "El Espectador" de Valencia en el periodo 1993-94. Actualmente es director de la publicación cultural independiente URTEXT.  Sus textos han aparecido publicados en la página de arte y espectáculos del diario "El Carabobeño", en la Revista "Tiriguá" revista cultural del estado Cojedes y en "Predios", la revista del sur entre otras publicaciones de Venezuela.


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Enlaces relacionados:

















































Actualizada el 24/08/23 

viernes, 24 de julio de 2020

EL MENSAJE SIN DESTINO DE MARIO BRICEÑO-IRAGORRY.





“MENSAJE SIN DESTINO”, DE MARIO BRICEÑO-IRAGORRY

**Alberto Hernández**

“Siempre he creído necesario contemplar los problemas del país a través de otros ojos, y en consecuencia, no me guío únicamente por lo que miran los míos. A los demás pido prestada su luz; y el juicio de mis ojos, así sea opaco ante los otros, lo expongo al examen de quienes se sientan animados a una común inquietud patriótica”.


1.-
¿Hacia qué destino se dirige el país? ¿Cuál sería el mensaje para su perdurabilidad? ¿Con qué recursos morales, intelectuales, culturales, políticos o sociales podría moverse hacia el lado donde habitan la buena educación, la paz, el progreso económico, la solidaridad? ¿Quién podría en los próximos meses encontrar el mensaje y el destino para sacudirnos el pelaje de la transgresión, el crimen, el latrocinio y la vulgaridad de un régimen que viola todas las normas?
Esas preguntas caben aún en las páginas que nuestro autor dejó escritas. El pensamiento político venezolano ha estado bien representado en ensayistas, académicos y estudiosos de nuestras comunes tragedias, entre ellos Mario Briceño-Iragorry a través del volumen “Mensaje sin destino”, libro que ha contado con varias ediciones, la primera en 1951 con el título “Mensaje sin destino. Ensayo sobre nuestra crisis de pueblo”.

La definición de pueblo hoy es una ambigüedad. Ha sido usada para hacer y deshacer, pero sobre todo para destruir la verdadera concepción del término “pueblo”, razón por la cual hoy es necesario optar por el de ciudadano. No porque el primero nos parezca odioso sino porque ha sido muy manoseado, lo cual lo hace inútil a esta altura de los distintos abusos que comete el poder con ese pueblo que “vota” por él y es convertido en esclavo, en mendigo, como es el caso de la Venezuela de estas horas aciagas.

2.-

Volver a nuestros clásicos es una necesidad. Volver a don Mario Briceño-Iragorry se torna imperioso, porque a través de sus líneas podremos ver más claramente lo que nos pasa hoy. Su estudio, precisamente, se afinca en ese término: “Pueblo”.

En tal sentido, nuestro ensayista advierte que el pueblo venezolano no tiene conciencia histórica, y por tanto no es un “pueblo histórico”.

Para el caso, más que el “pueblo político” (en sí bastante informe), nos interesa el pueblo en función histórica”. Y justamente no somos “pueblo” en estricta categoría política, por cuanto carecemos del común denominador histórico que nos dé densidad y continuidad de contenido espiritual, del mismo modo que poseemos continuidad y unidad de contenido en el orden de la horizontalidad geográfica”.

En conclusión, Briceño-Iragorry califica al conglomerado social de “pueblo antihistórico”. Afirma el autor que el venezolano no ha alcanzado a asimilar “su propia historia en forma tal que pueda hablarse de vivencias nacionales, uniformes y creadoras…”

El estudio de Mario Briceño insiste en esta manera de concebir a quienes forman parte del hábitat de este mapa que se ha agitado en medio de convulsiones que lo han llevado, no sólo a perder espacio, sino a ser maltratado por fuerzas internas y externas, como está ocurriendo hoy en pleno siglo XXI.

Hace una crítica a los historiadores porque “en la mayoría de los trabajos de historia nacional se ha dado , con marcadas excepciones, notoria preferencia a una historia de tipo litúrgico y de criterio ´calvinista´”. Es decir, una visión demasiado rígida y apegada a los cánones de costumbres ajenas a nuestra formación histórica.
3.-

Un planteamiento de nuestro autor se centra en el militarismo, vieja herencia que tiene sus raíces en la misma Independencia, donde se forjaron los héroes uniformados. 
“La historia bélica, que hasta hoy ha tenido preferencia en la didaxia, ha sido para el pueblo venezolano como punto de interés permanente, donde ha educado el respeto y la sumisión hacia los hombres de presa”.

Los hombres de presa” son los militares acostumbrados a repeler, recibir órdenes, meter la barriga y sacar el pecho, y llenarse de medallas de adorno. Y se afinca el ensayista: “Porque nuestra historia no ha sido los anales de grupos que formaron las sucesivas generaciones, sino la historia luminosa o falsamente iluminada, de cabecillas que guiaron las masas aguerridas, ora para libertad, ora para el despotismo”. Nos toca en estos días la del despotismo, el abuso, el disparo a mansalva, la burla, el relincho de falsos periodistas, la mofa del poder hacia los desvalidos, la muerte por hambre, enfermedades y persecución. 

Briceño-Iragorry afirma que los historiadores no han hecho bien su trabajo. Y habla de los de su época, quienes se han centrado más que todo en el áurea romántica de los eventos que les ha tocado registrar.

Lamentablemente andamos lejos de gozar la recia posición constructivista que nos ponga en posesión de aquellos instrumentos de educación cívica. Se rinde “culto” a los hombres que forjaron la nacionalidad independiente, pero un culto que se da la mano con lo sentimental más que con los reflexivo”. Y aún ocurre en el estamento político: Bolívar y Manuelita Sáenz, Negro Primero y el permiso a Páez para morir en plena batalla de Carabobo. La versión dionisíaca, cursi, si se quiere, de los libertadores. Semidioses que han salido de una “historia” sesgada, sensiblera, “bolivarianamente” idiota. Por eso aconseja “formar una teoría ejemplar de lo bolivariano”.

Negro Primero. Por Pedro Centeno Vallenilla.

Habla nuestro autor de la “liturgia de las efemérides”, de que “Hemos dado prioridad a la parte teatral de las circunstancias” y de la historia como una “hipérbole histérica”. Por todo eso, responsabilidad a las deficiencias de nuestra educación.

4.-

Para no abundar más, dejo a los lectores las siguientes ideas de don Mario Briceño-Iragorry:

“En Historia, lejos de existir acontecimientos que pudieran catalogarse como pasmos o silencios en el devenir social, existen metástasis que explican la presencia de procesos que sufrieron retardo en su evolución natural. En Historia no hay cesura. Su ley es la continuidad”.

Razón por la que “nuestro país es la simple superposición cronológica de procesos tribales”, que sólo han sustituido “un fracaso por otro fracaso”.

Queda a los lectores continuar revisando estas páginas para que esa continuidad no sea rota por la desmemoria, y que logre al fin el destino del mensaje enviado.


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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989),  Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos.  (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Gallina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés.