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lunes, 9 de septiembre de 2024

Daniel Lumera, biólogo: La amabilidad desencadena en nuestro cuerpo la producción de neuromoduladores como la oxitocina o la serotonina

 

Daniel Lumera, biólogo y sociólogo italiano.  Cedida - Laura Gruiz




Daniel Lumera, biólogo: “Está demostrado que las personas gentiles viven más y enferman menos”

Biólogo, sociólogo y experto en ciencias del bienestar, Lumera es coautor del libro ‘Biología de la gentileza’

“Las personas, sobre todo a partir de los 60 años, que desarrollan habilidades sociales como el voluntariado, viven más y con mejor calidad de vida porque impacta a nivel genético”, afirma


Paka Díaz

 

30/07/2024 06:00

Diversos estudios han demostrado que ser amables alarga nuestros telómeros, la parte final del ADN de los cromosomas que los científicos usan como los biomarcadores de la longevidad. El biólogo, investigador y autor superventas Daniel Lumera (Alguer, Italia, 1975) se quedó fascinado por los estudios de la genetista Inmaculada de Vivo, catedrática de la Universidad de Harvard, al respecto. Por eso le propuso escribir un ensayo juntos para divulgar la idea de una biología de los valores.

 




De aquel encuentro nació un libro exquisito, Biología de la gentileza (Diana), en el que explican cómo valores como la gentileza, el perdón, la gratitud o la felicidad impactan en nuestro cuerpo y nos permiten ser más longevos y vivir con mejor calidad de vida, al lograr un envejecimiento más lento y saludable. Porque, como recalca Lumera, “la amabilidad trabaja como un medicamento, una medicina natural que, en un contexto muy competitivo, es profundamente regeneradora”.

 

 

La amabilidad mejora los telómeros, que son la parte terminal de nuestros cromosomas y que la ciencia utiliza como biomarcadores de longevidad



¿Nos puede ayudar un comportamiento amable a promover un envejecimiento saludable?

 

Sí, la gentileza tiene tres dimensiones, intrapersonal, interpersonal y colectiva, a través de los cuales podemos cultivar comportamientos amables que promueven un envejecimiento saludable. Esta es una de las mejores inversiones que podemos hacer en nuestra salud.

 


¿Qué importancia tiene el corazón que ponemos en las cosas que hacemos, en nuestro bienestar y el de la gente que nos rodea? ¿Puede hacernos más longevos?

 

Sí. La ciencia lo define como el efecto onda, la capacidad de la gentileza de ser contagiosa. Al hacer o recibir un acto de amabilidad, o simplemente al ver una persona amable, en nuestro cuerpo se desencadenan una serie de reacciones químicas que estimulan la producción de neuromoduladores como la oxitocina o la serotonina, las hormonas que provocan bienestar, paz profunda. Es fundamental comprender que no es solo un comportamiento superficial, sino inclusivo, que desarrolla a través de nosotros la capacidad de cuidar a los demás, de sentir y percibirles, y a la naturaleza, los otros seres, como un aspecto de nosotros mismos, de una misma y única vida. Nuestras acciones impactan no solo en nuestro bienestar, sino sobre todo a nivel genético. La amabilidad mejora los telómeros, que son la parte terminal de nuestros cromosomas y que la ciencia utiliza como biomarcadores de longevidad. Está demostrado que las personas gentiles viven más y se enferman menos, y tiene un efecto contagio también en las personas que nos rodean.

 


¿Crees que puede resultar especialmente importante la amabilidad para las personas mayores de 60 años?

 

Hay un estudio, el más grande metaanálisis científico, publicado en 2020, que incluyó a 350.000 personas y que demostró el impacto de las habilidades prosociales en nuestra longevidad, salud, calidad de vida y bienestar. Las personas que, sobre todo a partir de los 60 años, desarrollan habilidades prosociales, como el voluntariado, viven más y con mejor calidad de vida. Valores inclusivos, como la cooperación y la amabilidad, impactan enormemente en la salud. Por ejemplo, la mortalidad se reduce un 60%, y aumenta la expectativa de vida un 13%, porque impacta sobre genes conectados a la gestión del estrés. También potencia el sistema inmunológico y mejora la calidad de vida en general, nos da más propósito.

 

 

¿Cómo puede afectar positivamente a la salud física y mental de las personas mayores?

 

La amabilidad mejora la calidad de nuestras relaciones y desarrolla un entorno más amplio y cálido, más basado en la confianza y la cercanía. Esto afecta muy positivamente a la calidad de las vidas de las personas mayores

 

¿Qué evidencias científicas respaldan esas ideas?

 

Por ejemplo, una publicación de la Universidad de Harvard que ha estudiado un grupo de mujeres durante cuatro años, dándoles a cada una la tarea de practicar una meditación sobre la amabilidad diaria. Al final, sus telómeros, nuestros biomarcadores de longevidad, habían mejorado. En pocas palabras, las personas gentiles tienen un nivel superior de longevidad y de salud. Esto significa que nuestro destino no está predeterminado y escrito completamente en el genoma, en los genes, sino en todo el aspecto epigenético. No solo el lugar donde vivimos, la contaminación del aire, la comida, la calidad de las relaciones, sino incluso los valores que cultivamos en nuestra vida son aspectos con un gran impacto a nivel de salud y de longevidad.

 

 

Habláis de cinco valores fundamentales para incluir la gentileza en tu vida. ¿Cómo pueden las personas mayores incorporarlos?

 

Los cinco valores son gentileza, optimismo, felicidad, gratitud y perdón. Hay un estudio científico muy amplio sobre ellos, que señala que, desarrollándolos, podemos mejorar enormemente nuestro nivel de salud y de bienestar. Por ejemplo, el optimismo es un factor predeterminado genéticamente que heredamos a través de nuestros padres en un 24%. El resto es un músculo que podemos entrenar cada día en el gimnasio de la vida, trabajando la capacidad de ser feliz de nuestra mente, de seleccionar la información que recibes y no centrarte en los aspectos negativos de tu vida. No negar los problemas, pero focalizarnos en los aspectos que pueden permitirnos una mejoría general en nuestra vida.

 

El contacto con la naturaleza diario, como mínimo media hora, reduce la mortalidad en las personas y aumenta el nivel de salud general


Mencionáis también seis instrumentos para mejorar el bienestar. ¿Cómo pueden las personas mayores utilizarlos?

 

Se trata de las seis áreas del bienestar de la salud. La primera es la alimentación correcta, muy importante después de los 60 años. Se trata de evitar completamente los azúcares refinados porque inflaman y todas las enfermedades crónicas de ese siglo, entre las cuales están el alzheimer y el cáncer, están influenciadas por estados crónicos de inflamación. También evitar las harinas blancas, comer integral y reducir al máximo los lácteos. En segundo lugar, no caer en el sedentarismo y moverte como mínimo media hora cada día. El tercer pilar que aconsejaría es practicar mínimo de 12 a 30 minutos de meditación diaria, porque reduce los procesos de envejecimiento, baja la inflamación celular, actúa sobre las habilidades cognitivas y mejora la memoria y el humor, los estados depresivos, de ansiedad, rabia, impotencia y soledad.

 

 

Todavía nos quedan tres pilares más…

 

El cuarto es el contacto con la naturaleza diario, como mínimo media hora, que reduce la mortalidad en las personas y aumenta el nivel de salud general. El quinto sería invertir tiempo en relaciones felices, conscientes, enriquecedoras y constructivas, y evitar las relaciones tóxicas, competitivas o desconfiadas, que generan tensiones. El último sería mantener contacto con el arte y la música. Un estudio científico corroboró que, por ejemplo, la escucha de la sinfonía número 40 de Mozart, no solo disminuye el estrés, sino que potencia el sistema inmunológico y beneficia a nuestro corazón y al sistema cardiovascular.

 



¿Qué recomendarías para ayudar a las personas mayores a integrar estos valores en su vida?

 

Un ejercicio muy sencillo es tener un cuaderno donde apuntar un ritual sencillo y profundo, el de cumplir cuatro actos de gentileza cada día. El primero es hacer un acto de amabilidad hacia ti mismo, cuidarnos, respetar nuestros ritmos, comer saludable. El segundo, hacia los demás. El tercero es hacia los animales y las plantas, para recordarnos que tenemos hermanos y hermanas en las otras formas de vidas. Y el último, hacia la naturaleza de nuestro planeta, para recordarnos la importancia de honrar nuestra casa común.

 

¿Sientes que la amabilidad ha mejorado personalmente tu salud, tanto física como mental?

 

Sí, ha generado un cambio muy profundo en mi vida, porque he roto el paradigma según el cual la vida se focaliza en ti mismo. Me ha hecho entender la importancia del nosotros, de ser inclusivo y respetar a los demás. La amabilidad me ha dado prosperidad, calidad en las relaciones y una sensación de pertenencia profunda a la humanidad. Y me ha permitido experimentar valores que hemos olvidado. Te ayuda a cooperar, un aspecto muy primitivo de la experiencia humana. En una sociedad supercompetitiva, basada en dependencias, deseos, prisa y estrés, la gentileza puede redimensionarlo, para sanar muchos aspectos de nuestra vida. La mía ha cambiado de forma radical.

 

El Movimiento de los gentiles

Daniel Lumera cuenta que en el año 2020 nació el Movimiento Internacional de la Gentileza “que se hizo viral instantáneamente. En Italia tenemos 350.000 personas que colaboran, y 57 ayuntamientos, como Florencia o el estado de San Marino, que se han declarado Estados Gentiles”. Entre otras cosas, han puesto más de 70 proyectos sociales en Italia que integran a la amabilidad en el sistema de salud sanitario. “Muchos hospitales en Italia y en Suiza se han declarado gentiles y tienen programas sobre ello”, cuenta. También subraya que han creado el primer Máster sobre la Gentileza con la Universidad de Florencia, dirigido a profesiones sanitarias. Además, han organizado una red de escuelas gentiles para fomentar una cultura basada en valores, y en 19 cárceles italianas están aplicando programas meditativos basados en la gentileza para reducir los conflictos y crear un ambiente más inclusivo y consciente. “En España también estamos desarrollando varios proyectos. Esperamos que los ayuntamientos españoles puedan formar parte pronto de esta red internacional”, anima Lumera. Además, el biólogo y comunicador cuenta que una isla de las Maldivas, Nika Island, se ha declarado Isla Gentil. Allí, ofrecen programas al respecto a la población local y los turistas. “De ese modo, pueden gozar de relaciones más auténticas y de poder cultivar los valores”, enfatiza.

 

 

 Tomada de La Vanguardia


 

viernes, 26 de enero de 2024

En el duelo entre la ciencia y la Postverdad lo que más nos hace falta son las relaciones humanas, no el consumo.

 

Los participantes de Scientists for Future protestan en silencio por el clima. | Foto (detalle): POP-EYE/Stefan Mueller © picture alliance



CONFIANZA EN LA CIENCIA

De incertidumbres y esperanzas dudosas


Scientists for Future



¿Hay verdades objetivas? ¿Pueden ayudarnos a combatir el cambio climático? Dos miembros de Scientists for Future nos hablan de la relación entre la sociedad y los científicos, y de por qué a ellos normalmente no les gusta dar recomendaciones concretas.



Sra. Bühler, Sr. Landschoff, ¿ustedes dirían que se ha reducido la confianza en la ciencia en los últimos años, en particular en cuanto al cambio climático?


Janica Bühler: En los últimos años he tenido la sensación de que la confianza en la ciencia más bien ha subido. Durante la pandemia de coronavirus, por ejemplo, el podcast del Prof. Dr. Drosten ha tenido bastante éxito, y muchas personas lo escuchan. El discurso climático ha pasado un poco a segundo plano durante la pandemia; antes tenía la sensación de que cada vez más conocidos me pedían que les aclarara el contexto. Por otro lado, también es cierto que el otro extremo se ha radicalizado. Hay gente que cree que los científicos solo dicen tonterías. En general, me queda la sensación de que hay más personas que confían en la ciencia y pocas, pero lamentablemente muy ruidosas, que la contradicen. 

Janica Bühler


Jöran Landschoff: Estoy de acuerdo. La verdad es que la ciencia está en crisis desde inicios del siglo XX. Antes se creía que la ciencia era algo fundamentalmente positivo. Ni siquiera se planteaba la posibilidad de su mal uso. Pero con las catástrofes del siglo XX quedó claro qué tan peligrosa puede llegar a ser. El régimen nazi también se entiende como una perversión de la ciencia ilustrada: los científicos y los médicos hicieron experimentos con personas en nombre de la ciencia y justificaron el racismo. Luego se desarrolló la bomba atómica. Todo eso son cosas que socavaron la confianza en la ciencia, y con razón.


¿Quedan aún verdades científicas en tiempos de la postverdad?


Jöran Landschoff: Justo a esta pregunta me refiero cuando hablo de que se socavó la confianza en la ciencia. Voy a poner un ejemplo: ahora está habiendo grandes debates sociales sobre género y racismo, pero también sobre la verdad. Hay un montón de argumentos y de investigaciones con perspectivas de lo más dispares. Se puede llegar a distintas conclusiones con los mismos datos. Eso lo reconoció la ciencia hace poco menos de cien años y con esa reflexión se ató la soga al cuello. De ahí viene la postverdad. Pero claro que tenemos sistemas de control. Nuestro mundo académico se basa en que nos leemos todo mutuamente y en que presentamos nuestros argumentos de forma pública, justo para que la gente los pueda criticar.


Janica Bühler: Por “verdad” nos referimos a varias cosas. En primer lugar está la “verdad” objetiva de las matemáticas. En algún momento acordamos ciertos axiomas, y a partir de ellos se pueden demostrar verdades subsecuentes. Es el típico “2+2=4”. Sin embargo, en cuanto uno se especializa o intenta aplicar ese conocimiento, tiene que hacer muchos supuestos o trabajar con incertidumbres. Ahí ya no hay verdades objetivas y siempre se tienen que incluir los supuestos y las incertidumbres en la interpretación. Justo por eso en las ciencias naturales usamos, entre otras cosas, mucha estadística y cálculo de errores, en los estudios hay grados de probabilidad y barras de error. Pero que los resultados solo sean probables bajo ciertos supuestos no significa que sean falsos. 


¿Qué tendría que suceder en la sociedad, los medios, la política y también de parte de los representantes de la ciencia, para promover el reconocimiento del conocimiento científico?


Janica Bühler: Suena un poco trillado, pero cada quien tiene que aprender a manejar esos datos. Cuando venía saliendo de la física cuántica, tuve que aprender a interpretar datos climáticos. Vería con muy buenos ojos que se enseñara (más) estadística en la escuela. Sin un conocimiento básico de ella te pueden tomar el pelo muy fácil. Además, los procesos científicos deben ser más transparentes. En eso está habiendo progreso: el podcast del Prof. Dr. Drosten ha captado y explicado muchas incertidumbres bastante normales e importantes para cada ciencia, y seguro por eso tiene tantos seguidores.

Jöran Landschoff


Jöran Landschoff: Sí, justo es importante manejar las incertidumbres de forma transparente. La población probablemente incluso lo recompense con más confianza. En la ciencia misma yo pediría que lleváramos nuestras investigaciones más al límite para ver en qué situaciones valen los resultados y en cuáles ya no. En los medios y en la política debe haber una comunicación más abierta sobre lo que significa que algo esté “científicamente comprobado”. Eso no significa que ya sea correcto y no se pueda desmentir nunca.


¿Quizá por la urgencia sea más importante hacerle caso al conocimiento científico y entenderlo justo en el caso del discurso climático? ¿Será la única manera en la que pueda haber un cambio?


Jöran Landschoff: Sería muy fácil contestar con un “sí”. Pero si nos fuera tan fácil, no seríamos científicos. La gente no cambia su conducta por ver una gráfica sobre la temperatura. Muchas personas siguen creyendo que faltan datos, pero los datos están disponibles para todos. Solo hay que deducir lo que hay que hacer a partir de ellos. Y eso no lo puede hacer la ciencia. Claro que sabemos que tenemos que reducir las emisiones y, por ejemplo, comer la menor cantidad de carne posible. Pero cada cambio esconde efectos secundarios, y las cosas se complican muy rápido.



Janica Bühler: En el caso específico del cambio climático, sabemos desde hace mucho que el calentamiento está provocado por una mayor cantidad de gases invernadero en la atmósfera, que el aumento de la temperatura fue causado por los seres humanos y que las consecuencias podrían ser desastrosas. Por eso no nos podemos quedar solo escuchando y perdernos en los detalles de la investigación; hay que actuar para evitar ciertas consecuencias, aunque en principio yo también contestaría la pregunta con un “sí”. 


Scientists for Future se declara a favor de las recomendaciones de acción directa y apoya algunas de ellas. ¿Qué función desempeña la iniciativa en el discurso climático, y cuál debería desempeñar?


Janica Bühler: Nosotros formamos parte de la escena del activismo climático en Alemania. Nos consideramos comunicadores entre los distintos grupos. Los activistas de Fridays for Future se han movido mucho en los últimos años. Nuestra labor es más bien de apoyo. Nosotros fundamentamos científicamente las huelgas. Pero hay que tener cuidado: no todos somos científicos climáticos e incluso los que lo son están muy especializados, como yo, por ejemplo. Nosotros como individuos tampoco somos expertos en todo lo que pasa en el sistema del clima. Por lo tanto, mi opinión personal no está mejor fundamentada en ciertos temas que la de un político o un ciudadano bien informado. Por eso apreciamos que las ramas de la ciencia más dispares estén presentes en nuestra red.


Jöran Landschoff: Eso también ha provocado que hagamos labor educativa. Como grupo regional de Heidelberg, tenemos una lista de oradores expertos que compartimos cuando nos la piden. También queremos ir directamente a las escuelas a informar a los alumnos. En el mundo académico mismo también queremos despertar consciencia sobre el cambio climático. Así nos salimos del papel clásico de científicos, pero lo tratamos abiertamente.


La crisis del coronavirus puso muchas cosas patas arriba. Por un lado disminuyen un poco las emisiones; por el otro, aumenta el uso de cubrebocas desechables, guantes de plástico, etc. ¿Cómo creen que salgamos de la crisis? ¿Son optimistas o pesimistas respecto al desarrollo


Jöran Landschoff: Yo siempre soy más bien pesimista. A pesar de los movimientos sociales, se ha demostrado que la política, la economía y la sociedad son sistemas bastante rígidos. Se habla de cosas comprobadas aunque nunca se hayan comprobado. Por ejemplo, es obvio que tenemos un gran problema de consumo. ¿Y la respuesta es que debemos seguir aumentando el crecimiento económico? Además no hay un gran interés por impulsar la producción ecológica de bienes ni por las cadenas de suministro locales. Para mí, el manejo de los grandes mataderos durante el verano fue sintomático. Ahí hay una catástrofe social y ecológica a la vista de todos, y no cambió prácticamente nada.



Janica Bühler: Yo creo que hay que verlo por separado. Este año demostró que tanto consumo quizás no lleve a la felicidad. Para muchas personas, la pandemia fue una experiencia existencial. Nos obligó a reconocer que lo que más nos hace falta son las relaciones humanas, no el consumo.

 

Otros sucesos pasados también me han dado esperanza: por ejemplo, el agujero en la capa de ozono. En la primera conferencia al respecto se acordaron medidas totalmente insuficientes. Ahora se ha vuelto natural que no se emitan clorofluorocarbonos (CFC). Claro que, desde el punto de vista político, el cambio climático es mucho más complejo, pero algo está cambiando. También hay avances positivos en la transición energética. Puede que a los inversionistas no les interese mucho la sustentabilidad, pero incluso ahí se ve que cada vez financian menos empresas sin una gestión de riesgos realista y que no se preparen para el cambio climático. Sigue siendo demasiado lento, pero hay avances.


Jöran Landschoff: Es cierto, y si no me quedaran esperanzas a pesar de todo, no sería integrante de Scientists for Future.

 

diciembre 2020

Fridays For Future + Scientists for Future - Save this world - Charity song





Jöran Landschoff


Jöran Landschoff es lingüista y doctorante en la Universidad Ruprecht-Karls de Heidelberg. Janica Bühler es doctorante en el Instituto de Física Ambiental de Heidelberg. Ambos son miembros de Scientists for Future Heidelberg. Scientists for Future es una asociación interdisciplinaria de científicos comprometidos con un futuro sustentable.


Traducción: Del alemán por Hugo López Araiza Bravo


Copyright: © Goethe-Institut e. V., Online-Redaktion


Tomado de la Revista Humboldt


martes, 16 de enero de 2024

LAS BIBLIOTECAS VERDES SON AQUELLAS QUE REACCIONAN A LOS CAMBIOS SOCIALES

 


Dachgarten der Warschauer Universitätsbibliothek. | Foto (Detail): © Adobe


BIBLIOTECAS VERDES

“Tenemos que reaccionar a las transformaciones sociales”

EV

 Eleonore  von Bothmer





Mucho más que un lugar para lectores apasionados: ¿la biblioteca del futuro tendrá una huerta en la terraza y un café de reparaciones en el sótano? Tim Schumann, colaborador de la biblioteca Heinrich Böll del barrio de Pankow, Berlín, y cofundador de la Red de Bibliotecas Verdes explica por qué las bibliotecas públicas tienen que redefinir su papel.


Hace poco usted escribió ensayo en el que bosquejó una “utopía concreta” para las bibliotecas. Allí las abejas zumban en el techo verde y en el sótano se reparan bicicletas. En las salas de lectura hay gusanos que descomponen los residuos orgánicos y personas mayores se juntan con refugiados en diferentes acciones y actividades. ¿Es eso lo que está detrás del concepto de Bibliotecas Verdes?


Tim Schumann trabaja en la biblioteca Heinrich Böll del barrio de Pankow, Berlín, y es colaborador de la Red de Bibliotecas Verdes  Tim Schumann trabaja en la biblioteca Heinrich Böll del barrio de Pankow, Berlín, y es colaborador de la Red de Bibliotecas Verdes. Foto: © privat


Me gusta la definición general de que una biblioteca verde es aquella que reacciona a los cambios sociales, y lo hace en combinación con el nuevo papel de las bibliotecas, sobre todo de las públicas, que están evolucionando a lugares donde lo importante no sólo son los libros sino también las personas y su interacción. Las bibliotecas verdes acercan a los visitantes a temas como el clima, la protección del medio ambiente y la sustentabilidad y no sólo con libros, también mediante actividades. Ese es el aspecto social. Un aspecto arquitectónico puede ser la instalación de placas solares en el techo, y que en los espacios verdes haya jardines que atraigan abejas y que adentro se use la menor cantidad de energía posible.

 

¿De dónde viene originalmente el concepto de Bibliotecas Verdes?


Por lo que sé la idea surgió en los Estados Unidos a comienzos de los años setenta. En principio se trataba de una construcción más ecológica, pero pronto el aspecto humano pasó a ser lo central. Por ejemplo, se comenzó a promover con información que la gente llevara una vida sustentable. A principios del tercer milenio la idea fue llegando poco a poco a Alemania.


¿Por qué las bibliotecas son especialmente adecuadas para la implementación de principios de sustentabilidad?


Las bibliotecas son cada vez más eso que se conoce como “tercer lugar”. Es decir, un lugar donde la gente puede estar y “pasar el rato”, donde familias completas pueden pasar la tarde y alumnos y alumnas pueden hacer sus tareas. Esa es nuestra característica distintiva: poner a disposición de modo amplísimo un lugar que se puede usar gratis.

 

Y si la “utopía concreta” se hace realidad, también se podrá pedir prestada una perforadora (en la biblioteca de las cosas) o una bicicleta (en el taller)…


Exacto. Compartir cosas es algo que refuerza la cohesión social y las bibliotecas públicas están predestinadas para eso. Como biblioteca tenemos que reaccionar a enormes tareas sociales. Hay mucho potencial en el establecimiento de Bibliotecas Verdes que se planteen metas sociales altas.



¿Hay algo como pioneros de la Biblioteca Verde?


Hay muchos proyectos estupendos, también en el plano internacional. La biblioteca municipal de Osnabrück, por ejemplo, tiene proyectado construir una “casita” que será una Biblioteca Verde Juvenil. En Dinamarca se integraron duchas para las personas sin hogar. Ahí pesa mucho entonces el aspecto social. Otras bibliotecas son casas pasivas o tienen placas solares en el techo. En Senegal hay una biblioteca que recoge el agua de lluvia y con eso se riega el jardín.


¿Son esos los proyectos que le interesan a la Red de Bibliotecas Verdes y a la iniciativa Libraries4Future?


La Red de Bibliotecas Verdes se propone fortalecer el tema sustentabilidad y hacer que las bibliotecas de Alemania, Austria y Suiza tengan un papel mucho más activo. En concreto se trata de intercambios y de anclar institucionalmente los temas de sustentabilidad y protección del medio ambiente. Todavía la red está en formación y buscando su propia estructura. Además, durante la pandemia del Coronavirus todo se ha dado de modo virtual. A pesar de todo, nuestros encuentros tuvieron buena resonancia. Los Goethe-Institut, por ejemplo, estuvieron muy bien representados. La iniciativa Libraries4Future funciona de modo global, pero en un nivel más individual.

Kampagnenfilm #Libraries4Future




¿Qué se debate, por ejemplo, en esos encuentros?


Un tema, por ejemplo, es la envoltura de los libros, que en cierto modo es algo sagrado en las bibliotecas. Con las envolturas se quiere proteger los libros, pero obviamente son de plástico. Entonces se plantea en seguida la pregunta: ¿realmente es necesario? Como biblioteca pública a menudo tiramos libros, pero ahora separamos la parte interna de la envoltura exterior. De otro modo, todo termina siendo residuo especial.


¿Es bien recibida la idea de una biblioteca que no sólo presta libros sino que al mismo tiempo se entiende como servicio social?


Los usuarios y usuarias a veces preguntan: ¿qué es todo esto? Pero como dije, se trata del nuevo papel de las bibliotecas, que acercan no sólo los libros sino a las personas entre sí, ya que son portadores y portadoras de saber. De este modo, la biblioteca sigue siendo fiel a su misión de transmitir conocimiento. También recibimos reproches de que abandonamos nuestro papel neutral. Pero debemos reaccionar a los cambios sociales y no tenemos tiempo para la neutralidad. Si me pregunta, le diré que no estamos frente una crisis climática sino al borde de un colapso climático. Tenemos que actuar y ayudar a las personas a abordar esos cambios. Como biblioteca podemos y debemos hacerlo.


febrero 2021




Eleonore von Bothmer es periodista y traductora independiente. 


Traducción: Nicolás Gelormini


Tomado de Revista Humboldt


Alemanes ¿ratones de biblioteca?


El auge de los libros impresos en Alemania



La Biblioteca del Año ! Que ver en Stuttgart ? StadtBibliothek






Bibliotecas Verdes 2021 - Proceso de construcción



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lunes, 11 de diciembre de 2023

Alemania quiere convertirse en un país líder en el uso de bicicletas.

 

Alemania será mucho más amigable con el ciclismo urbano: EL Plan Nacional de Ciclismo 3.0 llevará el uso de bicicletas a un nivel completamente nuevo.

Estimados Liponautas

Alemania es un país altamente industrializado, que esta tratando de tomar medidas que buscan frenar la destrucción del entorno natural y hacer mas vivible el entorno urbano. En cambio en Venezuela impera el malgasto de recursos. El ciclismo urbano  ayuda a disminuir el consumo de combustible, la contaminación y el incremento de de la basura

El salario mínimo mensual en Venezuela es de 130 bolívares que son aproximadamente equivalentes a 3,70 dólares y la bicicletas nuevas en promedio están valuadas sobre los 150 dólares. Esto solo puede provocar que el ciclismo urbano no sea, ni será en largo tiempo  una afición popular. 


Atentamente 


La Gerencia

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Alemania impulsa el ciclismo urbano con un plan nacional

Petra Gust-Kazakos

julio 1, 2020 


Ciclismo urbano

Convertir a Alemania en un país ciclista. El Plan Nacional de Ciclismo urbano debería hacerlo realidad

La crisis por Coronavirus ha afectado varias áreas de la vida cotidiana, incluida la movilidad de la población. Las personas utilizan la bicicleta y caminan más lo que les permite ser independientes y también ayuda al medio ambiente. El riesgo de infección también es menor en comparación con el transporte público. Ciudades como Bogotá, Nueva York y Berlín han establecido nuevas ciclovías, incluso Bruselas está en los titulares con su Velourution. Los expertos han reconocido durante mucho tiempo los beneficios de los modos de transporte no motorizados, por lo que es hora de transformar la movilidad. El gobierno federal alemán ha estado promoviendo el ciclismo urbano como parte de su agenda desde 2002. Se supone que el nuevo Plan Nacional de Ciclismo 3.0 impulsará el uso de bicicletas en Alemania a un nivel completamente nuevo.


El primer Plan Nacional de Ciclismo (NCP) de 2002 fue reemplazado por el NCP 2020 en 2013. Desde entonces, se han apoyado más de 220 proyectos, por un monto de 5 millones de euros cada año. Estos fondos hacen que el ciclismo urbano sea más atractivo y seguro, de modo que se busca aumentar el uso de bicicletas como parte de la división modal, es decir, el volumen de tráfico total crezca paso a paso.


Utilizar más la bicicleta

A partir de 2021, la versión 3.0 convertirá a Alemania en un verdadero país ciclista. Para el gobierno federal alemán es prioridad impulsar el ciclismo urbano para hacerlo más atractivo y seguro.


En particular, el ciclismo urbano se ha beneficiado del acuerdo climático aprobado en octubre de 2019. El gobierno federal alemán decidió explotar el potencial del uso de bicicletas y trabajar con los estados y las comunidades para expandir significativamente las redes de ciclovía. Los objetivos son que todos se sientan seguros en estas redes y que sea posible ir a cualquier parte en bicicleta. Para esto, el programa para impulsar el ciclismo urbano pondrá a disposición cerca de 1.400 millones de euros para 2023, mucho más que en cualquier otro momento.


“Plan nacional de ciclismo urbano”: la nueva versión 3.0

Con el NCP 3.0, Alemania quiere dar un paso más y proporcionar inspiración adicional para más países del mundo. El proceso incluye a expertos y ciudadanos en el desarrollo del nuevo PNC. La encuesta en línea a principios del verano de 2019 fue seguida por un foro con expertos en la materia. El NCP 3.0 se está desarrollando actualmente utilizando estos resultados de la encuesta. El Plan Nacional de Ciclismo se publicará en 2021.


“En el foro, expertos de las áreas de la ciencia, negocios, administración pública y la sociedad civil discutieron los objetivos del nuevo NCP y las medidas con las que debería lograrse. En el proceso, por supuesto, nos orientamos de acuerdo con los objetivos clave del NCP ”, dice Annette Kindl, quien, con los expertos de PTV, ifok y Fraunhofer ISI, está ayudando a redactar el plan.


Ocho objetivos clave para el Plan de ciclismo urbano en Alemania

1) Uso continuo de bicicletas en Alemania.

2) Visión cero en el plan de ciclismo urbano.

3) El tráfico (urbano) se convertirá en tráfico ciclista. Las entregas de última milla se realizarán sin generar emisiones.

 4)Alemania se convertirá en un país líder en el uso de bicicletas.

5) Se promoverá el negocio de las bicicletas, se mejorará la imagen y el conocimiento sobre el uso de ellas.

6) El tráfico de bicicletas será inteligente y en red. La planificación de la infraestructura y el control del tráfico se optimizará con los datos apropiados, las ofertas de movilidad estarán en un formato de red.

7) El ciclismo urbano será prioridad en el país.

8) La bicicleta como actor principal de movilidad moderna.

Uso de bicicletas en todas las ciudades de Europa

Muchos de estos objetivos se han logrado desde hace tiempo en algunas ciudades europeas. Es decir, la gente reconoció h que las formas activas de movilidad son más amigables con el medio ambiente. Contribuyen a reducir el tráfico y aseguran una participación socialmente más justa en la movilidad. La infraestructura correspondiente se proporcionó desde el principio, como en Copenhague o Ámsterdam.


Como puedes ver en el estudio Living. Moving. Breathing. En las ciudades donde las personas son prioridad en la planificación, hay más opciones para caminar y usar la bicicleta. Esto significa que es esencial crear las condiciones adecuadas, tanto en política como en infraestructura. Según el estudio, ciudades como Ámsterdam y Copenhague están muy por delante cuando se trata del ciclismo urbano. En Ámsterdam, (32%) utilizan la bicicleta y (31%) camina como forma de movilidad; En Copenhague, hay una diferencia del 10%. Y Berlín ocupa un lugar destacado en lo que respecta a la cuota de movilidad activa. Sin embargo, aquí muchas más personas caminan (31%) que las que usan bicicleta (13%). En París, la gente también camina mucho (41%), pero la ciudad está impulsando ciclismo urbano (3%), junto con ciudades como Londres (2%) y Roma (1%). París ha liderado el uso de la bicicleta en el país.


Según el Índice Copenhagenize 2019, Copenhague ha superado a Ámsterdam como la ciudad más amigable para ciclismo urbano. Las otras 20 principales ciudades más amigables con el ciclismo urbano el mundo incluye a: Bogotá, Tokio, Taipei, Vancouver y Montreal. La ciudad con mayor uso de bicicleta en Alemania es Karlsruhe ciudad sede de PTV Group.


El ciclismo urbano en Alemania

Promover el ciclismo urbano no es solo un tema enfocado en movilidad urbana. En las zonas periféricas y rurales, el ciclismo no es solo parte de la oferta turística de estas comunidades. Cada vez más, se está convirtiendo en parte de la vida cotidiana. Por lo tanto, la Asociación Alemana de Distritos Rurales [Deutscher Landkreistag] argumenta que el ciclismo debe convertirse en parte importante de una transformación de movilidad a largo plazo, incluidas las áreas periféricas.


¿Cuáles son los siguientes pasos?

Actualmente, el equipo del proyecto está trabajando estrechamente con el Ministerio Federal de Transporte e Infraestructura Digital de Alemania en la formulación del NCP 3.0. Las discusiones en el foro forman la base para esto. Al final, la estrategia nacional de ciclismo urbano pasará por varias rondas de participación y acuerdo en los departamentos federales antes de que se proponga al gabinete y  se publique.



Tomado de PTVGROUP.COM




Petra Gust-Kazakos

Ya se trate de la accesibilidad peatonal, el transporte público o la logística de la ciudad - Petra está interesada en soluciones que muevan las personas y los bienes de manera sostenible y eficiente. Escribe sobre proyectos de investigación, logística urbana y conceptos de movilidad.


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domingo, 3 de diciembre de 2023

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Imagen tomada de Ciclosfera

Estimados Liponautas

En una sociedad como la nuestra donde impera el malgasto de recursos a causa del consumismo desenfrenado que nos envuelve un buen flujo de ciclistas en una ciudad garantiza un saludable corazón urbano y una razonable manera de disminuir el consumo de combustible, la contaminación y el incremento de de la basura. Aunque cuando hablamos de Venezuela, donde  vivimos una situación muy particular ya que el salario mínimo mensual en Venezuela es de 130 bolívares que son aproximadamente equivalentes a 3,70 dólares y la bicicletas nuevas en promedio están valuadas sobre los 150 dólares. No porque la mayoría de los venezolanos ganemos un salario miserable, eso se ve reflejado en un menor despilfarro y malgasto de recursos, ya que hay una minoría poblacional con ingresos muchísimos mayores que viven el consumismo galopante a todo dar. Solo hay que ver la cantidad de Toyotas Thundra y otros carros más costosos rodando por las calles en Venezuela.


A pesar de que en Valencia y Venezuela veamos mas ciclistas , eso no implica que el corazón de nuestro país esté saludable...


Atentamente 


La Gerencia

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“La movilidad en bicicleta es un sismógrafo de la urbanidad”


 Judith Reker

La explanada de la estación de Nørreport en Copenhague, Dinamarca.

Fotografía (detalle): © Rasmus Hjortshøj – COAST









¿Cómo será el tráfico en las ciudades del futuro? En la exposición “Fahr Rad! Die Rückeroberung der Stadt”, el Museo Alemán de Arquitectura de Fráncfort enseña por qué todos los caminos llevan a la bicicleta.

 

El primer carril bici rápido de Alemania recorre nada menos que 101 kilómetros entre las ciudades de Duisburgo y Hamm, en Renania del Norte-Westfalia. Con un ancho mínimo de cuatros metros, ofrece espacio a ciclistas y peatones, sin apenas cuestas. Fotografía (detalle): © Opterix, Johannes Kassenberg





En todo el mundo, las ciudades están ganando tamaño y densidad: desde 1950 se ha duplicado la población urbana, y desde 2007 vive en centros urbanos más de media humanidad. Según estimaciones de la ONU, para 2050 serán ya dos tercios. Para que la vida en las ciudades siga siendo vivible, hace falta mucho espacio, en forma de plazas y superficies verdes y sin edificar. Pero está también la cuestión de las redes viarias, que en los centros urbanos, con frecuencia antiguos, están llegando ya a sus límites. La exposición Fahr Rad! Die Rückeroberung der Stadt  (“¡En bicicleta! La reconquista de la ciudad”) del Museo de Arquitectura de Fráncfort mostró cómo la bicicleta podría ser el medio de transporte del futuro examinando ciudades como Copenhague, Nueva York, Karlsruhe y Oslo. Conversamos con sus comisarias, Annette Becker y Stefanie Lampe.


El nuevo tren de tranvía que une desde 2015 las ciudades estadounidenses de Portland y Milwaukie, está flanqueado por espacio de unos doce kilómetros por vías ciclistas y peatonales. Foto (detalle): © C. Bruce Forster



“La reconquista de la ciudad”... La frase suena como si se tratara de restaurar un estado de cosas que existió alguna vez. ¿Es que nuestro futuro está en el pasado? 

 

Annette Becker: “Reconquista” se refiere esencialmente a la oferta de espacio. Hace poco vi un óleo del siglo XIX en el que aparecía representada una calle de París que sigue siendo utilizada hoy. Por la calle, grande, circulaba un carruaje. Uno nada más. Esa era a finales del siglo XIX la intensidad de tráfico para la que están hechas muchas de nuestras calles. Pero entretanto, por supuesto, han cambiado muchas cosas. Por eso se trata de reconquistar, en concreto de reconquistar espacio. 

 

La nueva plaza de la estación de Nørreport, en Copenhague, Dinamarca, ofrece abundante espacio despejado y 2.500 plazas para aparcar bicicletas.
Foto (detalle): © Lars Rolfsted Mortensen




Barbara Lenz, que investiga el tráfico rodado, ha escrito que “reconquista” suena aquí casi como una campaña militar.

 

Becker: Para nosotras no se trata de hacer trabajo de lobby en favor de la circulación en bicicleta. Pero sí nos llamó la atención un punto decisivo mientras revisábamos tantísimos proyectos internacionales de movilidad a la altura de los tiempos: la circulación en bicicleta es un sismógrafo de la urbanidad. Cuando en una ciudad se puede ir en bicicleta sin problemas, cuando, por tanto, hay buenos carriles ciclistas y, también, superficies verdes suficientes, son indicadores de que esa ciudad tiene alta calidad de vida. Por eso le vemos sentido a intentar que se imponga esa ciudad preparada para la bicicleta.

 

El Passeig de St Joan de Barcelona, España, se sometió a una reforma pensada ante todo para peatones y ciclistas, con abundantes puntos de asiento y superficies verdes y para jugar.Foto (detalle): © Adrià Goula

¿Qué opinión predomina al respecto en la sociedad alemana? ¿Existe consenso acerca de que lo que queremos conseguir es un espacio público preparado para la bicicleta?

 

Becker: No es un tema que interese directamente a todo el mundo. Para muchas personas, el interés principal está en cómo resolver su propia movilidad personal. Pero así, por supuesto, usted no podría hacer que se desarrolle una ciudad, ni ninguna comunidad. Yo diría que hay consenso acerca de que de alguna manera tenemos que mejorar nuestra movilidad, una conciencia que termina llegando seguro cuando todas las mañanas hay que meterse en un largo atasco para llegar a la ciudad. 

 

El Lightpath de la localidad neozelandesa de Auckland transforma seiscientos metros de infraestructura para una autopista en una vía ciclista en zona urbana.Foto (detalle): © Monk Mackenzie Architects

Stefanie Lampe: Hay que añadir otro aspecto: casi todas las ciudades están creciendo, el siglo XXI va a llamarse también el siglo de las ciudades. Cada persona en su propio automóvil: esto ha dejado simplemente de ser una opción con la actual intensidad del tráfico. Muchas iniciativas ciudadanas, como los denominados “Radentscheide” (referéndum por la bici), muestran que cada vez más gente se está dando cuenta de que algo hay que hacer aquí. En estos referéndum, ciudadanos comprometidos de muchas ciudades alemanas están exigiendo la mejora de la circulación en bicicleta. En Berlín se ha logrado ya la primera ley sobre la bicicleta. Se aprobó en 2018 y ordena que la ciudad fomente la circulación en bicicleta. 

 

Becker: Para nosotras no se trata de demonizar el automóvil. Nuestra intención es una coexistencia pacífica. Pero el factor decisivo de esta coexistencia pacífica lo forman los espacios de nuestras calles, y no son algo que usted pueda ampliar. 

 

En Lillestrøm, Noruega, el aparcamiento de bicicletas Sykkelhotell ofrece 394 plazas en 500 metros cuadrados.Foto (detalle): © Ibrahim Elhayawan

Además del problema de espacio, ¿qué otros argumentos hay en favor de la bicicleta?

 

Becker: Es rápida y no tiene complicaciones, y es divertida. 

 

Lampe: Es saludable y silenciosa. Y por último: el medio ambiente. Aunque, en cualquier caso, el aspecto medioambiental no es lo que hace que la gente utilice la bicicleta. Así se ve en encuestas hechas en ciudades muy ciclistas como Groninga o Copenhague: si la gente usa la bici, lo hacen porque –por lo menos en trayectos más bien cortos– es el medio de transporte más rápido y más práctico. 

 

El Parque Buffalo Bayou es todo un oasis urbano en la ciudad estadounidense de Houston: la zona verde se extiende por 64 hectáreas, con más de 14.000 árboles, y es a la vez un importante canal urbano para la prevención de inundaciones. Foto (detalle): © Jonnu Singleton/SWA

Hablemos de estética: ¿serán nuestras ciudades más bonitas cuando el espacio público esté más marcado por la bicicleta? 

 

Lampe: Pensamos que el espacio público será más bonito, sí. Me parece que hemos encontrado buenos ejemplos que así lo demuestran. Siendo un museo de arquitectura, dimos importancia, por supuesto, a exponer proyectos urbanísticos de alta calidad estética.

Un puente, una escuela de primaria y un parque público: tal ofrece el área del puente Dafne Schippers de Utrecht, de unos 100 metros de largo, en los Países Bajos. Foto (detalle): © Jeroen Musch


 

Entre los ocho ejemplos de Europa y también otras zonas elegidos para la exposición, ¿hay uno cuya estética las haya entusiasmado en particular?

 

Lampe: Barcelona.

 

Becker: Barcelona. El bulevar Passeig de St. Joan es sencillamente increíble. Un proyecto en el que convergen de manera modélica planificación urbanística, planificación viaria y, sobre todo, arquitectura paisajística, para crear nuevos espacios de estancia con mucha calidad. Con muchos puntos de asiento, nuevas superficies verdes y para jugar, el espacio público se revaloriza para todos, no solo para los ciclistas. En cuestiones de diseño, hay ciudades que siempre están ahí en posición puntera, y Barcelona es una de ellas sin la menor duda. 

 

En sus 312 metros de largo, el puente de Moreelse, en la localidad holandesa de Utrecht, permite transitar a peatones y ciclistas desde el parque del mismo nombre y el centro antiguo del oeste de la ciudad hasta la zona urbana en crecimiento y el nuevo distrito de negocios al este.
Foto (detalle): © cepezed - lucas van der wee



En Alemania, el término “espacio público” tiene también una connotación filosófica. Filósofos como Jürgen Habermas o Hannah Arendt han estudiado lo público como un factor político entre otros aspectos. Simplificando la pregunta: si hubiera menos personas circulando por una zona en automóvil, es decir, aisladas entre sus propias cuatro paredes, ¿tendría esto importancia para la comunicación social? 

 

Lampe: Consideramos con toda claridad que existe potencial para un cambio. La bicicleta es también, a este respecto, un medio social de transporte. Con la bici no me estoy desplazando en una cápsula de acero, sino que interacciono con el espacio y las personas que hay en torno. En sentido literal, estoy experimentando de otra manera el espacio urbano, lo estoy percibiendo de otra manera. Aquí interviene también el cambio de velocidad: cuanto más rápidamente atravieso un espacio, tanto menos voy a percibir de él. 


Para finales de 2018 está prevista la terminación del edificio de aparcamiento para bicicletas en la estación de Utrecht, que ofrecerá espacio para 13.500 bicicletas.
Foto (detalle): © Ector Hoogstad Architecten – Petra Appelhof




julio 2018

Judith Reker es periodista freelance y reside en Fráncfort del Meno.

Traducción: Augusto Gely Alonso

Copyright: Texto: Goethe-Institut, Judith Reker. Este texto ha sido publicado bajo licencia Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 Alemania Lizenz.

Tomado de Revista Humboldt


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