miércoles, 6 de septiembre de 2023

Nietzsche en bicicleta: LA ECONOMÍA DEL COMPARTIR con "apps" EN ALEMANIA

Nietzsche en bicicleta. Imagen tomada de Pinterest


"La bicicleta que no te mata te fortalece"

Friedrich Wilhelm Nietzsche



Estimados Liponautas

Hace algún tiempo mucho antes de las aplicaciones de los teléfonos móviles, específicamente en el decenio de los 60 un grupo de provocadores anarquistas holandeses decidieron  que la mejor forma de combatir la esclavitud el automóvil en la ciudades era la de compartir bicicletas. Así que decidieron pintar bicicletas (tres inicialmente hasta llegar a unas cincuenta) de blanco y dejarlas en diferentes puntos de Amsterdam para que fueran usadas libremente por quien las necesitara. El usuario al llegar a su destino debería dejarla en la calle para que fuera usada por otro transeúnte necesitado. El hecho de dejar bicicletas sin su respectiva cadena de protección hizo que la policía las confiscara y comenzara la pugna entre la municipalidad y el grupo PROVO. Este grupo logró alcanzar un escaño municipal en 1966 y propuso estas tres premisas: 

"1) Prohibir los coches en el centro de la ciudad, 2) Aumentar la frecuencia del transporte público y 3) Compra y mantenimiento de 2000 bicicletas blancas para su uso público". 

La propuesta solo logró dos votos a favor frente a los 35 en contra.

A largo plazo el plan de las bicicletas blancas fracasó pero fueron el inicio de esa economía compartida, tan novedosa que los indígenas americanos la practicaban, que florece en Alemania y en otras partes e Europa. No hay nada nuevo bajo el Sol, las ganas de lograr una vida más justa y solidaria permanecen en el tiempo... pero nosotros olvidamos demasiado rápido.

Esperamos disfruten de la entrada


Atentamente 

La Gerencia

 Post-Scriptum

Más de uno se preguntará  el por qué del título de la entra y de la imagen. Usamos a Nietzsche por que lo nombran en la noticia y porque creemos que es el filósofo alemán más conocido en Venezuela gracias a la película "Conan el Bárbaro"

Luego hurgando por la red conseguimos la imagen adecuada para abrir esta entrada que acompañamos con un parafraseo.

¿ Que habría pensado el inventor de Superman sobre el auge actual de las bicicletas? Nunca lo sabremos.

Otra gran pregunta que podemos hacernos es la de si la experiencia de la Bicicleta blanca hubiese prosperado en Venezuela, o si actualmente los venezolanos aceptarían la propuesta.

Lo que si es llamativo es que el ciclismo en Venezuela se ha convertido en un deporte de élite, ya que una bicicleta nueva en Venezuela actualmente cuesta alrededor de unos 100 dólares, siendo optimistas, mientras que el salario mínimo mensual de unos 135 Bs, es decir cerca de unos 8 dólares. Este salario es el que devengan los funcionarios, el estado venezolano es el mayor empleador, los trabajadores de empresas privadas pueden llegar a ganar alrededor de 100 dólares mensuales. La canasta básica en Venezuela es de 523,29 dólares. Que luego no digan que no vivimos esclavizados en Venezuela....


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Imagen tomada de Ciclosfera



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ECONOMÍA DEL COMPARTIR

Compartir con “apps” en vez de poseer


 Johannes  Zeller


Komoot: una plataforma para compartir experiencias y rutas. | Foto (detalle): © Komoot




Compartir es tendencia. Une de cada cinco alemanes ya usa “apps” para compartir, muchas de las cuales se han desarrollado en Alemania.


“En verdad os digo, quien poco posee, mucho menos es poseído: ¡alabada sea la pequeña pobreza!”, escribió alguna vez el filósofo Friedrich Wilhelm Nietzsche. Para él estaba claro que los símbolos de estatus no solo tienen un precio monetario, sino que también amarran psicológicamente a sus dueños. Sin embargo, esa “posesividad” de querer tener cosas caras y así distinguirse está perdiendo fuerzas visiblemente entre la población. Cada vez hay más personas que comparten en vez de poseer, y en cada vez más ámbitos de la vida. La economía del compartir crece.


Según un estudio de PwC, une de cada tres alemanes ya usaba en 2018 algún servicio de compartido, con una tendencia a la alza. De elles, más de dos tercios comparten trayectos en auto, herramientas o bicicletas. También son tendencia compartir coche, los bancos de intercambio de ropa y el arrendamiento de espacios sin usar. Según datos de la Unión Europea y de la Asociación de Consumidores, Alemania está muy por encima del promedio europeo.


Desde un punto de vista demográfico, quienes más participan de la economía del compartir son las personas jóvenes con un alto nivel de estudios. Les asignan menos importancia a los símbolos de estatus y perciben que poseer menos cosas es una mejora a su calidad de vida. También desde el punto de vista de la economía política tiene sentido compartir. Muchos objetos, como las herramientas, están mucho tiempo sin usarse y desperdician espacio. Al compartir, se usan menos objetos más seguido: eso reduce costos y es un manejo prudente de los recursos. A eso se le añaden ventajas sociales: las personas obtienen acceso a cosas que de otra manera no se podrían permitir; las redes locales se fortalecen por la interacción en la comunidad del compartir.

Compartir autos en la mira de les desarrolladores alemanes

Les alemanes no solo usan servicios para compartir, también los generan activamente. Casi en todos los ámbitos de la vida hay apps “made in Germany”. Sobre todo en movilidad está avanzando mucho la tendencia de compartir. Alrededor de doce millones de alemanes se interesan por compartir autos o trayectos. Para ello tienen a su disposición una amplia selección de apps y servicios, sobre todo en los centros urbanos. Por ejemplo, los coches electrónicos de CleverShuttle recorren Berlín, Múnich, Leipzig, Hamburgo, Fráncfort, Stuttgart y Dresde sin afectar al medio ambiente. Les berlineses tienen una alternativa costeable en Allygator: por tan solo cinco centavos de euro por kilómetro navegan los autobuses por la capital.

Allygator, un servicio de compartido de autos berlinés, renta autobuses. Foto: © Allygator


DriveNow, desarrollado por BMW y uno de los servicios precursores, cuenta con seis mil vehículos en toda Europa. Para que les usuaries no se pierdan entre la enorme oferta, está la empresa berlinesa Free2Move. Su app reúne a todas las opciones para compartir coche en un solo mapa y ayuda a comparar precios.


Tampoco faltan opciones para los trayectos interregionales: el trabajo pionero lo hizo Mitfahrgelegenheit.de, una startup proveniente de un proyecto de estudiantes muniqueses. La diferencia: en Mitfahrgelegenheit.de son particulares quienes ofrecen un lugar en su coche. Durante quince largos años compartieron así les alemanes los costos de los trayectos largos. Sin embargo, les usuaries rechazaron la transición hacia un modelo por suscripción y la compañía cayó en bancarrota en 2016. Entre tanto, el servicio lo asumió la francesa BlaBlaCar.


Por lo menos tan querido como viajar en coche juntes es compartir bicicletas. Desde hace unos quince años existe por ejemplo Call a Bike, el préstamo de bicicletas de Deutsche Bahn. Desde entonces, las bicicletas en renta están disponibles en 50 ciudades, y cada vez más empresas se unen al mercado.

¿La propiedad se convertirá en una rareza?

La economía alemana del compartir abarca mucho más que compartir coches y trayectos. Los alimentos sobrantes encuentran vientres hambrientos en Foodsharing.de y les ratones de biblioteca tienen una alternativa digital a las bibliotecas clásicas en Leih-ein-Buch.de. Quien quiera compartir rutas de senderismo y experiencias, puede acudir a la plataforma de la startup postdamense Komoot. La ropa y similares, por ejemplo, se consiguen en Kleiderkreisel, en Mädchenflohmarkt o en Shpock, la plataforma de venta en línea desarrollada por la startup austriaca Finderly.


La startup alemana Slock.it también aportó a los titulares, pues quiere revolucionar toda la infraestructura de la economía del compartir. Con sus ideas quiere permitir que les usuaries renten, vendan y compartan objetos por medio de la tecnología de cadena de bloques. Sus fundadores prometen más comodidad gracias a una automatización absoluta y a transacciones particularmente seguras.


Nikolas Beutin, profesor de administración de empresas en la Escuela Superior Quadriga de Berlín, cree que la economía del compartir es un vuelco que transformará a toda la sociedad: “Así como los teléfonos inteligentes suplantaron a las cámaras de foto y video tradicionales, la economía del compartir tiene el potencial disruptivo de reemplazar la propiedad en ciertos ámbitos por medio del uso ocasional de productos y servicios”.


Sin embargo, a pesar de toda la disposición a compartir e intercambiar, hay que reconocer que les alemanes prefieren tomar prestados productos que prestar su propiedad. Tan solo el 9% comparten con desconocides; el 11%, por el contrario, ni siquiera prestarían sus propiedades a extrañes.

julio 2018





Johannes Zeller es periodista independiente y consultor de medios.


Traducción: Del alemán por Hugo López Araiza Bravo


Tomado de Revista Humboldt




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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas tangibles y electrónicas hispanas Fantastic-Films NeutrónAlfa Eridiani, Valinor. miNatura, Tiempos Oscuros y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.




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