Un valor nuestro, don Armando Scannone, nos dejó terminando el año 2021, aunque sabemos todos que sus libros son una herencia para el país, y representan una vida dedicada a rescatar lo mejor del pasado. Y ese rescate ayuda a vivir. Lo queríamos mucho. De verdad. La fotografía es de Gaby Oraa.
DON ARMANDO
Hace cincuenta y un años, cuando conocí a Petruvska, ella era una muchacha que para sorpresa de cualquiera sabía cocinar con una sazón impresionante. Sus platos eran serbios. No había preparado nunca otro tipo de comida. Cuando se encontró con mi mamá, se hicieron tan amigas que mi esposa aprendió muy pronto los platos criollos que mi madre elaboraba. Mamá cocinaba cada plato con el mismo sabor de siempre: no fallaba en los ingredientes. Pero cuando Petra leyó el libro de don Armando Scannone se sintió como quien descubre una mina de oro. Me dijo “Parece una procesión de madres ofreciendo sus mejores platos. Y salen perfectos, como don Armando los propone”. Y comenzó a cocinar esas maravillas rescatadas en un libro milagroso por aquel caraqueño singular.
Un día don Armando nos invitó a su casa, para que almorzáramos con él. En su cocina se preparaba una sopa cuyos olores estremecían el cuerpo. Allí estaban sus cocineros, Elvira y José, el matrimonio que trabajaba con él desde hacía años. Y acto seguido nos mostró ese espacio sagrado donde una olla grande soltaba unos vapores alucinantes. “Sopa de rabo” explicó suavemente doña Elvira. Y nunca olvidaré lo que don Armando nos dijo en ese mismo momento:
-Cada vez que escriban algo hagan esto…-
Y dejó caer una ligereza anaranjada en la sopa.
-¿Qué es?- preguntó Petruvska emocionada.
Don Armando esbozó esa sonrisa suya, gentil y fugaz, para decir luego como un duende recién aparecido:
-Ají…
Cuando probamos la sopa y comimos todo lo que había preparado, supimos que había sido un privilegio. No solo aquellos sabores invocados por su arte y su buen gusto: también su conversación culta, serena y amorosa. Tenía un alma de hierbas fragantes, un alma de especias.
*******
José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne |
No hay comentarios:
Publicar un comentario