miércoles, 30 de septiembre de 2015

Vladimir Vásquez, bloguero y escritor de ciencia ficción venezolano : ¿Cómo le exiges a un escritor una historia con calidad profesional cuando no le pagas ni un centavo por ella?


Vladimir Vásquez


Pensar en la ciencia ficción quizás remita en un primer momento, al menos para los individuos de mi generación, a la colección de novelas de Julio Verne, leídas y releídas una y otra vez, fascinados no solo por los relatos, sino tratando de encontrar alguna pista que responda sobre tan maravillosa anticipación.  Si acaso sumergirme en su lectura a una edad tan crucial como los nueve  o diez años alimentó mi vocación por las particularidades de la lógica científica, no puedo asegurarlo, pero algo en mi interior recuerda cuánto contribuyeron a hacer más agradable la hora de la siesta durante mis vacaciones escolares en Valencia.



La ciencia ficción permite ser definida como la escritura de anticipación, o quizás como una forma estética para comunicar cierto tipo de inquietudes vinculadas con la proyección del sentido de los avances tecnológicos. Si bien Verne es considerado un clásico en literatura de anticipación tecnológica, su modo de pensar me hace recordar los inventos de Da Vinci bocetados durante el Renacimiento, así como algún que otro hallazgo de bocetos elaborados y olvidados durante la efervescencia generada por el intercambio de conocimiento en la mítica Biblioteca de Alejandría. Todos tienen en común una manera  de pensar que se corresponde con una estructura lógica de carácter lógico-lineal, y por lo tanto, adecuada para su descripción mediante la Escritura entendida también como técnica. 


Quizás el carácter lógico de estructura racional que deja fuera toda emoción, (requisito de la filosofía clásica para abordar objetivamente los fenómenos) también permita entender desde lo cognitivo por qué lo que comenzó como literatura de anticipación haya devenido en mirada distópica sobre los efectos tecnológicos sobre la Sociedad.  



En el siguiente fragmento de la entrevista, realizada por el escritor venezolano Javier Domínguez, a  Vladimir Vásquez, tendremos oportunidad de conocer de la mano de uno de los especialistas de Ciencia Ficción (CF) en Venezuela en qué consiste el género, cuales son los autores locales que nos recomienda a su juicio, así como informarnos de las dificultades para desarrollarlo  hasta el ansiado nivel profesional.


Vásquez culmina recomendando la lectura de los clásicos siempre vigentes. Asegura que  “lo distópico y lo post-apocalíptico está muy agotado”. 


Quizás porque llegó el momento para volver a soñar Utopías, no como evasión, sino como proyecto posible.

                                                  

Vivina Salvetti


*******




¿Cómo le exiges a un escritor una historia con calidad profesional cuando no le pagas ni un centavo por ella?
Fragmentos de una entrevista al bloguero y escritor de ciencia ficcion venezolano Vladimir Vásquez


Estoy hastiado de lo distópico y lo post-apocalíptico

Una entrevista realizada a Vladimir Vásquez por el escritor valenciano Javier Domínguez.



¿Cuál es para ti la definición de CF?


Arrancaste la entrevista con las preguntas duras.

Definir la ciencia ficción siempre ha sido difícil, pero para mí la Ciencia Ficción es la literatura de lo posible. Una ventana a las infinitas posibilidades de la realidad. Puede que un unicornio en una obra de fantasía solo sea una criatura imposible, pero en una historia de Ciencia Ficción, bajo ciertas condiciones evolutivas o gracias a bioingeniería, el unicornio podría ser algo real.


 ¿Entonces la verosimilitud recae en la solidez de la especulación científica?



¿La verosimilitud? Yo diría más bien el disfrute, pienso que una historia de Ciencia Ficción se hace grande cuando uno comprende que sus posibilidades son más reales.


Quizá por esa razón observamos en la actualidad una enorme popularidad de la Ciencia Ficción mundana, quizá la gran mayoría de la gente es capaz de comprender mejor historias que nos hablan de tecnologías de pasado mañana y no relatos de dentro de cientos de años.





¿Hay algún(os) escritor(es) u obras de ciencia ficción en Venezuela que nos recomiendes?


Por supuesto en primer lugar mis amigos y colaboradores Ermanno Fiorucci (el Sire), Joseín Moros y Guillermo Moreno.


De Ermanno me sorprende la calidad de sus historias y una fascinante habilidad para envolver al lector en su narrativa.

Ermanno Fiorucci (el Sire)


De Joseín me gustaría destacar lo ingenioso de sus historias. Es un escritor de una tenacidad a toda prueba y que ha venido puliendo sus habilidades como escritor y como artista gráfico constantemente durante los últimos años.



Recientemente publicó su primera novela "Fuego". http://amzn.to/1L0HqBr

Joseín Moros

Estos dos caballeros me han acompañado en el desarrollo de mi blog durante muchos años, siempre respaldándome, muchas de sus historias pueden leerse allá. Denles un ojo para que comprueben de lo que les estoy hablando: 

http://www.cuevadelobo.com/author/josein/


Ermanno Fiorucci: http://www.cuevadelobo.com/author/ermanno/



Guillermo Moreno

Guillermo se encuentra ahora envuelto en multitud de proyectos, por un lado desarrolla una suerte de webcomic ambientado en el weird weird west llamado Pistoleros del Infortunio: https://williamdarkgates.wordpress.com/los-pistoleros-del-infortunio/



Mientras que al mismo tiempo desarrolla variedad de historias en Proyecto Pulp: http://proyectopulp.blogspot.com/


PROYECTO PULP proyectopulp.blogspot.com


domingo, 27 de septiembre de 2015

Chucenita:

Píldoras de libros, cine, música y pintura en viñetas. Crucigramas




Estimados Amigos

Hoy es domingo y le traemos otra tira de Chucenita.

Deseamos disfruten de la entrada.


******* 





Sol Linares:



Trujillo, Venezuela. Cuentista, novelista. En el año 2004 su cuento Bitácora de ti recibe la Mención Especial en el concurso Cuento, ensayo, y poesía organizado por la ULA. Más tarde gana la III Bienal de Literatura “Ramón Palomares” con su libro de relatos Cuentafarsas (Fondo Editorial Arturo Cardozo 2007; FUNDARTE 2010). Ganadora del Premio Internacional de Novela ALBA Narrativa 2010 con Percusión y tomate (Fundación Editorial El Perro y la Rana 2010; Fondo Cultural del ALBA 2010). También ha publicado La circuncisa (Monte Ávila, 2012) y Canción de la aguja (FUNDARTE, 2013) novela que recibe el Premio Municipal de literatura Luis Britto García en el 2014. Sus cuentos aparecen reseñados en varias revistas y antologías, como De qué va el cuento (Alfaguara, 2013), Antología sin fin (Escuela literaria del Sur). Colabora en varios periódicos nacionales con artículos literarios y de opinión. 


Enlaces relacionados:






















































































































Actualizada el 05/03/2024

viernes, 25 de septiembre de 2015

Para el Poeta no existen ni el destino del Capitalismo, ni el destino del Socialismo, por Hermann Hesse





Estimados amigos

Hoy compartimos este revelador  texto del escritor alemán más querido en Valencia, la de Venezuela. Seguramente generará muchos comentarios entre miembros de la clase literaria venezolana que olvidaron estas viejas enseñanzas.

Desamos disfruten de la entrada
 

*******



“El dinero y el poder y todas esas cosas por las que los hombres se torturan mutuamente y acaban por matarse a tiros tienen poco valor para quien se ha encontrado a sí mismo. Éste sólo valora una cosa: la misteriosa fuerza en su interior, que le ordena vivir y le ayuda a crecer. El que desconfía de la fuerza vital en su interior, el que carece de ella, tiene que compensarla con sucedáneos como el dinero. El hombre que ha encontrado el valor de ser él mismo y ha oído la voz de su propio destino no tiene ya el más mínimo interés en la política, ya sea monárquica o democrática, revolucionaria o conservadora. Le preocupan otras cosas. Para éste no existen ni el destino del Capitalismo, ni el destino del Socialismo, ni Inglaterra ni América; para él no existe nada más que la ley silenciosa y tenaz que late en su pecho, que resulta tan penosa al hombre cómodo y tradicional, pero que significa destino y Dios para el obstinado”.

* * * * * * *

Una virtud hay que quiero mucho, una sola. Se llama obstinación. Todas las demás, sobre las que leemos en los libros y oímos hablar a los maestros, no me interesan tanto. En el fondo se podría englobar todo ese sinfín de virtudes que ha inventado el hombre en un solo nombre. Virtud es: obediencia. La cuestión es a quién se obedece.

QUIEN TIENE INTUICIONES PROPIAS Y VIVE EN CONFORMIDAD CON ELLAS HA ENCONTRADO SU DESTINO Y EL SENTIDO DE SU VIDA

La obstinación también es obediencia. Todas las demás virtudes, tan apreciadas y ensalzadas, son obediencia a leyes dictadas por los hombres. Tan sólo la obstinación no pregunta por esas leyes. El que es obstinado obedece a una ley, a una sola, absolutamente sagrada, a la ley que lleva en sí mismo, al “propio sentido”.

["Obstinación", en alemán es "Eigensinn", palabra compuesta que literalmente significa "propio sentido". (N. del T.)]




¡Lástima que la obstinación sea tan poco apreciada! ¿Acaso goza de estima? ¡Oh, no! Incluso se la considera un vicio o al menos un lamentable desmán. Sólo se la designa por su hermoso nombre cuando molesta y suscita odio (por cierto que las verdaderas virtudes siempre molestan y suscitan odio. Véase Sócrates, Jesús, Giordano Bruno y todos los demás obstinados.)

Y cuando existe cierta voluntad de admitir la obstinación como virtud, o al menos como un bello atributo, se mitiga en lo posible su áspero nombre. “Carácter” o “personalidad” no suena tan desapacible o vicioso como “obstinación”. Tiene un tono más presentable, e incluso “originalidad” se acepta en último extremo, claro que sólo referida a tipos raros a los que se tolera, artistas y gente estrambótica. En el arte, donde la obstinación no puede infligir daños considerables al capital y a la sociedad, se la tolera, incluso como originalidad; en el artista es hasta deseable una pizca de obstinación; se paga bien.


Pero, por lo demás, en el lenguaje cotidiano entendemos por “carácter” o “personalidad” algo extremadamente complejo, algo que existe y puede ser exhibido y decorado, pero que en el momento decisivo se somete precavidamente a leyes extrañas. “Carácter” se le atribuye al hombre que posee algunas ideas y opiniones propias, pero que no vive según ellas. De vez en cuando deja traslucir, aunque discretamente, que en efecto piensa de otro modo, que tiene opiniones. En esta forma suave y sutil ya se considera entre los mortales el carácter una virtud.

Pero si un hombre tiene intuiciones propias y vive realmente de acuerdo con ellas, pierde el elogioso título de “carácter” y sólo se le concede el de “obstinación”. Pero analicemos literalmente la palabra. ¿Qué quiere decir “obstinación”? Terquedad, tener un “propio sentido”. ¿O no?

TODAS LAS COSAS DEL MUNDO TIENEN SU SENTIDO PROPIO, EXCEPTO EL HOMBRE Y EL ANIMAL DOMESTICADOS

Todas las cosas del mundo tienen un “sentido propio”. Cada piedra, cada brizna de hierba, cada flor, cada arbusto y cada animal crece, vive, actúa y siente según su “propio sentido”, y en eso estriba el que el mundo sea bueno, variado y hermoso. Que haya flores y frutos, encinas y abedules, caballos y gallinas, estaño y hierro, oro y carbón, se debe única y exclusivamente a que todas las cosas del universo, hasta la más pequeña, tienen su “sentido propio”, llevan dentro su propia ley y la siguen absolutamente seguras e imperturbables.

Existen sobre la tierra solamente dos pobres seres malditos, a los que no les estás permitido seguir esa llamada eterna, y ser, crecer, vivir y morir como les ordena su propio sentido innato.

Sólo el hombre y el animal domesticado por él están condenados a no seguir la voz de la vida y del crecimiento y a someterse a unas leyes establecidas por el hombre y, de vez en cuando, infringidas y modificadas también por él. Y lo más curioso es que aquellos pocos que han desdeñado esas leyes arbitrarias para seguir las suyas propias, las naturales, han sido siempre condenados y lapidados, aunque luego fuesen venerados, precisamente ellos, como héroes y libertadores. La misma Humanidad que ensalza y exige de los vivos, como suprema virtud, la obediencia a sus leyes arbitrarias, esa misma Humanidad acoge en su eterno panteón a los que desafiaron aquellas órdenes y prefirieron perder la vida a ser infieles a su “propio sentido”.

Lo “trágico”, esa palabra maravillosamente sublime, mística y sagrada, llena de los estremecimientos del mítica juventud humana, que los reporteros profanan irresponsablemente a diario, lo “trágico” no es otra cosa que el destino del héroe, que sucumbe por seguir su propia estrella, en contra de las leyes tradicionales. Así y únicamente así se le revela a la Humanidad una y otra vez su “propio sentido”.

Porque el héroe trágico, el obstinado, enseña a los millones de seres mediocres y cobardes que la desobediencia a las normas del hombre no es capricho brutal, sino lealtad a una ley mucho más alta, más sagrada. O digámoslo así: el instinto gregario del hombre exige de cada cual ante todo adaptación y subordinación, pero sus más altos honores no se los reserva en absoluto a los sufridos, pusilánimes y dóciles, sino precisamente a los obstinados, a los héroes.

EL HÉROE NO ES EL CIUDADANO OBEDIENTE Y APACIBLE, SINO EL QUE ENCUENTRA SU SENTIDO PROPIO EN SU DESTINO

Así como los reporteros abusan del idioma cuando califican de “trágico” cualquier accidente de trabajo en una fábrica (término que para esos estúpidos es sinónimo de “lamentable”), la moda no es menos impropia cuando habla de la “muerte heroica” de los pobres soldados masacrados. Este es uno de los términos favoritos de los sentimentales, sobre todo de los que se quedan en casa. Los soldados que caen en la guerra merecen sin duda nuestra más profunda compasión. Generalmente han hecho y sufrido lo indecible y a la postre han pagado con su vida. Pero no por eso son héroes, tampoco aquel que siendo hasta hace un momento soldado raso y maltratado por el oficial como si fuera un perro, se convierte de repente, gracias a la bala mortífera, en héroe. La idea de masas enteras, de millones de “héroes”, es en sí absurda.

El “héroe” no es el ciudadano obediente, apacible y cumplidor. Heroico sólo puede ser el individuo que ha erigido su “propio sentido”, su noble y natural obstinación, en su destino. “Destino y espíritu son nombres de un mismo concepto”, dijo Novalis, no de los poetas alemanes más profundo y desconocidos. Pero el héroe es el único que tiene valor para asumir su destino.

Si la mayoría de los hombres tuviesen ese valor y esa obstinación, el mundo sería otro. Nuestros maestros a sueldo (los mismos que nos ensalzan tanto a los héroes y obstinados de los tiempos pretéritos) suelen decir que entonces iría todo manga por hombro; pruebas de ello no tienen ni las necesitan.

En realidad, la vida entre hombres que siguieran independientes su propia ley y su propio sentido florecería con más riqueza y altura. Quizá en ese mundo quedaría impune más de un insulto y más de una bofetada precipitada que hoy entretienen a honorables jueces del Estado. De vez en cuando habría también un homicidio, pero ¿acaso no lo hay hoy, a pesar de todas las leyes y castigos? Sin embargo, muchas de las cosas terribles, inconcebiblemente tristes y demenciales que vemos proliferar con espanto en medio de nuestro ordenado mundo serían entonces desconocidas e imposibles. Por ejemplo, las guerras entre las naciones.

Ya oigo decir a las autoridades: “Tú predicas la revolución”.

PARA QUIEN DESEA VIVIR PURO Y LIBRE SU DESTINO, EL DINERO Y EL PODER TIENEN MUY POCO VALOR

Otro error, posible sólo entre personas de rebaño. Yo predico la obstinación, no la subversión. ¿Cómo iba a desear la revolución? La revolución no es otra cosa que la guerra, es, igual que ella, “la continuación de la política con otros medios”. El hombre que ha encontrado el valor de ser él mismo y ha oído la voz de su propio destino no tiene ya el más mínimo interés en la política, ya sea monárquica o democrática, revolucionaria o conservadora. Le preocupan otras cosas. Su “sentido propio”, como el profundo, grandioso y divino sentido propio de cada brizna de hierba, está dirigido hacia su propio desarrollo y nada más. “Egoísmo”, si se quiere. ¡Mas este egoísmo es totalmente distinto del despreciable egoísmo del usurero o del ansioso de poder!



El hombre que posee el obstinado “sentido propio”, al que yo me refiero, no busca ni dinero ni poder. No los desdeña porque sea un dechado de virtud o un altruista resignado. ¡Todo lo contrario! El dinero y el poder y todas esas cosas por las que los hombres se torturan mutuamente y acaban por matarse a tiros tienen poco valor para quien se ha encontrado a sí mismo, para el obstinado. Éste sólo valora una cosa: la misteriosa fuerza en su interior, que le ordena vivir y le ayuda a crecer. El dinero y similares no conservan, potencian ni ahondan esa fuerza. Pues dinero y poder son inventos de la desconfianza.

El que desconfía de la fuerza vital en su interior, el que carece de ella, tiene que compensarla con sucedáneos como el dinero. Para quien confía en sí mismo, para quien no desea otra cosa que vivir puro y libre su destino y dejarlo vibrar en su interior, esos medios auxiliares, desmesurados y pagados siempre con exceso, se reducen a instrumentos subordinados, de uso y posesión agradables, pero jamás decisivos.

¡Oh, cómo amo esa virtud, la obstinación! Cuando la hemos reconocido y hallado algo de ella en nosotros, todas las virtudes recomendadas resultan curiosamente dudosas.

El patriotismo es una de ellas. No tengo nada contra él. En lugar del individuo postula un complejo mayor. Pero verdaderamente como virtud sólo es apreciado cuando empiezan los tiros, ese medio tan ingenuo y ridículamente ineficaz de “continuar la política”. Generalmente se considera al soldado que mata enemigos más patriota que el campesino que cultiva su tierra con esmero. Porque éste obtiene una ventaja. ¡Y nuestra extraña moral considera siempre dudosa una virtud que beneficia y aprovecha a su dueño!

SEREMOS MÁS FELICES CUANDO ABANDONEMOS LA SUPERSTICIÓN DE QUE NUESTRA ALEGRÍA TIENE QUE SER ARREBATADA A OTROS

Pero ¿por qué? Porque estamos acostumbrados a acumular ventajas a costa de otros. Porque, llenos de desconfianza, creemos tener que desear siempre lo que otro posee.

El cacique de una tribu salvaje cree que la fuerza vital de los enemigos matados pasa a su persona. ¿No se basan en esta pobre creencia la guerra, la competencia, la desconfianza entre los seres humanos? ¡Sin duda seríamos más felices si equiparáramos el honrado campesino al soldado! Si abandonáramos la superstición de que toda la vida o alegría de vivir que gana una persona o un pueblo tiene que ser necesariamente arrebatada a otro.

Ahora oigo la voz del profesor: “Todo eso suena muy bien, pero por favor contemple el asunto objetivamente desde el punto de vista económico. ¡La producción mundial es…!”.

A lo que yo contesto: “No, gracias. El punto de vista económico no es en absoluto objetivo, es como un par de anteojos por los que se puede mirar con muy diversos resultados. Por ejemplo, antes de la guerra se demostraba desde el punto de vista económico que una guerra mundial era imposible, o que al menos no podía durar mucho. Hoy podemos demostrar, también económicamente, lo contrario. Por favor, ¡permitidnos pensar de una vez en realidades en lugar de fantasías!”.


De nada valen estos “puntos de vista”, llámense como se llamen, aunque vengan respaldados por los profesores más gordos del mundo. Son falacias. Ni somos máquinas calculadoras ni ningún otro mecanismo. Somos hombres. Y para los hombres existe únicamente un sólo punto de vista natural, una sola medida natural, la del obstinado. Para éste no existen ni el destino del Capitalismo, ni el destino del Socialismo, ni Inglaterra ni América; para él no existe nada más que la ley silenciosa y tenaz que late en su pecho, que resulta tan penosa al hombre cómodo y tradicional, pero que significa destino y Dios para el obstinado.

* * *

HERMANN HESSE, Obstinación, 1919. Alianza Editorial, 2004, Biblioteca Hesse. Traductor: Anton Dietrich. [FD, 24/08/2007]


Tomado de Filosofía Digital




miércoles, 23 de septiembre de 2015

INVITACIÓN AL TERCER CAMBALACHE DE LIBROS ÉXITOS 99.1 EN VALENCIA, LA DE VENEZUELA




El Grupo Li Po los  invita este sábado 26 de septiembre de 2015 al “TERCER CAMBALACHE DE LIBROS ÉXITOS 99.1”, una actividad que se llevará a cabo en las instalaciones del hotel Embassy Suites.

Las actividades se iniciarán a las 4 pm.

Pueden llevar hasta un máximo de 10 libros en buen estado para intercambiar

Programación:

4 pm.  TERTULIA  con Laura Antillano.

5 pm. TERTULIA con Xiomary Urbaez (escritora y autora de Catalina de Miranda.


6 pm. TERTULIA: CÓMO ANIMAR A LOS NIÑOS A LEER, con Omira Bellizio (escritora y animadora de lectura infantil)

7 pm. TERTULIA/ENTREVISTA: TERCERAS PERSONAS con  Humberto Segura y Fedosy Santaella


 8 pm. TERTULIA: LIBROS QUE INSPIRARON CANCIONES con Mariu Revilla

 Direccion:

Hotel Embassy Suites

Avenida Monseñor Adam con Avenida Andrés Eloy Blanco, El Viñedo, Valencia 2001
0241-2004400

domingo, 20 de septiembre de 2015

Chucenita:

Píldoras de libros, cine, música y pintura en viñetas. John Donne.




Estimados Amigos

Hoy es domingo y le traemos otra tira de Chucenita.

Deseamos disfruten de la entrada.


*******  


******* 





Sol Linares:



Trujillo, Venezuela. Cuentista, novelista. En el año 2004 su cuento Bitácora de ti recibe la Mención Especial en el concurso Cuento, ensayo, y poesía organizado por la ULA. Más tarde gana la III Bienal de Literatura “Ramón Palomares” con su libro de relatos Cuentafarsas (Fondo Editorial Arturo Cardozo 2007; FUNDARTE 2010). Ganadora del Premio Internacional de Novela ALBA Narrativa 2010 con Percusión y tomate (Fundación Editorial El Perro y la Rana 2010; Fondo Cultural del ALBA 2010). También ha publicado La circuncisa (Monte Ávila, 2012) y Canción de la aguja (FUNDARTE, 2013) novela que recibe el Premio Municipal de literatura Luis Britto García en el 2014. Sus cuentos aparecen reseñados en varias revistas y antologías, como De qué va el cuento (Alfaguara, 2013), Antología sin fin (Escuela literaria del Sur). Colabora en varios periódicos nacionales con artículos literarios y de opinión. 


Enlaces relacionados:






















































































































Actualizada el 05/03/2024