“Vivía al lado de Einstein y de Oppenheimer, y ahí supe qué eran los gigantes”
En una entrevista realizada en el mismo espacio que comparte el piano de la familia Darwin, el filósofo George Steiner defiende el lugar de quien no teme asumir que para aprender hay que estar dispuesto a fracasar en el intento. De un profesor como cartero de conocimiento entregando cartas que obviamente no ha escrito, postura que le valió la franca disputa con el ego de otros profesores de Cambridge.
En esta jugosa entrevista que se ofrece a continuación, y recuerda más una charla de café absolutamente informal de esas que saltan de un tema a otro, el texto admite un hilo conductor respecto de las inquietudes de Steiner respecto de los misterios de la creación humana, la misma que impulsó diferentes manifestaciones culturales desde la noche de los tiempos y fascinado a viajeros y antropólogos. Recuerda de sus cenas con Henry Moore en la Universidad para referirse a las formas que sabían descubrir sus manos maestras y como excusa para reflexionar sobre cuál es el secreto de una melodía que conmueva o un cuadro que ilumina el corazón. Concluye que sin embargo ni el arte ni la cultura pueden ambos considerarse neutrales o inocentes en sí mismos. “Hay artistas grandes que se unieron al fascismo” algo que le resulta incomprensible.
Sus palabras lo muestran atento a los cambios perceptuales que introducen las nuevas tecnologías. Admite que la proliferación de imágenes virtuales permite explicar la merma en lectura de la novela clásica. Los grandes maestros contemporáneos escriben de manera breve o con gran proliferación de imágenes textuales, lo que explica el éxito de Harry Potter y le permite augurar que el futuro de la literatura se encuentra en el formato del comic.
Agradezco la amable invitación del blog para que comparta mis impresiones como antropóloga sobre esta jugosa entrevista realizada en el hogar de los Steiner, y los invito a extraer sus propias conclusiones. Personalmente, creo que resulta muy difícil no concordar con este viejito de lucidez envidiable
En una entrevista realizada en el mismo espacio que comparte el piano de la familia Darwin, el filósofo George Steiner defiende el lugar de quien no teme asumir que para aprender hay que estar dispuesto a fracasar en el intento. De un profesor como cartero de conocimiento entregando cartas que obviamente no ha escrito, postura que le valió la franca disputa con el ego de otros profesores de Cambridge.
En esta jugosa entrevista que se ofrece a continuación, y recuerda más una charla de café absolutamente informal de esas que saltan de un tema a otro, el texto admite un hilo conductor respecto de las inquietudes de Steiner respecto de los misterios de la creación humana, la misma que impulsó diferentes manifestaciones culturales desde la noche de los tiempos y fascinado a viajeros y antropólogos. Recuerda de sus cenas con Henry Moore en la Universidad para referirse a las formas que sabían descubrir sus manos maestras y como excusa para reflexionar sobre cuál es el secreto de una melodía que conmueva o un cuadro que ilumina el corazón. Concluye que sin embargo ni el arte ni la cultura pueden ambos considerarse neutrales o inocentes en sí mismos. “Hay artistas grandes que se unieron al fascismo” algo que le resulta incomprensible.
Henry Moore |
Sus palabras lo muestran atento a los cambios perceptuales que introducen las nuevas tecnologías. Admite que la proliferación de imágenes virtuales permite explicar la merma en lectura de la novela clásica. Los grandes maestros contemporáneos escriben de manera breve o con gran proliferación de imágenes textuales, lo que explica el éxito de Harry Potter y le permite augurar que el futuro de la literatura se encuentra en el formato del comic.
Agradezco la amable invitación del blog para que comparta mis impresiones como antropóloga sobre esta jugosa entrevista realizada en el hogar de los Steiner, y los invito a extraer sus propias conclusiones. Personalmente, creo que resulta muy difícil no concordar con este viejito de lucidez envidiable
Vivina Salvetti
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"Yo intento fracasar mejor"
Juan Cruz
24 AGO 2008
A sus casi ochenta años ha logrado escandalizar a sus colegas con las
experiencias sexuales que relata en su último libro. Una lúcida mirada
de un gran filósofo, crítico literario y ensayista, premio Príncipe de
Asturias en 2001.
George Steiner está a punto de cumplir ochenta años y acaba de publicar Los libros que nunca he escrito
(Siruela), que ha escandalizado en muchos sitios, pero sobre todo en
Inglaterra, en cuya Universidad de Cambridge ha sido un destacadísimo
profesor. A él le divierte el escándalo, porque tiene que ver, imagina,
con la sorpresa que algunos se llevaron cuando observaron que en ese
volumen el profesor Steiner, uno de los grandes filósofos europeos, cuya
edad avanzada queda desmentida por su mente despiertísima, relata
experiencias sexuales muy explícitas (y propias) sin que su pudor le
cortara un pelo. El ensayo que ha sido piedra de escándalo tiene que ver
con el lenguaje, supone una defensa de las lenguas minoritarias,
algunas de las cuales imagina él que deben ser excelentes para practicar
sexo, y comienza de este modo tan contundente: "¿Cómo es la vida sexual
de un sordomudo? ¿Con qué incitaciones y cadencia se masturba? ¿Cómo
experimenta el sordomudo la libido y la consumación?". Claro, la obra no
es sólo eso (y no es sólo ese ensayo), sino que es una inteligente
mirada sobre los asuntos a los que él alguna vez quiso dedicar un libro
(siete, exactamente) y que se le quedaron por el camino. Ése, Los lenguajes de Eros,
precisamente, había sido arrinconado por él entre los miles de papeles
que guarda en la biblioteca donde trabaja, en el jardín de su casa de
Cambridge, ordenada y amplia, donde comparte la vida con su mujer, la
historiadora Zara Steiner, en una atmósfera cuya felicidad se refleja
precisamente en ese libro y hasta en la cocina de la casa a la hora de
celebrar el verano con una copa de jerez, galletas, café y humus.
Ha sido un profesor (y un tutor) codiciadísimo en esta universidad, y
aún llegan alumnos a requerir su asistencia doctoral, y él asume su
edad con el esmero de quien colecciona el tiempo. Pero preserva la
jovialidad de su escritura en sus ojos pícaros y divertidos, y muestra
su exhaustiva erudición (como hace en los libros, "doce, y para qué
más") como si fuera un narrador de historias, sin darte la impresión de
que te apabulla.
Javier Marías |
En el rato ese que hubo tras la entrevista, en la cocina, hablamos de
todo, y él nos preguntó a nosotros: por la situación en España, por el
paro, que le parece la amenaza más grande del futuro, por Javier Marías
(a quien considera uno de los grandes escritores de Europa, "y además me
honró haciéndome parte de su Reino de Redonda"), por Europa
En algún
momento salieron a relucir las artes, que si la poesía es más grande que
la narrativa, o la pintura, etcétera, y entonces se levantó de la silla
de madera, ensayó algunos movimientos de su mano izquierda, como si
dirigiera música, y exclamó: "¡La melodía! ¡Nada hay más perfecto que la
melodía! Tú escuchas a Schubert y ahí está el misterio, no hay más". Y
en algún momento, en medio del brindis que hubo después de la
entrevista, Steiner dijo: "En todas las casas hay un pequeño tesoro". Y
se fue. Regresó con una pequeña tarjeta en la mano y la depositó en la
encimera. Era la tarjeta que el doctor Freud y su esposa enviaron a sus
padres ("Con los mejores deseos", en alemán) cuando éstos contrajeron
matrimonio en Viena, el 3 de abril de 1921
Y allí donde hablamos,
silencioso, el piano que fue de Darwin. Te lo enseña como si te mostrara
un sueño, y luego te guiña un ojo, "vamos a tomar jerez". Durante la
entrevista, cuando le insistimos sobre el dolor histórico (es hijo de la
diáspora judía, sus padres padecieron la guerra mundial y la
persecución nazi, él es consecuencia de la gravedad política de la
época, y también de la nutritiva cultura de entreguerras), Steiner dejó
claro que ese asunto ya estaba dicho, liquidado, y cuando pasó la hora,
su reloj mental, el del profesor estricto que además no usa cronómetro,
levantó el dedo y dijo, tajante: "Se cumplió la hora".
F. Schubert - Serenade
Pero si subrayamos esos dos detalles de la larga conversación
estaríamos manipulando ese rato, que fue cordial y hondo, una
conversación en la que este premio Príncipe de Asturias de la
Comunicación se comportó como si fuera en efecto, y él lo dice, el
cartero de un conocimiento y de una disputa intelectual que tiene pocos
parangones en Europa. Y no te arroja ese conocimiento, lo comparte. Esa
actitud es lo que hace de este ensayo de ensayos, Los libros que nunca he escrito (editado también en catalán por Arcadia: Els llibres que no he escrit),
una obra que parece la caja negra de su pensamiento, y de sus
diversiones. Como él, es divertido y hondo, extraño, como la
prolongación de su autobiografía, Errata, y como el anuncio de
más polémicas que prolonguen su idea sobre Europa, sobre la crítica
literaria, sobre el terrorismo, sobre el Estado de Israel y sobre los
judíos. Este hombre es como un río que además se ríe. Y se ríe sobre
todo por lo que ha escandalizado a sus colegas, y no sólo, con este
libro.
Así que se han escandalizado
Sí, muchos.
Nunca se ha preguntado nadie cómo es la vida sexual de un sordomudo. Lo
han hecho acerca de la de los ciegos, pero jamás sobre la de los
sordomudos.
Una pregunta inquietante.
Porque las
preguntas importantes muchas veces son inquietantes. Hay un comentario
bellamente desagradable de Heidegger sobre por qué la ciencia resulta
tan aburrida. Él dijo que era porque sólo tiene respuestas.
Martin Heidegger, circa 1920 |
Había una pintada en Ecuador que decía: "Cuando por fin teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas".
Es verdad. Pero las preguntas pueden ser inquietantes, y las preguntas
en torno a lo erótico lo son. Aún no tengo ninguna teoría, pero quisiera
que este ensayo sirviera en un futuro a psicólogos, sociolingüistas y
gente preparada para que comenzaran a estudiar estos asuntos o por lo
menos a seguir preguntándose sobre ello.
Pero lo que usted ha escrito no es sólo un ensayo; es algo más autobiográfico.
A mí me gusta llamarlo ficciones. Borges consideraba que las ficciones eran verdades. Pero también son verdades imaginarias.
Al leer este ensayo en particular, 'Los lenguajes de
Eros', uno podría pensar que usted no tiene ningún pudor, ningún miedo a
las posibles consecuencias.
¡Por eso no escribí el libro,
ja, ja! Escribí un ensayo, siete ensayos en lugar de siete libros.
Estoy a punto de cumplir los ochenta años, y como no estoy para escribir
siete libros, escribí ensayos sobre lo que me hubiera gustado escribir y
por qué no lo hice. La mejor definición de la vida la hizo Samuel Beckett: "Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor".
Yo quise fracasar mejor, y es lo que intento decir con este libro.
Samuel Beckett |
Esa frase de Beckett la usa usted en un contexto en el que habla sobre la tristeza y el pesimismo.
La tristeza y el pesimismo
, sí. ¿Sabe por qué soy tan poco popular
entre mis colegas académicos? Hay una razón muy sencilla. Siendo joven
ya dije que había una diferencia abismal entre el creador y el profesor,
o editor, o crítico. Y a los colegas no les gusta escucharlo. El
capítulo más difícil de escribir en este libro, Envidia, es
precisamente sobre esa relación con los profesores. Fue una pesadilla
escribirlo. Sudé en cada frase. ¿Cómo se siente uno al vivir rodeado de
los grandes sin serlo? Fui el miembro más joven de la Universidad de
Princeton, ahí vivía al lado de Einstein y de Oppenheimer, y ahí supe
qué eran los gigantes. Fíjese en ese pequeño retrato que hay ahí [un
retrato dibujado de él en su juventud; debajo pone, en italiano, Il postino,
el cartero]. Yo quiero ser el cartero, quiero que me llamen El Cartero,
como ese personaje maravilloso en la película sobre Pablo Neruda. Es un
trabajo muy hermoso ser profesor, ser el que entrega las cartas, aunque
no las escriba. Mis colegas detestan escuchar eso. ¡La vanidad de los
académicos es enorme! Derrida dijo que toda la literatura, hasta la más
grande, es un mero pretexto. ¡Al infierno con Derrida! Shakespeare no es
un pretexto, Beckett no es un pretexto, no lo es Neruda, no lo es
Lorca
Se enfada usted con Derrida.
Lo del
pretexto es un chiste de mal gusto. Somos los carteros y somos
importantes. Los escritores nos necesitan para llegar a su público. Es
una función muy importante, pero no es lo mismo que crear.
No, no es lo mismo.
Me gustaría contarle
una anécdota. Hubo un poeta contemporáneo llamado Nash que tradujo al
poeta francés François Villon. En su famosa balada Las nieves de antaño
había una línea en la que Villon venía a decir que la mujer ha
envejecido: su pelo, escribía en francés, ya no es dorado, sino gris.
Nash, en su manuscrito, lo tradujo así: "El brillo le cae del pelo". El
impresor cometió un error y escribió: "Un brillo cae del cielo". Es una
de las frases más hermosas de la poesía inglesa, ¡y se debe al impresor!
Cada noche le pido a Dios que me envíe un impresor que cometa un error
que me haga grande.
En este libro en concreto, que no es una autobiografía,
casi todo lo que se dice se puede relacionar con su vida. Por ejemplo,
cómo su padre le enseñó a aprovecharse de los libros.
Recuerde que vengo de una tradición judía muy antigua. La palabra rabino
significa profesor, y en el judaísmo la figura del profesor es
inmensamente valorada. Han sido cuatro mil años de una tradición de
profesores excelentes, y mi padre quiso que yo fuera profesor. Se
alegraba cuando publicaba poemas, pero eso no es lo que él quería para
mí. He escrito ficción, y ha sido muy traducida, pero es una ficción
intelectual, cerebral, alegórica. Son novelas que contienen ideas. Pero
otra cosa es ser creador. Ah, la inocencia de un gran creador, el
misterio de crear
Un misterio distinto que el misterio de enseñar.
En la universidad en la que trabajaba solía venir a cenar Henry Moore,
el escultor británico. Cuando abría la boca para hablar de política o de
otros temas, decía estupideces. Pero cuando hablaban sus manos, te
dabas cuenta de que era un gran creador. El misterio de un gran creador
es un misterio. No sabemos cómo ni por qué se crea una gran melodía o
cómo o por qué se pinta un cuadro. Produce una gran alegría el poder
explicar esto y hacérselo llegar a la gente. Pero nunca mezclo la
creación con la enseñanza. Un profesor es un profesor.
En algún momento dice usted, con respecto a la novela, que hoy ése puede parecer a veces un género prehistórico.
No, yo colocaría a Proust, Mann, Joyce
entre los mayores creadores. Lo
que quiero decir es que quizá las novelas estén llegando a su fin,
porque en el mundo de hoy nos llegan infinitas imágenes e historias
directamente a casa. Dudo mucho de que tengamos otro Proust, otro
Faulkner. Los grandes maestros contemporáneos escriben de manera breve.
Fíjese en Kafka, lo fragmentario que es. Hoy Shakespeare sería un
guionista.
¿Y quiénes serían los novelistas de hoy día?
Hmmmm, es muy difícil contestar a esa pregunta. Creo que Mario Vargas Llosa lo es. La fiesta del chivo es indudablemente de las mejores novelas de hoy. También lo es Cien años de soledad, de García Márquez. El tambor de hojalata, de Günter Grass. Hijos de la medianoche,
de Rushdie. Philip Roth es quizá la persona más inteligente que haya, y
su trilogía sobre la política norteamericana es magnífica. Pero la
forma en sí misma de la novela está peligrando. La gente busca formas
más experimentales. ¿Por qué resultan mejor escritos los libros de
historia, de sociología o incluso las biografías? La prosa de
Lévi-Strauss es mejor que el libro de cualquier novelista francés.
Incluso hay economistas que tienen más estilo escribiendo que los
propios novelistas. Los historiadores, como sir John H. Elliott,
escriben de maravilla. Han aprendido de la novela, y lo aplican. Pero
mire lo que sucede ahora. Un chico escribe un libro; si tiene suerte, se
lo publican, y está dieciséis días en las librerías, y de inmediato lo
retiran del mercado. Así, ¿cómo se van a hacer escritores? Si esto
hubiera ocurrido en tiempos de Joyce, él nunca habría resistido. Sin
embargo, fíjese en el caso de J. K. Rowling, que nadie entiende.
¿Usted tampoco lo entiende?
No. He mirado
los libros y me parece que emplea un vocabulario difícil, una sintaxis
difícil. Hasta ella, J. K. Rowling, muy humildemente, tampoco se explica
el porqué de su éxito. Mi pregunta es la siguiente: un niño que ha
leído todos los volúmenes de Harry Potter, ¿leerá luego La isla del tesoro, Los viajes de Gulliver, Oliver Twist, los clásicos? Mis colegas que han estudiado este fenómeno dicen que no, que los niños que hayan leído a Potter no leen después a los grandes clásicos. Y eso es triste.
Ella misma se hace sus preguntas, nos lo dijo en Edimburgo.
Todos teníamos la esperanza de que con Harry Potter
se iba a volver a los clásicos con los que se empezaba a leer. Pero no
lo creo. ¿Sabe que la Unesco tiene una lista de libros más leídos del
mundo? Y sólo hay un título francés.
Déjeme adivinar: 'Madame Bovary'.
Oh, no, qué dice usted. El principito. Y eso es alarmante. Se venden millones de ejemplares todos los años. Pero la gente no lee Madame Bovary.
¿Cree que debemos estar preocupados por esas listas?
Sin duda. Indican qué libros y en qué momento fueron best sellers.
Hubo un tiempo en que fueron Balzac y Dickens. Hay una diferencia
abismal entre el genio experimental de escritores como Borges o Beckett y
el público en general. Es muy probable que millones de personas lean
literatura en formato de cómic. Hace poco leí una versión de Hamlet
en formato de cómic y me resultó brillante. Redujeron el texto a
momentos esenciales, y seguro que Shakespeare habría dicho: "No está
mal. Mi texto era demasiado largo". Ja, ja, ja.
Esa reflexión se parece a algunos aspectos de su libro, donde discute la confrontación cultura-medios y el futuro de la cultura.
La cultura del futuro no será nuestra cultura. La cultura elitista y
humanista que conocemos sólo pertenece a unos cuantos. Recuerde que voy a
cumplir ochenta años y empecé antes de cumplir los veinte a publicar
artículos sobre por qué la cultura no se enfrentaba al fascismo o a los
nazis ¿Qué ocurrió? Aquí tenemos países con culturas superiores, tenemos
las mejores escuelas, el mejor teatro, la mejor música. Y estos países
nuestros se han convertido en infiernos. Y no sólo los países, sino que
hay artistas grandes que se unen al fascismo. Nunca he dejado de hacerme
esta pregunta, y aunque no tenga la respuesta, sí puedo decir que la
cultura y el humanismo no son enteramente inocentes ni positivos. Walter Benjamin decía que toda gran obra está colocada encima de una montaña
de inhumanidad. Es una verdad incómoda.
Lo es.
Pero no seamos enteramente
pesimistas. Fíjese en la cantidad de gente que asiste a las
exposiciones, los museos están llenos de personas, en los conciertos no
se cabe. Son signos muy positivos. Sí, lamento la cantidad de librerías
que se están cerrando, y que sean más rentables ahora las industrias de
la pornografía y de la droga. Esto es lo que uno debería preguntarse:
¿cómo puede ser que estas industrias sean las más poderosas en el
universo del que estamos hablando? Estamos en peligro, sí, pero también
es cierto que hay signos positivos. Nunca debemos olvidar que durante el
esplendor de Florencia, en los tiempos de Miguel Ángel, Leonardo y los
Medici, cada mes morían asesinadas muchas personas bajo el Ponte
Vecchio. Nos olvidamos de cuánta salvajada ha existido en las grandes
culturas.
¿Y el futuro?
¿Qué nos depara el futuro si
evitamos la guerra? Evitar la guerra supone problemas de superpoblación.
Mire los jóvenes: se aburren, un día van a acabar con los viejos, no
sabrán qué hacer con ellos. Somos un animal muy primitivo. Hay peces y
virus que son más antiguos que el hombre. Tal vez estemos sólo al
principio de nuestra historia. Quizá no hayamos aprendido a unir nuestro
instinto y nuestro raciocinio.
Qué panorama.
Es muy fácil sentarse aquí,
en esta habitación, y decir: "¡El racismo es horrible!". Pero pregúnteme
lo mismo si se traslada a vivir a la casa de al lado una familia
jamaicana que tiene seis hijos y escuchan reggae y rock and roll
todo el día. O cuando mi asesor venga a casa y me diga que desde que se
mudó a mi lado la familia jamaicana el valor de mi propiedad ha caído
en picado. ¡Pregúnteme entonces! En todos nosotros, en nuestros hijos, y
por mantener nuestra comodidad, nuestra supervivencia, si rascas un
poco, aparecen muchas zonas oscuras. No lo olvide. Mire el problema
vasco. ¡Cuánto me equivoqué con este tema! Cuando el asunto del IRA
estaba llegando a su fin, publiqué un artículo considerando que con ETA
pasaría lo mismo. Y no, ETA sigue matando.
No lo sé.
Ese idioma tan misterioso es muy raro, muy poderoso. Quizá por eso a
alguna de esa gente le resulta tan imposible aceptar el mundo exterior.
Pero no estoy seguro de nada. De lo que sí que no tengo dudas es de que
es un problema gravísimo.
¿Insinúa que el idioma es la raíz del problema?
Quizá. Pero, cambiando de tema, me han dicho que hay una universidad en España en la que es obligatorio hablar en gallego.
Igual que es obligatorio en Cataluña compartir el catalán con el castellano.
¡Pero no me compare el catalán con el gallego! El catalán es un idioma
importante, con una literatura impresionante. Pero el gallego ¿por qué
ha de ser obligatorio en una universidad?
Porque dicen que es una parte esencial de su identidad.
Pero eso significa que vamos a seguir dividiéndonos en pequeños grupos
regionales, y eso despierta el odio étnico, como el que existe en los
Balcanes. ¡Fíjese también en lo que está ocurriendo en Bélgica!
En España también hay nacionalismos muy potentes, y en
algunos de ellos, como en el vasco o en el catalán, hay fuerzas
queriendo independizarse de España.
Yo vivo en cuatro
idiomas, escribo y pienso en cuatro idiomas, sueño y hago el amor en
distintos idiomas. Así que no soy la persona más adecuada a la que
preguntar por los nacionalismos.
De eso, de hacer el amor en varios idiomas, habla usted también en su libro.
Por eso defino la traducción simultánea como un orgasmo. Estoy muy
orgulloso de esta idea. Es divertida y quizá lleve a un mejor
entendimiento de la situación. El orgasmo compartido es raro.
Normalmente, la mujer simula tener un orgasmo al mismo tiempo que el
hombre. Son demasiado generosas. Pero cuando ocurre ese orgasmo
simultáneo es verdaderamente un milagro.
Walter Benjamin por Mepol |
En el caso de España, ¿tendremos que vivir siempre con nuestras divisiones?
Puede que vaya a peor. Porque el Gobierno tiene muy poca elección. Lo
que ocurrió en Irlanda es un milagro; puede que no le guste Tony Blair,
pero si a ese hombre no le dan el Nobel de la Paz
Estuvo negociando
durante diez años sin perder los nervios ni la paciencia. Que eso no se
pueda hacer igual con los vascos, no lo entiendo.
Lo han intentado.
Es muy trágico
Ahora
bien, déjeme volver a Cataluña. Hay tres lugares en los que uno está
realmente en Europa. Son Dublín, Barcelona y Milán. Cuando te sientas en
un café en La Rambla o en un pub de Dublín o en La Galleria de
Milán, Europa funciona. Madrid está mucho más aislado de Europa que
Barcelona. Madrid es una ciudad fantástica, una de las capitales del
arte en el mundo, pero sigue estando aparte. Barcelona está abierta al
mundo entero, y creo que es porque tiene el mar.
En este libro, que es compendio de libros fracasados,
usted habla de la maldad humana, pero lo compensa hablando del lado
solidario de los seres humanos, de la compasión, de la amistad
Sí, todo eso está en cada uno de nosotros, y depende de las
circunstancias. Si nos hacen pasar hambre, nos volvemos unos salvajes.
Si hacen daño a nuestros hijos, somos capaces de matar a sangre fría. No
olvidemos que somos animales.
Y otro asunto que le preocupa es que esos personajes, precisamente, están siendo relevados por estrellas mediáticas.
Hegel decía que toda nueva tecnología es una nueva filosofía. Bill
Gates o sus ingenieros han cambiado el mundo. Google ha cambiado la
percepción, la memoria, el cómo nos comunicamos. La tecnología es la
fuerza más creativa del momento. Del mismo modo que el cine y la
televisión son las formas más creativas de expresión. Sí, están llenos
de basura, pero toda gran cultura ha tenido mucha basura. Hay una o dos
revoluciones que se avecinan y tienen que ver con el trasplante de la
memoria. Según estudios recientes sobre la memoria, no estamos muy lejos
de implantarles chips de memorias a personas con alzheimer. Les darían un pasado artificial. Si eso ocurre, ¿qué pasa con el yo?
¿Y la otra revolución?
Está por llegar, me
da mucho miedo y francamente prefiero no estar vivo. Podremos vivir una
media de 120 años. Muy pronto podrán rejuvenecer células. Seremos
reemplazables, como el motor de un coche. Hoy, ser un investigador de
biogenética es estar subido a una escalera mecánica que va cada vez más
rápida. ¿Qué pasará cuando los jóvenes tengan que cuidar y alimentar a
tanta gente mayor? La próxima guerra civil puede ser ésta.
Vargas Llosa con su exesposa, Patricia |
Parece el tema de una novela de Saramago.
De una novela, y de una pesadilla. Los jóvenes de hoy tienen que pagar
impuestos, residencias de ancianos, la comida, la casa. Hay cada vez más
ancianos. Creo firmemente en el derecho a la eutanasia. Es un horror
envejecer sin dignidad. Antes, las familias más o menos se podían hacer
cargo de sus ancianos. Pero ya no pueden. Quizá la próxima crisis sea
generacional.
¿No la hay ya?
No, estamos conteniéndola,
hoy los jóvenes no andan por ahí asesinando a los viejos. En ciertas
culturas esquimales lo hacen. Cuando llega el invierno, los jóvenes
obligan a los mayores a salir de la casa o del iglú, a morir, para que
puedan sobrevivir los jóvenes.
¿Y existe alguna luz, profesor, se ve algo después del
túnel? Hay países emergentes, culturas que se van imponiendo, China, por
ejemplo.
Creo que el próximo poder artístico, intelectual
y científico vendrá de la India. Tenemos muchos alumnos chinos y son
muy buenos tomando notas y diciendo sí a todo. Sin embargo, los indios
discuten, te preguntan
Por cierto, ¿usted usa nuevas tecnologías?
No. Mi mujer tiene un procesador de textos e Internet, pero yo no.
Escribo a mano. No creo que se pueda escribir literatura importante en
un procesador de textos, porque siempre te parece bonito lo que has
hecho.
José de Sousa Saramago |
En las nuevas tecnologías es curioso que lo que determina el futuro se llame 'ratón'.
Ahí está, conduciendo a millones de niños a conocer, sin moverse de
casa o del colegio, todo el Louvre o la primera versión de un soneto de
Góngora. Eso es maravilloso. Pero soy un optimista de la catástrofe. Le
voy a poner un ejemplo. En las trincheras, durante el blitz, la
gente leía a Dickens, a Homero y a Shakespeare. Cuando las cosas van
mal, la gente vuelve a la calidad. Sienten un vacío enorme y un ansia de
calidad.
Su padre le enseñó a aprender, a gozar aprendiendo, y usted sigue aprendiendo.
Todos los días.
Se le nota, sus libros transmiten entusiasmo por aprender.
Fui muy afortunado, porque me enseñaron a usar los músculos de aquí
arriba [de la cabeza]. Aprender es usar los músculos del alma y de la
mente para que no se duerma. El cerebro está tan bien organizado que si
uno lo ejercita, se producen cosas maravillosas. Y llega un momento en
el que se empiezan a abrir puertas hacia dentro. Si eres un buen
profesor, ése es tu trabajo: abrir las puertas hacia dentro. Fui muy
feliz haciendo ese trabajo.
Tomado de El país
Tomado de El país
Vivina Perla Salvetti, margariteña nacida en Porlamar
reside en la Argentina desde hace muchos años. Le gusta presentarse
como antropóloga por la Universidad de Buenos Aires, con interés en las
Neurociencias y Ciencias de la Complejidad., Disfruta de discurrir por
literatura, filosofía, psicología, historia, ciencia y arte.
E-mail: visalvetti@gmail.com
Su blog es: Fronteras de la Antropología
Todavía hoy recuerda las palmeras frondosas, el agua tibia y el suave ronroneo marino de las playas doradas de su infancia.
E-mail: visalvetti@gmail.com
Su blog es: Fronteras de la Antropología
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Me ha encantado esta entrevista, muy pedagógica. Sin duda es difícil digerir todas los pensamientos de George Steiner, que da hasta terror profundizar en ello.
ResponderEliminarGracias Pedro Suarez por tu visita
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