DANIEL FERMÍN
jueves 26 de enero de 2012
"El círculo de Lovecraft es un libro que quizás provoque rechazo en algunos lectores".
CARLOS SANDOVAL , ESCRITOR Y CRÍTICO LITERARIO
| EL UNIVERSAL
Carlos Sandoval trajo el Necronomicón
a Venezuela. Aquel libro ficticio que creó el estadounidense H.P.
Lovecraft en uno de sus relatos sirvió de base para la primera incursión
en la narrativa del reconocido crítico venezolano. El círculo de Lovecraft, editado por Lugar Común, es un pequeño homenaje a la literatura fantástica.
-¿Se podría decir que su libro es una venezolanización de aquellas obsesiones que persiguen a los autores?
-Sí, lo llamo un divertimento. Es un relato largo que busca hacer de la literatura una suerte de juego. De alguna menera, es un libro sobre la literatura para gente que le gusta literatura. Quizás en algunos lectores provoque cierto rechazo, o cierta lejanía. Quien va a disfrutar más el texto es aquel que conoce la literatura.
-¿Y el que no conozca del Necronomicón también puede disfrutar la novela?
-Sí, porque tiene características de una pesquisa fantástica. Aquel que no conozca espero que se enganche y que trate de indagar por sí mismo qué es eso. Este libro tendrá dos tipos de lectores: aquellos que vienen de la literatura y verán allí unos guiños; y otros que no están tan integrados en el mundo literario, pero que les va a dar curiosidad saber si el Necronomicón existe en el mundo real.
-Un amigo tomó una frase del libro para definirlo: sentí que perdí mi tiempo, necesito leer un cuento de Ribeyro para reconciliarme
-El libro, como todo libro, tiene lectores que les gusta y otros que no. Es lo rico de la literatura: que el lector tenga la posibilidad de hacer su biblioteca mental y decida qué leer. Ojalá que con Ribeyro se reconcilie con la literatura. Que lea Sólo para fumadores, así no caerá en tramas fantásticas.
-Otra cosa: Hay quienes se preguntan quién sería crítico si pudiera ser escritor
-El escritor es todo aquel que utiliza el lenguaje para expresarse. Sea en el periodismo, en el ensayo, en la ficción. Lo que cambia es el sentido que le dan a sus trabajos. Todos somos escritores, la diferencia es el público para el cual escribe y la intención que tiene el texto.
-¿Y ya usted le tomó el gusto a escribir ficción?
-Sí, yo soy un crítico que trabaja la narrativa. Siempre he tenido gusto por la ficción. Lo que pasa es que como crítico soy muy autocrítico. Me cuido más cuando voy a publicar. Seguro en el futuro seguiré explorando la narrativa, pero no sé con qué tanta frecuencia.
-Borges se enorgullecía de lo que había leído, no de lo que él había escrito...
-Es que somos el producto de muchos libros. A uno lo que lo lleva a la escritura es la literatura, la imitación de las obras que le gustan. Yo escribí sobre Lovecraft porque me encanta la literatura fantástica. Uno termina siendo un escritor por la fuerza de la lectura. Todo escritor es un gran lector.
-¿Y todo lector también es un escritor en potencia?
-Creo que sí. A todo gran lector en algún momento se le aparece la necesidad de escribir. Cuando uno lee mucho llega un momento en el que dice 'pero yo también puedo hacer esto'. Y ahí nace la escritura, resultado de una vida de lector.
-Hay una teoría inversa: sólo aquel que no ha leído suficiente pretende escribir
-Hay quienes creen que para hacer literatura basta la redacción. Toda persona que sepa redactar puede escribir, pero esa obra será menos profunda que aquella resultado de un proceso de decantación sobre el material literario que maneja. Una obra escrita sin conocimiento literario no va a calar. Yo no creo que la literatura, la que trasciende, se puede escribir sobre la base de la nada.
dfermin@eluniversal.com
Tomado de El Universal
-¿Se podría decir que su libro es una venezolanización de aquellas obsesiones que persiguen a los autores?
-Sí, lo llamo un divertimento. Es un relato largo que busca hacer de la literatura una suerte de juego. De alguna menera, es un libro sobre la literatura para gente que le gusta literatura. Quizás en algunos lectores provoque cierto rechazo, o cierta lejanía. Quien va a disfrutar más el texto es aquel que conoce la literatura.
-¿Y el que no conozca del Necronomicón también puede disfrutar la novela?
-Sí, porque tiene características de una pesquisa fantástica. Aquel que no conozca espero que se enganche y que trate de indagar por sí mismo qué es eso. Este libro tendrá dos tipos de lectores: aquellos que vienen de la literatura y verán allí unos guiños; y otros que no están tan integrados en el mundo literario, pero que les va a dar curiosidad saber si el Necronomicón existe en el mundo real.
-Un amigo tomó una frase del libro para definirlo: sentí que perdí mi tiempo, necesito leer un cuento de Ribeyro para reconciliarme
-El libro, como todo libro, tiene lectores que les gusta y otros que no. Es lo rico de la literatura: que el lector tenga la posibilidad de hacer su biblioteca mental y decida qué leer. Ojalá que con Ribeyro se reconcilie con la literatura. Que lea Sólo para fumadores, así no caerá en tramas fantásticas.
-Otra cosa: Hay quienes se preguntan quién sería crítico si pudiera ser escritor
-El escritor es todo aquel que utiliza el lenguaje para expresarse. Sea en el periodismo, en el ensayo, en la ficción. Lo que cambia es el sentido que le dan a sus trabajos. Todos somos escritores, la diferencia es el público para el cual escribe y la intención que tiene el texto.
-¿Y ya usted le tomó el gusto a escribir ficción?
-Sí, yo soy un crítico que trabaja la narrativa. Siempre he tenido gusto por la ficción. Lo que pasa es que como crítico soy muy autocrítico. Me cuido más cuando voy a publicar. Seguro en el futuro seguiré explorando la narrativa, pero no sé con qué tanta frecuencia.
-Borges se enorgullecía de lo que había leído, no de lo que él había escrito...
-Es que somos el producto de muchos libros. A uno lo que lo lleva a la escritura es la literatura, la imitación de las obras que le gustan. Yo escribí sobre Lovecraft porque me encanta la literatura fantástica. Uno termina siendo un escritor por la fuerza de la lectura. Todo escritor es un gran lector.
-¿Y todo lector también es un escritor en potencia?
-Creo que sí. A todo gran lector en algún momento se le aparece la necesidad de escribir. Cuando uno lee mucho llega un momento en el que dice 'pero yo también puedo hacer esto'. Y ahí nace la escritura, resultado de una vida de lector.
-Hay una teoría inversa: sólo aquel que no ha leído suficiente pretende escribir
-Hay quienes creen que para hacer literatura basta la redacción. Toda persona que sepa redactar puede escribir, pero esa obra será menos profunda que aquella resultado de un proceso de decantación sobre el material literario que maneja. Una obra escrita sin conocimiento literario no va a calar. Yo no creo que la literatura, la que trasciende, se puede escribir sobre la base de la nada.
dfermin@eluniversal.com
Tomado de El Universal
Para cerrar esta nota con broche de oro les ofrecemos el capítulo de la Gaceta lunar dedicado al Necronomicón
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Actualizada el 04/02/2023
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