Crónicas del Olvido
ITALIA Y VENEZUELA:
INMIGRACIÓN Y GASTRONOMÍA
**Alberto Hernández**
1.-
Se pusieron de acuerdo gracias a una idea de Filippo Vagnoni y así comenzó esta aventura llamada “Italia y Venezuela: Inmigración y gastronomía”, publicada por Ediciones Fundavag, Caracas, 2017. Y con el señor Vagnoni, Silvio Mignano, Ivanova Decán Gambús, Joaquín Marta Sosa, Francisco Javier Pérez, Federico Prieto. Este equipo estuvo coordinado por Rafael Arráiz Lucca, quien también dejó sus líneas en este fascinante libro que es necesario leer para sabernos quienes somos, y uso el mayéstatico porque todos tenemos –de alguna manera- parte de la bella Italia en nuestro ADN, en nuestra casa, en muchas palabras, en la forma de comer y hasta de besar.
Los temas tratados: “Catulo canta Dean Martin”, “La inmigración italiana en Venezuela: legado de integración cultural de los ciudadanos del mundo”, “Más allá de la pasta: historias sobre la sensibilidad gastronómica”, “Tres cocinas para un paladar”, “Italianismos léxicos en el español de Venezuela” y “Los cocineros responden y ofrecen sus recetas”.
Es un tomo donde quien lo lea disfrutará de datos que desconoce, de acercamientos tan sensibles que reformulan el concepto de nacionalidad, puesto que ser venezolano también implica reconocer que somos parte de la Europa que arribó a este país en remotos y recientes años, quien dejó la impronta de costumbres que se hicieron parte de nuestra cotidianidad.
No se puede negar ni borrar esa influencia, en este caso la italiana, tan cerca en apellidos, gastronomía , léxico y amores compartidos. Somos esa Italia que muchos han olvidado pese a que se alimenten con pasta y hasta lleven nombres y apellidos de aquella península en forma de bota.
2.-
Por aquí pasan, entonces, des el primer día de su llegada a estas costas, los que son motivo o tema en este bello libro que nos reconcilia con nosotros mismos. Es un libro donde se vierte todo el afecto de quienes han dejado una profunda huella en nuestro mapa.
Rafael Arráiz Lucca, quien abre el libro con un prólogo enjundioso, ha dicho que “Vagnoni se adentra en el tema venezolana, ubicando a los primeros italianos entre nosotros, en la fundación de la Nueva Cádiz de Cubagua, así como a los participantes de la gesta independentista, y los singulares del siglo XIX. Desde se momento, desde el mismo en que Colón y sus italianos llegan a estas tierras comienza la influencia de la península en el Nuevo Mundo, llamado América por Amerigo Vespucci y Venezuela en recuerdo de Venecia. De manera que debemos hablar de la instalación del sudor y voces de Italia en estas regiones equinoccionales en 1492. Y de ahí en adelante, oleadas de italianos comenzaron a construir un espíritu que hoy nos consagra.
Pero Vagnoni no sólo habla de eso sino que entra en el tema de inmigración y el de la gastronomía. Se da un largo pasea por la historia y nos deja perplejos con los datos que maneja. Luego, Decán Gambús habla de las industrias alimenticias italianas. De los italianos venidos de las distintas regiones de su país con sus respectivos platos.
Silvio Mignano, quien hasta hace poco fuera embajador de Italia en Venezuela, ahora instalado en Suiza, hace un recuento cultural preciso: no deja cabo suelto en el momento de estudiar su tierra y luego instalarla en la nuestra. Por su memoria pasa la literatura, la música, los sabores y colores que luego nos hacen tropicales con expresiones de las diversas regiones de la península de Da Vinci o de Dante. El Decamerón acude para darnos a entender que la mesa es parte de nuestra nacionalidad universal.
Marta Sosa también habla de la cocina. Escribe desde su visión como inmigrante portugués. Habla desde el conocimiento que ha adquirido como venezolano desde los primeros años de su infancia y el reconocimiento en el italiano y su manera de hablar o comer.
Francisco Javier Pérez nos recuerda la larga lista de palabras y expresiones que los venezolanos usamos. Somos italianos en la medida de nuestro diccionario personal. Hemos colectivizado esa forma de decir cuando usamos palabras trastocadas, conceptos y hasta modos de vivir de aquellos que llegaron para imprimirle a Venezuela el relato de sus existencias. Somos también la larga anécdota los que arribaron desde la lejana Italia y ahora han tropicalizado sus maneras de comportarse.
Federico Prieto en este libro ha entrevistado a un grupo de cocineros con quienes ha sostenido impresiones, pero también le han aportado recetas que han sido parte de nuestras mesas. Recetas populares y otras no tanto. Recetas para todos los niveles sociales.
3.-
En líneas generales, se trata de un verdadero descubrimiento este libro. Antes había leído a la profesora Marissa Vannini, quien dejó un libro en el que los italianos de todo el país venido de lejos son ahora los italianos de este país cercano a su condición de creadores.
Un buen plato literario para aproximarnos al aroma, colores y sabores de la gastronomía italiana, combinada con la de este suelo rico en también en sabores, colores y olores.
Una mesa ítalo-venezolana o venezolano-italiana donde todos comemos juntos.
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Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos. (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Gallina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés.
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