sábado, 11 de diciembre de 2010

Descansa en paz, Ezra. Bello tipo. Murió completamente en paz, estoy seguro. Consumido físicamente pero en estado de gracia mental.

La muerte de Ezra Pound

(Entrevista con Allen Ginsberg)


Ezra Pound. Fotografia tomada por E. O. Hoppe en 1918


La muerte de Ezra Pound

(Entrevista con Allen Ginsberg)

¿Se enteró?

AG.: No.

Murió Ezra Pound.

AG.:AH...* Por Ezra Pound ¿Cuándo murió?

No sé. Acabo de oír la noticia. Parece que hace dos horas.

AG.: Descansa en paz, Ezra. Bello tipo. Murió completamente en paz, estoy seguro. Consumido físicamente pero en estado de gracia mental. Era como Próspero: sabio y gran maestro, un gran gurú y un gran hombre en silencio al final de sus días. El mismo silencio que esta noche hemos guardado aquí por un minuto, él lo sostuvo por horas y horas sin cesar. Y, en los últimos diez años, no habría abierto la boca a menos que tuviera algo sensible y penetrante que decir, entonces cuando la abría siempre era para referirse como con disgusto a algo concreto.

Ezra Pound y Allen Ginsberg

Recientemente hubo alguna discusión acerca de un premio que recibió de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias.

AG.: Es un grupo de escolásticos neo-fascistas que atacaban a Pound, los traficantes neo-reaccionarios de la CIA atacando a Ezra Pound. Irving Kristol atacando a Ezra Pound; Irving Kristol, quien fue uno de los editores de la revista Encounter cuando era financiada por la CIA, un gran abogado de la ley y el orden académico, que escribió a Harper and Row diciendo que el libro donde se revela la complicidad de la CIA con el tráfico de opio en Indochina, debían mostrárselo antes a la agencia para una censura previa (lo que condujo a que el libro fuera censurado antes de ser publicado). I. . . K. . . quien tuvo el descaro de escribir a The New York Times afirmando que Pound no merecía un premio porque era una persona moralmente corrompida. ¡I. . . K. . . que acababa de firmar un remitido donde decía que iba a votar por el asesino Nixon! Esto es como un disparo Karma.

¿Qué piensa Ud. sobre concederle un premio a alguien que mantuvo actitudes como las de Pound?

AG.: ¡No tiene importancia! Si el premio tiene la fortuna de encontrarlo, Dios bendiga al premio. El premio necesita de él, no él del premio. Concédanle todos los premios. Es una vergüenza que no haya recibido el Nobel y todos los demás premios de una vez, fue el mis grande poeta del siglo. El más grande poeta del siglo… Qué gran alivio para Pound estar muerto.

Revista Poesía número 26 de donde fue extraído este texto



¿Que significa eso: el mas grande poeta del siglo?

AG,: Fue el único poeta que puso atención al habla tal como es en realidad pronunciada por el cuerpo, y comenzó a medirla en líneas que pudieran ser cantadas rítmicamente sin violar el sentido común, sin llegar a la fantasía histérica o a la robótica repetición del metrónomo, al eco emocionalmente gastado de formas culturales antiguas. El primer poeta, después de Whitman que exploró nuevas formas, en verdad el más grande poeta desde Whitman. . . el que descubrió los manuscritos de Monteverdi en las bibliotecas venecianas y las reveló al siglo veinte para que las escucháramos; el que, en sus sabias investigaciones, volvió hasta los grandes músicos del Renacimiento para saber cómo ellos oían las vocales y les ponían música, sílaba por sílaba, así llegó también a las obras de Vivaldi a quien sacó a la luz pública.

Ezra Pound visto por Henri Gaudier-Brzeska


¿Ignora Ud. que Pound estuvo complicado con el fascismo o sencillamente lo acepta?

AG.: No. Yo creo que es parte del carácter, del humor, h-u-m-o-r-, que es cambiante. Pienso que a propósito, por un tiempo, estuvo mentalmente enfermo. Si Ud. escucha las grabaciones hechas en Sta. Elizabeth se encontrará con una voz gruñona, irritable. En cambio, si escucha las que se hicieron en 1958, en Milán —un disco rarísimo del poema "Con Usura"—, y las grabaciones posteriores, hechas en Spoleto en 1966, oirá la voz del mismo Próspero de quien sólo uno de cada tres pensamientos es lapidario. El viejo cortés de buenos modales, con una voz susurrante, delgada como una hoja de papel, pronunciando sílaba tras sílaba con gran intensidad, revelando cada pensamiento del joven que había sido, llegando así a la solución de sus problemas, un arrepentimiento. Como Próspero ahogó sus libros y sumergió mucho más que cualquier sonda lo haya hecho la vara mágica de orgullo, para alcanzar el más cerrado silencio, roto en muy raras ocasiones por una advertencia llena de humor, como cuando me dijo: "Estupidez e ignorancia todo el tiempo".


Los Vorticistas en el restaurante de la Torre Eiffel, primavera 1915. Pintura de Wyndham Lewis

¿Quién fue el que dijo que Pound había sido el último norteamericano en haber sobrevivido a la gran tragedia europea?

AG.: Parecen cosas suyas, ya que después de todo murió a la edad de 86-87 años? Se fue a Londres antes de la Primera Guerra Mundial y vio a los mejores hombres de su generación destruidos por la locura de la guerra, escribió muchas elegías sobre el ''Encanto, sonriendo en una bella boca, / Vivas miradas desaparecidas bajo el párpado de la tierra"; de este modo recordaba a la Primera Guerra. Asimismo conocía las historias de la Guerra Civil a través de sus abuelos en Idaho y Philadelphia. Estuvo en Europa en la Segunda Guerra y durante el período de entre-guerra, y luego a lo largo de toda la generación de post-guerra.

Tuve el honor de fumarme un pito de marihuana en su casa cuando cumplió 82 años y cantarle Hare Krishna con el armonio que utilicé esta noche, y de llevarle el primer álbum de Sergeant Pepper, de los Beatles, que no había oído nunca antes y también a Bob Dylan. Estuve toda la tarde interpretando a Dylan, Sergeant Pepper y "Sunschine Superman", de Donovan.

¿Y qué le pareció?

AG.: Bien, no digo nada, solamente estuvo sentado allí con una sonrisa algo contraída, moviendo los labios de vez en cuando. Sin embargo, le pregunté a Olga Rudge sobre lo que pensaba él —si le había gustado, entiende— y me dijo: ''Bueno, si no le hubiera gustado se habría levantado y se hubiera ido". Estuvo así sentado por espacio de dos horas oyendo a Dylan y los Beatles. Fue muy bello. Era un hombre paciente.



La primera vez que me lo encontré fue en Spoleto, en una ópera. Entré y él estaba abajo, sentado en la orquesta, yo estaba en un palco, entonces bajé antes de que comenzara "La flauta mágica " y me paré a su lado, le tomé la mano y se paró frente a mí, mirándome fijamente a los ojos; así estuvimos mirándonos tranquilamente y en silencio, sin necesidad de hablar. El seguía allí —solamente parado allí— y yo no sabía si él sabía si sentarse o no. Yo no me sentía seguro de mí mismo así que pensé en hacer un gesto, tocarlo, entonces puse mi mano en su nuca para que no continuara de pie.

Luego fui a verlo a Rapallo donde había vivido con Yeats por los años veinte. Subí con mi armonio a una alta colina donde él tenía una casita, desde donde se veían grandes ráfagas azules de playas y espacios mediterráneos, Me senté debajo de un árbol en una silla de madera y le canté los mantra Hare Krishna, Hari Om Shivaye y Gopala Gopala Devaki Nandana-Gopala, luego entramos a almorzar. Olga Rudge —él no había dicho nada— dijo: "Ezra porqué no le preguntas al Sr. Ginsberg si quiere lavarse las manos", entonces dijo: "Ella dice que si quiere lavarse las manos". No dijo más nada, excepto una vez cuando hablé acerca de una visita que hiciera en 1958 con William Burroughs a Louis Ferdinand Celine, a quien yo consideraba el más grande prosista francés, y cuando le pregunté a Celine cuál era el prosista francés que más le gustaba, me contestó que C.F. Ramuz y Henri Barbusse, que escribió "Bajo el fuego", ellos —siguió diciendo— habían reanimado un poco el idioma francés, lo mismo que Paul Morand. Contándole la historia a Pound había olvidado el nombre del libro de éste, entonces Olga dice: "Ezra, cuál es el nombre de ese libro de Morand que te gustó tanto, no te gustó lo que escribió después, pero ese libro sí". El, que había estado comiéndose unos espaguetis, levantó la cabeza y dijo: "Ouvert la nuit", y terminó de comerse los espaguetis, Ese libro era de 1928 o algo así, de manera que su mente estaba despierta y animada. Durante todo el día no volvió a pronunciar una palabra. Fuimos hasta Portofino y nos sentamos en un café al aire libre, entre los muelles y las redes de los pescadores, yo hablaba sin parar de todo lo que se me ocurría y luego me callaba por un rato, guardando un silencio como de meditación y pensé que eso era como estar con Próspero, era un gran placer. No era un silencio pesado, allí había mucho espacio y no tenía porque haber ninguna ansiedad. Era como el silencio de los santos munifi de la India que hacen voto de silencio, como lo hizo Meher Baba.



Ezra Pound. Retrato a Tinta. Tomada de la página 7 de la Revista Poesía Nº 26

Después, algunos meses más tarde, lo visité en Venecia, en la calle San Gregorio, donde vivía con Olga Rudge, cerca de la Pensione Ciei donde comía casi todos los días, recogía su correspondencia y veía a algunas pocas personas. Pasé tres semanas allí leyéndome todos los Cantos y un libro muy bueno sobre Pound titulado Ideas en Acción, de Clark Emery (University of Miami Press, Cora Gables, Florida), la mejor descripción que conozco de los Cantos. Los mejores análisis y explicaciones, los cuales facilitan el entendimiento de sus teorías sobre los bancos y la historia.

Utilicé los Cantos pisanos como una guía para Venecia: "y en la pila bautismal a la derecha / todas las cúpulas doradas de San Marcos". Así que fui a la iglesia de San Marcos y busqué la pila bautismal a la derecha que encontré, pero no tenía agua y las cúpulas doradas de San Marcos no se reflejaban. Entonces fui a verlo después de varios días en los que no dijo una palabra y le dije: "Fui y no pude encontrar las cúpulas doradas reflejándose en la pila bautismal a la derecha". Abrió la boca de repente y dijo: "Ah, eso fue hace muchos años; desde entonces han puesto una canal de cobre y la llenaron de agua, así que ahora ya no hay agua en el centro para reflejar las cúpulas doradas". No dijo más nada hasta que tuve otra pregunta concreta: "¿Dónde era que quedaba Salviati?", "Calle arriba, donde están los fabricantes de vidrio". Luego la conversación sobre la "estupidez e ignorancia todo el tiempo" y el desvarío de los Cantos. Le hablé sobre el ácido y un poco sobre la marihuana y le pregunté si me entendía y me dijo: "Bien, Ud. parece saber de lo que está hablando".


 ///

* AH es una sílaba mantra tibetana. En sánscrito quiere decir "Purificación del Habla y Apreciación de la Espacialidad Infinita"

La entrevista con Allen Ginsberg forma parte del capitulo 5 del libro Allen Verbatim, editado por Gordon Ball y publicado recientemente por McGraw Hill. Este capitulo así como el que antecede fueron publicados por la revista PAIDEUMA (Volumen III, Nº 2), dedicada en exclusividad a los estudios poundeanos. 

La traducción es de Octavio Lange.

Revista Poesía nº 26, páginas 1-5





3 comentarios:

  1. Me deja sin palabras, apreciaría mucho conseguir la Revista de Poesía donde se publica este reportaje al Maestro. Gracias.Solo eso

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    1. Estimada María Elena Rocchio

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  2. Estimada María Elena Rocchio

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