viernes, 4 de octubre de 2024

El 'Miedo a hablar' está matando la ciencia en Venezuela

 




27 de septiembre de 2024


'Miedo a hablar': investigadores temen el fin de la ciencia en Venezuela


La falta de financiación y de libertad académica en medio de una represión política deja a los científicos sin esperanza y pensando en un éxodo del país.




Por Lucas Taylor


El presidente venezolano, Nicolás Maduro, habla en una marcha a principios de agosto tras las controvertidas elecciones del mes anterior. Crédito: Maxwell Briceno/Reuters


Mientras el presidente Nicolás Maduro continúa con su ofensiva contra la oposición política, los investigadores venezolanos están considerando cada vez más abandonar el país. Su gobierno ha detenido a más de 1.600 personas, incluidos estudiantes y profesores, desde que el Consejo Nacional Electoral lo declaró ganador de las controvertidas elecciones presidenciales de julio, según Foro Penal, una organización de derechos humanos con sede en Caracas. Edmundo González, que se presentó contra Maduro en las elecciones, huyó a España el 8 de septiembre para evitar ser arrestado.



Los científicos, algunos de los cuales hablaron con Nature bajo condición de anonimato porque temen represalias del gobierno, dicen que la investigación venezolana ya estaba censurada y no contaba con fondos suficientes antes de las elecciones, pero que prevén que las cosas empeorarán aún más. Señalan un proyecto de ley aprobado por el gobierno de Maduro el mes pasado que regula las organizaciones no gubernamentales (ONG), de las que algunos investigadores dependen para obtener financiación o para ayudar a publicar sus investigaciones. Este último capítulo del reinado de Maduro podría significar el fin de la ciencia independiente en el país, dicen.


“Tengo miedo de hablar con usted”, dijo a Nature el biólogo jubilado Jaime Requena mientras se preparaba nervioso para abandonar el país, temiendo que las autoridades le confiscaran el pasaporte para impedir su partida. “Aquí la ciencia se está yendo al traste rápidamente”.


La administración de Maduro no respondió a una solicitud de comentarios.


El Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología de Venezuela ha informado que unas 24.000 personas están empleadas en investigación y desarrollo . Sin embargo, esa cifra es una sobreestimación porque incluye a cualquiera que tenga un título y al personal que limpia y mantiene los laboratorios, dice Requena, quien ha estado monitoreando el número de científicos en el país . En 2004, cuando la ciencia en Venezuela era más estable, solo había unos 7.100 científicos participando activamente en la investigación en el país, dice Requena, quien es miembro de la Academia Venezolana de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.


Como el Ministerio de Ciencia ya no publica información clara y confiable sobre sus gastos, Requena evalúa la producción científica en revistas científicas como un indicador de la salud de la ciencia venezolana. Un análisis aún no publicado que realizó el año pasado sugiere que ahora hay, como máximo, 1.200 científicos todavía en actividad.


Partiendo en masa

Las protestas estallaron después de que Maduro fuera declarado ganador de las elecciones presidenciales de julio. La Unión Europea, Estados Unidos y la mayoría de los países sudamericanos cuestionaron la legitimidad del resultado y exigieron a Maduro que publicara el recuento completo de los votos.

Una mujer que lleva una bandera venezolana en la cara y golpea una olla durante una protesta en Puerto La Cruz arde en llamas el 29 de julio tras las controvertidas elecciones presidenciales. Crédito: Samir Aponte/Reuters 


La economía venezolana ha estado en crisis desde que Maduro asumió el poder en 2013. El producto interno bruto del país cayó de unos 373.000 millones de dólares en su punto máximo en 2012 a unos 44.000 millones de dólares en su punto más bajo en 2020 y ahora se ha recuperado ligeramente hasta alcanzar los 106.000 millones de dólares. La financiación nacional a la ciencia representa alrededor del 0,3-0,4% de esa cifra (el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos es del 2,7%). Se estima que casi 8 millones de personas —alrededor de una cuarta parte de la población de Venezuela— han huido para evitar la violencia, el hambre y la pobreza.


Los científicos jóvenes se han marchado en masa en busca de una educación de alta calidad o de perspectivas profesionales estables. Los que se quedan son en su mayoría investigadores de mayor edad (la investigación de Requena sugiere que la edad media es de 55 años) que gozan de estabilidad financiera o pueden utilizar conexiones internacionales para conseguir financiación.


Pero también los investigadores de mayor antigüedad se han ido. María Eugenia Grillet, una bióloga de 64 años que estudia la epidemiología de las enfermedades transmitidas por mosquitos, se mudó a Colombia en diciembre de 2023 para evitar los cortes de energía y poder realizar investigaciones con libertad, entre otros factores. Antes de eso, había sido investigadora en la Universidad Central de Venezuela en Caracas, donde ganaba 70 dólares al mes. “La vida cotidiana es muy dura para todos y va a empeorar dada la situación política”, afirma.


En escasez


Las instituciones públicas de investigación y las universidades, que emplean a la gran mayoría de los científicos que permanecen en Venezuela, tienen dificultades para mantener sus puertas abiertas debido a la falta de ingresos del gobierno y a la mala gestión de los presupuestos educativos y científicos por parte de funcionarios designados políticamente, según los investigadores. Los equipos, los suministros y el personal son escasos.


“Pero el problema no es sólo la financiación”, dice Cristina Burelli, directora de SOSOrinoco, un grupo de defensa de los derechos de los animales en Caracas que trabaja con investigadores que documentan de forma anónima la degradación ecológica de los bosques del país. “Es la desinstitucionalización y la desprofesionalización de la industria”, añade. “Es el esfuerzo deliberado por eliminar a cualquiera que sepa algo, a cualquiera que pueda cuestionar al gobierno”.


La libertad académica en el país comenzó a desaparecer bajo el gobierno del predecesor de Maduro , Hugo Chávez, cuyo gobierno, en nombre del socialismo del siglo XXI, tomó el control de la financiación que antes había sido otorgada directamente a los investigadores por empresas privadas. Chávez también dio a los "consejos comunales" -grupos de ciudadanos locales- el poder de establecer los presupuestos universitarios y elegir a los rectores universitarios.


Una ley aterradora


Hoy, personas que estudian temas que potencialmente presentan un problema de publicidad para Venezuela —el resurgimiento de enfermedades que antes estaban erradicadas o la contaminación de la selva amazónica como resultado de la minería ilegal , por ejemplo— dicen a Nature que trabajan de forma anónima, o desde otro país donde están fuera del alcance del gobierno, o autocensuran lo que publican.


Los investigadores están preocupados por la aprobación de una ley que los grupos de derechos humanos han calificado como proyecto de ley anti-ONG. Aprobada el 15 de agosto, esta legislación obliga a las ONG a compartir con el gobierno venezolano información sobre su financiación, que a veces se concede a proyectos de investigación. Según la ley, esto es para garantizar que los grupos de la sociedad civil no promuevan “el fascismo, la intolerancia o el odio por razones raciales, étnicas, religiosas, políticas, sociales, ideológicas o de género”.


Los investigadores que hablaron con Nature dicen que la ley le da al gobierno la discreción de procesar a cualquiera con cuyos motivos no esté de acuerdo. “Los académicos de [las principales universidades] están absolutamente aterrorizados por la ley anti-ONG y por lo tanto son silenciados”, dijo un grupo de investigadores venezolanos a Nature en un comunicado después de solicitar el anonimato.


Requena dice que la ciencia en Venezuela está un paso más cerca de su muerte. “La ciencia garantiza que no estemos aislados, que nuestros cerebros puedan unirse para producir cosas que ayuden a toda la humanidad”, dice. “Da una sensación de ser parte de la humanidad, y no puedo imaginar no sentirme parte de la humanidad”.


Documento: https://doi.org/10.1038/d41586-024-03144-4



Tomado de Nature



Enlaces relacionados:


Venezuela desde hace 15 años tiene una tasa negativa de producción de conocimiento, pero lo importante es Yulimar Rojas y la Vinotinto





jueves, 3 de octubre de 2024

Ibsen Martínez a José Pulido: Lamento mucho haber contribuido con “Por estas calles” al descrédito de la política venezolana




Hoy recuerdo la entrevista con Ibsen Martínez (Caracas, 20 de octubre de 1951 - Caracas, 11 de septiembre de 2024), escritor, dramaturgo, columnista y gran amigo. La fotografía es de Omaira Abinadé el retrato que abre el fotomontaje esta entrada es de Mingo Gracia Arjona. Nota de los editores -  (y la tomé prestada porque no supe hallar a Omaira. Perdón, Omaira y gracias)



Ibsen Martinez. Fotografía de Mingo Gracia Arjona.



SOLO VALORAMOS LAS REGLAS DEL BEISBOL


Le pusieron de nombre un apellido. El apellido del dramaturgo y filósofo noruego Henrik Ibsen. ¿Cómo no iba a salir escritor?  Ibsen Martínez (Caracas, 20 de octubre de 1951 - Caracas, 11 de septiembre de 2024) va caminando por Bello Monte, con ese “tumbao” de pelotero que tiene el caraqueño propiamente dicho. De ese apellido, Martínez, le tienen que venir la joda tropical y la fuerza sísmica de la palabra. Escudriña detalles, observa a la gente como evaluando este tiempo. Nadie lo percibe: es un hombre que pasa. Sin embargo, es el único Ibsen Martínez que existe en el planeta. Su escritura crea adicción entre los lectores. Es y será siempre un enfant terrible, una incomodidad intelectual, una bala que jamás se pierde.

Su sonrisa anuncia que se ha abierto la jaula de la ironía. Es un hombre directo, que aparta lo vacuo y, por virtud natural, segrega un ardor que marchita toda ridiculez.


-A veces te incomodas y no sigues escribiendo las columnas ni las telenovelas o el teatro… los lectores y espectadores se quedan esperando fielmente… ¿qué es lo que te molesta?


-No estoy contento con mi desempeño y menos con lo que ha hecho de mí el diarismo, pero ese es un tema frondoso y difícil que prefiero tratar con recato, es decir, no tratar en absoluto en una entrevista de prensa.

En el otro extremo del articulismo está el público. Lamentablemente, buena parte de él siente que uno debe estar imbuido de una misión, que uno debe “interpretarlo”, que debe secundar sus, a menudo, pobres y descaminadas ideas acerca de la realidad.

No me hallo a gusto en ninguno de los dos extremos del oficio: eso es lo que he aprendido: no estoy de acuerdo con buena parte de lo que leo en las páginas de opinión; tampoco estoy dispuesto a complacer lo que se espera de mí, pero no he sabido hacer inteligible esa renuencia.

La peor manifestación de esta patología compartida entre el público y yo es la presunción de que Ibsen Martínez está obligado a tener una opinión, iluminadora o no, cada semana.


-Y has cambiado un poco la columna


-Me cansé de eso hace ya un tiempo y ahora prefiero escribir sobre el pensamiento de terceros, sobre lo que otros más aptos y más dedicados que yo, han meditado y escrito. Por eso últimamente mis entregas para El Nacional discurren sobre Susana Rotker, por ejemplo, o sobre Pierre Bourdieu, Luis Castro Leiva o Rafael López Pedraza y así.

Es más honrado de mi parte, creo yo: son tan pocas las cosas sobre las que me he hecho un parecer definitivo, que persistir en el articulismo de opinión llegó a parecerme una impostura.

Pero esto de “apartarme” ha sido cosa que sólo atañe a la TV (de la que me aparté hace más de diez años) o al diarismo, del que me aparté sólo por unos días en abril de 2002 para dramatizar mi disgusto por el “black out” de los medios en ocasión del golpe. Era la ingenua protesta de un particular indignado. En cuanto al teatro y la narrativa y, en general, la literatura, te equivocas: no he interrumpido ni un día mi privado y silencioso comercio con ella.


-Tu ironía le ha propinado unas buenas sacudidas al gobierno y a la oposición ¿Cómo es la Venezuela que aspiras?


-Un país un poco más cínico, en el sentido helenístico que puede dársele al término: un país que no imposte tantas virtudes inexistentes, un país que no ande permanentemente en plan de rasgarse las vestiduras; esto es, un país más compasivo con las debilidades humanas. En esto, me gustaría un país menos “moralista”, lo cual no debe confundirse con la idea de que nos guía una moral. Todo lo contrario; somos moralistas tan sólo en el sentido hipócrita en que puede ser moralista una conserje “entrépita”. Es paradójico esto: nos gusta pensarnos como un país caribeño, informe y desparpajado, pero en el fondo somos rígidos y moralistas por lo mismo que somos adolescentes e inseguros.

“Nada hay más moralista que un diletante”, afirmó Karl Kraus y el nuestro es un país  de grandes diletantes.

Por eso el país no quiso ver ninguna virtud en la Cuarta República y optó por un amateur moralista como Chávez. Se puede ser guachamarón, inmaduro, diletante, inepto y a la vez moralista: eso somos los venezolanos: Chávez es el mejor exponente del lado informe y moralista de nuestra sique colectiva. En ese sentido Chávez es un venezolano “ejemplar”: un espécimen notable por lo acabadamente venezolano.


-El venezolano ¿prefiere creer que saber?


-“Bajo lo que se piensa está lo que se cree”, decía Juan de Mairena, un heterónimo de Antonio Machado que Héctor Mujica recomendaba leer con puntería. El venezolano en esto no es distinto al resto de los humanos: prefiere las creencias a las ideas.



 -¿Por qué no eres diputado? ¿no ganaría el país teniendo un diputado como tú?


-De joven, como tantos de mi generación, milité en partidos e hice (pésimamente) el papel de activista en la izquierda. Con el paso de los años, al cabo de mucha lectura, interés intelectual y familiaridad con “lo político” (y, sobre todo, con políticos de raza pura) he desarrollado un enorme respeto por la política como profesión, como zona del desempeño humano que requiere especiales talentos de los que carezco, pero que sé identificar en los demás.

Yordano - Por Estas Calles (Video Oficial)




Lamento mucho, al mirar atrás, haber contribuido con mis columnas y con Por estas calles al descrédito de un oficio tan antiguo como indispensable para la vida en comunidad. Como expiación, me he impuesto ayudar en lo posible a mis lectores a hacerse un juicio menos severo de la política y los políticos, justamente porque necesitamos más y mejores operadores políticos profesionales.

¡Ya basta de gerentes y de dirigentes vecinales y de politólogos y reinas de belleza y de periodistas y de militares retirados moralizando en pantaletas acerca de la gestión pública!


-¿Qué es lo que más te ha “chocado” de Chávez? ¿qué es lo que te sigue agradando de Chávez?


-En Chávez he aprendido a reconocer los peores atributos del venezolano en general. Eso de que el pueblo llano es un mar de virtudes sencillas es una superchería demagógica. Nuestro pueblo no es sólo vacuamente moralista, como lo es Chávez, sino que es incapaz de tener trato provechoso con el mundo de las formas y de las convenciones: es un pueblo que, gitanamente, aprueba la trampa, celebra al avispado, aúpa al que “tira paradas” y encabeza un golpe. Pero, ¡ay!, las formas lo son todo, querido José: su observancia es lo único que hace posible la vida en sociedad. Las únicas normas y los únicos árbitros que valoramos son las reglas del béisbol: si extendiéramos ese respeto de las formas al resto de la vida pública nos iría mejor. Sería quizá un país más aburrido, pero nos iría mucho mejor.

Insisto: hablando con justicia, Chávez no es más arbitrario y voluble que muchos venezolanos: se pueden dar la mano y, en 1998, de hecho se la dieron.  Pon a un venezolano a dirigir el tránsito y verás a Chávez: un mandón amateur que no sabe hacerse entender ni logra someter a nadie.

De Chávez debo decir que, contra lo que piensan muchos de sus adversarios, no tiene madera de asesino. Es un bocazas que “toca de oído”, lo cual me permito recordar fue siempre muy del gusto de su electorado.


-¿Qué te decepciona? ¿qué te da esperanzas?


-Hay una frase de Quevedo que me acompaña desde que, siendo muy joven, la encontré como epígrafe en una novela de Alejo Carpentier: “nada me desengaña: el mundo me ha hechizado”. ¿Qué me infunde esperanza? Las milagrosas posibilidades curativas de la palabra en libertad.



-Tengo la impresión de que tu novela, “El mono aullador” se agotó ¿no habrá otras ediciones? ¿qué te dejó esa novela?


-Se agotó, sí. No habrá más ediciones en Venezuela. Me dejó el empeño de redondear otra que ya está en camino.


Ibsen Martínez no revela el tema de esa nueva novela. Habrá que esperarla. En la caminata hacia su casa de Bello Monte, que ofrece subidas en curva como para largar el bofe, una señora cincuentona, duda un instante y le corta el paso al escritor. Ella lo reconoce. “¿Ibsen?”, pregunta. “Si: como no”, responde él. La señora parece a un tris de decir otra cosa. Ibsen la saluda con un gesto y reinicia su camino. Atrás se escucha la voz, deslizándose en plena bajada:

¡Escríbale algo a la virgen de Coromoto¡


Ibsen Martinez. Fotografía de Omaira Abinadé.



Cultura Capital - Cuatro Preguntas - Ibsen Martínez
639 visualizaciones  8 jul 2009




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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne

José Pulido

Poeta, escritor y periodista, nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.

Vive en Génova, Italia. 

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

(Ha fundado y dirigido varios suplementos y revistas de literatura. Si se requiere información detallada sobre estas publicaciones, favor solicitarla a este  correo: jipulido777@gmail.com)

Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras. Ha sido invitado a festivales en Irak, Colombia, Brasil, Chile, España y Génova. Participó, en 2012, como invitado de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se celebran en SalamancaEn el 2018 y en el 2019 invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova. 

Publicaciones más recientes:

El puente es la palabra. Antología de poetas venezolanos en la diáspora.

Compilación: Kira Kariakin y Eleonora Requena, para Caritas.

Poeti Uniti per il Venezuela, Parole di Libertà  (Poetas Unidos por Venezuela, Palabras de Libertad) publicado por Borella Edizioni, evento respaldado por la Associazione culturale Orquidea de Venezuela, con sede en Milán.

Poemario Heridas espaciales y mermelada casera editado por Barralibro Editores


miércoles, 2 de octubre de 2024

Fernando Savater: Las tres virtudes fundamentales son coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir

 

Fernando Savater 


Entrevista a Fernando Savater


Escrito por Elena Cué


Publicado: 21 Octubre 2017


 Autor: Elena Cué



El filósofo Fernando Savater (San Sebastián, 1947) es epítome del valor cívico mostrado durante décadas frente a los terroristas y es más necesaria que nunca su visión de la ética pública.


"La verdad que estoy agobiado con esto de Cataluña, siempre nos llaman a los mismos. Parece que no haya nadie en España que quiera hablar de estas cosas, del extranjero también. Estoy un poco harto de repetir lo mismo y agobiado de llamadas pero empecemos...", dice el filósofo.


Hizo su tesis doctoral sobre Cioran, ¿qué le resultó tan atrayente en su juventud de este pensador tan pesimista y tan alejado de su pensamiento posterior, abiertamente vitalista y positivo? 


Yo he sido vitalista, precisamente porque mi fondo ha sido pesimista. Pero un pesimista activo, porque los optimistas son aquellos que creen que las cosas se van a resolver solas, o que se van a resolver con el tiempo, o que alguien vendrá por ahí y ya las resolverán por ellos … Yo no abogo por nada de eso, sino que creo que todo, si se deja sólo, va a empeorar. Por eso me considero, más bien, un pesimista de la acción.


En este sentido, Cioran me gustó por su estilo, por su tipo de pensamiento. A mí siempre me han gustado los pensadores que están un poco fronterizos entre la literatura y el pensamiento, como un Nietzsche, como un Borges. Cioran encaja en esta línea, la de los moralistas franceses, etc. Un humor más bien negro, sí, pero con un gran sentido del humor. Piensa que hay una gran diferencia entre las primeras obras del Cioran joven, más místicas y escritas todavía en rumano, y aquellas últimas de su periodo de madurez en París, que están llenas de humor.



En relación a ese pesimismo activo escribió Nihilismo y acción, que trata de la pérdida de valores que produce el vacío, ¿cree que la sociedad es activa a este respecto? 


La sociedad no es activa. Existen personas que son activas, que piensan, que hacen cosas, y otras que no. Lo que existen son seres humanos. Los colectivos son invenciones abstractas y los seres humanos también. Lo que hay en el mundo son personas, y unas piensan y otras menos, y actúan, o se dejan actuar. Pero la sociedad no hace nada


¿Qué le parece entonces la manifestación del pasado domingo?


A mí me animó mucho, la verdad. Ha sido uno de los pocos acontecimientos que lo ha hecho. Desgraciadamente en España tenemos pocas cosas de las que alegrarnos desde el plano colectivo. Esto y el discurso del Rey fueron dos hitos muy positivos, memorables, que nos recuerdan que aquí no todo está perdido, no todo está muerto o abandonado. Ojalá tengamos otras muestras más de este espíritu de unidad y a la vez de demostración de patriotismo. Porque lo vamos a necesitar.



Su novela El jardín de las dudas, trata del polémico e irónico Voltaire al que admira tanto. ¿Ha aprendido de él su talante irónico?


Estas cosas vienen de fábrica. Irónico, quizá, por lo menos bromista. Yo siempre he comprendido la tarea intelectual como una tarea humorística. Hace ya muchos años leí una frase de Bernard Shaw que decía eso: “Toda tarea intelectual es una tarea humorística”. A mí eso me pareció que eso hablaba de mí. 

Claro, no es que Voltaire quisiera ser gracioso, porque precisamente lo que él buscaba era el humor como instrumento pedagógico. A la gente se la convence más y escucha mejor cuando la diviertes. Si tú aburres a la gente, la gente no te escucha. Entonces, si tú eres un pedagogo, lo que tienes que intentar es que la gente te escuche, y para eso necesitas ser divertido, tener humor, aunque tú no tengas ningunas ganas de reírte.


Alguien dijo que "se mata mejor con la risa que con la cólera". ¿Al igual que Voltaire, ha utilizado la risa en alguna ocasión de manera despiadada?


No. Mi risa no suele ser cruel. A veces es sarcástica, a veces puede ser agresiva en ocasiones, porque la he utilizado como instrumento contra los adversarios en sentido político, como hacía también Voltaire. Eso sí. Pero despiadada, en el sentido de burlarse o reírse de algún tipo de desgracia, no recuerdo haberlo hecho.


¿Qué cree que estamos perdiendo al prestar tan poca atención en la educación a la formación humanísitica?


A mí me parece que una sociedad, una comunidad o un grupo humano que abandona la educación está de alguna manera suicidándose. La educación es la forma de perpetuar aquello que nosotros queremos, aquello que nosotros preferimos respecto de nuestros valores, de nuestras ideas, de nuestros conocimientos. Dejar eso al azar, dejarlo simplemente a una pequeña minoría y a la mayoría privarla del acceso a la educación, es algo que a la larga se paga. Lo estamos viendo, ¿no? La ignorancia de lo que es la ciudadania, de lo que es un país etc... en España llama la atención. Países tan atrasados en ciudadanía como en España no abundan en Europa.


¿Y qué medidas cree que habría que tomar en la mejora de la educación?


Desde luego lo primero que habría que hacer en Cataluña es tomar cartas en la educación. Lo que no puede ser es que en un país haya diecisiete formas de educar diferentes, diecisiete historias diferentes del país, diecisiete ideologías distintas, etc. El Estado debería recuperar las competencias educativas, que se han repartido con demasiada alegría por el resto de las Comunidades, y luego además, en sitio como Cataluña o País Vasco, hay que recuperar también el control sobre los medios de comunicación públicos. En Cataluña, TV3 o Catalunya Radio son perjudiciales y manipuladores de la opinión, sobre todo de las mentes de los más jóvenes. Eso naturalmente también hay que cuidarlo, porque educar no sólo educan los maestros, sino que lo hacen muchos más medios.


A su modo de ver, ¿qué es lo más preocupante en la deriva del independentismo catalán?


El hecho de que haya un grupo de facinerosos que se apoderan de una parte de lo que es de todos, o que intentan apoderarse. Que inventan un discurso totalmente falsario de lo que es la democracia en la comunidad; que pretenden romper y proclamar una República independiente… Son cosas que, digamos, no van a conseguir, pero que tienen un eco y que va a causar unos trastornos, sobre todo porque hay mucha gente joven que se ve engañada, frustrada por ese tipo de cosas.


¿Qué opina de la comparecencia del President Puigdemont este martes pasado en el Parlamento catalán?


Pues ya lo ves. El President es un señor que no tiene ningún tipo de autoridad ni para proclamar una República catalana, ni para afirmar que la Tierra es plana. El problema es que, como no se interviene, Puigdemont debería estar en la cárcel ya desde hace bastante tiempo. Pero como sigue suelto, sigue haciendo de las suyas. Lo que no sé es hasta cuándo se le va a dejar hacer cosas delictivas, cuándo se va a intervenir por fin y cortar toda esta broma.


¿Y cómo ve el futuro de Cataluña?


Mal. Lo veo mal. No tengo una bola de cristal. Yo además nunca me he preguntado qué va a pasar, sino qué vamos a hacer. Pasarán todas las cosas malas, si no sabemos atajarlas. Para eso estamos los pesimistas activos, porque creemos que hay que hacer cosas para que no pase lo peor.


¿Para ser un individuo ético hace falta ser valiente?


Es inevitable. Ya todos los maestros morales de los clásicos antiguos indican que cualquier virtud sin coraje no sirve para nada. Esas personas que dicen “Fulanito es muy bueno”, lo dicen si uno es muy pusilánime. Eso no sirve para nada, ni para uno ni para los demás. El coraje es la primera virtud. Fíjate que la palabra ‘virtud’ viene de vir, de la fuerza del guerrero, de la fuerza viril. Las virtudes son armas, y ningún arma sirva para algo si está en manos de un cobarde. 


Yo creo que el coraje es imprescindible. No hace falta que sea un coraje bélico, pero desde luego sí un coraje para defender lo que uno cree, lo que uno piensa y lo que uno quiere ser. Sin eso, no hay virtud ninguno.


A lo largo de su vida su pensamiento ha experimentado cambios, ¿podría hablarme del más significativo?


Cambios he tenido mucho. Pensar es cambiar de forma de pensar, porque uno vive, tiene experiencias, lee libros, conoce países y personas, sufre desgracias y alegrías, etc. Todo eso le va modificando a uno. Alguien que frente a todas esas circunstancias siguiera pensando siempre lo mismo sería incoherente, como esa gente que dice: “¡Yo pienso lo mismo que a los diecisiete años!” Pues sería indudable que ahora ni a lo diecisiete años pensaba nunca nada. Se le mete en la cabeza y cree que eso es una idea, pero no.

Las personas que piensan cambian de forma de pensar. Además, si uno se dedica profesionalmente –por decirlo de algún modo– al tema de las ideas, etc., pues va evolucionando, claro, y va pasando de algunos ardores juveniles a una visión, no menos apasionada, pero sí más sosegada en las formas. Pero es que, además, yo siempre he pensado el mundo en el que vivía en ese momento. Yo nací en una dictadura, viví en una dictadura casi hasta los treinta años y, en fin, luego una democracia, el tema del terrorismo, y finalmente todas estas circunstancias, aparte de que cambio yo la forma de pensar, cambian el mundo a mi alrededor.


¿Y alguno en particular?


Quizá el cambio mayor, si se puede decir alguno, ha sido un cambio de tonalidad. Yo siempre he pensado hasta hace poco –hasta que perdí a mi mujer– desde la alegría, y ahora para mí lo nuevo es pensar desde la tristeza, que es algo que cambia el color del pensamiento. 


Su especialización y su docencia se han referido fundamentalmente a la ética. ¿Cuáles son los principios morales que rigen su vida?


Yo, como casi todo el mundo, tengo unos principios, y luego me las arreglo como puedo… Y a veces hago cosas que van en contra de mis principios, como todos los seres humanos. Pero creo, en fin, que hay cosas que sí son fundamentales. Por decirlo de una manera sucinta: hay que tener coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir. Esas son las tres virtudes fundamentales



Tomada de Alejandra de Argos



ENTREVISTA: FERNANDO SAVATER | EL PAÍS | LIBROTEA




martes, 1 de octubre de 2024

Charla: Carabobo, Evolución en sus Espacios e Historia con los profes. Elio Araujo, Enrique Flores y Angel García el 02/10/24 a las 10 AM en el Centro de Artes vivas Alexis Mujica

 




La Alcaldía de Valencia a través del Plan Cultural Comunitario y el Frente Universitario Columba Rivas invitan al


*CONVERSATORIO* 
*Carabobo, Evolución en sus Espacios e Historia* 

Contaremos con la participación de: 

🔴En *Historia* 

Prof. Angel García con la ponencia: 
Carabobo. Cuatro etapas de una batalla.


🟢 En *Toponimia*

Prof. Elio Araujo con el trabajo: 
Análisis y significados de los nombres de lugares del Estado Carabobo.



🟡 En *Geopolitica Territorial* 

Prof. Enrique Flores con la ponencia:
Evolución del territorio del estado Carabobo desde 1830.

¡Los esperamos!

🗓️ Miércoles 2 de octubre de 2024
⏰ 10:00 a.m.
📍Centro de Artes Vivas Alexis Mujica, frente a la Plaza Bolívar de Valencia.