jueves, 15 de octubre de 2009

"Nos asamos en la pre­sentación de Laura Antillano"

CRÓNICAS LIBRESCAS. Parte II/III: Un acercamiento a la Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN, 2007)



Emiliano Bustos

Estimados Amigos

Hoy continuamos con la aventura de un argentino en la Feria del Libro de venezuela del año 2007.

Esperamos que esta crónica sea de su agrado.

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4. Yaracuy. San Felipe es bien chico; los grandes autos estadounidenses de los "70 y '80 se desplazan con toda la nafta del mundo venezolano. Los edifi­cios públicos, como la Biblioteca Félix Pífano, sede de la Feria, son modernos, largamente cementados y más bien gigantes para el lugar. Y el lugar es, en buena medida, el anfitrión principal: Gabriel Jiménez Emán, escritor prolífico con más de treinta títulos en su haber (novela, poesía, ensayo), y asimismo, como dice la contratapa de alguno de sus libros, "editor independiente, cola­borador de revistas culturales, columnista de la prensa de Caracas y profe­sor de literatura y humanismo en diver­sas instituciones educativas del país", además de viajero y gran conversador y humorista. Es amigo de varios poetas argentinos. Siendo muy joven le hizo el último reportaje a Lezama Lima en su casa de Trocadero, y conoció a Reinaldo Arenas y a muchos más. Más adelante me dirán que fui un privilegia­do por contar con su compañía y aten­ción.; también que muchos lo respetan fundamentalmente por su trabajo crítico y ensayístico.

Laura Antillano en la portada de su libro:El verbo de la madre

Con de Águila nos asamos en la pre­sentación de Laura Antillano (Caracas, 1950), escritora homenajeada por la Feria junto a la Argentina (de ahí mi invitación). Todo el peso del Caribe en unas hojas enormes de un oscuro verde y una inminencia de lluvia en el ambiente, como si no hubiera ventanas y tampoco edificios o límites para el calor. Como soy el único argentino en estas sedes regionales, me reciben parti­cularmente bien en todas partes.

María Lionza. Escultura de Alejandro Colina

5. Lara. Me traslado hasta Barquisimeto en taxi por una ruta plagada de monu­mentos muy coloridos, como artesanales, de santos o figuras veneradas en el lugar, paganas algunas, como María Lionza2, que monta un caballo. Días más tarde, en una santería de Guanare, me dirá una apacible monjita: "no, María Lionza es de los brujos". Barquisimeto es enorme, una gran ciu­dad., sede del nuevo estadio que hicie­ron para la última Copa América. Aquí la actividad no parece concentrarse en un solo lugar. Leo poemas junto al cubano Pedro Llanes Delgado (Placetas, Cuba, 1962) -un hombrecito taciturno y algo declamativo, director de la revista Umbral, de la Dirección de Cultura de Villa Clara- en un museo. Los techos son altos y sobrevuelan mur­ciélagos continuamente. Acompaña musicalmente un joven cubano, juicio­so seguidor de Silvio Rodríguez, y algo autista. Bebemos licor de cocuy -fuerte, prácticamente intragable-, típico de la zona.




Al día siguiente vamos a una radio, montada en un edificio recuperado. Pintadas de Ali Primera y el Che. También visitamos el diario El Impulso, totalmente "escuálido"*, o sea, antichavista. En Barquisimeto hay menos intención de llevar la Feria a la gente, se ve el efecto de una lectura de poetas para poetas, probablemente porque la organizadora es Wafi Salih (Trujillo, 1966), poeta que coordinó la Casa de la Poesía Hugo Fernández Oviol y la Casa de las Letras Andrés Bello Capítulo Lara.

Me voy de Barquisimeto en un colorido bondi, al estilo de los que también hay en Colombia y otros lugares.


Emiliano Bustos

Continuará



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