Estimados Amigos
Hoy tenemos el gusto de compartir con ustedes el texto del artista plástico valenciano Javier Téllez que rinde un homenaje a la desaparecida Libreria Suma.
Deseamos disfruten de la entrada.
Atentamente.
La Gerencia.
La Gerencia.
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No había visita a Caracas con mi padre que no incluyera una parada en la librería ‘’Suma’’ situada en el Boulevard de Sabana Grande. Cuando éramos pequeños mi hermano y yo lo esperábamos con mi madre saboreando helados en el Gran Café o escogiendo dulces en la chocolatería Savoy mientras el desaparecía tras las puertas de cristal de esta librería y solo le veíamos volver una hora mas tarde cargando dificultosamente múltiples bolsas llenas de libros que encontrarían con suerte algún lugar en los anaqueles de nuestra casa-biblioteca en Valencia. A medida que fuimos creciendo empezamos a acompañarlo a la librería y muy pronto a comprar también nuestros propios libros y a cargar con el peso de nuestros intereses literarios, responsabilidad que convertimos desde entonces en un habito.
En la librería ‘’Suma’’ conocí cuando apenas era un niño a muchos autores Venezolanos que eran amigos de mi padre y a quienes luego leería: Adriano González León, Caupolican Ovalles, Orlando Araujo, Pancho Herrera Luque..Recuerdo haber visto allí en una misma tarde a Rómulo Betancourt y a Papillon.
El infatigable librero y editor Raúl Bethencourt, dueño y señor de ‘’Suma’’desde 1963, no solo tenia un ojo extraordinario para mantener siempre en sus estantes las muestras mas relevantes de la actividad editorial en nuestra lengua sino que también ofrecía su librería como un foro abierto de discusión e intercambio de ideas. Fueron muchos los libros que se bautizaron en esta librería, un a verdadera Ágora de la escena intelectual de la ciudad que fue también escenario de recitales de poesía y de conferencias impartidas por nuestros mas valiosos escritores.
En la librería ‘’Suma’’ conocí cuando apenas era un niño a muchos autores Venezolanos que eran amigos de mi padre y a quienes luego leería: Adriano González León, Caupolican Ovalles, Orlando Araujo, Pancho Herrera Luque..Recuerdo haber visto allí en una misma tarde a Rómulo Betancourt y a Papillon.
Un joven Raúl Bethencourt. Imagen tomada de aquí |
El infatigable librero y editor Raúl Bethencourt, dueño y señor de ‘’Suma’’desde 1963, no solo tenia un ojo extraordinario para mantener siempre en sus estantes las muestras mas relevantes de la actividad editorial en nuestra lengua sino que también ofrecía su librería como un foro abierto de discusión e intercambio de ideas. Fueron muchos los libros que se bautizaron en esta librería, un a verdadera Ágora de la escena intelectual de la ciudad que fue también escenario de recitales de poesía y de conferencias impartidas por nuestros mas valiosos escritores.
Como para muchos Venezolanos la librería Suma fue un lugar importantísimo en mi educación sentimental e intelectual. Son muchos los libros que conservo en mi biblioteca condecorados con la típica calcomanía azul y plata de la Librería Suma, que ilustra esta nota: Las Cartas del vidente de Artur Rimbaud, las novelas de Jean Genet, Las cartas desde Rodez de Artaud, la autobiografía de Canetti, las obras completas de Borges, los ensayos de Focault y Deleuze, Benjamin y de Adorno, las Memorias de Adriano de Yourcenar, los guiones de Buñuel, Eisenstein y Godard, ediciones agotadas de la fantástica revista Cine al Día y muchos otros volúmenes que eran fruto de dos décadas prodigiosas en la producción editorial en España y Latinoamerica, caracterizada por firmas editoriales tales como Anagrama, Visor, Seix Barral, Tusquets, Fundamentos, Muchnik, Alfaguara, Taurus, Joaquín Mortiz, Emecé, Tusquets, Sudamericana, Siglo XXI, Siruela…
Tristemente recibimos ayer la noticia del cierre final de la librería Suma. Sabemos que no es la primera librería que cierra sus puertas en Caracas en la ultima década, pero el hecho que un lugar tan emblemático como este, que heroicamente ha tratado por todos los medios posibles de subsistir en la grave crisis económica y moral que atraviesa el país, se vea obligado a cerrar sus puertas resulta lamentable y sintomático del grave deterioro de la vida intelectual en el país. Es tarea imprescindible hoy investigar si se conserva un archivo con documentación de los eventos que se realizaron por décadas en el local, para conservarlo antes que desaparezca, como parece desparecer todo aquello que alguna vez significó algo para la cultura en el pais.
Javier Téllez
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Lamentable...!!!
ResponderEliminarCiertamente.Gracias por tu visita y comentario
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