BELLEZA COREANA-VALORES MODERNOS: Hwang Sun - won
Chon Yi-du*
*Profesor de Educación de Lengua Coreana en la Universidad Wonkwang
Hwang Sun-won (1915-2000) es una contradicción en muchas formas -consistente hasta el punto de la testarudez y, al mismo tiempo, infinitamente flexible. Estas dos características, consistencia y flexibilidad, forman la trama y urdimbre de su mundo literario. Su consistencia refleja su autocontrol mental riguroso. No hay explosiones impulsivas o discursos simplemente idealistas en sus trabajos. Hwang nunca se deja llevar por sus impulsos incluso en un momento de gran pasión en un cuento. Su autocontrol siempre se hace cargo. Esta capacidad de control intelectual le posibilita concentrar su energía creativa en mantener un sobrante de descripción, en el sentido de realismo literario, y un retrato enfocado de imágenes que conllevan la esencia de una idea o carácter en una simple frase. La elegancia clásica y la fragancia poética por las que se lo ha conocido también han nacido en este control.
Si el autocontrol forma la urdimbre del trabajo de Hwang, su infinita capacidad para el cambio forma la trama. Un simple vistazo a la carrera de Hwang prueba esto, hizo su debut literario como poeta en 1930 a la edad de 16. Cuatro años más tarde publicó su primer volumen de poemas, Canciones Caprichosas. Un segundo volumen Curioso, fue editado dos años más tarde. Hwang comenzó entonces a establecerse como un escritor de ficción, publicando su primera colección de cuentos, El Pantano en 1940. Su primera novela, Ella Vive con las Estrellas, vino diez años después, y desde entonces. Hwang ha sido conocido como uno de los más grandes novelistas de Corea.
Por ello Hwang Sun-won ha pasado los últimos sesenta años de su vida probando los límites de su capacidad literaria, comenzando por la poesía y pasando por cuentos cortos y novelas. Una aproximación a su trabajo revela sus características en cada etapa de desarrollo, pero uno también puede detectar una cuidadosa experimentación técnica en sus primeros poemas al igual que en sus últimos cuentos y novelas. Aunque mantiene tenazmente sus propias formas, Hwang siempre está investigando nuevas técnicas. Por ello se le conoce como un tradicionalista tenaz y un constante experimentador.
Idealismo sobre Realismo
El lirismo e idealismo simple hallado en los primeros poemas de Hwang y su fresco talento intelectual que experimentó en su segunda colección de poemas, Curioso, sirvió como el fundamento de sus trabajos posteriores. En este sentido, Hwang ha sido constante mientras que también se ha comprometido en el desarrollo de nuevas técnicas. La elección de sus técnicas revela su crecimiento metódico, una expansión gradual de su mundo literario, casi como si fuera ascendiendo lentamente por las escaleras.
Tomemos como ejemplo, un cuento temprano suyo, Las Estrellas, de 1941. En Las Estrellas, el cuento de un chico que busca una imagen de su madre fallecida, sentimos una nueva dimensión lírica en la escritura de Hwang. La madre del muchacho murió cuando él era muy joven, y mientras que no hay una memoria real de ella, él busca una imagen idealizada de una bella mujer, un recuerdo tan vivo que está atrapado en su tenaz deseo de poseer esta imagen en el mundo real. Por supuesto, el chico no puede reunirse con su madre, ni tampoco puede verse satisfecho con nada que el mundo tenga que ofrecerle como sustituto. Pronto se halla perdido en un mundo de imágenes, rechazando el mundo real a su alrededor. Él crece para odiar una muñeca adorada y rechazar el afecto de una jovencita y el amor de su propia hermana, porque palidecen en comparación con la imagen idealizada de su madre fallecida.
En cierto sentido, esta unión al mundo de las imágenes equivale a la unión al mundo de la poesía, un tema recurrente en la escritura de Hwang. Por otra parte, el ambiente poético hallado en el trabajo de Hwang sirve para formar la base de sus escritos. Este ambiente poético es el elemento más perceptible en su estilo, totalmente controlado. Prestando la terminología del mundo artístico, Hwang es más idealista que realista. No ofrece una descripción detallada de cada aspecto de su tema. Por el contrario, graba una imagen abreviada en la mente del lector. Busca transmitir una imagen que emana la naturaleza esencial del tema que intenta retratar, implícita antes que explícitamente.
Esto es claro en su tratamiento de los caracteres. Hwang siempre se ha resistido a una aproximación realista que se centraría en la atención del lector por los rasgos faciales o el guardarropa de un carácter. Por el contrario, se concentra en los atributos centrales del carácter, atributos que simbolizan la personalidad única del personaje. De aquí la distintiva mella de Old Tosop y los enormes ojos de su hija, Ojangnyo, ricas caracterizaciones que hacen de la novela Descendientes de Caín (1954), uno de los mejores trabajos de Hwang. Hwang no es ni Balzac ni Dostoievsky. Evita tanto las descripciones realistas externas como las descripciones del mundo interno de un personaje halladas a menudo en las novelas psicológicas. Su descripción crea ambiente, no una segunda realidad. Se centra en las sombras de la realidad, reflexiones que dan al lector impresiones frescas del mundo.
Hwang usa una gran variedad de recursos episódicos y símbolos en sus historias. Por ejemplo, en medio de una operación de búsqueda en tiempo de guerra, Tongho, el personaje central de Árboles en un Acantilado, de repente se imagina a sí mismo enjaulado en una gruesa pieza de cristal transparente. La imagen del cristal aparece una y otra vez, simbolizando la toxina de la guerra rodeando a los personajes en la novela. La repetición de la leyenda de la "Roca Virgen" en Descendientes de Caín subraya el trágico deseo de Ojangnyo, y el uso frecuente de secuencias de sueños y escenas de obras en El Sol y la Luna (1962-65) sirve para acentuar la acción, tanto directa como indirectamente.
Un Mundo de Instintos e Intuición
El rechazo de Hwang de las caracterizaciones detalladas en favor de retratos basados en atributos centrales es más fuerte en sus cuentos. Esta tendencia está claramente ligada a la aproximación fundamental de Hwang a la humanidad. Hwang está menos interesado en las condiciones espaciales y temporales de la experiencia humana que en las cualidades fundamentales de la humanidad. En otras palabras, su interés yace en una persecución intensa de lo simple, del simple destino humano, un destino del que se han eliminado todas las condiciones externas, temporales e históricas.
Como artista, Hwang Sun-won intenta crear un confuso mundo de "pathos", revelando los atributos fatales de la experiencia humana. Sus trabajos cortos, tales como El Viejo Alfarero (1950), Almas Perdidas (1958) y Chaparrón (1959) son claros ejemplos de esta tendencia.
Pero, ¿qué queda cuando eliminamos los elementos temporales e históricos de la experiencia humana? Un mundo desnudo. Un mundo de instintos e intuición. Es por esto que tantos personajes de Hwang, especialmente en sus cuentos, no tienen educación en la forma del mundo moderno, son proscritos o niños inocentes. Están enraizados en un mundo primitivo virgen de cualquier conciencia de valores racionales o morales.
El instinto y la intuición son ciegos. Ellos funcionan de forma similar al caos, donde bueno y malo, belleza y fealdad están sin diferenciar. Los personajes de Hwang existen en un estado primitivo donde no hay conciencia del valor. Y a pesar de ello, siempre los trata con calidez.
¿Por qué? Porque la perspectiva de Hwang sobre el mundo es profundamente positiva. Él confía en el instinto y la intuición humanos. Esta confianza es el elemento fundamental del mundo literario de Hwang Sun-won, un elemento evidente en el idealismo y optimismo de sus primeros poemas.
La confianza de Hwang en el instinto e intuición humanos también encierra una profunda reverencia por todos los seres vivientes. Este respeto por la naturaleza se refleja en su descripción de una gran variedad de animales salvajes en todo su trabajo, particularmente en sus cuentos. Como personajes centrales aparecen perros y caballos. Las grullas son mucho más que símbolos. Los lobos conjuran imágenes humanas.
El trabajo de Hwang también refleja una profunda fusión con un sentimiento de la belleza propio coreano. En verdad, la búsqueda de la belleza coreana se sitúa en el centro de su atención como escritor de cuentos. Esto es más obvio en su búsqueda de un modelo de la femineidad coreana.
Por supuesto, en los trabajos de Hwang la mujer coreana no es ni una figura puramente abstracta ni un modelo de un período o circunstancia histórica particular. Ella está desnuda de toda condición histórica externa. Quizá no seamos capaces de hallarla entre nosotros hoy en día, pero está ahí, viviendo y respirando en el corazón del pueblo coreano: una mujer cargada de han, el desgarrador deseo y desesperanza tan importante para el pueblo coreano. Komnyo en Ella Vive con las Estrellas, Suni en Almas Perdidas y Ojangnyo en Descendientes de Caín son ejemplos del modelo de Hwang de la mujer coreana.
Estos personajes femeninos tipifican la joven viuda luchando con la soledad de amor, un tema central en la literatura coreana desde "Chongupsa", la canción triste de la mujer de un vendedor ambulante de la era Paekche (18 a.C-660 d.C.) esperando a su marido. La vida de Komnyo está repleta de desprecio y traición, a Ojangnyo nunca se le permite expresar su amor. y Suni termina suicidándose. El amor que sienten estas mujeres no es el amor realista que conocemos hoy; es un amor poético con una fuerte relación con el pasado, un amor de recuerdos. Estas tres mujeres son retratos poéticos de la femineidad, imágenes idealizadas de jóvenes mujeres sin nada.
A la Búsqueda de la Belleza Coreana y los Principios Morales Modernos
Las novelas Ella Vive con las Estrellas y Descendientes de Caín, como ocurre con muchos de sus cuentos, son, en realidad más líricas que narrativas. De hecho, la narrativa de Ella Vive con las Estrellas es tan débil como para socavar el desarrollo dramático necesario para una novela. La novela es rica en "coreanidad" y lirismo, pero carece de la acción dramática necesaria para unir sus distintos elementos en una secuencia. Uno se queda con la impresión de que el autor ha unido varios cuentos.
Por ejemplo, el personaje principal, Komnyo es, tomando prestado una expresión de E. M. Foster, un carácter plano que carece de la versatilidad necesaria para responder a un entorno que cambia rápidamente. Como muchas de las heroínas en las historias cortas de Hwang, Komnyo es la mujer típica coreana, una figura pasiva que se encierra dentro de su destino antes que avanzar para encontrarse con su destino cara a cara. Komnyo nunca cambia a pesar de los innumerables horrores que experimenta durante los oscuros días del período colonial japonés. Siempre dulce, cálida y necia, Komnyo tipifica la mujer retratada en los cuentos de Hwang Sun-won.
Ojangnyo, el personaje principal femenino en Descendientes de Caín, proviene del mismo patrón que Komnyo, pero la novela es mucho más eficaz que Ella Vive con las Estrellas De hecho, el poderoso retrato que Hwang hace de Ojangnyo como el prototipo de la mujer coreana es lo que hace que esta obra sea un éxito. Esto no quiere decir, sin embargo, que Descendientes de Caín no tenga sus defectos. Ojangnyo, como Komnyo, tiende a ser otro "personaje plano", mejor adaptado para la poesía lírica que para el mundo de la prosa.
Ambientada en Corea del Norte tras la liberación del dominio japonés en 1945, Descendientes de Caín es una de las novelas más realistas de Hwang. Las experiencias del personaje principal, Pak Hun, ilustran cómo era la vida para los intelectuales en este difícil período. Sólo este aspecto hace que Descendientes de Caín esté mucho más cerca de lo que esperamos de una novela larga que Ella Vive con las Estrellas. No obstante, el interés del lector no se centra en el retrato crítico que hace Hwang de la vida en Corea del Norte durante ese período o las preocupaciones de Pak, el joven intelectual, como en la primitiva vitalidad de Ojangnyo, que está totalmente separada de estos elementos externos. En realidad, el personaje principal, Pak Hun, se ve ensombrecido por la poderosa vitalidad de Ojangnyo. La historia la conocemos a través de los ojos de Pak. Ojangnyo no es más que el objeto de sus pálidas introspecciones, y, sin embargo, ella es la que captura el interés del lector. Hwang ha creado la mujer coreana consumada en Ojangnyo.
En sus últimas novelas, Hwang comienza gradualmente a expandir el alcance de su prosa. Injertos Humanos cuenta la historia de los huérfanos de guerra olvidados por la sociedad. Árboles en un Acantilado, El Sol y la Luna y El Castillo Móvil consideran la alienación, destino, y los problemas fundamentales de la existencia humana a través de mecanismos experimentales. A través de estas novelas, sin embargo, Hwang siempre se centra en dos temas: el retrato de una vileza típicamente coreana ambientada frente al decorado de las costumbres folklóricas locales y un estilo de vida tradicional, y la investigación de las relaciones humanas o la soledad en el contexto de la sociedad moderna. Es decir, Hwang siempre persigue una belleza típicamente coreana y la ética en la sociedad moderna. Estos dos valores, sin embargo, no son particularmente complementarios. En realidad, uno ha sido desarrollado con la exclusión del otro. Esto es un defecto, no sólo de la obra de Hwang Sun-won sino de la novela coreana moderna en general. El Castillo Móvil puede ser considerado como un intento de explorar la posibilidad de desarrollar ambos elementos en yuxtaposición. Hwang emplea recursos de montaje en esta novela, trasladándose de escena en escena como una cámara, yuxtaponiendo las vidas de tres intelectuales modernos en un retrato de la conciencia coreana de hoy.
Un pueblo aislado en la montaña, en esta edición de Coreana, fue publicada en 1952 y refleja la confianza de Hwang Sun-won en el instinto y la intuición humanos y su reverencia por la naturaleza y la vida humana. Una relación sobrehumana se desarrolla entre Vieja Espiga y el amigo que aparece inesperadamente en la villa. Según se desarrolla la historia tras la muerte de Vieja Espiga a manos de su infiel joven mujer, el lector aprecia la reverencia del autor por el misterio de la vida. ♦
Tomado de la revista Koreana. tomo 4, número 4. Invierno 1993.
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