Estimados Amigos
Hoy compartimos con ustedes un texto extraído de la desaparecida revista Nostromo. Esta fue la única publicación de alcance nacional dedicada a la divulgación de la Ciencia Ficción y Fantasía que fue elaborada por un equipo de artistas literarios y gráficos conocedores del discurso propio de los géneros ya mencionados, así como los temas relacionados con dichas materias.
La revista circuló en Valencia, Maracay, Barquisimeto, Caracas y Maracaibo, con una periocidad bimestral durante un año alcanzando los 6 numeros. Tuvo un tiraje de mil ejemplares.
En la medida de nuestras posibilidades daremos a conocer por medio de este blog el trabajo realizado por esta publicación.
Deseamos disfruten de la entrada.
Atentamente
La Gerencia
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por Yilly Arana
«Cuando hoy se lleva el pensamiento único, el tragarse las noticias de los telenoticieros sin cuestionárselas y el pensar que no hay más que un posible sistema económico y social viable; que alguien a través de la literatura se cuestione otras opciones, sea capaz de soñar con alternativas, de concebir mundos de otra manera, es algo peligroso para los intereses de unos cuantos».
Portada del número 6 de Nostromo de donde fue extraído este texto |
Casi siempre, los aficionados a la Ciencia
Ficción (CF) debemos soportar las opiniones, las más de las veces infundadas,
de los «sesudos» críticos y detractores del género, acerca del supuesto
carácter escapista de éste. A menudo, también somos confundidos con aquellos
«contactados» con alienígenas y cazadores de fantasmas y espantos varios, sólo
porque en los comienzos de la industria de las publicaciones populares, en los
años 30 del Siglo XX, las revistas que daban cabida a este tipo de literatura
mostraban casi siempre en sus portadas enormes monstruos de ojos saltones y
tipos con escafandras espaciales. Aún hoy, en muchas librerías, algunas con
fama de especialistas, regularmente cuando se pregunta por libros de Ciencia
Ficción se nos muestran los estantes con obras de Esoterismo o, peor aún, los
libros de J. J. Benítez.
A veces, también se les cataloga de libros
«raros» y sus lectores pasamos por ser personas con «ideas raras». También
existen quienes les restan importancia con el prejuicio de que la Ciencia
Ficción sólo puede ser presentada con irresponsabilidad, a la ligera, ya que en
definitiva se trata -según ellos- de situaciones fantásticas; sin ninguna
relación con la «realidad». Nada es menos cierto.
Páginas 16 y 17 de la revista Nostromo número 6 donde fue publicada este artículo |
Después de décadas de menosprecio, la CF empieza
a encontrar un hueco en la televisión, el cine y las revistas literarias. Sin
embargo, ¿Qué CF es la que lo hace? Aquella que puede ser fácilmente digerida
por el público, aquella que es de lo más simple posible. La CF que ha sido
desactivada de su posible contenido provocador, removedor de conciencias,
inquietante. En definitiva, aquella que es un remedo de la verdadera CF Una
Ciencia ficción «light», cuyo atractivo para el gran público es la
proliferación de efectos especiales muchas veces injustificados.
¿No constituye acaso una prueba suficiente de
esta situación el trato que han merecido, de parte de la crítica «oficial», las
películas más serias de CF estrenadas en la década de los noventa?
Días extraños (Strange Days, 1995), Gattaca (Gattaca,
Experimento Genético, 1997) o Ciudad en Tinieblas (Dark City, 1998)
fueron dejadas de lado, olímpicamente, por los mismos medios o críticos que a
cambio destacaron el humor de la obra de Ed Wood o la «deliciosa ingenuidad» de
Kubrick y Spielberg en Inteligencia Artificial (A. I., Artificial
Intelligence, 2001) . Incluso esos mismos críticos alaban la ligereza con la
que se desarrollaba la esperpéntica La Amenaza Fantasma, el cacareado Episodio
I de Star Wars. Y tampoco es cuestión de ser extremistas: soy
perfectamente capaz de leerme una novela de Jack Vance o de ver un episodio de
Espacio 1999 tomándome unas cervezas y carcajeándome de lo lindo con los
amigotes. Pero cuando, como escuché el otro día durante el estreno de la
reciente versión fílmica de La Máquina del Tiempo (The Time Machine,
2002), un advenedizo aseguraba que semejante relato (que describe nada más y
nada menos que las posibles consecuencias del desarrollo de la sociedad
capitalista hasta sus últimos extremos), debería contener más «humor e
irresponsabilidad», me pongo a considerar qué es lo que va mal y qué
consecuencias nos puede traer tanta incomprensión.
Una de
las cosas que pueden estar funcionando de mala manera es la preeminencia en la
imagen externa del género de la Ciencia Ficción de sus fenómenos masmediáticos
y, por qué no decirlo, más decididamente freaks. Evidentemente, no se trata de
agrupar a todos los trekkies, valeranos, starwarsfanáticos y demás componentes
de la alegre multitud para esconderlos en una cueva. El esfuerzo debe
realizarse por otro lado, con productos serios. Sin embargo, hay oirá
complicación más de la cual no creo que el género sea responsable. Pareciera
que, en el fondo, y a riesgo de sonar paranoico, sí que es muy posible que allá
fuera nos tengan un poquito de manía. Pero no por las razones que muchos
alegan: «viven leyendo cosas raras y creen en marcianitos»; sino por otra bien
distinta; por el potencial subversivo que existe en el género. Cuando hoy se
lleva el pensamiento único, el tragarse las noticias del telediario sin
cuestionárselas y el pensar que no hay más que un posible sistema económico y
social viable, que alguien a través de la literatura se cuestione otras opciones,
sea capaz de soñar con alternativas, de concebir mundos de otra manera, es algo
peligroso para los intereses de unos cuantos.
La C.F. no es, en sí, un género político; pero
sus antecedentes sí que lo son: Tomás Moro en su célebre obra «Utopía» soñó un
Estado más justo; Jonathan Swift, en los «Viajes de Gulliver» destilando ironía
corrosiva parodió estructuras sociales que empezaban a apestar a cadáver
medieval y el inglés H.G. Wells, con sus ideas socialistas y sus denuncias a la
guerra colonialista y de explotación, magníficamente reflejada en «La Guerra de
los Mundos» plasmó a los marcianos desolando al planeta Tierra y exterminando a
los humanos con la misma tranquilidad conque los Europeos expoliaban el
continente Africano y a sus habitantes. Estos y otros autores, son tomados por
muchos como escritores de relatos «escapistas». Quizás esta sea la versión que
más conviene a los intereses de unos cuantos: que a estos autores se les tome
en broma, que no se preste atención a su mensaje de hondo contenido humanista.
Tal vez, lo que en definitiva beneficie a esos mismos intereses sea que la
única respuesta actual al pensamiento único, sea un movimiento
«antiglobalización», supuestamente contestatario; pero en el fondo vacío de
ideas serias que sustenten su postura pretendidamente ecuménica.
Un posible combatiente tecnológico del fututo. Ilustración de Yilly Arana |
La buena ciencia ficción es seria. Y bastante. Hace gala de un marcado acento progresista cuando muestra y denuncia, a través de las parábolas de sus mundos y de los personajes y situaciones recreadas, los peligros inherentes al conformismo, al dogmatismo, a la automatización y al encorsetamiento de la infinita capacidad de soñar del ser humano en moldes estrechos. Cuando la buena Ciencia Ficción se atreve a extrapolar las consecuencias de lo imposible, revela su incontestable vocación de despertar conciencias con el objetivo de emancipar al hombre de sus miserias.
Lo que ocurre con aquellos que niegan tales características a la literatura de Ciencia Ficción, es que seguramente consideran que no es nada recomendable para el "status quo" que existan lectores para Los desposeídos de Ursula K. Le Guin, Todos sobre Zanzíbar de John Brunner, 334 de Thomas Dish o Incordie a Jack Barron de Norman Spinrad, entre otros. Estos son libros que pueden impulsar a pensar de formas diferentes a las publicitadas, tanto por los verborreicos "informadores" de la radio y la T.V. como por los dictadores del estilo de vida que se presentan como única opción deseable en telenovelas y en las revistas de moda.
Todo sobre Zanzibar de John Brunner |
Sólo por si acaso... ¿Por qué no intentamos extender por nuestra cuenta esas preciadas semillas de la duda?
Con esta nueva sección pretendo ir comentando a partir de el presente
número, muy someramente, algunos de los libros con las ideas -a mi humilde
criterio- más atrayentes. Se escuchan sugerencias, siempre para lograr una
mejor cosecha...
Ciryl M. Kornbluth. Imagen tomado de la página 18 de la revista Nostromo número 6 |
Luego del derrumbe
de los sistemas económicos y de gobierno de todo el mundo ocasionado por el
peso de su propia injusticia y de la ciega burocracia que generaron, todos los
países civilizados se sumieron en el salvajismo. Todos excepto E.E.U.U. donde
la poderosa organización mañosa del Síndico cubre cualquier necesidad humana
(protección social, sanidad, alimentación, empleo, juegos de azar...) a precios
que cualquiera puede pagar y en el marco de una sociedad libre y abierta. Se
trata, pues, del mejor de los mundos posibles, casi una utopía. Pero, de
pronto, las sombrías fuerzas del Gobierno de los Estados Unidos, ya derrotadas
una vez, comienzan a emerger...
Ray Bradbury. Imagen tomado de la página 18 de la revista Nostromo número 6 |
Crónicas Marcianas. Ray Bradbury. 1950. Edición en español por Minotauro. 1951,
reeditada posteriormente por Edhasa a partir de 1975, Minotauro nuevamente en 2000.
Tema central: la colonización de
Marte por los humanos a finales del siglo XX.
Narrada en forma de relatos cortos interrelacionados, nos muestra
viñetas de las primeras colonias. En realidad, se trata de un tratamiento casi poético
de la forma habitual de colonización de la especie terrestre: el desprecio de
la cultura conquistada, incorporando a ella los propios prejuicios.
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Y como obsequio el recortable de C3PO que venía con la Revista Nostromo:
Estas son las instrucciones de armado del títere |
Y aquí la imagen para recortar:
Esperamos que disfruten del ensamblaje de su droide y que la fuerza los acompañe.
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Yilly Arana |
Yilly Arana. Abogado egresado de la Universidad de Carabobo. Perteneció a las redacción de las revistas Nostromo y Ojos de Perro Azul. Escritor que cultiva con frecuencia los géneros del cuento y del ensayo. También se desempeña como dibujante e historietista. La mayoría de sus trabajos fueron publicados en las ya mencionadas revistas. Es coautor de la Antología Terrorista del Grupo Li Po publicada en el año 200 por la editorial El perro y la rana.
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