miércoles, 2 de enero de 2019

MILAGRO HAACK: «LA POESÍA NO ES DÉBIL, ES PERENNE»






Milagro Haack es una poeta, ensayista, artista visual y promotora cultural venezolana. Su labor poética ha sido merecedora de distinciones y reconocimientos. Su voz poética representa una de las voces de ineludible lectura dentro el panorama de la poesía venezolana. Esta conversación revela su definición personal de la poesía, su encuentro con el poema, su proceso creativo y la evolución de su escritura a través del tiempo.

¿Qué es para Milagro Haack la poesía?

La poesía es mi el enlace con la vida, con el infinito. La poesía, es lo invisible de ese más allá que no podemos eludir.

Para Gibran «Un poeta es un rey destronado», para Huidobro «El poeta es un pequeño Dios». ¿La poesía es potencia? ¿La poesía es debilidad?

Cada instante es un tiempo vivido. Hay estelas de un dios o un rey, eso es el círculo de andar todos. Siento lo humano permanente. La poesía es energía vital, es la debilidad de lo humano, porque no es inmortal, más ella, la poesía no es débil, es perenne, así lo siento.

¿Recuerda su primer contacto con la poesía? ¿Cuál fue el detonante que la llevó a escribir un poema?

Recuerdo que desde muy niña leía en la casa a mi abuela paterna los poetas del siglo de oro español, era una costumbre leer o escuchar a otros leyendo. Sin embargo, hay un instante que no dejo a un lado. Fue cuando descubrí una antología de Poetas de Latinoamericanos, en una venta de libros usados cuando caminaba hacia la Escuela de Arte Arturo Michelena en Valencia, muy cerca del colegio donde estudiaba. Fue un gran encuentro con Borges, Girondo, Huidrobo, Vallejo, Neruda, Paz, Lezama Lima, entre otros. Un infinito librito muy usado que aún conservo.


Escuela de artes Arturo Michelena.Foto: Cortesía de Geczain Tovar

La escritura de un texto, me llegó junto a mi deseo de danzar, la cual realicé por un buen tiempo. Con el dibujo, que aún me acompaña. El teatro que lo disfruto. Dentro de la música, que sólo pude tocar la armónica, malamente. Pero sólo me llega esa anécdota del recuerdo. Lo demás, es una gran reunión de espacios hasta este hoy. Sé que escribía algunos textos en unos cuadernos negros, los guardaba en una caja decorada con conchas de mar debajo de mi cama. Lo mismo hago en este momento, pero los reúno en una gran caja que se llama la nube. Me atrae conservar algunos para el reencuentro.

A la hora de escribir un poema ¿La poesía surge como un rayo intempestivo? ¿Surge tras un deliberado proceso metódico?

Hago un boceto, luego le doy forma hasta llegar al núcleo de su esencia, por último le coloco el marco. Todo es un proceso, se va dando solo, no presiono la escritura, salta, se apodera del espacio donde veo mi propio patio, veo el Cerro de Café trayéndome palabras que se enredan entre las cepas de los pinos de todo el Universo. Eso siento. Escribo en una casa desde la infancia.

Paul Valery dijo «Un poema nunca se termina, sólo se abandona». ¿Cuándo siente que un poema está terminado?

Todo fluye, todo está en movimiento, uno se desprende, igual sigue la duda con el otro texto que toca la puerta.

¿Qué tiene que tener un poema para ser un buen poema?

Eso se le pregunta a un lector. Como lector, le puedo decir, que es un estruendo dentro del mismo estruendo. Vida, ese más allá que maravilla. Aun así, hay que temer de los gustos cuando se es lector. Es un hecho único, el hallazgo infinito con un ser leído.

¿Siente que su poesía ha se ha transformado? ¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a lo largo de los años?

Podría decir que sí. Todo cambia, todo gira y vuelve al inicio. Sin embargo, ese inicio es como el río de Heráclito. No es el mismo espacio donde se inició “Puertas que no me pertenecen”, a otro contorno con “a la sombra de un río”, no es el mismo respiro, cuando voy anudando “redonda en su silencio” por este hoy, alargándose a un presente futuro tejido de otro intervalo al obsequiarme este título. “Mar no amanecido” hermoso título, es un regalo; así mismo, sólo los hilos tendrán el mismo color, la alfombra será otra. Nada es premeditado, sólo fluye. En eso me manifiesto, más la voz tiene un mismo tono, pero se trasmuta por la época.

Además de poeta también es artista visual. ¿Para usted qué relación existe entre el arte y la poesía?

Es un pacto entre las artes. En la poesía hay música en la música hay poesía. Es imagen, trazo como en el dibujo. Es espacio, masa, volumen como la danza, la danza es poesía de gran altura. Soy una gran apasionada de la fusión de las artes.
¿Qué palabras compartiría con un joven que se inicia en el camino de la poesía?

Seguir su voz, dentro del universo, porque somos parte de él. Cultivar, educar la creatividad como lo realza el duende de García Lorca “que rechaza toda la dulce geometría aprendida, que rompe los estilos”. Ser un lector, observador de su entorno, el de la época como ser humano participante. Cuando digo lector, es atrapar cada instante en cualquier manifestación artística, así sea, de una dada por la natura. No caer en gustos, hay que ser amplio en una lectura, lo demás viene de la mano del relámpago.

Tomado de Liberoamerica


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