El hijo del Santo, el enmascarado de plata. Imagen tomada de Algarabía. |
16 de julio
Nosotros también admirábamos al Santo de México. Su verdadero rostro: el de un hombre sereno y amable. Repito hoy este texto para rendir homenaje a un personaje inolvidable de nuestra niñez. También es un homenaje a Carlos Zerpa, quien ha pintado a estos luchadores.
Zerpa junto a uno de sus mitos más apreciados: El Santo. Imagen tomada de Carlos Zerpa. |
LA MÁSCARA DE PLATA
Santo, el Enmascarado de Plata. Imagen tomada de Cultura colectiva. |
Hace mucho tiempo, Santo, el Enmascarado de Plata, estuvo a punto de morir. Se quedó colgado de una rama, al borde de un barranco en cuyo fondo siempre era de noche.
Portada de la primera historieta del Santo en 1952. Imagen tomada de Kingdom Comics. |
Un demonio con fauces de lobo y mirada de vampiro trató de reventar la rama, pero en ese instante apareció Kira, la bruja que amaba a Santo. Kira espantó al monstruo con un hechizo, salvando una vez más a un hombre tan misterioso como ella.
La maga blanca Kyra y el Santo.Imagen tomada de Kingdom Comics. |
Cuando lo bautizaron como Santo, el Enmascarado de Plata, simplemente quisieron decir que usaba una máscara plateada, pero en la creencia de sus admiradores aquel personaje era una especie de santo bañado en plata, un hombre bueno que se había disfrazado para pelear contra el mal.
Santo y Blue Demon. |
Ese curioso tipo de máscara que usaron él y otros luchadores como el Médico Asesino, Black Shadow y Blue Demon, se volvió tan simbólica en México, que muchos mexicanos humildes o sencillos se la ponen sin necesidad de explicar por qué lo hacen.
Blue Demon y el Santo con capas. |
Hace un tiempo, en una revista, mostraron fotografías de una señora lavando ropa, que usaba una máscara de esas y de un médico enmascarado que asistía al nacimiento de un niño. La madre, el niño y el médico se veían de lo más normales.
Las momias de Guanajuato.
Santo andaba muy tranquilo por la calle, vestido con un flux gris, y se detenía en todas partes porque la gente le preguntaba cotidianidades y le pedía autógrafos, mientras él compraba verduras, frutas, pan y todas esas cosas, como cualquier persona. Siempre llevaba la máscara puesta y ningún policía lo detenía para pedirle documentos de identidad. Más bien los policías lo saludaban con admiración “¡quihubo, Santo¡”.
Santo.Viñeta. Imagen tomada de Pepines. |
En los años cincuenta, la felicidad de un niño latinoamericano consistía en quedarse a solas leyendo suplementos con las aventuras de Santo, el Enmascarado de Plata. Eran suplementos realizados con escenas fotografiadas, como si se tratara de una televisión en papel. La verdad es que Santo no se veía tan musculoso como los luchadores o los atletas de la actualidad, inclusive, parecía un gordito que metía la barriga, pero a la hora de pelear daba unos saltos espectaculares y sabía aplicar llaves que provocaban la rendición de cualquier villano.
Santo y Blue Demon contra los monstruos.
Era el luchador más popular de México y por lo tanto de América Latina. Y no sólo se enfrentaba a los luchadores de mayor rudeza: también en el escenario de los suplementos luchaba contra las fuerzas malignas, incluyendo a una serie de terroríficos personajes del más allá, aunque en este tipo de eventos siempre contaba con la ayuda de Kira.
Santo. Imagen tomada de Cultura colectiva. |
Ella aparecía en los momentos apacibles como una mujer hermosa, pero cuando la situación se ponía peliaguda se transformaba en una anciana cargada de magia, que tenía todo el aspecto de haber cumplido doscientos años. Santo la besaba de todas maneras, porque él pensaba que era un disfraz de Kira, aunque lo más probable es que la super anciana se convirtiera en muchacha bonita para que no le recordaran la edad.
Santo y el tesoro de Drácula.
Lo cierto es que la lucha libre se convirtió en un espectáculo atractivo y multimillonario de la televisión, gracias a la pasión que los mexicanos desataron con sus personajes. Y en esa cúspide, siempre estará de primero Santo, el Enmascarado de Plata.
Santo.Viñeta. Imagen tomada de Pepines. |
Para aquellos días, hace más de medio siglo, usaban los mismos recursos que siguen utilizando los luchadores rudos o "sucios".
Santo y Blue Demon contra Drácula y el hombre lobo.
Llamaban “blade” a la hojilla de afeitar que escondían pegada con adhesivo en una de las muñecas. Con esa hojilla se hacían cortes en la frente para sangrar de verdad. Nada de ponerse jugo de tomate. Algunos luchadores se mataron al caer sobre las sillas metálicas del público y se han seguido aporreando con ellas. La lucha libre es mentira y es verdad, como las artes escénicas, y por eso es que sigue atrapando fanáticos y en Estados Unidos es una industria tan grande que hasta venden muñecos de los luchadores más populares.
Pero ningún luchador ha sido como Santo, el Enmascarado de Plata. En una revista mexicana del año 1984, se reseñaba que el 5 de febrero de ese año había muerto el incansable protagonista. Se decía que un hijo suyo continuaría usando la noble máscara. El hijo del Santo. Ahí estaban todos sus amigos en el entierro del hombre. En el ataúd descansaba un difunto con su máscara plateada. No había rostro visible, tenían que decir, lógicamente, que parecía dormido, que su cara no había cambiado. Pero a quienes no lo sabían, le revelaron su verdadero nombre: se llamaba Rodolfo Guzmán Huerta.
-Rodolfo era buen padre.
-Buen hijo.
-Buen esposo.
-Rodolfo era un magnífico luchador…
Todo eso y más comentaban. Flotaba como un elemento raro el hecho de que lo llamaran Rodolfo. Y en una de las tantas fotos que tomaron en Mausoleos del Ángel, se hallaban entristecidos todos los luchadores con sus máscaras y los que no usaban máscaras también exponían variados gestos de dolor.
Inclusive, circuló la especie de que una mujer bellísima, vestida de blanco, observó el sepelio desde lejos. No explicaron cómo se percataron de tal belleza si se mantuvo tan distante, unas quinientas tumbas más allá.
Imagen tomada de Kingdom Comics. |
Muchos luchadores aseguraron que se trataba de Kira, pero no faltó un destroza ilusiones argumentando que Kira sólo fue un personaje ficticio, pura fantasía.
Santo.Viñeta. Imagen tomada de Pepines. |
Nada más injusto que aquello de calificar como ficticia a la dama que lo salvó tantas veces. Si la visitante del cementerio era Kira, su magia no la salvó de llorar desconsoladamente, quinientas tumbas más allá, al enterarse de que Santo, el enmascarado de plata, se llamaba Rodolfo Guzmán Huerta y era un hombre de su casa.
José G. Cruz. Creador de las aventuras del Santo. |
Si la bella Kira estuvo allí, su corazón se habrá agrietado un poco más al saber que la esposa de Santo, el enmascarado de plata, fue la única mujer que pudo verle el rostro, de pasadita, en una de esas noches apasionadas.
Imagen tomada de Kingdom Comics. |
Santo vs. la Hija de Frankenstein (1972) | Santo enmascarado de plata
Carteles de las películas del Santo. Imagen tomada de Paredro |
José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne |
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