La Plataforma de Cine y Medios Audiovisuales del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, estrenó el pasado 28 de enero la primera película nacional de 2011 titulada “El Chico que miente”, dirigida por Marité Ugas.
La directora peruana Marité Ugás, describe la historia como un viaje de un adolescente de 13 años por las costas de Venezuela, que intenta reorganizar el rompecabeza de su pasado; él siendo un niño vivió en la zona que fue afectada por el deslave de Vargas, y siempre pensó que allí había perdido a su madre; así que decide emprender un viaje para así poder responder las interrogantes que siempre ha tenido, y de esta manera chequear cuál es la verdad que le han estado escondiendo.
Esta película se caracteriza por ser un “Road Movie” o película de carretera, que además de recorrer grandes territorios, “también es posible recorrerse a uno mismo”, asegura la directora, quien afirma que este largometraje dejará una reflexión en los espectadores.
- Esta historia es contada desde la perspectiva de un niño, ¿Por qué?
- Lo que quiero es que el espectador vaya de la mano con este personaje. Para mí, los chicos no son nada tiernos sino monstruosos, y dentro de esos niveles de monstruosidad, de felicidad, o maldad extrema, tienen una característica fundamental, y es que todavía no han sido tan golpeados por la vida, no están tan llenos de prejuicios como los adultos. Y todo eso me interesaba en este recorrido.
- Dices que querías hacer una historia de viajes, ¿Es así como nace está película?
- Quería hacer una historia de viajes. El guión comenzó a escribirse precisamente en una travesía, en la que me acompañó Mariana Rondón, la que sería la co-guionista de la película. Fue en esa aventura incesante de la búsqueda de las locaciones y el espacio para la escritura, donde surgió el guión. Muchas de esas historias que están contadas en esta narración, nos las encontramos en este recorrido.
La directora peruana Marité Ugás, describe la historia como un viaje de un adolescente de 13 años por las costas de Venezuela, que intenta reorganizar el rompecabeza de su pasado; él siendo un niño vivió en la zona que fue afectada por el deslave de Vargas, y siempre pensó que allí había perdido a su madre; así que decide emprender un viaje para así poder responder las interrogantes que siempre ha tenido, y de esta manera chequear cuál es la verdad que le han estado escondiendo.
Esta película se caracteriza por ser un “Road Movie” o película de carretera, que además de recorrer grandes territorios, “también es posible recorrerse a uno mismo”, asegura la directora, quien afirma que este largometraje dejará una reflexión en los espectadores.
- Esta historia es contada desde la perspectiva de un niño, ¿Por qué?
- Lo que quiero es que el espectador vaya de la mano con este personaje. Para mí, los chicos no son nada tiernos sino monstruosos, y dentro de esos niveles de monstruosidad, de felicidad, o maldad extrema, tienen una característica fundamental, y es que todavía no han sido tan golpeados por la vida, no están tan llenos de prejuicios como los adultos. Y todo eso me interesaba en este recorrido.
- Dices que querías hacer una historia de viajes, ¿Es así como nace está película?
- Quería hacer una historia de viajes. El guión comenzó a escribirse precisamente en una travesía, en la que me acompañó Mariana Rondón, la que sería la co-guionista de la película. Fue en esa aventura incesante de la búsqueda de las locaciones y el espacio para la escritura, donde surgió el guión. Muchas de esas historias que están contadas en esta narración, nos las encontramos en este recorrido.
- ¿Anécdotas del viaje?
- Durante el recorrido hallé una de las imágenes de profunda tristeza, al encontrarme en medio de un cortejo fúnebre donde los deudores eran una persona mayor y un niño. No se miraban entre ellos, estaban quietos, casi ni parpadeaban; eso lo capté y lo quise proyectar.
- ¿En que lugar comienza ésta historia?
- En Campo Santo de los corales en Vargas, es el punto de partida donde este chico comienza su travesía, luego continúa alrededor de las costas de Venezuela, hasta llegar a la Península de Paraguaná.
- ¿El proceso de producción y rodaje cuánto duró?
- Obtuvimos la aprobación de la participación financiera del CNAC y de Ibermedia a principios del 2008, tomándonos todo ese año montar la película, y comenzamos el rodaje a principios del año siguiente. Para mí que el tiempo que se debe llevar la post producción y producción de una buena cinta puede ser 2 años. Veo con admiración a esas personas que lo logran en un menor tiempo, pero a mí me gusta tomarme el tiempo que necesite en la edición, esa es mi manera de trabajar.
- ¿Cómo fue el proceso de casting para conseguir a Iker Fernández y los demás personajes?
- Fue un reto muy grande, porque necesitábamos encontrar un chico de 13 años con la madurez suficiente para soportar una película de 90 minutos sobre sus hombros; los actores eran tanto profesionales como no profesionales.
Algunas de las directrices que queríamos, era que este chico no debía tener experiencia previa en la actuación sino que fuera guiado por nuestras manos. Asimismo que le gustara jugar, porque a fin de cuentas actuar es un juego. Beto Benites el director de casting comenzó a buscar en las escuelas, espacios deportivos y dentro del material recopilado estaba Iker, que además de la mirada, dio una respuesta muy particular.
Durante la prueba, el director de casting le preguntó: ¿Tú has mentido?
Y la respuesta normal de un niño era, “No, no, yo no he mentido”, pero Iker respondió que sí.
Luego Beto le repregunta: ¿Y para qué mientes?
Su respuesta, después de un lapso de reflexión, mirando la cámara dijo: Para sobrevivir...
Esta respuesta le dio una dimensión al personaje que estábamos buscando y al mismo tiempo estaba tocando una fibra fundamental en él, que queríamos que interpretara.
- Luego de tres meses de ejercicios de actuación decidieron que este adolescente tenía el talento para protagonizar “El chico que miente”. ¿Qué se siente tener la responsabilidad de ser el primer estreno del 2011 y coincidir con la fecha en que se celebran los 114 años del Día Nacional del Cine?
- Me gusta arrancar con un año que le precede un buen tiempo de cintas nacionales, y que además haya sido invitada al Festival de Berlín, lo que hace de todo esto una responsabilidad más grade y un gran honor.
- La Berlinale es una súper plataforma de lanzamiento para “El Chico que miente”, ¿Cuál fue la reacción ante esta noticia?
- Recibir una noticia como la de nuestra participación en la Berlinale, genera una gran emoción, es una súper noticia, porque es una de las plataformas más importantes del cine universal, y estar allí me llena de expectativas, de nervios, y mucha felicidad.
- ¿Qué piensas sobre cómo va el cine nacional, y el apoyo que le han prestado las instituciones gubernamentales para impulsarlo?
- Este tremendo éxito que ha tenido el cine venezolano en el 2010 no es algo que se da con el sonar de los dedos, ni se hace aparecer por arte de magia, sino que es un trabajo del gremio de cineastas que desde hace años vienen luchando por una ley de cine que finalmente tenemos, ganándose los espacios para exhibir y difundir nuestro material.
En Venezuela tenemos una Ley de Cine que muchos otros países nos envidian. Ahora los venezolanos ven este arte como un hecho cultural para la conservación de la memoria histórica de una nación. No es que antes eran malas y ahora son buenas, es que antes el espectador no tenía chance de conocer su cine.
- ¿Qué tipo de apoyo tuviste?
- Contamos con el apoyo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, el CNAC, el cuál creo que es el músculo más poderoso con el que cuentan los cineastas venezolanos hoy por hoy. Esto de tener un instituto, de verdad abierto a todas las corrientes y propuestas, se convierte en uno de los lugares donde puedes sentarte y discutir en armonía y objetivamente, lo cual creo que es lo mejor para el cine nacional.
Además el CNAC cuenta con un buen grupo de muchachos que nos apoyan en la promoción de nuestras películas.
“Me dijeron que quedé”
Iker Fernández, protagonista del largometraje, nos relata que fue descubierto jugando fútbol en la escuela; la directora del colegio le comentó sobre un casting, y fue después de recibir el apoyo de su familia, cuando luego de varias pruebas fue seleccionado.
- ¿Qué sentiste cuando finalmente deciden darte la oportunidad?
- Me sentí nervioso pero feliz, porque yo tenía en mente ser actor en algún momento, era algo que quería.
- ¿Y cómo fue el proceso de preparación?
- Primero me enseñaron a proyectar la voz en un escenario, luego vino la práctica para no temerle a la cámara y no me fuese a ver sobre actuado.
- ¿Qué aprendizaje te dejaron tus compañeros de actuación?
- Beatriz Vázquez, Laureano Olivares, y Yugui López, fueron de gran apoyo, me dieron muchos tips que ni imaginaba, cosa que me ayudó muchísimo.
- ¿Qué sientes al saber que la película que protagonizaste va a participar en el Festival de Berlín “La Berlinale”?
- Sentí una emoción muy grande porque Marité y Mariana me comentaron que los festivales de cine más reconocidos en el mundo son Cannes y Berlín, y el hecho de que sin haber sido estrenada esta película, nos den esa oportunidad, es un gran honor.
Para mí la película es excelente, la historia es muy bonita y me gusta mucho el resultado final, todo esto es producto del gran apoyo que me brindaron tanto Mariana como Marité. “El chico que miente” también es un homenaje a la belleza de nuestro país, con el que Marité Ugas pretende no sólo dar a conocer las riquezas naturales con las que cuenta Venezuela, sino llevar un mensaje de reflexión sobre los valores familiares.
En cine nos vemos - El chico que miente - Marité Ugás, 2010
24/06/2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario