martes, 26 de marzo de 2019

"No puedo sentir celos de una nena que empieza": CATHERINE FULOP










CATHERINE FULOP | 13 DE OCTUBRE DE 2002 

"No puedo sentir celos de una nena que empieza"

Por Yumber Vera


Es viernes en La Recoleta, un aristocrático barrio de Buenos Aires. Se acerca el mediodía. Antes de llegar al centro comercial Village, un viejo edificio asoma un cartelito naranja que dice Barcelona. Parece de una galería de arte. Pero se trata de una peluquería. Luego de subir al primer piso, se observa una chimenea y a la derecha un grupo de sillas que miran a la calle. Hay pocos clientes, y retumba en las paredes del departamento una voz alborotadora y medio afónica como consecuencia de la gripe. Finalmente aparece Catherine Fulop o la Fulop, como le dicen los argentinos. A pesar de sus 37 años de edad, el tiempo no pasa para ella. Con sólo mirarla se recapitula inmediatamente cualquier escena de Abigail. Forma parte de nuestro inconsciente colectivo. Mientras le lavan el cabello, pregunta cómo está todo en Venezuela.

–Hace dos años se alejó de la televisión. Ahora que regresa, la revista argentina Caras publicó una entrevista en la que usted dice que quiere distanciarse de las cámaras. ¿No es contradictorio?

–La prensa parece que siempre trata de buscarle las cinco patas al gato. No es que quiera abandonar la televisión. Deseo seguir trabajando. Tengo tres años en los que he estado full. Pero me gustaría estar con mis hijas o visitando a mi familia en Venezuela. Lo que quería decir es que debo tomarme las cosas con tranquilidad. Amo mi profesión.

–En estos momentos participa en una comedia para adolescentes. Dejó el papel de moza, y ahora asumió el rol de mujer madura. Sin embargo, esta misma publicación asegura que se siente perturbada por la presencia de la protagonista juvenil de la serie. ¿Es cierto?

–Cuando una chica joven empieza a tener éxito en la televisión, me preguntan si siento envidia de ella. ¿Cómo me va a molestar? Si yo pasé por ese mismo momento. Estoy feliz de todo lo que he logrado en mi vida. Soy reconocida, mis novelas fueron exitosas, y sigo haciendo papeles notorios. Trato de mantener mi lugar. No puedo sentir celos de una nena que recién empieza. Sólo añoro el momento que está pasando. Porque fue muy lindo cuando entré por primera vez a Radio Caracas Televisión. Era una muchacha con ilusiones y mucha fuerza.




–En Venezuela existe una nueva tendencia de llamar a los actores que tuvieron éxito en la década del ochenta "el primer actor o la primera actriz". ¿Se siente "la primera actriz"?

–Me parece que eso está bueno. Significa que estás aceptando lo que te pasa en la vida. Empecé a hacer de mamá. Ya no cuadro con el chico joven. Estoy harta de estar metida tres horas en la peluquería, de hacerme las uñas y de depilarme. Pero son cosas normales. Sigo teniendo mucha atención con mi cuerpo. Debería ahora también cuidar mi cabeza, y hacer cosas que enriquezcan mi alma

–¿Qué es lo que más extraña de Venezuela?

–Extraño a mi familia. Uno se va acostumbrado, pero el dolor, a medida que pasa el tiempo, es más grande. Nadie entiende qué es un desarraigo hasta que lo vive.






Tomado de El Nacional


Abigail.Catherine Fulop



Catherine Fulop recuerda a "Abigail"






Enlaces relacionados:























































































































Actualizada el 24/03/2024
18/03/2024

lunes, 25 de marzo de 2019

El Círculo de los Tres Soles de Rafael José Muñóz.

Por Alberto Hernández







Crónicas del Olvido

EL CÍRCULO DIFUSO: RAFAEL JOSÉ MUÑOZ


**Alberto Hernández**

En Guanape, Rafael José Muñoz entabló amistad con la muerte. Una interminable conversación con tal señora propició los obituarios a algunos amigos: “Ha muerto cristianamente el señor Jesús Sanoja H.” “Ha muerto cristianamente el señor Juan Liscano Velutini…”, y así hasta él, por eso la muerte no logró sorprenderlo porque ya el pacto había sido realizado.

Al poeta Muñoz lo aporrearon demasiado, le arrancaron pedazos de piel para adornar los brazos de las prostitutas de las dictaduras. Al poeta Muñoz le siguieron los ojos por las calles porque caminaba como bebiendo licores venenosos. Al poeta Muñoz le rompieron los labios porque besaba sólo con silbar. Y así lo hicieron, así lo machacaron contra la corriente de los ríos que vienen de la muerte: “Por aquí va la muerte caminando/ con su pesada carga de cabellos”.

La palabra lo conminó a los abismos. A esa locura que mostraba la luz de la poesía. En la calle lo miraban mal porque “tengo el don de la adivinación. Tengo poderes mentales para detener esa camioneta que no puede golpearme”. Una locura que se traduce en ser distinta a la locura material de sus compatriotas. La guerrilla le enamora con esa cabellera de la década de los sesenta y lo lleva a causar destellos en su casa.

El poeta Rafael José Muñoz, el cómplice de los “3 Soles”, el loco de la palabra envuelto en el círculo del trío de estrellas seculares. Poeta oscuro, difícil y extraviado. Poeta de nadie porque no se pertenece: Nadie tiene una costilla de ángel para atrapar esa demencia, esa divinidad del oleaje. Nadie lo conoce porque él no conoció a nadie. Los satélites lo persignan. Zoroastro lo saca del fondo y lo revienta contra las antiguas rocas de la planicie.

Cuando recogió el barro completo en “El Círculo de los Tres Soles”, con palabras de su amigo Juan Liscano, dijo: “Hoy entrego este libro a la imprenta. Está hecho de visiones. Tocando piedras de iglesias perdidas, lo escribí. El cacho de la vaca, el orín de las estrellas, los chivitos preñados y en cacería, los treinta y siete kilómetros que me separan de Luis Jaramillo, las canéculas del sordo Pérez Marcano, todo eso está allí. Bastaría decir que pelucón, pelucao; pero no; existen otras razones (…) le pediríamos permiso a Machado Zuluaga para ordenar los ojos de una vaca; o trasegaríamos todos los pormenores que exige Remberto. No se puede complacer a todos. Mejor es una pavana para una niña mugrienta”.

Cada sonido en Muñoz es un estruendo interior. Códigos personales con la “vil” intención de que no entendamos, pero también para que entendamos que no entendemos nada, que la poesía es ese misterio que puede llegar como una puñalada a cada hombre, a cada animal alojado en el miedo convertido en solapa. Envuelto por iridiscentes regiones donde la magia y la gnosis copulan sin cesar, Rafael José Muñoz descubrió las profundidades de los horóscopos, acarició con lengua de vacuno los restos del ave fénix de las cartas de navegación de la oscuridad, y se sentó a meditar sobre la existencia de las columnas del esoterismo.

Margulló las manos en la sangre de los asesinos y la hizo ver en las canciones extrañas de la vejiga de una mujer árabe, abrasada de fuegos viscerales.

Ensalmó el lomo de los perros y afirmó con vehemencia que la muerte no existía: “Voy con mis sandalias azules de paseo”, como si nada importara el polvo de los astros que más de una vez se acumuló en sus ojos alucinados.

Sobre el misterioso mago cayeron las lluvias que, repetidas en temporadas, aguaron los corazones de latón. Un día de viaje a lejanías desconocidas, dijo para todos:

En la perola N° 156 de la Historia Universal hay una maraquita que el Niño Jesús le regaló a los Reyes Magos”, y murió por varios años allá en Moscú, donde la locura ligera y atrabiliaria lo recogía de sus tardes opacas. ¡Qué triste ese país y qué triste seguirá siendo!

Cada mirada del poeta, cada letra del hombre, cada grito tras paredes de herrumbre, cada arrechera ontológica, cada lentitud frente a la agresión, cada tortura parado sobre el ring de metal y de espanto…eran un silencio nuevo para reconstruir y jugar con las sombras, porque ya con la muerte la jugada estaba hecha. Y mofó los aguaceros bajo toldos y lamentos de ancianas ociosas, y no vaciló un instante en lanzarle cuchillos y dagas oxidadas para reconciliarse con Juan Bodín, con los albitences, con la luna, con la pradera, con los números arcaicos, con los números primos, con las llagas de Dios, con los temibles calzoncillos de Urano, con todo, porque sabemos que él llevaba todas la desgracias para convertirlas en truenos, dameros, diamantes, perfil de faunos, muerte cadenciosamente sonora. Jugaba también al estruendo.

Y entonces nos enteramos, hace algunos años, de que después de desafiar automóviles, cabillazos, cigarros prendidos en alguna parte sagrada del cuerpo, el poeta Muñoz tomó el camino de ser inmortal porque murió para que nadie tuviese nada ordinario qué decir de sus andanzas por esta tierra, por estas praderas de desprecios.

Desde estos soles materiales que nos miran estar vivos, elevo esta copa de licor para celebrar tu distancia, porque hoy –cualquier día es bueno- me dio la puta gana de volver a tener aquí conmigo –en este espacio de imposibles milagros- la sinrazón de estar ante un texto cerrado como una puerta, por la que muchos no pueden acceder.

(Texto publicado en el libro “Cambio de sombras”, Edición de Sobrevivientes Asociados y Ateneo de Guardatinajas “Soñadores del río Tiznados”, Maracay 2001)








Cargado por Felicita Cartonera Ñembyense






*******

Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989),  Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos.  (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Gallina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés. 

domingo, 24 de marzo de 2019

Los “bolivarófagos” se creen los únicos admiradores del pensamiento bolivariano: JOSÉ LUIS SALCEDO BASTARDO








JOSÉ LUIS SALCEDO BASTARDO | 3 DE MARZO DE 1965 


"Ningún venezolano se siente heredero de Guaicaipuro" 




—Doctor Salcedo: Muchos historiadores dicen que Venezuela es el país donde, sorpresivamente, existe menos culto bolivariano, ¿cierto?

—Sí, estamos en deuda con Bolívar. El culto al Libertador, en Venezuela, es realmente escaso. No creo por lo demás que en otros países de América esté más vivo que el nuestro.


—Pero el pueblo venezolano…


—Es más bien indiferente y un tanto escéptico. Hay pueblos hermanos donde existe una admiración y hasta una devoción sentimental y semi-religiosa por Bolívar. En este sentido, no tenemos “culto” al Libertador. Naturalmente que entre nosotros existen personalidades y hasta instituciones —creo incluso que de buena fe— que se han dedicado a una defensa fanática atacando lo que ellos piensan que rosa o mancilla la memoria del Libertador.


—Lo cual es admirable…


—A mi juicio es una forma elemental y desaconsejable de tratar una realidad histórica, moral y política. A algunas de estas personalidades las llegué a llamar “bolivarófagos” porque devoran a Bolívar estimándose a sí mismos los únicos admiradores del pensamiento bolivariano. Yo siempre he concebido el culto bolivariano de forma diferente. Como antecedentes de mi actitud me atrevería a citar dos nombres: Don Santiago Kev-Ayala en su Vida ejemplar de Simón Bolívar, y otro, el colombiano Indalecio Liébana Aguirre en su Bolívar.


—¿Qué debe ser entonces, para nosotros, el Libertador?

—Yo pienso que un modelo extraordinariamente actual y cuya esencia no requiere ni esa defensa fanática de carácter hasta pretender de impedir el debate o discusión sobre el hombre y su obra, sino que por el contrario admite perfectamente y hasta suscita e invita a la controversia y al debate creador.

—En la práctica: ¿considera un eufemismo político eso de “repúblicas hermanas”?

—No, es auténtico porque nuestra historia es paralela y conjunta. La constitución de nuestros pueblos es prácticamente la misma. La lengua, sobre todo, es un extraordinario vehículo unificador como también la religión, las vicisitudes y los ideales. Ello no descarta que, como buenas hermanas, haya fricciones. En todo caso nos cabe el honor y la satisfacción de que Venezuela es el único país latinoamericano que no ha tenido conflictos con sus vecinos.

—Pero siempre existe una rama clave de la educación: ¿cuál sería?

—La educación media y secundaria. Para mí el “secreto” de la cultura francesa está en su excelente bachillerato. Una buena educación media suple las fallas de la primaria y determina una exigente enseñanza universitaria. En los años de la adolescencia el joven es muy plástico y está en una hora interesante de lucidez. Si se quiere adquirir método, es el momento para la construcción de su cultura y de su personalidad. El problema principal de Venezuela es un problema de método.

—¿Cómo interpreta la frase: “Venezuela es un país joven”?

—De una manera que va más allá del simple concepto demográfico y de señalar simplemente que nuestra población mayoritaria es menor de 20 años. Venezuela comienza a existir con los mártires de la pre Independencia. Ningún venezolano de hoy se siente heredero de Guaicaipuro, ni de Diego de Losada ni del Negro Miguel. La primera vez que aparece la palabra patria, es una carta del hijo de Juan Francisco de León. En la gente del pueblo inmola cuando la Conspiración de Picornell y Gual y España comienza a existir ciertamente el venezolano.

—¿Qué consejo daría a nuestra juventud?

—Quisiera usar una frase de José Martí: “Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje grato a las grandes naturalezas y digno de ellas”. En este sentido pienso que los fundadores de nuestra nacionalidad y en nuestros días de valores como Don Miguel de Unamuno, podrían servirnos en la tarea para la juventud que yo presumiría como la de ser autentica, como la de ser ella y no otra.

Tomado de El Nacional




sábado, 23 de marzo de 2019

Los ‘crisolines’ de la editorial Aguilar se van sin despedirse


Aguilar cierra la colección de pequeños libros iniciada en 1946 y que en algunos hogares se vivía como una tradición familiar


J. A. AUNIÓN


Madrid 4 FEB 2019 

Quizá una parte de la fascinación que produce el objeto-libro se deba a que se trata de un pequeño artilugio que permite sostener en las manos mundos enteros. Si fuera así, sería fácil entender el tierno amor que muchos profesan por los crisolines, los minúsculos libritos (6,5 centímetros de base y ocho de alto) en los que la editorial Aguilar ha editado todo tipo de títulos —sobre todo, clásicos— desde 1946; uno al año, excepcionalmente, dos. Eso y, por supuesto, que se trata de una tradición forjada durante décadas, que ha pasado de padres a hijos, a hermanos, a nietos, de suegros a nueras y que ha convertido en un ritual para muchos el ir a comprar cada Navidad —para regalar o autorregalarse— el título que año a año iba completando la colección.




Sin embargo, esta vez los libreros han tenido que explicar a los clientes que llevan desde noviembre preguntando por la nueva entrega que ya no habrá más. “No sabemos por qué; solo sabemos que se han dejado de editar”, señala Nieves Cuevas, de la librería madrileña Pérez Galdós. Un portavoz de la empresa se limita a confirmar que se ha cerrado la colección “por motivos editoriales”. Preguntado qué significa eso, si se trata, como opinan algunos libreros, de un problema de falta de rentabilidad, este diario no ha obtenido ninguna respuesta.


María José Blas Ruiz, de la Librería del Prado, les reprocha que haya terminado de esta manera, sin más, sin ni siquiera una última entrega que cerrara la colección de un modo especial. A la altura de la pasión y la lealtad que han demostrado tantos cientos de personas durante décadas. “Esta colección realmente es una tradición familiar. Que ha pasado por generaciones… Los clientes me enseñan fotografías de cómo los colocan en casa. Una mujer me decía: ‘Fíjate, hace cuatro o cinco años encargamos que nos hicieran un módulo para el mueble para seguir colocándolos y ahora ¿qué voy a hacer?”. Y añade: “Es más el valor afectivo y sentimental de lo que supone la colección y el formato que en sí los textos, aunque son textos buenos, seleccionados”.

Esta librera madrileña es una gran conocedora de la colección, y no solo por su trabajo ni porque en su familia se han coleccionado estos diminutos libros desde siempre —“todas las Navidades, debajo del árbol, había uno para mi hermano y otro para mí”—, sino porque además es autora del libro Aguilar. Historia de una editorial y de sus colecciones en papel biblia. 1923-1986. Explica por teléfono (también lo hizo en su blog) que la iniciativa nació como un detalle cariñoso del editor para clientes, libreros, colaboradores y amigos, y que su éxito fue tan rotundo que los 15.000 ejemplares que se editaron del primer crisolín (que contenía Amor e historia del libro, de Ricardo de Bury, y Negro sobre blanco, de M. Ilin) se agotaron en unos pocos días. El nombre oficial de era Colección Crisol Serie Extra.

A partir de ahí, llegaron El alma de Cervantes, de Agustín Herrera García (1947); Estudios sobre el amor, de José Ortega y Gasset (1950); Vida de Lazarillo de Tormes, en edición de Ángel Valbuena Prat (1956); La gitanilla, de Cervantes (1968); la Constitución de 1812 (1976); Ficciones, de Borges (1981); Poesías de san Juan de la Cruz (1991); Somos cuentos de cuentos, de José Saramago (2001), o Soledades, de Antonio Machado (2006), por mencionar unos pocos entre sus 90 volúmenes.

Como curiosidades, están las 11 ocasiones en las que las entregas anuales fueron dobles, por ejemplo, en 1951, cuando además de La ruta de Don Quijote, de Azorín, se publicó La leyenda del librero asesino de Barcelona, en edición bilingüe, para homenajear a lectores y libreros de Cataluña. Además, entre 1968 y 1973, además al librito navideño se sumaba otro en primavera durante la Feria del Libro de Madrid. También hubo cuatro crisolines sudamericanos, editados en este continente en 1953, 1954, 1962 y 1975.   



Durante todo este tiempo, los fieles compradores han criticado la elección de algún autor, de algún título, o la pérdida de calidad de los materiales desde el cuero inicial de las pequeñas tapas, pero nunca han dejado de acudir a su cita anual para continuar la colección. De hecho, este año ha repuntado la venta, cuentan las libreras, tal vez porque la gente ha aprovechado para completar aquellos que le faltaban en la colección. Es posible, además, que aumente su precio. En otros momentos, explican las libreras, se han llegado a pagar hasta 2.000 euros por los más antiguos y más raros, aunque ahora pueden estar entre varios cientos y los 1.000 euros.

Tomada de El País



viernes, 22 de marzo de 2019

UNA NOCHE DE INVIERNO, TORMENTA Y OTROS POEMAS DE TOMAS GÖSTA TRANSTRÖMER





Estimados Liponautas

Hoy tenemos el gusto de hacerles llegar  unos poemas del poeta sueco TOMAS GÖSTA TRANSTRÖMER traducidos al español por nuestro amigo el escritor argentino Alejandro Drewes y cedidos gentilmente para ser publicados aquí. Le agradecemos por permirnos compartir su labor en esta plataforma.

TOMAS  TRANSTRÖMER  falleció en el 2015 pero su obra permanece.

Disfruten de la entrada.


*******


Poemas

Traducción del sueco de Alejandro Drewes

Universidad Nacional de San Martín

UNA NOCHE DE INVIERNO

Sobre el mundo se cierne la más grave
tormenta. Al alma allega su boca
y sopla para que escuchemos. Aconseja
la tormenta al soplar a nuestros vacíos.


EN VINTERNATT

Över världen går en mer allvarlig storm.
Den sätter sin mun till vår själ
och blåser för att få ton. Vi räds
att stormen blåser oss tomma.

En: Den halvfärdiga himlen/ El cielo a medio hacer. Madrid, Nórdica Libros, 2010

TORMENTA

De pronto el viajero halla el viejo
gran roble como un alce de piedra,
ancha su copa en el castillo de cenizas
del mar de septiembre.
Tormenta del norte. Tiempo de serbales
maduros. Escucha despierto en la noche
estamparse las constelaciones
sobre la antigua madera

STORM

Plötsligt möter vandraren här den gamla
jätteeken, lik en förstenad älg med
milsvid krona framför septemberhavets
svartgröna fästning.
Nordlig storm. Det är i den tid när rönnbärsklasar
mognar. Vaken i mörkret hör man
stjärnbilderna stampa i sina spiltor
högt över träden.

En. 17 dikter/ 17 poemas. Stocckjolm. Albert Bonniers Förlag, 1954.





I

1

Muro de pena...
Vienen palomas, van:
pero sin rostro.

1

Höpplöshetens vägg…
Duvorna kommer och går
utan ansikten.



2

Pensamientos
en calma cual teselas
en el palacio.

2

Tankar står stilla
som mosaikplattorna
i palatsgården



III

7

Dura ráfaga
cruza la casa en la noche:
nombra demonios.

7

En pinande blåst
drar genom huset i nattdemonernas
namn.


8

Rajados pinos
en el mismo pantano
trágico siempre.

8

Ruggiga tallar
på samma tragiska myr.
Alltid och alltid.



En: 29 Haiku och andra dikter/ 29 Jaicus y otros poemas. Montevideo, Ed. Encuentros imaginarios. 2004.



TOMAS GÖSTA TRANSTRÖMER, es un psicólogo, escritor, poeta y traductor sueco, nacido en Estocolmo, el 15 de abril de 1931. En 2011 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.

Comenzó a escribir a los trece años, publicando su primera colección de poemas, 17 dikter (Diecisiete poemas) en 1954. Ha publicado: Hemligheter på vägen (1958); Fängelse: nio
haikudikter från Hällby ungdomsfängelse (1959); Den halvfärdiga himlen (1962); Klanger och spår (1966); Mörkerseende (1970); Stigar (1973); Östersjöar (1974); Sanningsbarriären (1978); Det vilda torget (1983); För levande och döda (1989); Minnena ser mig (1993); Sorgegondolen (1996); Den stora gåtan (2004); Dikter (2011).

Tomados de Espejo Textual







ALEJANDRO DREWES, Nacido en Buenos Aires (1963). Doctor en Química (UAB; Barcelona, 1996) y p (Argentina) desde 1996. Investigador en el Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y de la Técnica staff de redacción de la revista Saber y Tiempo (UNSAM; Centro Babini). Codirector del Centro de Estudio la Dra. Graciela Maturo (2009-2015). Coordinador de las Jornadas de Poetología del CEP “Alétheia” des editorial de la Revista Kairós de Estudios Culturales del Nuevo Mundo, http://revistakairosnm.blogspot.c Académico de Analecta Literaria; Miembro Honorario de World Poets Society (Grecia). Desde 2004 dedica de poesía nórdica. Estudios de lengua alemana (Goethe-Institut, Buenos Aires, diplomado (1989); danesa 2010-2014) y catalana (UAB, Barcelona, 1995). Traductor de poesía en alemán, catalán, danés, sueco e publicada y premiada a nivel local e internacional.

Tomado de Acta Literaria.