A propósito del natalicio de
Tulio Febres Cordero
Por Nelson Espinoza
Aunque resulte osada la afirmación, es posible que don Tulio Febres Cordero (Mérida, Venezuela 31 de mayo de 1860 - 3 de junio de 1938), el prohombre merideño, se haya convertido para muchos en una simple
referencia de ubicación geográfica. “Por la Don Tulio, a la altura de la
Facultad de Medicina” o “bajando por la 2, ahí frente al Tulio Febres”, son
algunas de las frases que suenan diariamente, ¿pero saben todos los merideños
quién fue Tulio Febres Cordero?
Recuerdo que en mi primer día de trabajo como periodista, estando a
cargo de la sección cultural del Diario
de Los Andes, tuve la oportunidad de conocer a Belis Araque, directora de
la Biblioteca Febres Cordero. En aquel entonces ella me sugirió la publicación
de una sección semanal titulada “Las Cosas de Don Tulio”, en donde se
presentarían escritos de este ilustre merideño sobre temas tan variados como la
realidad política venezolana en su época, el noviazgo o incluso el dolor de muela.
Semana tras semana comprobé que conocer a don Tulio y su trabajo es
entrar en contacto directo con la historia, y desde entonces siempre ha sido
una grata experiencia encontrar a alguien que me enseñe un poco más sobre el
único Rector Honorario que ha tenido
la Universidad de Los Andes (ULA) en sus dos siglos de historia.
Luigi López es profesor de la Facultad de
Humanidades y Educación de la ULA. Él fue el encargado de rescatar del olvido
un libro escrito por don Tulio en 1924, en donde describe las costumbres y
características de la ciudad de Mérida por el año de 1873 y las dos décadas
siguientes. Esta experiencia le permitió a López descubrir sorprendentes
legados y características de Tulio Febres Cordero, las cuales comparte hoy con
todos nosotros por celebrarse el próximo lunes 150 años de su natalicio. Con
sus palabras cerramos esta nota y conmemoramos el importante legado intelectual
de Tulio Febres Cordero en la cultura venezolana.
“Los merideños contamos con la suerte de tener un prohombre como don
Tulio, quien dedicó su vida, tal vez con la intención de ser leído a futuro y
no en su presente, a plasmar toda esa memoria para las futuras generaciones del
país, pero especialmente las de Mérida.
Don Tulio fue un gran coleccionista, un
apasionado de las cosas antiguas, su biblioteca personal, que no es la donada a
la hoy llamada Febres Cordero, contenía documentos, firmas y cosas muy
importantes sobre la ciudad y muchas cosas que le traían de regalo, porque la
gente sabía que era un gran coleccionista de la memoria histórica. Tenía firmas
y documentos que iban desde la época de la conquista hasta de la independencia.
Sin embargo, en su casa había muchas cosas que no fueron donadas pero que hace unos 5 años salieron a la luz pública, y aunque algunas lamentablemente fueron robadas de esa biblioteca que estaba cerrada, acá en el centro de la ciudad, ahí se encontraban tal vez algunas de las cosas más importantes que él dejó. Yo por lo menos logré rescatar un tratado sobre magia manuscrito de 1793, en donde por ejemplo explican cómo ver las estrellas en el día, tal vez locuras que habría que ponerse a experimentarlas un poco para ver que tenían de cierto. Él amaba mucho ese libro, es un libro muy pequeñito hecho por un monje en Barinas.
Sin embargo, en su casa había muchas cosas que no fueron donadas pero que hace unos 5 años salieron a la luz pública, y aunque algunas lamentablemente fueron robadas de esa biblioteca que estaba cerrada, acá en el centro de la ciudad, ahí se encontraban tal vez algunas de las cosas más importantes que él dejó. Yo por lo menos logré rescatar un tratado sobre magia manuscrito de 1793, en donde por ejemplo explican cómo ver las estrellas en el día, tal vez locuras que habría que ponerse a experimentarlas un poco para ver que tenían de cierto. Él amaba mucho ese libro, es un libro muy pequeñito hecho por un monje en Barinas.
Pero yo creo que él no alcanzó a comprender lo que estaba haciendo por
la ciudad a futuro. Fue un hombre que en su época, sin moverse de Mérida, tuvo
contacto con el mundo, se carteaba con todo el mundo, por ejemplo su periódico El Lápiz llegaba a Europa y
Latinoamérica y a su vez a él le llegaba del extranjero una gran colección de
periódicos de intercambio, los cuales hoy reposan en la biblioteca Febres
Cordero. De hecho, el viaje más largo de Don Tulio fue recorrer parte del
interior del estado Mérida, nunca salió del estado.
Es tan grande el legado que puedes descubrir trabajos de don Tulio por
ejemplo en España. Yo particularmente conseguí uno en la Universidad de
Sevilla, una memoria de grado sobre él y Don Gonzalo Picón Febres. Ahora bien,
teniendo en cuenta todo esto, resulta lamentable que don Tulio sea una
referencia vial para muchos merideños. Yo creo que el gobierno estatal podría
hacer una edición masiva de alguna obra de Don Tulio, para que llegue a las
escuelas y los niños conozcan más sobre él”.
Que interesante. como siempre. Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias rendija-danza-andante por tu vista y comentario a este espacio.
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