Estimados Amigos
Hoy les obsequiamos dos poema del poeta venezolano Felipe Herrera Vial (Valencia, Edo Carabobo, 5/02/1913 - 31/05/ 1995). Los textos y la fotografía fueron tomados del libro Rostro y Poesía. Poetas de la Universidad de Carabobo, publicado por esta institución en 1996. La selección y notas de este libro corrieron a cargo de Luís Alberto Angulo.
Tanto el retrato de Felipe Herrera Vial como los textos presentados en esta entrada son inéditos en la red.
Disfruten a continuación de los poemas.
Felipe Herrera Vial. Foto de Yuri Valecillo |
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Incamar en la playa
Cae la luz madura sobre arena limpia.
Un grueso encaje de espuma brillante,
Como obra de orfebrería bordada en plata,
Adorna fugazmente el amarillo amoroso de la playa;
Y a lo lejos, el mar cambiante: azul-verde aceituna.
Arriba el cielo luce nubes grises.
Al aire los colores alegres de los trajes
Que visten los bañistas en movimientos deportivos
Incamar siempre invitada a estas aventuras de sol,
Conoce poco el mar. Ella es de tierra adentro y gusta
de las marinerías circundartes, y además tiene/
timideces de Colegiala. Mira las nubes./
Y no sabemos si la embriaguez que embarga/
el espíritu de Incamar se la produce el paisaje/
ciclista o la música que expande el mar/
como un orfeón que reboza el blanco nacarado/
de sus brillantes orejas.
timideces de Colegiala. Mira las nubes./
Y no sabemos si la embriaguez que embarga/
el espíritu de Incamar se la produce el paisaje/
ciclista o la música que expande el mar/
como un orfeón que reboza el blanco nacarado/
de sus brillantes orejas.
Vuela solitaria una gaviota y describe
Parábolas en el horizonte.
Sus manos se hunden y logra mantener/
su rostro sobre el agua.
su rostro sobre el agua.
Súbitamente la inunda una alegría comunicativa/
y deja asomar sus relucientes dientes blancos.
He allí un cartel vivo en reclame de turistas.
y deja asomar sus relucientes dientes blancos.
He allí un cartel vivo en reclame de turistas.
Vuelan nuevamente las gaviotas y casi/
rozan la cabellera suelta
rozan la cabellera suelta
de Incamar.
Nadie parece sentir el suave gorjeo/
que sobre los arbustos vecinos
que sobre los arbustos vecinos
desparraman los pájaros marinos.
Cierra el horizonte su cortina de luz/
y aparece una espesa nube
y aparece una espesa nube
plomiza. Incamar la mira, aviso de fuga,/
pero no hay tiempo.
pero no hay tiempo.
Camina bajo la lluvia. Chapotea agua/
su traje azul y blanco.
su traje azul y blanco.
Vase a su casilla y regresa. Ahora luce/
su piel dorada.
su piel dorada.
Llega al bar y prueba un aperitivo./
Se charla con soltura y alegría.
Se charla con soltura y alegría.
He aquí que la conversación de Incamar/
es agradable.
es agradable.
Cuenta cuentos de marineros,/
cita a Herman Melville.
cita a Herman Melville.
Al despedirse empieza de nuevo/
a rayar el sol en los tejados.
a rayar el sol en los tejados.
El Aire de la noche caía manso
El aire de la noche caía manso
sobre la dulcedumbre de tus manos.
¿Cuántas sílabas juntas
en el perfume de tus ojos húmedos?
La magnolia acentuaba su pureza
en la línea azorada de una estrella dormida.
Distancia de sus ánimos maduros
Visten las golondrinas, en sus vuelos,
y un aroma de música no oída
pone claros y tibios los caminos
que se quedan mirando los ponientes
Grato llegar , excelente trabajo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Fanny :)
ResponderEliminarQue bueno que lo compartan. Saludos! Yo soy una de sus nietas.
ResponderEliminarGracias Beatriz por dejar tu comentario. Es placer compartirlo.
ResponderEliminarGracias grupo LiPo por la constante preocupación en el rescate necesario de nuestra literatura, frecuentemente sin dolientes.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Graciela Bonnet
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