lunes, 28 de febrero de 2022

ARTURO ÚSLAR PIETRI: El hombre Invisible.

Por José Pulido




Un texto que escribí hace muchos años y que pongo para este domingo. La inolvidable imagen al final del texto, es una fotografía de Vasco Szinetar


ARTURO USLAR PIETRI


Hemingway dijo “París es una fiesta”, y en aquella ciudad que era el centro cultural del mundo, el joven de 23 años, Arturo Uslar Pietri, salía a los cafés de Montparnasse a conversar con Miguel Ángel Asturias, Paul Valéry, Alejo Carpentier o Jean Ballard y miraba el reloj nerviosamente, porque necesitaba regresar pronto a su habitación, donde estaba escribiendo Las lanzas coloradas.

A los 24 años de edad se convirtió en el primer latinoamericano publicado por la editorial francesa Gallimard, un acontecimiento, que de ocurrir hoy, seguiría siendo asombroso y excepcional.

Cuando cumplió 28 años de edad, regresó del París de los surrealistas a la Caracas pueblerina y comenzó a reunirse con Carlos Eduardo Frías y otros escritores de su generación en la Tipografía Vargas, en la esquina del Principal, donde se imprimía la revista Elite. Uslar Pietri les contaba sobre la modernidad, les narraba la actualidad del mundo y los demás le respondían “Aquí todo sigue igual”.

Ya Arturo Uslar Pietri era lo que desde la infancia había deseado ser: un escritor cuyo cerebro había roto la prisión localista, percibiendo la aldea del mundo y entendiendo la necesidad de conocer los máximos logros culturales del ser humano. Porque esa era la manera de comprender los valores propios de un país recién nacido.

En ese ambiente, de la Caracas gomecista, donde la vieja imprenta sonaba como un tren subterráneo, lo entrevistó en 1934, Carlos Eduardo Frías. Uslar Pietri era un joven de 28 años, con la cabeza llena de novelas y otras urgencias literarias, pero ya había comenzado a definirse como un personaje solitario ante la monotonía parroquial, un árbol del conocimiento echando raíces frente a un muro.

En un país donde la gente hablaba sin hondura, como saltando charcos: “¡Basirruque¡ ¿Vas a seguí con ese maní?”, el joven Uslar Pietri conversaba con la misma riqueza de lenguaje que le servía para escribir. En aquella entrevista le confesaba a Carlos Eduardo Frías:

-En mí la afición literaria fue precoz, voluntaria y casi morbosa. A una edad en que aún leía con dificultad, amaba ya la letra impresa, ese olor tierno de la tinta y del papel que flota en los depósitos de las librerías. Con esfuerzo, con dolor, con incomodidad del cuerpo y del espíritu quería escribir y me constreñía a hacerlo como una disciplina. 

Esa entrevista reveló la punta del iceberg de una incomprensión que fue como una constante, respecto a su postura de escritor y de intelectual. Comenzó cuando él y otros autores de su generación, acogieron el concepto de vanguardia para profundizar sus escrituras. 

-Las gentes, naturalmente, no nos comprendieron. Fuimos tema de chistes. Los críticos de mayor audiencia, sobre todo Semprún mostraron una absoluta incomprensión, una aterradora impermeabilidad de espíritu. Fueron ellos mismos con su actitud quienes establecieron de manera definitiva el formidable abismo que nos separaba. No teníamos nada en común. Ellos eran todavía colonia espiritual y nosotros comenzábamos nuestra guerra de independencia.

Allí, en 1934, también definió lo que sería la piedra angular de su pensamiento:

-En Las lanzas coloradas no he hecho sino dramatizar esta idea: en América, como en todo ser vivo, el cuerpo ha estado adulto y hecho antes que el espíritu. La guerra de independencia fue la principal manifestación exterior de la plenitud de la carne americana. Una guerra alegre y cruel de pueblo joven. Terminada la guerra ya sentíamos el cuerpo sólido y peculiar, pero de manera más aguda aún la ausencia del espíritu correspondiente. Todo lo de la inteligencia nos venía de afuera y pertenecía a los extranjeros. Desde entonces hasta ahora, la historia del continente podría llamarse “historia de la búsqueda de la cultura americana”.

Vivió, se llenó de más sabiduría, escribió novelas y textos diversos que insistieron en desenmarañar el país, en conectar las aguas provincianas al torrente de la universalidad. Profundizó en las creaciones y los creadores que aportaron los conocimientos más útiles, la inteligencia más elevada y el protagonismo trascendente.  

Amplió sus espacios mentales como una antesala donde se reunían Voltaire, Mahoma, Las mil y una noches, Carlomagno, Robespierre, los hechos que marcaron la historia del hombre, y llamó Valores Humanos la materialización de ese oficio. Él reunió lo más completo del pensamiento humano, lo más insigne y determinante, usando la televisión como medio, cuando muchos intelectuales no se atrevían a hacerlo.

Reunía toda la riqueza cultural producida por la humanidad, y la enviaba, envuelta con la brillantez de su talento, hacia los amigos invisibles, esas personas que él no veía, porque estaban al otro lado de la cámara, pero que constituían el mar hacia donde fluían todos sus ríos.

Cuando cumplió 91 años de edad, Arturo Uslar Pietri era la síntesis de la cultura y de la literatura universal, pero seguía siendo un solitario, y se sentía arrumado como un recurso intelectual en el desván de la sociedad.

63 años después de la entrevista con Carlos Eduardo Frías, dio otra entrevista. Acumulaba varias menciones como candidato al Premio Nobel. Venezuela se había transformado físicamente bajo la acción del petróleo, pero sus confusiones persistían. Los amigos invisibles dejaron de verlo.

Arturo Uslar Pietri, ratificó a los 91 años de edad, la esencia dramática de su vida. Lo que había intuido cuando era un muchacho de 28 años:

-Mis libros han sido traducidos al francés, alemán, chino, checo, ruso, serbo–croata. El caso mío es muy particular. Durante muchos años hubo una verdadera antipatía por mi obra, que yo no voy a decir quiénes la sintieron ni por qué; que lo investiguen otros. Y desapareció el estudio de mi obra de las universidades. Hubo una actitud por motivos políticos locales: yo no estaba vinculado a los grandes partidos que dominaron el país, yo no tenía la simpatía de la gente que se hallaba vinculada a esos movimientos y entonces se trató de disminuir mi importancia y de mencionarme lo menos posible. Aquí se llegó a extremos de que, a niveles muy altos del pensamiento de la docencia universitaria, se hicieron listas de los principales escritores venezolanos y a mí no se me incluía. 

Arturo Uslar Pietri se sentía incomprendido y se refugiaba aún más en su soledad.

-Me han propuesto en todas partes para el Premio Nobel menos en Venezuela. Yo no he tenido familia política, no he tenido un partido detrás de mí, en todo caso ha habido desinterés, puesto que no me pueden utilizar. 

Esta es la historia de un hombre que cada día aumentó su talento y se convirtió en biblioteca universal. Era el libro de todos los libros, abierto de par en par, en un país donde los lectores se fueron transformando en ciegos. Al final de sus días, Arturo Úslar Pietri parecía decirle amarga, pero gentilmente, a esos lectores ciegos, como lo hizo una vez Chumy Chúmez en una caricatura: “Ustedes no me van a creer, amigos míos, pero yo soy el hombre invisible”.


José Pulido


Arturo Uslar Pietri. Fotografía de Vasco Szinetar.



PROGRAMA VALORES HUMANOS de ARTURO USLAR PIETRI.


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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne


José Pulido:

Poeta, escritor y periodista, nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.

Vive en Génova, Italia. 

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

(Ha fundado y dirigido varios suplementos y revistas de literatura. Si se requiere información detallada sobre estas publicaciones, favor solicitarla a este  correo: jipulido777@gmail.com)

Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras. Ha sido invitado a festivales en Irak, Colombia, Brasil, Chile, España y Génova. Participó, en 2012, como invitado de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se celebran en Salamanca. En el 2018 y en el 2019 invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova. 

Publicaciones más recientes:

El puente es la palabra. Antología de poetas venezolanos en la diáspora.

Compilación: Kira Kariakin y Eleonora Requena, para Caritas.

Poeti Uniti per il Venezuela, Parole di Libertà  (Poetas Unidos por Venezuela, Palabras de Libertad) publicado por Borella Edizioni, evento respaldado por la Associazione culturale Orquidea de Venezuela, con sede en Milán.

Poemario Heridas espaciales y mermelada casera editado por Barralibro Editores.

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1 comentario:

  1. De verdad que Pulido es un unsigne cronista.
    Gracias por traernos esta semblanza de Uslar Pietri

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