martes, 31 de diciembre de 2013

No es sociedad para viejos.

Conjeturas (economicistas) sobre la Vejez


Lagarde piensa que sobran viejos. El FMI con sus propuestas de pura Ciencia Ficción



Estimados Amigos

Hoy culmina otro año y lo celebramos en grande. Bebemos en honor de la desaparición de una unidad de tiempo que nos aumenta nuestra cuenta vital según algunos y según otros nos resta vida. Lo único seguro es que nos ponemos mas viejos y la dorada juventud se convierte poco a poco en un pretexto para hablar con los amigos que también tienden a mermar de año en año.

La vejez según dicen las jubiladas consejas nos atiborra de sabiduría, un bien que no le interesa a la economía ni al grueso de las personas en general. Y como en este mundo el dinero marca la pauta, la crisis económica hace que los políticos comiencen a cuestionar la existencia de derechos que a las personas le costó cientos de años lograr que se les reconociera. Uno de esos derechos es la jubilación. Ahora varios asaltantes, perdón políticos europeos comienzan a cuestionar la conformación actual de la jubilación para sus ciudadanos. Curiosamente ellos cuestionan un derecho fundamental de un grupo etario al que cronológicamente pertenecen.

No hay país para viejos. Hoy
En Venezuela  esa situación parece lejana porque siempre nos catalogamos como un país joven, pero olvidamos que los jóvenes envecejen y no podemos obviar eso. Si  en nuestro entorno  la población crece y el ingreso monetario derivado de la venta del petróleo permanece estable (Recordemos que nuestra producción se encuentra supeditada a la cuota fija determinada por la OPEP) ¿De que manera podrá mantenerse el sistema actual de pensiones?  Esa es una pregunta que debemos plantearnos y que al parecer nadie, en las altas esferas del poder, se ha hecho.

Hoy en la Noche Vieja del 2013 by PacoMan nos recuerda que bajo las premisas político económicas vigentes no existen países ni sociedades para viejos, un estado al  que todos llegaremos queramos o no. Aunque a la hora de la verdad seas joven o viejo actualmente no hay espacio en ninguna sociedad o país para la gente sin dinero.

Realmente no estamos seguros de utilizar nuestra forma habitual de cierre:

Deseamos disfruten de la entrada.

Así que solo esperamos que esta publicación les sea de provecho.


A todos ustedes, los lectores habituales de este cajón de sastre virtual les deseamos un  año nuevo venturoso.


Richard Montenegro

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No es extraño desayunarse con estos titulares:


Un brindis por arrojar al albañal los derechos de los trabajadores



Lagarde con el guión de Cuando el destino nos alcance (1973, Soylent Green ) bajo el brazo para coger ideas


El ministro de Finanzas japonés, Taro Aso (73 años)  le pide a los viejos japoneses que se den prisa en morir.

Nada como el ejemplo para reestablecer las viejas tradiciones, el Harakiri.

¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Por qué no hay sociedades para viejos?

El propio término Vejez es difuso y móvil en función de la perspectiva desde la que se habla.

Advertencia: es innegable que las distintas definiciones que  daré a Vejez (no únicamente vinculada a la edad biológica) ya presuponen la “inutilidad” para la sociedad de los especímenes que la integran.


Harakiri. 1962

La vejez desde la perspectiva animal.

En este contexto podemos definir Vejez como aquel estado en el que el individuo ya no es fértil, ya no se puede reproducir. La evolución es un mecanismo de organización cruel con los especímenes. La selección de los más aptos, no sólo requiere la rápida desaparición de los especímenes menos aptos aún siendo fértiles. También exige que los aptos desaparezcan en cuanto no se pueden reproducir, liberando así recursos para sus descendientes.


No es país para viejos. Novela de Cormac McCarthy


La vejez desde la organización social primitiva.

El ser humano se organizó en grupos, en tribus, se dotó de una estructura social que modifica sustancialmente la tiranía de la evolución y canaliza el “gen egoísta” de los especímenes. El concepto de Vejez en una organización social requiere una nueva definición. Podemos definir la Vejez como aquel estado en que el individuo ya no puede aportar nada al grupo. Las aportaciones de los especímenes pueden ser múltiples, si las caracterizamos según su procedencia: de su fertilidad, de su trabajo físico (comida, construcciones, defensa), de su conocimiento (gobierno, espiritual, educacional). Bajo esta perspectiva es fácil entender como “pertenecer” a la Vejez se retrasa enormemente en grupos humanos sociales. Especímenes que no pueden cubrir sus necesidades (y mucho menos tener descendencia) son mantenidos por el grupo porque sus conocimientos son útiles para el colectivo: son la memoria viva y elementos fundamentales en su transmisión a las nuevas generaciones. Casi no hay especímenes que conformen la Vejez.


Arrugas. Historieta de Paco Roca

La Vejez en organizaciones sociales sofisticadas: la especialización productiva.

El progreso y la consecuente especialización productiva del ser humano, va dejando sin funciones a los especímenes que requieren de la ayuda del grupo para cubrir sus necesidades. Las funciones de gobierno, las espirituales y las educacionales son asumidas por “jóvenes” adultos especialistas en el desempeño de tales funciones: políticos, guías espirituales y profesores. La experiencia acumulada pasa a ser condición necesaria pero no suficiente del desempeño de esas funciones. El progreso social aboca a los especímenes a la Vejez anteriormente definida. Cubrir las necesidades de los viejos es cuestión de caridad.
La Vejez en una organización social capitalista pura[1].

Existe la propiedad privada, es decir los especímenes individualmente son propietarios del capital productivo de la sociedad (medios de producción: tierra, agua, maquinaria, animales, semillas…). La distribución de la producción entre los especímenes se realiza en función de la aportación de medios de producción a la producción. Esto es: los que aportan trabajo obtienen salarios, los que aportan capital obtienen renta, intereses, dividendos… Podemos redefinir el concepto de Vejez como aquel estado en que el individuo ya no puede aportar sus medios de producción a la producción… y por lo tanto no se puede mantener por si mismo. Es destacable que una vez que los especímenes no pueden aportar su fuerza de trabajo, formarán parte de la Vejez o no, en función de si atesoraron suficiente capital durante su vida laboral[2]  o no.

Los especímenes, conocedores de esta circunstancia, procuran acumular ahorros durante su vida laboral para poder vivir de ellos cuando no puedan trabajar, lo que se conoce como el ahorro por motivo de ciclo vital, de; Franco Modigliani  lo que en 1985 le valió el premio Nobel de Economía.


El desajuste temporal entre ingresos y consumo a lo largo de la vida,  lleva a ahorrar para cuando no haya.




El sistema capitalista requiere del ahorro de sus especímenes individuales para poder sostenerse y crecer.  Los trabajos precursores de Keynes  (el economista más afamado), Robert Solow (premio Nobel de economía de 1987) y el ya citado Modigliani manifiestan la relevancia fundamental del ahorro; sin ahorro, entre otras cosas, no existirían Bancos. 

Cabe resaltar que una sociedad capitalista sin viejos (ricos) no es viable; sin su ahorro no habría sociedad capitalista[3]. Lo que es compatible con una ingente Vejez (viejos pobres) que deberá ser sostenida por la beneficencia.



La vejez en una organización social socialista pura.

La sociedad (Estado a partir de ahora) es propietaria de los medios de producción, no existe la propiedad privada. Las decisiones de producción son tomadas centralizadamente: la distribución de la producción entre consumo de los especímenes (hayan aportado su fuerza de trabajo o no al proceso de producción) y la inversión. No existe ahorro: se decide directamente la producción de bienes de inversión (nuevas máquinas, investigación, carreteras…). Los especímenes no reciben necesariamente bienes y servicios con los que cubrir sus necesidades en función de su aportación, pues ni la fuerza de trabajo les pertenece.
Se definiría la Vejez como aquel estado en que el Estado decide que  individuos no van a ser mantenidos. Esta decisión estatal se pude producir por varias causas: el espécimen no es fértil, no puede combatir, no puede trabajar o ha alcanzado una determinada edad[4].


El Carrusel de La fuga de Logan (1967), una “solución” para más de uno de nuestros políticos.

En situaciones donde la Vejez esté formada por grupos muy grandes de especímenes puede aparecer un efecto motivacional; ¿cómo mantener la motivación en los jóvenes adultos que saben que, al alcanzar determinado estadio, son abandonados por el Estado? 


Amor. 2012

La vejez en una sociedad capitalista mixta (pensiones públicas)

Este sistema de organización social mezcla los sistemas anteriormente analizados. Un sistema capitalista mixto, o de Economía del Bienestar[5]: el Estado obliga al ahorro forzoso (cotizaciones sociales) de los especímenes que venden su fuerza de trabajo a cambio de salario[6], con la promesa que cuando dejen de trabajar serán mantenidos por el Estado: pensiones, sanidad universal… De tal forma que ahora el concepto de Vejez queda vacío: todos los especímenes son mantenidos por sus ahorros y por el Estado.
Sin embargo la estructura financiera de las pensiones públicas resulta ser fundamental, para el concepto de Vejez y la motivación de los políticos.


Space Cowboys.2000

Sistema de capitalización completa (fully funded)

Se caracteriza porque las aportaciones de trabajadores y empresas constituyen un fondo individualizado de donde saldrán las futuras pensiones. Es decir, es idéntico a un plan de pensiones privado. Este sistema junta lo mejor de ambos sistemas puros: no hay individuos que pertenezcan a la Vejez y la sociedad genera ahorro para seguir creciendo. 


Los Viejos. 2011

Sistema de reparto (pay as you go) 

Las cotizaciones de trabajadores y empresas del periodo se utilizan para pagar las pensiones del periodo. En caso de haber más ingresos que gastos se genera un fondo y en caso de haber más gastos que ingresos, y tras utilizar posibles fondos generados anteriormente, se recurre al gasto del Estado para cubrir la diferencia. 

Nótese que este sistema no genera ahorro como si generaba el anterior (no considero el fondo en los casos de mayores ingresos por ser minúsculo).  La economía deberá mantenerse y crecer con el ahorro privado que exista. Es fácil visualizar el sistema de pensiones de reparto como un ministerio más del Estado, recauda impuestos a los poseedores de los medios de producción: trabajo y capital y gastándolos en cubrir las necesidades de los especímenes jubilados. La Vejez en el sentido de la organización socialista vuelve a existir:
Vejez como aquel estado en que el Estado decide que individuos no van a ser mantenidos.

 
Ahora es fácil explicar porque los gobernantes sienten la tentación de recortar las pensiones, fijando condiciones arbitrarias para pertenecer al colectivo mantenido o no.

¿Existen alguna solución? No es fácil pasar de un sistema de reparto a un sistema de capitalización pura[7]. Y hablando de políticos, un sistema de capitalización pura es una tentación continua e infinita. A los ojos de un político es una vaca que está pidiendo ser ordeñada.


Cristina Fernández de Kirchner (60 años) estatalizó los Fondos de pensiones en 2008

by PacoMan


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[1] Existiría un ahorro residual por motivo transacción. Las empresas no ahorran, la acumulación de liquidez en la empresa (el ahorro de la empresa) pertenece a los accionistas de las sociedades. Con el debido permiso de  la tecnoestructura  que Galbraith  explicada magistralmente en El Nuevo estado industrial (1967).
[2] Por ejemplo cumplir 30 años como en la película La Fuga de Logan  (1967) un ejemplo de sociedad socialista real… con un único oficio: Vigilante.
[3] Como se dio en llamar al pacto entre burgueses y proletarios para detener el avance del “comunismo” y que entre otros factores dio lugar a la clase media.  
[4] También las rentas del capital contribuyen de una forma muy importante (de mayor cuantía que la aportación de los trabajadores) al sostenimiento de la Economía del Bienestar.
[5] Sin Seguridad Social, sin pensiones públicas, presupuesto público mínimos y por tanto con la presión fiscal muy reducida.
[6] No abordaré la cuestión de la herencia como forma de transferir capital entre generaciones, a pesar de permitir interesantes reflexiones.
[7]  No lo era cuando mi brillante profesor de Hacienda Pública Miguel Ángel López García me lo contaba en 1988, cuando el sistema de reparto generaba más ingresos que gastos. Hoy es casi imposible, lástima que nadie oyó aquellos gritos en el desierto.
La economía del sistema de pensiones de la Seguridad Social (1988). Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Centro de Publicaciones.



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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.



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by PacoMan


En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.

Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico.

Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog:

Y colabora con el blog de Grupo Li Po


lunes, 30 de diciembre de 2013

"La capacidad de ser amigo de una mujer, en particular de la mujer a la que amas es, para mí, la mayor de las proezas. El amor y la amistad rara vez van de la mano. "

Al cumplir ochenta.

Por Henry Miller






Estimados Amigos

El pasado 26 de diciembre fue el cumpleaños número 122 de nuestro querido amigo y hermano Henry Valentine Miller . Poca gente se atreve con 40 años y con una familia a cuestas abandonar todo e irse a vivir para encontrarse consigo mismo pero Henry estaba hecho con otra pasta y se atrevió a lanzarse al abismo inseguro de la vida verdadera. En Europa caminó, durmió, pasó hambre, aprendió, fornicó como pocos, escribió y publicó. Durante mucho tiempo sus libros fueron prohibidos por supuestamente ser apologías a la pornografía, los muy tontos censores no se percataban de que eran apologías a la vida sin barrotes. 


Los hallazgos de su aventura fueron fructíferos para él y para sus amigos, esos que crecen año a año cuando quizás por una inocente sugerencia de un amante de ese reputado pornógrafo alguien abre por vez primera un libro de Miller. Quizás la sorpresa inicial para una persona que vive bajos los empañados valores de una clase media victoriana  sea causada por la diáfana visión de la sexualidad pero la sorpresa final y constante que provocan sus libros se deben a la sinceridad. Como dicen por ahí Henry es un hombre de una sola pieza. Alguien que te habla con la franqueza de un amigo de verdad, un valor que es difícil de conseguir en la vida y en el mundo de las letras. 

Una vez conversando con una amigo, después de nuestro saludo habitual al sol en la plaza magnética, se me ocurrió preguntarle si había algún equivalente venezolano de Miller en el mundo literario nacional, mi amigo miró largo rato al cielo mientras mordía un mondadientes y me dijo:

-¿Me preguntas si existe alguien dentro del mundillo literario local que reuna saber, experiencia, humildad, un irrefrenable apetito por la vida, le gusten las mujeres y las bicicletas, sea capaz de escribir libros dedicados enteramente a sus amigos y que tenga una casa donde bellas mujeres (las palabras en cursivas pueden cambiarse por hermosos hombres) van a cuidarlo por gusto y no para lograr ser publicadas en alguna imprenta universitaria o de alguna gobernación,  mientras pasean desnudas por toda la casa. Alguien con el que puedas conseguirte en la calle,  compartir un café y que puedas hablar de literatura sin que te parezca una pedante guía de estudio mimeografiada. Y que días después de esa conversación te quede buen sabor de boca y te provoque ir a visitarlo. Alguien que te interese por el simple hecho de ser gente  de verdad. Alguien que asuma la elaboración un buen desayuno y una inspiración profunda con bizarría día a día?

-Si, a eso me refiero

Apenas terminé de decir eso y él plegó su rostro solo como puede hacerse frente a una estrella supermasiva. Por momentos pensé que iba a convertirse en un agujero de gusano. Pero en un suspiro su cara volvió a la normalidad. Ya tenía miedo de viajar sin moverme.

-Naaaa, nada que ver, solo en los cuentos de hadas criollos como Juancho y los cazabes mágicos

- Aaah ¡Pero si eso no existe!

-Por eso lo digo. En el mundo literario venezolano alguien así solo puede ser un personaje de ficción en un cuento de hadas.

Después de eso mi amigo reventaba en carcajadas y yo le seguía. 

Recuerdo como en una de esas sesiones de saludos solares mi amigo con franqueza inusitada dijo:

- Creo que Miller es un Hermano Mayor

- ¿Si? ...¿Tu crees?... ¿Vendra de Ganímedes?

- Debe venir de otro sistema solar. Su capacidad de seducción sin igual, la presencia de un ego no guerrerista, su dominio de la belleza cotidiana de la sexualidad y su capacidad para vivir de la escritura denotan su pertenencia a una sociedad miles de años mas avanzada que la nuestra.

-Eso explica muchas cosas -dije yo- Y no olvides su peculiar aptitud de hacerse mas joven con los años

-Si, no la olvido. El vino de muy lejos para enseñarnos el camino.

- Espero no le pase como a Jesucristo.

- No le pasará, seguramente tiene acceso a todos los registros históricos de los grandes maestros. Hoy no valdría la pena dejarse crucificar. Ya utiliza otros medios para difundir el mensaje por lo menos. Ya escribe directamente sus libros canónicos. Así el mensaje tendrá menos erratas a largo plazo. Quizás hasta hagan películas sobre su vida.

- ¿Y a que actor buscarían para personificarlo?

-  Por ser un Hermano Mayor supongo que al que a tu papá y a ti tanto le gusta.. Spock

-Ah, Leonard Nimoy

- Y si él no acepta quizás funcione el de Kung Fu

-David Carradine...

-Si, cualquiera de los dos calvos y con anteojos funcionaría para desperdigar la palabra

- ¿Y que nombre le pondrías a la película?

- Ah, ni idea. Mmmm quizás le pondría Henry y June y sería una biografía épica. Pero realmente no sabemos si esta sociedad estaría lista para un filme de es tipo.




Lo usual después de las conversaciones post saludo solar era el intercambio de libros canon... de Miller y de sus comentarios con la esperanza de hallar nuestro camino.

Muchos saludos solares pasaron y aún seguimos buscando el camino sin olvidar que a medida que pasan los años más jóvenes debemos ser.


 Los dejamos con las palabras de nuestro Hermano Mayor en su 122 aniversario


Deseamos disfruten de la entrada.



Richard Montenegro

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Al cumplir ochenta

Si a los ochenta años no estás ni tullido ni inválido y gozas de buena salud, si todavía disfrutas una buena caminata y una comida sabrosa (con todo y acompañamientos), si duermes sin pastillas, si las aves y las flores, las montañas y el mar te siguen inspirando eres de lo más afortunado y deberías arrodillarte en la mañana y en la noche para darle gracias al Señor por mantenerte en forma. En cambio si eres joven pero ya tienes cansado el espíritu y estás a punto de convertirte en autómata, sería bueno que te atrevas a decir de tu jefe —en silencio, claro— “¡Al carajo con ese fulano, no es mi dueño!”. Si no te has quedado culiatornillado y si te sigue emocionando un buen trasero o un magnífico par de tetas, si todavía puedes enamorarte las veces que sea y si perdonas a tus padres por el delito de haberte traído al mundo, si te hace feliz no llegar a ningún lado y vivir al día, si puedes olvidar y perdonar y evitar volverte amargado, cascarrabias, resentido y cínico, hombre, ya vas de gane.



Lo que importa son las cosas pequeñas, no la fama ni el éxito o el dinero. La cima es muy estrecha, pero abajo hay muchos como tú que no se estorban ni se molestan. Ni por un instante se te ocurra que los genios viven felices; todo lo contrario, dan gracias por ser del montón. 


Henry Miller y su ultima esposa Hoki Tokuda

Si tuviste una buena trayectoria, como es de suponer que yo la tuve, los últimos años podrían ser los más infelices de tu vida (salvo que hayas aprendido a tragarte tus mentiras). El éxito, desde el punto de vista mundano, es la plaga del escritor que aún tiene algo que decir, pues cuando llega la época en que podría disfrutar un poquito del ocio, resulta que está más ocupado que nunca porque se ha vuelto víctima de admiradores y adeptos y de todos los que desean explotar su nombre. Aquí se enfrenta otro tipo de lucha: el problema consiste en mantenerse libre y hacer sólo lo que uno quiere. 


Henry Miller era un gran amante de las bicicletas

Con todo y una visión del mundo que es producto de una gran experiencia, con todo y una filosofía elaborada para la vida diaria, uno cae en la cuenta de que los tontos se vuelven más tontos y los pelmazos más pelmazos. De uno en uno la muerte se lleva a tus amigos o a los grandes hombres que reverenciabas; mientras más viejo, más pronto se te mueren. Al final te quedas solo y ves a tus hijos o a los hijos de tus hijos cometer los mismos errores absurdos, esos errores casi siempre lamentables que cometiste tú a su edad, y ni lo que digas ni nada de lo que hagas podrá evitarlo. Sin duda al observar a los jóvenes se termina por comprender lo idiota que uno mismo fue en su momento (y tal vez lo siga siendo).


Henry Miller y su biblioteca, noten al fondo la fotografía de Anaïs Nin

Hay algo que para mí se vuelve cada vez más claro: en lo fundamental la gente no cambia con los años. Salvo raras excepciones la gente no evoluciona ni se transforma: un roble sigue siendo un roble, un cerdo cerdo y un zopenco zopenco. Lejos de mejorar, el éxito por lo general acentúa las faltas o fracasos. No es raro que los tipos brillantes de la escuela en cierta medida dejen de serlo una vez que salen al mundo. Si en tu grupo te disgustaban ciertos chicos o si los despreciabas, después te parecerán peores convertidos en hombres de negocios, estadistas o generales de cinco estrellas. La vida nos obliga a aprender ciertas lecciones pero no necesariamente a crecer. Aquí entre nos, con dificultad cuento a una docena de individuos que logro aprender las lecciones de la vida; la gran mayoría no sabría ni su nombre si yo lo pronunciara. 


Henry Miller y Margaret Neiman 1942. Foto  Man ray

En cuanto al mundo en general, no sólo no lo veo mejor que cuando era yo un niño de ocho años sino mil veces peor. Un escritor famoso alguna vez lo resumió de este modo: “el pasado me parece horrible, el presente gris y desolado y el futuro totalmente espeluznante”. Por fortuna, no comparto este sombrío punto de vista. En primer lugar, no me interesa el futuro; en cuanto al pasado, bueno o malo, le he sacado el mayor partido; lo que me quede de futuro es producto de mi pasado. El futuro del mundo se lo dejo a los filósofos y visionarios. Lo único que tenemos todos es el presente, pero muy pocos lo vivimos alguna vez a plenitud. No soy pesimista ni optimista; para mí el mundo no es esto ni aquello sino todo al mismo tiempo y así será para cada quien en su propia medida. 


Henry Miller en París. 1969.Fotografía de C. Bavagnoli.

A los ochenta creo que soy una persona mucho más alegre que cuando tenía veinte o treinta años. Para nada querría ser adolescente otra vez: la juventud puede parecer gloriosa pero también duele sobrellevarla. Es más, lo que llamamos juventud no es tal, en mi opinión se trata más bien de algo así como una vejez prematura. 


Henry Miller en Big Sur


Con la maldición o la bendición de haber vivido una adolescencia eterna, alcancé cierta madurez pasados los treinta años, No fue sino hasta los cuarenta que comencé a sentirme joven en serio; para entonces ya estaba listo (Picasso dijo alguna vez: “uno comienza a volverse joven a los sesenta pero para entonces ya resulta demasiado tarde”). En esa época había perdido muchas ilusiones, pero por suerte mantenía el entusiasmo, la dicha de vivir y una curiosidad inagotable. Tal vez fue esa curiosidad —por todo y por cualquier cosa— lo que me convirtió en el escritor que soy. La curiosidad nunca me ha faltado y hasta el peor pelmazo me puede provocar interés (si aún tengo el ánimo de escuchar). 


Henry Miller y  Candice Thayer. Fotografía de  Bradley Smith. Tomada de la Revista Playboy correspondiente a Noviembre de 1971.
  

Con este atributo viene otro que valoro sobre todos los demás: el sentido del asombro. Sin importar qué tan limitado pueda volverse mi mundo, no me lo imagino sin mi capacidad de asombro; en cierto sentido creo que puedo definir esta capacidad como mi religión. No me pregunto de qué manera surgió la creación en que nos hallamos sumergidos, sólo la disfruto y la valoro. Rabiando por la condición de la vida y la forma en que la vivimos, ya dejé de creer que yo tengo el remedio. Quizá pueda modificar hasta cierto punto mi propia situación pero nunca la de los demás. Ni veo que nadie, en el pasado o el presente, por grande que fuera, haya podido realmente alterar la condition humaine


Henry Miller. Fotografía de  Arnold Newman. 1976

El mayor temor de la gente al pensar en la vejez es que será incapaz de hacer nuevos amigos, mas quien tuvo alguna vez la facultad de cultivar nuevas amistades, no la perderá por viejo que sea. En mi opinión, después del amor, la amistad es lo más valioso que nos ofrece la vida, Nunca he tenido problemas para hacer amigos; de hecho, a veces esa facilidad se ha convertido en un obstáculo. Dice el dicho: “dime con quién andas y te diré quién eres”, pero mucho he reflexionado yo qué tan cierto es esto. Toda la vida tuve amigos provenientes de mundos totalmente disímiles, tuve y sigo teniendo amistad con personas que no son nadie y debo confesar que se cuentan entre mis mejores amigos. He sido amigo de criminales y de ricos despreciables. Mis amigos me mantienen vivo, me han dado ánimo para proseguir y también, muchas veces, me han aburrido hasta las lágrimas. En lo único que insisto con todos mis amigos, sin importar su clase social o su condición, es que hablen con la verdad; si no puedo ser abierto y franco con un amigo, o él conmigo, no me interesa. 


Henry Miller y Candice Thayer. Fotografía de Bradley Smith. Tomada de la Revista Playboy correspondiente a Noviembre de 1971.