ENTRADA
Y SALIDA DEL POEMA
Se entra y se sale del poema, como a una
casa. Ese podría ser asunto del lector cuando posa sobre el papel y se desliza
sobre líneas entrecortadas, pasajes oscuros, tropiezos e iluminaciones. Pero el
poeta siempre está en los alrededores de la poesía aun cuando ésta no se haya
escrito.
El poeta no entra ni sale, permanece. Se
hace en el poema que es el cuerpo que visiblemente se agita en la textura del
cuaderno o en la lisa e inexpugnable presencia de la pantalla: he allí que las
palabras emergen y seducen (también encaran) a quien las teje, las enlaza y las
coloca contra él mismo.
Sergio Quitral en Ramas como enigmas de la luna, reflexiones diferentes sobre poesía se pasea por algunas de
estas aristas, y si no lo hace nos advierte de que algo pasará más adelante, en
otro ensayo que como éste es andariego, pasante ante lo que ve, huele y lo que
siente más allá de los sentidos.
Pero Quitral va más allá de lo sensorial.
El poema es un artefacto que amerita de un método –o es en sí mismo un método.
Igual, una fórmula, un experimento que sacude permanente a quien lo provoca y
lo aproxime en su búsqueda trabajada, revelación, iluminación o sobresalto
producto del insomnio.
El poema no es parte de la calistenia del
pensar por ser siempre representación. Sin ser ya está. Es. De allí que el
poeta permanece ante él, a la espera de que surja una imagen, un golpe, una
muerte, una eternidad porque son tantas, un algo del afuera, de la calle, de la
distancia no comprendida, de la aproximación de los elementos, de un cuerpo
desnudo. Y el poeta, es también una representación, espera o trabaja. La espera
forma parte de esa labor, la de elaborar la representación en él mismo desde el
poema, la de hacer el poema que ya está pero fuera de su alcance. Hasta que lo
consigue.
Quitral dice: “El poeta está inmóvil en su
propia obra”. No obstante no deja de estar.
Tres son las razones para decir que el
poema existe, respira. O está muerto
en algún lugar de la conciencia. Hondo, en un sitio que el poeta no ha sabido
explicar.
De la acción nos dice de la intensidad del
texto. De la acción plena de los sentidos donde la emoción participa y a veces
desarregla el clima, la temperatura del cuerpo (a la manera de Rimbaud) y se
hace.
Y luego, la acentuación, que es la
intensidad misma, afirma el autor. La anatomía de la voz, la herida de una
sílaba. Y en consecuencia, la cicatriz que deja en el lector.
Hay un oficio del poeta y el poeta como
oficiante. El oficio de hacer. De permanecer dentro y fuera del poema y así
hacerse poesía. Esa permanencia se consume en el arte poética, tanto como
oficio que como estilo: “el culto a las formas” y “las influencias”, respectivamente.
Y al final, la atención: la conciencia
enfocada en el decir, en el escribir, en el leer, agregaría yo. Y, por
supuesto, en un viaje que recrea el exterior y el interior, el adentro y el
afuera.
Este ensayo, que presumo es un abreboca,
podría iniciar una discusión en la que la poesía, esa indescifrable presencia,
continúa avalando la porfía de quien sigue escribiéndola.
**Alberto Hernández**
**Alberto Hernández**
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Ramas como enigmas de la luna
Reflexiones
diferentes sobre poesía
Sergio
Quitral
Para mí, toda
preocupación poética desde el punto de vista crítico, nace de dos cosas
inquietantes: la crítica poética -o la ausencia de ella- y la capacidad de los
escritores para desarrollar modelos nuevos. Modelo en un sentido de paradigma,
de modelo representativo de un autor, de un período, de arquetipo y no de
manifiesto. Modelo en el sentido de sello de al menos estás tres últimas
décadas, también de cosa que traspase la moda. De escritura que represente una
evolución.
Con este ensayo, no intento crear
definiciones o conceptos que se encontrarían mejor en un diccionario o manual, pues aquí no hay
verdades absolutas. Este es un tanteo alrededor de los temas y términos del
arte poético y su método y lo que pueden decirme a mí como lector y creador,
tratando de redefinirlos para el poeta joven.
El poeta continuamente
trata de definir, volver claro, en términos de expresión aquellas cosas que
pasan dentro y fuera. A veces oscureciéndolas.
Ejemplo de esto está en Bashoo quien buscó la libertad interior. No
buscó evitarla por un mero prejuicio. Así este sondeo tiene un propósito que es
liberarme a mí de mi oscuridad, con lo
cual otros se liberarán de la suya. Así que, sabiendo que contraría la
ortodoxia romántica, este estudio pretende ser lo menos exegético y manualesco posible, al tratar los temas
desde el punto de vista del lector y crítico. Se trata entonces de sostener un
diálogo con el quehacer literario, estableciendo interrelaciones entre las
épocas y los personajes.
Con los términos he dejado de lado
el concepto, y he tomado el de la apreciación, he intentado equiparar esas
conexiones reflexivas al mundo poético, arrojar luz sobre aspectos como la
observación, la intuición y la acción en
el poeta o escritor.
En arte y específicamente en
poesía —aunque no siempre de forma evidente— existe un método, todo poema es
también un método en sí mismo y una formula, un experimento que al esclarecerlo
alcanza a revelarnos lo que mucha teoría poética no ha dicho al escritor joven
en torno a su hacer. Este ensayo solo intenta
enriquecer la reflexión en torno a lo poético.
La poesía es representación igual que la
pintura o el teatro, pero el poeta está inmóvil en su propia obra. Sin embargo
su inmovilidad es intensidad. De manera que está en plena acción. Está
representando interiormente, atestiguando lo externo e interno, pues en el
poema todo tiene un propósito definido, una justificación interna, y toda
acción interna es consecuente con un sentido de veracidad que debe encontrarse
en lo que dice, coherente con una
emoción, así cuando el poeta se distrae el poema se distrae y pierde su
intensidad.
En poesía los actos más pequeños tienen
enorme importancia. Muchos momentos de
emoción en la vida real están señalados por alguna acción pequeña y
ordinaria. Cualquier acto pequeño como el vuelo de los pájaros, el movimiento
de los árboles adquieren un significado enorme si en el interior del poeta se
produce una activa emoción que lo acompañe. Una voz interior que busca escape
en una acción externa. Al acercarse a la emoción se trata de evitar todo
forzamiento porque el resultado debe ser natural, intuitivo y completo en el
poema.
Para escribir se requiere un material
apropiado, para penetrar en la realidad física se requiere una esencia interna,
el material es parte de lo que está afuera y adentro de mi en el momento presente, pero también
fuera y dentro de mí en el momento pasado. Mi acción interna busca unir todo en
un solo tiempo y lugar. Cohesionar, relacionar, enlazar. Todo esto adquiere un
contenido interno. Un significado. Así lo que está afuera adquiere dentro de mí
una forma. Una expresión que es solo mía. La poesía en el mundo físico o
natural no reside en él mismo como tal, sino en lo que evoca. Que algo suceda,
por ejemplo que alguien muera o salte una rana en un pozo no es tan importante como lo" vivenciado". Es decir sentirlo
como si ocurriera dentro de uno. Cualquier hecho por grande que sea, carece de
interés sin una razón interna. La muerte misma pasará sin dejar ninguna
impresión si no sabemos qué la motiva, si no hay identificación con ese suceso. Qué lo
precipita y qué emociones están allí latentes. El poeta trabaja con las fuentes
vivientes de la naturaleza humana y no humana. Pero también con la experiencia.
Los sentimientos del poeta no son suficientes, debe ponerse reparo en la
sensiblería, y en la emoción mórbida. Así el material apropiado es también una
conciencia clara que se sobrepone al abismo del sentimiento.
La acentuación es la mayor intensidad de la voz con que
se hiere una sílaba en una palabra, pero es también la intensidad misma. En
Música el acento indica a los instrumentos la fuerza que debe imprimirse para
lograr su expresión o colorido. En un cuadro hay también un acento. Un punto al
que se le da mayor importancia o se destaca sobre otro. En poesía hay igual
número de planos que crean un sentido de relieve. El poema está construido por
planos y cada uno es una arquitectura con una unidad propia y compleja. La
correspondencia entre piedra y silencio, le da sentido, eficacia y sustancia a
una imagen. Reverdy diría "semejanza de relaciones" y no "una
relación de semejanzas", para
Reverdy lo que cuenta en la imagen es lo interno, no las características
externas, por ejemplo "redondo como una piedra" no es tan interesante
como "las piedras estaban en silencio", que sorprende porque el
lenguaje sugiere lo contrario, que ellas siempre hablan. El acento está en la
relación del ánima más interna del yo con el yo de lo que está allá afuera. En
Basho ocurre igual, se exige un estado de ser son respecto al objeto. Todo ello
está en consonancia con la conciencia de lo sagrado que reina a nuestro alrededor diciéndonos que nada es
más importante que nada, por el contrario, todo es único y a la vez perecedero.
En el lenguaje cotidiano hay planos de
expresión que no pueden aplicarse al poema escrito porque los da el tono de
voz. El volumen, la entonación y sus variados matices hacen a una misma palabra
maliciosa o irónica o acariciadora, etc. El poeta podría sugerirlos a través
del corte de versos, de su respiración en la que está apoyada la intensidad de
las palabras. Mucha poesía se ve desconectada con el poeta, él está diciendo
algo y ese algo no le interesa realmente. En estos casos el acento está puesto
en la palabra y no la sobrepasa.
En estos varios planos en que se mueve
el poema, hay dos planos principales, el sentido y la forma. Mucha mala poesía,
o toda poesía que llega a ser solo "intención poética", le da
demasiada importancia a la forma. Se pone el acento, la gravedad en el
cumplimiento del modelo. El modelo es el poema arquetípico al que se está
imitando. Un exceso de atención en el sentido llega a ser muy pedestre y vulgar
a veces, el equilibrio de las partes hace lo lírico, pero incluso en lo lírico
predomina el sentido. Un poema es verdad y belleza cuando tiene vida interna
así como tono e Impulso interior con todas sus insinuaciones psicológicas.
Pound, en sus "varios
no" nos invita a "tenerle miedo a la abstracción",aquí se
refiere a los significados y significantes, "No uses palabras como brumosas tierras de paz porque embotan
la imagen, mezcla una abstracción con lo concreto. Viene de que el
escritor no se da cuenta de que el
objeto natural es el símbolo adecuado".
La acentuación debe estar
puesta en la verdad y en la frescura a
la vez, Bashoo, el poeta japonés estaba consciente de que nuestra tragedia como
escritores era ser prisioneros de una subjetividad casi siniestra. Su art
poética es profunda y simple: "aprende del pino a partir del pino, del
bambú a partir del bambú". Si consideramos que Basho pasaba horas
contemplando las hojas del plátano sacudidas por el viento, o en estado de
meditación larga, interiorizando los objetos captaremos mejor el planteamiento
que es sentir con ellos (los objetos y seres del mundo) desde adentro (de
ellos).
Art poética y Oficio:
Toda
art poética (arte poética) sigue un “culto de las formas” que propone un límite
al trabajo poético, forzado a explicar lo que se hace como testigo y no
como protagonista de lo poético. En todo
buen poema hay una art poética implícita, una maestría que tiene que ver con el
trabajo bien hecho. Sin embargo hay mucho poeta que construye su art poética
para explicar adrede lo que hace, su formula.
La art se vuelve un guiño al crítico
que se supone acompaña al poeta. Dadas
por una necesidad modal de definir y definirse al no existir la
intención del poeta de explicar lo que hace pues la moda también impone que
esto es de mal gusto.
Lo que queda a la art poética,
como en un cuadro de Meninas monstruosas, es la imperiosa presencia del artista. La fórmula, el
paradigma como una doctrina personal es siempre una confidencia que nos dice “La
manera como hago mi arte” . Sin embargo el escritor joven debe saber que hay
algunos poetas que han construido concientemente una estética propia, la
mayoría la obtiene pasivamente, obligado por su forma aprendida de escribir. En
este caso el poeta considera que es natural y no promueve nada nuevo con su
trabajo, solo trata de expresar ideas. He aquí algunos casos de
poetas que crearon una escuela o intentaron sobreponerse a la medianía. Si
tomamos a dos grandes mujeres poetas, como Idea Vilariño y a Ana EnriquetaTerán, veremos a simple vista que ambas son poetas de la interioridad desde
luego, pero a la profanidad aparente de Idea Vilariño, es decir, el uso directo
del lenguaje a veces al extremo “ Lo que siento por ti es tan difícil/ No es de
rosas abriéndose en el aire/ es de rosas abriéndose en el agua” contraria a la
suntuosidad ornamental de Ana. “ Se alaba esta casa plena de recursos
seculares: se hace el pan/ Se hacen manteles, sábanas. La mesa servida. Se
ocultan fechas/malas horas, ciertas plantas. Pesadumbre: /fogón de rescoldos de
días anteriores: banderas, banderas”, este deseo de sombra, de no dejar en
claro quién habla y cuya voz referida a si misma siempre recae en terceros es
contrario a Vilariño quien siempre habla de su yo esencial, conversacional,
centrífugo. La
poesia de Ana Enriqueta, parece ocultarse en la superficie, en el adorno, centripeta y a la vez profundamente lirica,
retorica y a la vez oscura
Art poética y Estilo:
En Emily Dickinson su estilo único está
formado por el desarrollo de sus propias influencias bibliográficas: la Biblia,
los himnos, Isaac Watt, Emerson y el estilo puritano, el diccionario
lexicográfico de Noa Webster y unos pocos poetas de su época. Lo que sorprende
es que se trata de una escritora del siglo XIX que se adelantó al modernismo
con un cúmulo muy pequeño de libros alrededor. Su auto-encierro voluntario, su
reclusión casi monástica en beneficio no de Dios sino de la creación misma,
parece un tanto extravagante a los ojos simplones del joven poeta moderno.
Las características de su estilo son:
Las características de su estilo son:
1.
Utilización mínima de conectores y verbos entre las palabras, sintaxis reducida
al nombre de las cosas.
2. Lenguaje concreto y visual
3. Uso
e palabras aisladas que oscurecen el contexto del poema .
4. En
su poesía aparece gran número de elementos que conforman la lengua hablada, que
tiende a ser disyuntiva, fragmentada, elíptica, y que contiene más
interrogativas, exclamaciones y pausas que la lengua escrita.
5. La
concepción de Performance del poema, como epigrama
o juego literario.
6. Uso de las
metábasis y parataxis . Desempeño de las palabras ejerciendo otra función, por
ejemplo, sustantivos funcionando como adjetivos, etc. así como el uso arbitrario del plural y
el singular.
Con los
anti-poemas de Nicanor Parra tenemos: ( de Leonidas Morles: La poesía de N.
Parra)
1. El aspecto narrativo
2. Convierte el espacio neutral del poema en un espacio escénico, Ej. comienzos de muchos poemas llamando la atención hacia algo: “Señoras y señores”
3. Define su yo dentro del poema, el es protagonista de su obra.
4. Prosaísmo contra el buen tono de lo que debe ser bueno, etc.
5. La moraleja
6. La acumulación:
1. El aspecto narrativo
2. Convierte el espacio neutral del poema en un espacio escénico, Ej. comienzos de muchos poemas llamando la atención hacia algo: “Señoras y señores”
3. Define su yo dentro del poema, el es protagonista de su obra.
4. Prosaísmo contra el buen tono de lo que debe ser bueno, etc.
5. La moraleja
6. La acumulación:
Una
momia camina por la nieve
Una momia camina por el hielo
Una momia camina por la arena.
7. El tono coloquial: “Nosotros conversamos/ En el lenguaje de todos los días/ No creemos en signos cabalísticos" (Manifiesto).
8. Desmitificación: “A diferencia de nuestros mayores /-Y esto lo digo con todo respeto-/
7. El tono coloquial: “Nosotros conversamos/ En el lenguaje de todos los días/ No creemos en signos cabalísticos" (Manifiesto).
8. Desmitificación: “A diferencia de nuestros mayores /-Y esto lo digo con todo respeto-/
Nosotros sostenemos/ Que el poeta no es un alquimista/ El poeta es un
hombre como todos/ Un albañil que construye su muro: / Un constructor de
puertas y ventanas. (Manifiesto).
La atención es parte de la
conciencia activa enfocada adentro o afuera. La contemplación solo es parte de
la conciencia pasiva. Los movimientos románticos dan mayor atención a la
subjetividad, los movimientos realistas a la objetividad. Pero la atención
requiere algo de nosotros cuando la subjetividad nos hace creer que algo es
poético, o cuando algo parece hermoso o
bello. La belleza se sirve de la
contemplación y de la pasividad interior. Sin embargo la atención nos deja ver
cómo funcionamos y quienes somos. El primer paso para un poema es la atención.
La
emotividad es el resultado de varias conexiones de la atención. La conciencia
emotiva necesaria para escribir requiere de una segunda atención. Mi atención
recorre instantáneamente dos mundos, el interno y el externo. Si el poeta es
arrobado por una imagen o una idea, escribe y sin embargo no quiere entorpecer
su creación con la atención que lo distrae, necesita una segunda atención. Para
explicarlo mejor, Stanislavki tenía un método simple con sus actores, lo
primero es:
1. No hay Fórmulas
2.
Libertad física,
3.Atención,
4.
Estar en contacto con todo lo que nos rodea,
5.
Se debe creer que todo suceso está relacionado.
Traspasemos
todo esto a nuestra poética. Estos cinco pasos son una unidad, la segunda
unidad es "El estado creativo".
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Alberto Hernández
Nació en Calabozo, estado Guárico, el 25 de octubre de 1952. Poeta, narrador y periodista. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua.
Fundador de la revista literaria Umbra, es miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo y colaborador de publicaciones locales y extranjeras. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria.
Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999). Recientemente ha publicado «Poética del desatino» y «El sollozo absurdo».
Sergio Quitral nació en 1964, en Chile, residenciado en Venezuela desde 1980. Profesor egresado de la Universidad de Carabobo en Ciencias Sociales. Ensayista en temas de arte y poesía, colaborador de "Tuna de Oro" y revista "Poesía" en la UC. Profesor de Arte del Centro Piloto Luis Eduardo Chávez, del Ateneo de Valencia. Libros publicados: "La promesa que nos hace la Noche", 1er. Premio Bienal "Roque Muñoz", editado por Secretaria de Cultura Gobierno de Carabobo, en la colección María Clemencia Camarán (2002). "La balsa de Medusa" Colección Primer Libro Poesía de la Universidad de Carabobo (2002). "Aquel Viento sin Nombre", edición personal Hermana Poesía (2004). "Sobre tigres, hombres y sueños" Premio Conac, Poesía Concurso Nacional de las Artes, edición "Cada día un libro" (2006) “El reino del pájaro silencioso”, Colección Breves Contemporáneos, editorial El Perro y la Rana, 2009.Caracas. El fuego protector", editorial El Perro y la Rana, 2013,Caracas.
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Actualizada el 24/02/2024
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