Estimados Amigos todos deben recordar al legendario disco el Sargento Pimienta de lo Beatles. Hoy un desconocido amigo llamado F hizo su versión de la carátula y el siempre efectivo Carlos Yusti nos da su puento de vista.
Deseamos disfruten de la entrada tanto como nosotros.
La Gerencia
*******
Carlos YUSTI
La carátula del disco (en vinil) de el Sargento Pimienta de los Beatles ha sido utilizada hasta la saciedad y es ya un lugar común del diseño. Bueno, si se toma en cuenta que fue diseñada en ese tiempo en el que no se utilizaba el computador personal la carátula tiene su encanto y creatividad. Al parecer se utilizaron las figuras de cera de Madame Tussauds (la primera y segunda fila). Los otros invitados en la portada fueron fotografías ampliadas a tamaño natural y recortadas sobre soportes de cartón y madera. La esposa de Peter Blake, Jann Haworth, sirvió como primer asistente de diseño y muchas de sus opiniones fueron consideradas al momento de diseñar la escena. Cada foto fue coloreada a mano. Michael Cooper se encargó de la placa fotográfica final y para lograrla llevó a cabo diferentes versiones, con los Beatles distribuidos en distintos ángulos de la composición general. Mi amigo F… ha retomado la famosa carátula del disco, con menos producción claro, y valiéndose de la computadora para hacer su versión con escritores del barrio local.
Lo
interesante es que apiñados, en una versión algo chapucera, de la famosa
portada está lo más granado de la literatura nacional. Como es lógico faltan
nombres (yo hice una que otra sugerencia, donde me incluía claro, pero mi amigo
F… me dejo por fuera, no obstante incluyó a escritores que sugerí
imprescindibles).
Sobre
el medio literario (mundillo literario
se le llama en los pasillos de las instituciones de cultura estadal) hay una
opinión un tanto generalizada: es un medio mezquino. También se habla que ese
mundillo literario está lleno de pillos y truhanes. Lo cierto es que intentar
ser escritor en nuestro país es una carrera de obstáculos. Las quejas plañideras
e imprecaciones groseras a este respecto nunca faltan.
En
este collage de mi amigo F… se encuentran escritores del presente y del pasado.
Hay héroes y villanos. Hay estelares y segundones, chupamedias y acomodaticios.
De todo y para todos. Pero a la hora de juicios sumarios y otras espeluznantes
maneras de juzgarlos por sus actuaciones públicas, en ese sentido de
funcionariato de cualquier gobierno de turno, o ciudadanas hay que centrarse en
su obra. Al final, como decía Borges, su trabajo literario se ganará el olvido
( o el perdón).
Este
collage también dice mucho de los gustos lectores de F… y en la cual incluye a
mucho de sus amigos escritores, algunos también son muy buenos amigos míos, por lo tanto es un collage pensado/realizado
con alevosía. Colocar a Cony Méndez como un ser iluminado, aparte de la carga
irónica, le confiere a esta escritora de autoayuda un sitial destacado y aunque
(no es broma) es junto a Eduardo Liendo, que no está en el collage, nuestra
Best-Seller más destacada. Los puristas y defensores de la “gran literatura”
seguro argumentarán que escribir como Cony Méndez lo hace cualquiera. Lo que
sucede es que a nuestra literatura le falta algo de pimienta, de esa pimienta
textual que le puso Denzil Romero o de esa pimienta de mentira histórica,
escrita con grandes baches, por Herrera Luque, escritores de paso que tampoco
están en el collage.
Cabrujas
más que pimienta le agregó sal irónica y Adriano González León con su novela
“País portátil” convirtió a nuestro país en un artefacto joyciano de gran
fractura estilística y literaria. Aparece Rafael Bolívar Coronado el pecador más grande de nuestras letras,
el más insigne de los paradigma de todo aquel que quiera abrazar (ya estoy
escribiendo como Pedro Emilio Coll o Manuel Díaz Rodríguez) el gran arte de las
letras. O sea, la literatura como impostura, como trampa, como una manera de
burla a los maestros del día de las letras y sobre todo como una trinchera de
seudónimos para ser todos los escritores y ninguno.
Los
críticos de nuestra literatura, surgidos de nuestras prestigiosas
universidades, han llenado de broza académica cualquier estudio alejando a los
estudiantes de esa tan cacareada “gran literatura”. Ya Roberto Echeto en La literatura venezolana no va detrás del
camión de la basura lo había escrito “En el caso de la crítica literaria
las cosas se complican por varias razones. Como es tradicional, los críticos
literarios encienden sus pipas, se tocan sus quijadas y escriben desde sus
cubículos universitarios para que los lean otros especialistas que también
encienden sus pipas y se tocan sus quijadas en sus respectivos cubículos
universitarios. En otras palabras, lo que ellos hacen, no tiene nada que ver
—al menos directamente— con que en la calle haya o no lectores. Por eso su trabajo
no sólo carece del peso que debería tener en todo este asunto, sino que se
pierde la oportunidad de orientar a los demás en todo lo que se refiere a las
obras que salen a la palestra, de leerlas, analizarlas y despertar en otros el
interés por disfrutarlas.” Y Rafael
Rattia agregó en su momento: “Lo mejor de nuestra literatura venezolana no se
está escribiendo en Caracas. Es en el interior del país donde se está fraguando
la literatura del futuro de esta nación. Y los críticos no han reparado en ello”.
Lo
más nefasto que le ha ocurrido a la literatura en el país, aparte de los
críticos de cubículo y de revistas arbitradas, es el pensum de estudio. Autor o
libro que aparezca como materia obligada de estudio va directo a la tumba o
todo caso se convierte en ser más odiado y vilipendiado del orbe. Aparte que
todos los estudiantes se acordaran de su madre, sin el debido respeto.
Aquiles
Zambrano ha escrito algo que me gustaría citar: “La literatura, queridos
mercaderes literarios, la verdadera, la que se escribe con uña y sangre,
temblando al borde de la enfermedad o el llanto, es indiferente a las
condiciones materiales que la propician. Esa literatura se va a escribir venda
o no venda, con o sin aparato cultural promotor, con o sin lectores, en la pobreza
o en la abundancia, en mitad del apocalipsis o en un cómodo apartamento en
Manhattan”. No obstante cada vez que alguien me asevera que el arte se hace con
sangre, recuerdo la frase de un escritor español que refutó categórico: “Con
sangre sólo se hacen morcillas”.
Volviendo
al collage de F… hay que tocar el oportunismo de muchos borregos escritores ( o
viceversa) que salen en el collage es antológico. El oportunismo es una manera
para sobrevivir/vivir del estado sin mancharse mucho. Es una forma de aparecer
en el foto del gobierno de turno y cobrar por servicios prestados, cada cual a
su modo y es que el trabajo de las letras no reditúa lo necesario para
vivir/beber. Lo escrito por Ramón Ordaz es puntual: “No hay arte sin utopía,
dice el crítico y poeta Eduardo Milán, lo que no cuesta nada suscribir. La
tragedia de los poetas oficiales en Venezuela es que la utopía dejó de ser un
destino, porque parte de su propósito se ha cumplido en ellos,…”
La versión intervenida por el poeta Arévalo |
Escribir,
escriben todos. Todos son escritores en este collage, pero el país lo siguen
escribiendo, con errores y horrores de todo tipo, los politicastro de siempre.
El escritor está allí en la antesala; ya no espera a los lectores, ni al
olvido, solo espera expectante y en soledad. Todo esto lo satirizó mucho mejor Chevige
Guayke es su “Manifiesto contra la basuratura”: “Vivimos, indudablemente, en
una sociedad muy casta, muy decentica ella, muy cristiana, muy tantos adjetivos
optimistas. Vivimos en un país de gobernantes muy honrados, muy entregados a
llevar a cabo la Justicia Social. ¡Oh, paraíso el nuestro! Sí así es la
Democracia que no se termine nunca. La Democracia nos permite votar cada cinco
años Y nos permite votar cada cinco años y también nos permite votar cada cinco
años y nos concede el derecho, el sagrado derecho de votar cada cinco años nos
levantamos bien de madrugada y salimos a votar bien temprano cada cinco años.
¡Oh, la Democracia, la Democracia! Por consiguiente, no se justifica que
ciertos escritorzuelos sin oficio conocido ni siquiera del hogar pretendan
crear una literatura corrupta y pletórica de desperdicios fecales o sea heces o
sea estiércol o sea excrementos o sea... Lo que dichos caballeros -mejor dicho:
burreros- pretenden hacer no es literatura sino basuratura porque ellos están
dominados por la malignidad de un tal Conde Lautréamont y de un tal Rimbaud y
de un tal César Vallejo y de un tal Gustavo Pereira y de un tal Víctor Valera
Mora y de otros miles de demonios como el tal Eduardo Sifontes y el tal Ernesto
Cardenal, puros alumnos de Satanás, puros enemigos del Bien, puros enemigos de
la Belleza, puros enemigos de la Moral y las Buenas Costumbres”.
Recuerden esto: Paul esta muerto
*******
Carlos Yusti en Barcelona, con la estatua de Colon al fondo, al final de la Rambla donde desemboca en el puerto.
|
Carlos Yusti (Valencia, 1959). Es pintor y escritor. Ha publicado los libros Pocaterra y su mundo (Ediciones de la Secretaría de Cultura de Carabobo, 1991); Vírgenes necias (Fondo Editorial Predios, 1994) y De ciertos peces voladores (1997). En 1996 obtuvo el Premio de Ensayo de la Casa de Cultura “Miguel Ramón Utrera” con el libro Cuaderno de Argonauta. En el 2006 ganó la IV Bienal de Literatura “Antonio Arráiz”, en la categoría Crónica, por su libro Los sapos son príncipes y otras crónicas de ocasión. Como pintor ha realizado 40 exposiciones individuales. Fue el director editorial de las revistas impresas Fauna Urbana y Fauna Nocturna. Colabora con las publicaciones El correo del Caroní en Guayana y el Notitarde en Valencia y la revista Rasmia. Coordina la página web de arte y literatura Códice y Arte Literal
Tomado de Letralia
No hay comentarios:
Publicar un comentario