Francisco Massiani. Pintura de J. M. Cruz |
Estimados amigos:
Hoy compartimos esta nota sobre el mas reciente ganador del Premio Nacional de Literatura de Venezuela. La entrevista nos inunda con un raudal de humildad que debería ser mas común en nuestro egolátrico mundillo literario local. No esta de más decir que debemos aprender de este genio literario venezolano. Después de la entrevista esta el enlace donde podrán descargar la Antología Poética de Francisco Massiani editada por Arquitrave.
01-Ago de 2012|Michelle Roche Rodríguez
Un breve y arbitrario encuentro con el autor de Piedra de mar (1968) reveló que el Premio Nacional de Literatura es una fortuna que le cae a Francisco Massiani para seguir haciendo lo que más le gusta: disfrutar de la vida
Salí del Rancho Dallas ayer al mediodía con la sensación de que me había ocurrido algo excepcional. Había llegado allí para visitar a Francisco Massiani, con motivo de haberle sido conferido el Premio Nacional de Literatura. Entre otras tonterías, llevaba anotada en mi libreta una reflexión entre signos de interrogación: "¿De dónde viene su genio?".
Los periodistas, a veces, hacen preguntas idiotas.
En la lista de anécdotas que atesora el fabulario de la antigüedad se cuenta que cuando Alejandro Magno vio a Diógenes en el tonel donde vivía le ofreció concederle cualquier cosa, y el sabio le contestó: "Pues, me gustaría que te apartaras, porque me quitas el sol". Claro que ni soy rey de Macedonia ni Massiani vive en un tonel, principalmente porque allí no podrían visitarlo sus amigos ni echarse palos con tranquilidad, que son los placeres llanos de su vida. Pero la historia vale para medir dónde radica la sabiduría de este hombre que se conforma con poco: una cama, unos libros, la máquina de escribir, una cubeta y la radio, que no deja nunca de sonar. Más nada.
Hombres como él son extraños en la literatura venezolana.
En este universo letrado, plagado como está de egos astronómicos, resalta la sencillez del autor de Piedra de mar (1968), que ayer estaba más contento porque lo habían ido a visitar que por haberse ganado el premio capital de la tradición nacional.
"A mí, que no tengo en la cartera absolutamente nada, nada de nada, me van a dar un premio de 20.000 bolívares (aproximadamente 4652 dolares al cambio oficial y 1496 dolares al cambio paralelo) y luego una renta mensual de 2.500 bolívares más. ¡Imagínate! Soy rico. ¡Qué dicha, así puedo invitar a los amigos a tomarse unos güisquis! Quizá también vaya a la playa, porque tengo años que no voy y me hace falta", dice el escritor que vivió en ciudades como Nueva York, Santiago de Chile y París, pero quedó marcado por su primera visión del mar, a los 4 años de edad.
Futuro de letras
Massiani se mantiene ocupado haciendo lo que más le gusta: escribir.
Continúa sumergido en una novela que tiene décadas alargando sería su primera obra de narrativa extensa y que se llama Amor nuestro. Comenzó también a redactar su autobiografía, de la que lleva 150 páginas y se titula Breve y arbitraria historia de mi vida. Para el autor de Florencio y los pajaritos de Angelina, su mujer obra que ganó el Concurso de la Fundación para la Cultura Urbana 2005 y que se publicará pronto en Nueva York, no existe diferencia entre la escritura de su biografía y la de cuentos y novelas, porque en todos esos géneros va vertiendo anécdotas, reflexiones y lecturas.
¿Ahora que revisa su pasado reconoce algún hilo dramático?
Paso... Hazme otra pregunta.
Massiani por Hen's Monologue |
A Massiani no le interesan las poses ni las palabras engoladas. Detesta que lo importunen con preguntas intensas o con ceremonias. Le parece todo falso. Lo único que reconoce como verdadero es la literatura. Y la poesía como la de Guillermo Sucre, Rafael Cadenas, Yolanda Pantin o Cecilia Ortiz, así como de tantos otros que se esmera en recordar.
El sello Lugar Común publicará próximamente una colección de relatos suyos, Cuentospasados de moda, y una novela corta que escribió antes de Piedra de mar, a los 21 años de edad y en 15 días, titulada El veraneante y que en 100 páginas relata las alegrías y frustraciones de un escritor principiante.
"No cambiaría mi vida por nada. He sido un hombre dichoso. No puedo quejarme de absolutamente nada porque todo ha sido maravilloso", enfatizaba ayer Massiani mientras el resplandor de las pupilas se le perdía en el humo de un cigarrillo. Mientras, yo intentaba apartarme del sol, que a esa hora quemaba.
Apenas una Piedra de mar
¿Qué dices? Piedra de mar no me cambió la vida. Ni siquiera me trajo una novia nueva. La novela nació de una mentira. Yo trabajaba en la Revista Imagen, que era del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (Inciba). Entonces la dirigía Simón Alberto Consalvi que un día me llamó a su oficina para preguntarme si yo tenía algo que publicar. Entonces, junto con Benito Milla, había fundado la Editorial Monte Ávila. Le dije que no tenía nada escrito. Era mentira tenía dos novelas cortas, Fiesta de campo y Renate o la vida siempre como en un comienzo. Sin embargo, agregué otra mentira que era la de que tenía una idea. Y comencé a contarle lo que se me iba ocurriendo, que después fue el argumento de Piedra de mar. Esa tarde volví a casa y comencé a escribirla. Luego se la di a Guillermo Sucre para que la leyera, que me recomendó publicarla. Eso fue todo.
Tomado de El Nacional
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Pueden descargar la Antología poética de Francisco Massiani, editada por Arquitrave, pulsando aquí.
Me interesa, y gusta la forma tan sencilla en la que Francisco describe sus relatos. Aprendí leyéndolo que no hace falta tanto formalismo para que se exprese la belleza en cada una de las líneas de sus obras. Me encantó leerlo y seguiré haciéndolo.
ResponderEliminarGracias Andrea Padrón Navas por compartir tus vivencias
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