Una curiosa nota sobre la defenestración de uno de los lideres más polémicos en la china actual, un país que siempre esta en la mira debido a su régimen político, a su sistema económico y al poco respeto de los derechos humanos de los disidentes.
19/03/2012
Raúl Sohr
Causó perplejidad
la caída en desgracia de Bo Xilai uno los líderes ascendentes que
aspiraba a ingresar al todo poderoso Comité Permanente del Buró
Político.
En los tiempos de la era soviética surgieron
especialistas llamados “kremlinólogos”. Era los encargados de descifrar
los movimientos tras las bambalinas del poder en Moscú. Hoy ocurre otro
tanto en Beijing donde los cambios políticos no son explicados al
público. Por ello ha causado perplejidad la caída en desgracia de uno
los líderes ascendentes que aspiraba a ingresar al todo poderoso Comité
Permanente del Buró Político.
Bo Xilai se desempeñaba como secretario del Partido Comunista de la
municipalidad autónoma Chongquing. Un nombre desconocido para muchos
pero que representa la mayor conurbación del país con más de 30 millones
de habitantes. Allí Bo, considerado un “príncipe” pues es hijo de uno
de los padres de la revolución comunista de 1949, hizo algo que otros
dirigentes del aparato partidario no han osado: creó su propia base de
poder político.
La popularidad de Bo arranca de su exitosa campaña contra la
corrupción. Para ello acuñó la consigna con colores que evocan conceptos
entre sus compatriotas: “Soñar rojo (los ideales comunistas) y golpear
el negro ( que alude al ataque contra la mafia)". Bo lanzó además una
serie de medidas para impedir la creciente diferenciación social que se
aprecia en China. En más de una oportunidad evocó a Mao Tse Tung, que si
bien es un icono nacional, quedó desplazado del pensamiento político
dominante desde el ascenso de Deng Xiaoping, en 1982, el arquitecto de
la modernización del país.
Bo, en cambio, abogaba por un rol decisivo del Estado para asegurar mayor equidad. Desde esa perspectiva su ocaso político constituye un revés para lo que cabe llamar la izquierda china.
En Beijing parece existir consenso que la situación social del país
es explosiva. Así lo reconoció Wen Jibao , el Primer Ministro, que
levantó el temido espectro de la revolución cultural. Wen advirtió que
sin reformas políticas las propias reformas económicas no alcanzarían su
fin último, y los logros podrían perderse. Si bien todos comparten un
diagnóstico sobre un creciente descontento por los bajos salarios, malas
condiciones laborales, servicios de salud y educación caros e
insuficientes hay desacuerdo sobre las soluciones.
Wen y el grueso de la dirigencia es partidaria de profundizar las
reformas económicas (léase más apertura de mercado), como también
descomprimir la situación política con mas participación de la
ciudadanía a nivel local. Bo, en cambio, abogaba por un rol decisivo del
Estado para asegurar mayor equidad. Desde esa perspectiva su ocaso
político constituye un revés para lo que cabe llamar la izquierda china.
Quedó demostrado que en el gigante asiático aun no hay vida política
fuera de la nomenclatura, como los soviéticos llamaban a la elite
gobernante. El reto de satisfacer las demandas de cientos de millones de
trabajadores que se integran a una clase media emergente así como otros
tantos millones de campesinos postergados es enorme. Pero, en
definitiva, todo en China es de magnitudes colosales y pese a las
dificultades ha logrado la mayor acumulación de riqueza en la historia
humana en plazos tan breves.
Tomado del blog de La Nación
24/06/2024
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