Carlos Yusti en Barcelona, con la estatua de Colon al fondo, al final de la Rambla donde desemboca en el puerto.
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Estimados Amigos
Hoy tenemos el gusto de hacerles llegar una breve biografía de nuestro amigo Carlos Yusti.
Deseamos disfruten de esta entrada.
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BIOGRAFÍAS PORTÁTILES (5): CARLOS YUSTI
Biografías Pórtatiles (5): Carlos Yusti está dedicada a este escritor, polemista y artista plástico nacido en Valencia, la de Venezuela, el año 1959. Yusti ha desarrollado una obra ensayística vigorosa y voluntarista que ennoblece, más allá de los convencionalismos, el panorama de la literatura regional y nacional. JCDN.
Carlos Yusti (1959) es uno de nuestros más polémicos y, paradójicamente, simpáticos ensayistas. No en balde, su primer libro Pocaterra y su mundo (Ediciones de la Secretaría de Cultura de Carabobo, 1991), constituye un ensayo biográfico sin concesiones apologéticas que se aproxima con honestidad descarnada a José Rafael Pocaterra, un valioso escritor de esta ciudad que, encasillado por la crítica malsana en el realismo ramplón, desarrolló un discurso narrativo hiperrealista, enternecedor y satírico muy apegado a sus contradicciones de vida.
Dentro de la metáfora (Fondo Editorial del Caribe, 2007) es uno de sus mejores volúmenes de ensayo, pues establece pasadizos y vasos comunicantes entre temas y autores disímiles en apariencia como Santiago Key-Ayala, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Argenis Rodríguez, el Índice de Libros Prohibidos, Juan Antonio Navarrete, Osvaldo Soriano y un sentido y celebratorio responso por la revista “Nanacinder” del Psiquiátrico de Bárbula. Es otro libro-objeto que se convierte en metáfora viva, tal como la describe magistralmente Paul Ricoeur en su libro homónimo.
En sus inicios, Yusti fue cofundador de la revista Zikeh y el grupo literario Animales Krakers. Estableció una dupla sólida en la amistad y el arte con el fotógrafo Yuri Valecillo. Como lo delata su segundo libroVírgenes necias (Predios, 1994), nuestro díscolo e inconformista amigo ha desarrollado una prosa crítica colindante con la aparente despreocupación formal (lo cual lo emparenta con el primer Alberto Moravia o el cine de Buñuel, por ejemplo), la virulencia polemista y el vitalismo como religión sin Dios ni espíritus edulcorados que ascienden en el desdén por la humanidad. Que nuestro autor nos perdone, pero además de la fluencia dialógica del escritor español Francisco Umbral en sus textos iniciales, se imposta y cuela el tono endurecido y controversial del filósofo Juan Nuño (éste a su vez se empapó del rumano Cioran), ello muy a pesar del texto a contracorriente que este áspero sobrino político le dedica en Vírgenes necias.
Edición especial de la publicación mexicana “Humo Sólido”, dedicada a Carlos Yusti (foto de Yuri Valecillo) |
Carlos Yusti, en plena efervescencia de la militancia política en la Causa R de los 90 (la auténtica que fundó Alfredo Maneiro), se traslada a Guayana donde no sólo siguió escribiendo sus ensayos “desembraguetados”, sino también realizó diversas exposiciones artísticas, amén de formar su propia familia, eso sí, sin claudicar sus impulsos irreverentes muy picantes. Desde el lejano Sur del país, Yusti colaboró con las revistas Predios, La Tuna de Oro, Zona Tórrida y Auditorio, además de publicaciones electrónicas como Escaner Cultural, Ficción Breve, Venezuela Analítica y Letralia. Fundó y dirigió las revistas Fauna urbana y Fauna nocturna, además del portal web Arteliteral. Pedro Téllez lo ubica en su Mapa del Ensayo Venezolano, estupenda aproximación publicada por el CELARG en un libro sobre el siglo XX, haciendo hincapié en su incursión virtual en portales propios y prestados.
Hemos tenido el privilegio placentero de reseñar y divulgar la obra escrita y plástica de Carlos Yusti en varias ocasiones. Por ejemplo, su trabajo ensayístico cuando nos tocó dar un curso en la Cátedra Ramos Sucre de la Universidad de Salamanca (noviembre de 2015); o reseñando libros como Para evocar el olvido y otros ensayos inoportunos (el perro y la rana, 2011) con el título “Carlos Yusti o el ensayo como puñetazo y arte” (en la revista Arte de leer, n° 7, 2011), y De ciertos peces voladores (Fondo Editorial Predios, 1997) con el título “Del morbo como tono, tino y desatino” (en la revista Predios, n° 13, septiembre 1997). Consideramos a Yusti no sólo como uno de nuestros mejores amigos, sino también en tanto hermano mayor literario. Aprovecho la ocasión para agradecerle mi consolidación como periodista y crítico cultural, pues me permitió publicar durante más de dos años mi columna “Salmos Compulsivos” en el diario El Venezolano de Ciudad Guayana. Por supuesto, no podemos obviar nuestro texto de clausura a la exposición “La Tapa del Frasco” (Museo Quinta La Isabela, Valencia, 2015), un inventario de poemas objetos con que obsequió a los espectadores en un espíritu lúdico y festivo.
Como crítico de artes plásticas, su libro Poéticas del ojo. Una mirada impertinente acerca de las artes visuales (1999-2008), publicado por el perro y la rana en 2011, nos resulta un incunable del género en el país que implica la sensibilidad y el arrojo expresivo del ensayista, amén de la empatía del artista plástico. Los textos dedicados a Michelena, Reverón, Régulo Pérez, Roger Herrera, Javier Téllez, El Bosco, Balthus, Cartier-Bresson, Basquiat o el muy amoroso dedicado a Diane Arbus, manifiestan su rechazo militante al academicismo para declarar sus convicciones estéticas en sintonía con la magia de lo visual que parte de la vida misma.
Un libro de excepción sobre las artes visuales de aquí y de allá |
Dentro de la metáfora (Fondo Editorial del Caribe, 2007) es uno de sus mejores volúmenes de ensayo, pues establece pasadizos y vasos comunicantes entre temas y autores disímiles en apariencia como Santiago Key-Ayala, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Argenis Rodríguez, el Índice de Libros Prohibidos, Juan Antonio Navarrete, Osvaldo Soriano y un sentido y celebratorio responso por la revista “Nanacinder” del Psiquiátrico de Bárbula. Es otro libro-objeto que se convierte en metáfora viva, tal como la describe magistralmente Paul Ricoeur en su libro homónimo.
Esperamos que este ejercicio biográfico que raya en el elogio a un amigo escritor, por demás merecido, sea un incentivo para que los lectores viejos revisiten sus libros, dibujos y pinturas, al igual que los lectores por venir se sientan reivindicados por su discurso estético, vitalista y, por qué no, cachondo en extremo.
José Carlos De Nóbrega / Ciudad VLC
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Carlos Yusti (Valencia, 1959). Es pintor y escritor. Ha publicado los libros Pocaterra y su mundo (Ediciones de la Secretaría de Cultura de Carabobo, 1991); Vírgenes necias (Fondo Editorial Predios, 1994) y De ciertos peces voladores (1997). En 1996 obtuvo el Premio de Ensayo de la Casa de Cultura “Miguel Ramón Utrera” con el libro Cuaderno de Argonauta. En el 2006 ganó la IV Bienal de Literatura “Antonio Arráiz”, en la categoría Crónica, por su libro Los sapos son príncipes y otras crónicas de ocasión. Como pintor ha realizado 40 exposiciones individuales. Fue el director editorial de las revistas impresas Fauna Urbana y Fauna Nocturna. Colabora con las publicaciones El correo del Caroní en Guayana y el Notitarde en Valencia y la revista Rasmia. Coordina la página web de arte y literatura Códice y Arte Literal
¡Albricias! POR FIN LEO SORBE UN AMIGO ESCRITOR SIN LA RETÓRICA PUSILANIME DE LA ACADEMIA O EL USO DE VOCABLOS-SIERPES, VOCABLOS-GUSANOS PARA ALUDIRSE Y ABRAZASE EN SUS COMPONENENDAS Y SAlUTACIONES. URGE EN ESTAS SOCIEDADES ENFERMAS DE INDIVIDUOS QUE A CADA TANTO ENVENENEN EL LENGUAJE PARA DESDE EL TERRITORIO DEL DECIR, PONER EN TELA DE JUICIO los convencionalismos y las formas de asumir el impulso de la letra. Cabe destacar que nos han vendido una cantidad de recetas, sobre todo universirias que merman el espíritu de quien oficia en los terrenos de lo literario. A mi parecer me quedo con la tosca lucidez de un Roberto Arlt; los juegos verbales de A Carpentier o en los espacios heredados de Job Pim, Aquiles Nazoa, al abordar la sorna, el humor agrio, la sátira díscola o la parodia como herramientas para "enderezar entuertos". La palabra topo que roe los cimientos de la "verdad" etablecida; palabra-comejen y palabra humedad royendo las bases de la Torre de las falsas interpretaciones, palabra-cuervo que vacía los ojos, una vez más a la cegada justicia y palabra-silencio, creada para enmudecer a los falsos políticos, a los que pregonan falsos denarios y artificiales "modus vivendi" donde sólo ellos viven bien.
ResponderEliminarCelebro a Yusti desde mi hondura patafísica y por supuesto las merecidas y vividas palabra de Carlos de Nóbrega y su siempre asertivo juicio poético, del cual deberían aprender los usureros del lenguaje que abundan en este contrahecho paisito. Roger Herrera R
Gracias por tu visita y por dejar tu comentario Roger Herrera R.
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