lunes, 1 de abril de 2024

GEA, La Tierra: ahora debe ser el principio

 


Representación de Gea por Yliade. Imagen tomada de Mitologías del Mundo.


Estimados Liponautas

Seguimos rescatando viejos textos de nuestro amigo Richard Montenegro redactados cuando existía el GRUPO ECO-ANTROPOLÓGICO G.E.A. Hoy compartimos con ustedes este texto que sirvió de soporte para una serie de micros radiales dedicados a la mitología y el ecogismo  que fueron transmitidos hace mucho tiempo en una radioemisora ya desaparecida, algunas malas lenguas afirman que recibieron ayuda de Marconi. Lamentablemente no pudimos rescatar el audio del programa. 

Esperamos disfruten de la entrada

Atentamente

La Gerencia


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Cuando la conciencia comenzó a emerger a través de la evolución en el cerebro del hombre primitivo. Se dio cuenta de lo inexplicable y arbitrario que era el misterio del nacimiento y devenir de los ciclos cósmicos. El amanecer y el ocaso, el florecimiento de las plantas, el trueno, el rayo y otras tantas cosas escapaban de su aprehendimiento intelectual. Quizás debido a esta incapacidad cognoscitiva el ser humano empezó a personificar a las fuerzas de la naturaleza. Hicieron así su aparición los Dioses: seres superiores, hechos a nuestra medida, que velaban por el seguimiento del eterno ciclo de la existencia. De esta manera el Sol, la Luna, el Cielo y la Tierra pasaron a ser motivos de veneración que debido a su omnipresencia son base de la genealogía mítica de los diversos pueblos de la humanidad. Entre todas las divinidades hay una que resalta como madre universal y diosa de la fertilidad, la personificación de La Tierra, que entre los griegos era Gea; ahora vamos a contar en la versión del poeta griego Hesíodo cual es el su origen y su papel en la genealogía mítica.


En el principio era el Caos, obscuro espacio informe e impersonal.  De alguna forma que desconocen los mortales, surgieron de él , Gea (la Tierra), el Tártaro, profundo lugar subterráneo; el caprichoso Eros (el Amor), el Erebo, región extensa de tinieblas que se extendía debajo del infierno y la Noche. El Erebo y la Noche se unieron generando el Eter, parte superior de la atmósfera, y el Día.


La Noche, sin ayuda alguna excepto su proactividad, dio vida a Tánato (la muerte), a Hipnos (el sueño), a las Hespérides, guardianas de un árbol de manzanas de oro; a las Moiras: hilanderas defensoras del orden cósmico, a Némesis (la Justica) y a Eris (la Discordia) creadora de la manzana de la discordia que desencadenaría la Guerra de Troya muchos años más tarde. Pero volvamos a nuestro original motivo: Gea. Ella primeramente engendró a Urano (el Cielo) y a Ponto (el Mar). Al unirse a Urano (Gea no  tenía el tabú del incesto)  concibió a un conjunto de seres gigantescos: Los tres Ciclopes, los tres Hecatonquires y los doce Titanes (de estos proviene el adjetivo titánico). Los primeros eran los tecnólogos de la antigüedad, forjadores del trueno, el rayo y el relámpago y poseían un solo ojo en medio de la frente. Los segundos, un racimo de sesos y bíceps, tenían cincuenta cabezas y cien brazos. Los Titanes son progenitores de los demás dioses y los hombres y mujeres (esto ultimo es para complacer a los cultores del género). Entre todos los Titanes habría uno que en un futuro se caracterizaría por un gran amor por los hombres: Prometeo, quien robaría  el fuego de los dioses para dárnoslo.


Urano, primer soberano del Universo, para evitar que algunos de sus hijos lo destronara, apenas nacían los aprisionaba en el seno de Gea. El maltrato a sus hijos junto al dolor de su vientre hinchado, hizo a Gea concebir un golpe de estado. Así que pidió la ayuda a los seres cautivos en su vientre.  Solo el más pequeño de los Titanes: Crónos (el Tiempo) accedió a su pedido.  


Cronos esperó la visita de Urano a su madre  y a su llegada le cortó los genitales con una hoz que Gea le había dado. Al arrojarlos al mar produjeron una frondosa y vasta espuma blanca de la que emergió Afrodita, diosa de la belleza. La sangre  de Urano al caer a tierra dio origen a los Gigantes, a las Ninfas y las Erinnies o Furias (castigadoras de los parricidas). Luego Crónos pasó a ser regente del Universo, liberando a sus hermanos del seno de Gea y casándose con su hermana Rea.  Pero Crónos no se caracterizó por dar un mejor trato a sus hijos, que el dado por su padre a él y sus hermanos. Cronos tuvo seis hijos, tres hembras y tres varones. Cinco de los cuales devoró apenas al nacer. Rea salvó el último, Zeus, ocultándolo en una cueva en Creta después de haberle dado a Cronos una piedra envuelta en pañales. En la cueva fue criado con la leche de la cabra Amaltea, con cuya piel Zeus se fabricó una égida o escudo protector. Una forma algo extraña de agradecer a su nodriza.


 Zeus, al llegar a la adultez, forzó a Crónos a vomitar a sus hermanos. Luego se desarrolló entre ambos una guerra conocida como la Titanomaquia.  Acompañando a Zeus estaban sus hermanos, la Oceánide Estige (en donde bañarían en el futuro al semidios Aquiles, aunque eso es parte de otra historia), los Cíclopes y los Hecatonquires. El bando de Crónos lo integraban los Titanes y parte de sus hijos. El triunfador de esta guerra sería Zeus. Los vencidos fueron desterrados del monte Olimpo. Todos fueron encadenados al Tártaro excepto Crónos que partió a Italia exiliado.  Los triunfadores ocuparon el Olimpo recibiendo, los más importantes, el nombre de Dioses Olímpicos. Estando a la cabeza el nuevo regente del cosmos: Zeus, dios supremo y portador del relámpago, poseedor de un deseo sexual incontenible y padre de numerosos héroes mitológicos e históricos. Recordemos que Olimpia, madre de Alejandro Magno, afirmaba que el padre de su hijo no era Filipo II de Macedonia si no el mismísimo Zeus.

Por lo que hemos relatado vemos que los hijos de la Tierra tuvieron una vida agitada y aún seguimos viviendo así, pero seguiremos hablando de Gea en la próxima entrega.


GEA.Parte 2


En la primera entrega nos adentramos en el fabuloso mundo de la génesis mitológica griega y conocimos el papel que jugó Gea, la Tierra, como generadora Universal.  Pero ahora hablaremos de la relación que el ser humano ha tenido en ciertas etapas de su historia con la diosa Tierra (que por cierto que no en todos los pueblos ha sido una diosa, como por ejemplo en Egipto que era el dios Geb); una relación de respeto, de identificación con el entorno. Incluso está relación puede compararse como la que existe entre los hijos y madres.


El ser humano en cierto momento de su desarrollo histórico ha sentido ese respeto hacia la Tierra como si fuera un ser vivo y  de por sí para una gran parte de los pueblos en el pasado y el presente lo era y es. La Tierra o acaso todo el entorno vital era un ser vivo como lo era el Dios primitivo chino; donde los ríos eran venas, el pasto cabello y el Sol y la Luna ojos.


El ser humano no solo respetaba y  vitalizaba a la Tierra también se sabía parte de ella. No había contradicción entre los intereses humanos y los de La Tierra. Existía algo así como un conocimiento del verdadero lugar que ocupaba el hombre en el teatro de la vida. En 1855 en respuesta a la oferta de compra de las tierras de los Dewamish. El Jefe Indio Sealthl dio un discurso (un polémico discurso que parece más un producto hippie o new wave)) dirigido al presidente  Franklin Pearce donde, entre otras cosas, dijo “El hombre no tejió la trama de la vida, el es solo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo". Esta idea que, durante su evolución inicial, forjó el hombre sobre su relación y la Tierra. Es una percepción de totalidad, de enlazamientos entre todo lo vivo y no vivo. Es lo que hoy llamaríamos una conciencia ecológica.


Pero el hombre a través de su “desarrollo histórico” fue perdiendo esa noción de pertenencia a la Tierra, para absurdamente sustituirla por una noción de extrañamiento frente a ella. Al sentirse ajeno a La Tierra la identificación entre sus intereses y los de su entorno se deslindaron. El hombre actual desarrolló algo así como una actitud de conquistador, de saqueador del entorno natural.


Esta actitud llegaría al extremo en el llamado Occidente. Y  tuvo su más grande empuje en la interpretación catastrófica de las ideas del filósofo isabelino Francis Bacón. Aunque el daño realmente comenzaría con la llamada Revolución Industrial. Con esto se dio inicio a dos siglos de saqueo sistemático de las riquezas de la Tierra bajo el pretexto del progreso.


Ahora estamos en 2010 ¿Cuáles son las consecuencias de esa revolución? Pues veámoslo así: riqueza desmedida para unos cuantos países en detrimento de otros (nosotros), cultura del desperdicio, paraísos artificiales y una sarta de calamidades ecológicas. A pesar de que el capitalismo ha creído posible crear un paraíso artificial de personas alienadas domesticadas por una pantalla de vidrio y unos zapatos de marca ( el socialismo no lo ha hecho mejor); el tiro le ha salido por la culata, puesto que al ignorar los procesos de la naturaleza rompe el ciclo ecológico y la naturaleza no pudiendo hacerse cargo de esta situación antinatural, colapsa y el hombre se empieza a preocupar por ella, tal vez porque también a él le afecta.


Así a causa de todos estos problemas  surgen los movimientos ambientalistas, movimientos heterogéneos formados fundamentalmente en sus inicios por jóvenes que luchan por la preservación del medio ambiente y por la creación de una sociedad alternativa. También renacen viejas actitudes remozadas y apoyadas por una gran cantidad de hechos científicos. Una de esas nociones remozadas es la hipótesis Gaia (Gea) del biólogo británico James Lovelock, que afirma que la Tierra es realmente un sistema autorregulado para mantener la vida. La biosfera es esa delgada y frágil película vital de la cual nosotros formamos parte. Muchos estudios afirman que gran parte de las catástrofes que están sucediendo actualmente se deben por el desbalance creado por la tecnología.


El discurso ecologista desde los años 60’s esta campante en el mundo. Tiene una presencia importante aunque no mayoritaria en muchos medios. 

Pero ahora volvamos al punto de los movimientos ambientalistas; estos movimientos a través de un trabajo continuo a través de los años se han ganado un puesto en la opinión pública, además de  haber ganado más espacio para la naturaleza y su importancia ahora es tal que han logrado figuración política en Europa..


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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas tangibles y electrónicas hispanas Fantastic-Films NeutrónAlfa Eridiani, Valinor. miNatura, Tiempos Oscuros y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.



Enlaces relacionados:


"Nos veremos reducidos a sólo 500 millones de humanos viviendo en el Ártico. Y tendremos que empezar de nuevo"
El regreso de Gaia:
Entrevista a James Lovelock



"Después de todo quizás seamos hermanos".
Carta del Jefe indio Seattle al presidente de Estados Unidos en 1854



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