lunes, 15 de abril de 2024

Lidia Salas, escritora venezolana: En su última novela "En agosto nos vemos", el Gabo vuelve a sostener la idea del Caribe, como territorio idílico del paraíso terrenal

 

Tomada de El Confidencial


.                                   LA  ISLA  DE LOS  AMORES  FURTIVOS


Como lectora de la obra del Nobel colombiano, estoy de acuerdo con la decisión de sus hijos: Gonzalo y Rodrigo García Barcha, para  publicar esta novela póstuma: En agosto nos vemos, aunque su padre  consideraba que debía seguir trabajando el manuscrito.  La primera parte de este libro, lo había leído en el año 1999, cuando el propio autor, la envió por fax a mi marido, para que compartiéramos la lectura con su hermano, Gustavo García Márquez, nuestro amigo. Era un cuento con un final sorprendente, en el que se manifestaba su escritura genial,  en la creación de personajes femeninos, ante la torpeza para encarar la vida o los asuntos del amor, de los personajes del sexo opuesto; anónimos según la siguiente cita: No sabía ni el nombre, sólo le quedó un vago olor a lavanda. 

En esta última obra publicada, el Gabo vuelve a sostener la idea  del Caribe, como territorio idílico del paraíso terrenal. Es en la descripción del paisaje, en la narración de los hechos y en el tratamiento amoroso de los personajes,  donde el lenguaje fascina por la musicalidad y belleza de las frases, por  el acertado uso de imágenes. Según palabras de  Juan Gustavo  Cobo Borda,   García Márquez era la mejor representación del grupo renovador de la poesía colombiana, reunidos bajo el lema de: Piedra y cielo.  Disfrutemos algunas de sus frases para describir a la protagonista  Sus ojos de topacio eran hermosos, con sus oscuros párpados portugueses. Así dibuja parte del encanto de la isla, a  donde la mujer viajaba cada agosto para visitar la tumba de su madre.  …entre el mar y una laguna interior poblada por garzas azules.  El cielo diáfano lleno de estrellas con una luna solitaria y triste.

En el transcurso de las partes se advierte como el espacio  de la isla  se transforma, del territorio salvaje donde el taxi en el que la protagonista va al cementerio,  debe sortear  los cerdos impávidos y niños desnudos hasta convertirse en años posteriores, en el centro de una convención mundial de turismo, donde a la protagonista se le asigna una suite helada en el piso 18,  habitación,  donde suenan alarmas y se oye el mensaje para advertirla, que es una cuarto para no fumadores, cuando ella enciende un cigarrillo. Hoteles con sistemas para espiar la vida de quienes allí llegan, recordándoles que los visitantes no pueden permanecer en las habitaciones sin pasar antes por las oficinas.

Una de las consecuencias nefastas, por la  decisión que toma la mujer, en la noche que ella pasa en ese lugar cada 16 de agosto, es el deterioro de la percepción sobre la relación perfecta de su matrimonio. Ella, sin tener conciencia que algo ha cambiado en su interior,  comienza a confrontar a su esposo, Doménico Amaria, a quien acosa con preguntas sobre su fidelidad.   

El tema de los amores lícitos e ilícitos, que el escritor desarrolla con gran conocimiento de la condición humana, con  empatía sobre las debilidades causadas quizás,  por la mezcla sagrada de la música y la ginebra, sobre el corazón de una mujer, es otro de los elementos fascinantes  de esta novela corta.   

            Hay referencias sobre libros que  la protagonistas lee, quien ha pasado de novelas cortas como El extranjero de Albert Camus, a libros con temas como Drácula de Bram Stoker y Crónicas Marcianas de Ray Bradbury. Homenaje que el novelista hace a tan inolvidables autores.  El padre, el esposo y el hijo del personaje femenino  son músicos reconocidos, excusa de las constantes alusiones a piezas clásicas como Claro de  luna de  Debussy, transformada en bolero que canta una intérprete nativa, las variaciones de Béla Bartók, piezas de Mozart y Schubert. También nombra cantantes populares como El trío Los Panchos y  Celia Cruz.

            El final se revela el secreto de la madre de Ana Magdalena y la determinación de ella de  sacar los restos,  para  llevárselos en una bolsa   de tela a casa. Esta idea garciamarquiana, quizás se generó en un acontecimiento vivido en la adolescencia,  revelado por su hermano  Gustavo. Cuando niños vivieron una época en un pueblo de la costa colombiana. Al regreso a Cartagena, se les agregó una hermana de padre, niña famélica  que llegó con un talego de tela,  que tenía unos huesos, del   que no se desprendía. Los huesos resultaron ser patas de pollo,  cuyos dedos se movían al tirar una cuerda, a manera de juguete. A todos les impactó esta niña de piel traslúcida, que el escritor evoca en Cien Años de Soledad.

            Lo que no me gustó  de la novela fue el título, creo que es desafortunado.  Como todo lo escrito por el Nobel, es un libro que se lee de una sola sentada. No es una obra maestra como otros títulos publicados, pero,  en los seis  partes está el mensaje expuesto de manera convincente, con un lenguaje poético que expresa en todo su esplendor su  inigualable  talento.

Lidia Salas,

Poeta, ensayista.

Caracas, abril del 2024.

 



Datos Biográficos

Lidia Salas. Poeta y ensayista. Obtuvo la maestría en Literatura  en la  Universidad Central de Venezuela. 

Autora de los siguientes poemarios: Arañando el silencio  Mención de Honor del I Concurso de Poesía Libre. Cartagena. Mambo  Café Primera Mención de la I Bienal del Ateneo “Casa de Aguas”. Venturosa. Premio Único del VII Concurso Nacional del IPASME. Luna de Tarot.    Ciudad de Babel.  Inédito. Mención Especial del Premio Municipal de Poesía “Antonio Arraiz.” , Katharsis y Ciudad de Azul y Vientos. De las plaquettes:  Sedas de Otoño e Itinerario fugaz. Coautora con Elena Vera de la antología Quaterni Den .Su libro de ensayo más reciente: La Palabra. 7 Secretos de su energía creadora.   

Muestra de su obra ha aparecido en las siguientes  antologías: Poetas en Abril, Quienes   escriben   en   Venezuela,  Diccionario    abreviado  de  escritores venezolanos, El hilo de la voz, Antología poética. Sus ensayos han sido publicados en diarios nacionales y extranjeros; en la Antología del Octavo Encuentro Internacional de Escritoras, en La mirada Femenina  y en el libro: Nuevas IDEAS  para viejos problemas. Fundación Venezuela Positiva.


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