martes, 30 de diciembre de 2025

Alberto Hernández: José Pulido con sus "Detalles metafísicos" oscurece o ilumina la sabia voz que clama desde la página en blanco

 

Imagen tomada de aquí



Un poema que escribí en el 2019. 

DETALLES METAFÍSICOS

Devolvería las fúlgidas entrañas de la luz despertando
si tuviera otra vez aquellos ventanales como trenes
que atrapaban pelusas del día diseminado
y se juntaban todos los momentos

Nubes y luna entonces advertidas en las formas del viento
y abajo la ardentía sensual de las corolas 
un sueño negro y triste en otoño no es lo mismo
que despertarse llorando en primavera

Todos los días vividos te daría si supieras
dónde están las canciones de los ángeles músicos
haría un mapa preciso en el alma para encontrar sus voces

derrocharías vida y muerte si no pudieras escuchar
los nítidos silencios de los ángeles mudos
como cuando deja de llover y el agua quiere que la miren



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Crónicas del Olvido

´DETALLES METAFÍSICOS´, DE JOSÉ PULIDO

**Alberto Hernández**


**´Metafísica: Parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras. Modo de discurrir con demasiada sutileza en cualquiera materia. Lo que sí se discurre´**

**Diccionario de lengua española**




**En ´Detalles Metafísicos´ los grandiosos espacios de la memoria se reducen hasta alcanzar el prodigio de una sensible verdad de sentimientos (…) la palabra poética al trascenderse a sí misma roza el rostro de la eternidad y convierte lo metafísico en un destello de luz**






1.-

Mirar lo imposible, lo inasible, lo que está más allá de lo físico, lo invisible al ojo común, lo que es posible advertir desde la memoria o desde ese ´destello de luz´ que la poesía le imprime a la existencia. ´El ser en cuanto ser´ o ´el ser y el no ser´ como un cuestionamiento, como el instante ontológico, el que se asoma al espíritu y allí respira: la metafísica, ese más allá de todo, detallada por la curiosidad de quien sabe que ese más allá es parte del instante, del momento en que las palabras se materializan, en el instante en que la voz que estaba apagada resuena para alentar el tiempo y el espacio. Modo de discurrir, como río material, líquido y metafísico de Heráclito, como la corriente que nos inunda y nos ahoga. O como los pensamientos traídos por los sentimientos y añadidos a lo invisible 



En este poemario de José Pulido encaramos ambos espacios, ambas inmaterialidades: el ser y el no ser, ese fenómeno que ilustra lo interior, lo que no vemos y puede convertirse en forma, en nombre, en sujeto que respira, en hombre, en mujer, en ese ´prodigio´ que es nacer, el que se consagra a la fe, a ese asunto tan delicado, tan sutil como es soñar desde una existencia intocada.

La poesía será siempre metafísica: un detalle que se aborda desde el vacío y transforma el espíritu, lo renueva o lo borra, porque la poesía –para algunos pensadores- puede ser peligrosa. En nuestro caso, en el que concierne al ser, el poeta recurre al equilibrio o se asoma al abismo. Pero también puede deshacerse de lo sombrío y revelarse iluminada, abierta a todos los sentidos, al alma y al cuerpo. Entonces es Ser. La poesía es un Ser que nos habita, razón por la cual José Pulido, ese incansable constructor de imágenes, de historias y de afectos, se nos muestra con este hermoso detalle donde cabe toda la belleza que lo sostiene, que lo habita sin descanso, porque el poeta no deja de decir, no deja de cantar, de escribir como si conversara con el lector o como si hilara un fraseo diario, cotidiano, extraído de su condición de hombre de la calle, de su casa memorial, de su niñez y su creencia en todo lo que significa la fe en lo eterno, en lo que algún día podremos ver de otra manera, convertidos en polvo metafísico.  

Sólo un poeta puede mirar más allá. Sólo un poeta hace visible lo invisible, pero también hace invisible lo visible. Un poeta es capaz de oscurecer o iluminar. Y de ese oscurecimiento emerge la sabiduría, la voz que clama desde la página en blanco y se revela en quien se le aproxima. Vivimos en un mundo extremadamente físico, vulgar muchas veces. Si retomáramos la sombra que nos sigue, seríamos capaces de cantar o contar lo que nos precede. En estos poemas de José Pulido está todo su ser: aquel que lo advierte en plena calle, bajo el sol genovés, pero también bajo la sombra de un árbol de su ciudad natal. Es universal y local. Es detallista de lo que siente y metafísico de lo que sabe ver y decir.

 
2.- 

Soplos cotidianos, poesía coloquial, poesía conversada. El autor es atajado por la vida de todos los días en la que lo metafísico está en las palabras anónimas, en quienes son parte de la audición del autor. Por eso dice: ´Los problemas de la casa/ son los mismos que sufre/ el universo´. He allí ese todo que parte de los familiar hasta convertirse en un aforismo, en una máxima que cabe en la boca de cualquiera que pasee por la plaza Miranda de Villa de Cura o se oiga en un café de Roma. Y mucho más allá de esa expresión, una terrible que también forma del diario devenir: ´…hemos estado fabricando infiernos´, una crítica que no soslaya la realidad de todos los siglos, pero muchos más los actuales donde el averno tiene múltiples caras. 


Nuestro autor revisa el ánima de un ser que sueña con un ´negro triste en otoño no es lo mismo/ que despertarse llorando en primavera´. Suerte de giro circadiano verbal en el que la metáfora se desliza hasta ´la zona en donde nada conocemos/ es mejor no pensarla porque existe…´. No se esfuerza la duda en aparecer, como en toda poesía, como en todo intento por encuadrar el mundo. 

Plaza Miranda de Villa de Cura. Fotografía de  de Henrique Avril.



Su yo interviene y se pluraliza: dos maneras de detallar lo que fue invisible, lo inmaterial. De esta manera Pulido nos avisa en estos versos entrecortados: ´Me he quedado agotando lo profundo (…) lo imaginado ya está en el lugar de llegada (…) La forma del vacío puede ser tan triste (…) hoy tampoco saldremos si te duelen las alas´.

Petruvska Simne y su esposo José Pulido

(Como un descanso, el libro nos ofrece en grafemas mucho más grandes una ironía y humor que en algunos poemas se enlaza con el resto de los textos. Dice así: ´Una oración en pleno camino de la lectura donde las galletas María y la Madre de Dios ruegan por nosotros en medio de un bolero en la radio.)

José Pulido: " Hago café al amanecer y dejo un poco para las cuatro de la tarde".  Café negro. Fotografía de Gabriela Pulido Simne.

Aquí lo demuestra: ´¿De qué hablas con tu esposa cuando beben café´.

3.- 
 
Instantes simbólicos en esta revisión humana desde la intuición aérea: ´Vi pájaros volando con angustia´, y dice como para él mismo: ´…las voces que hablan de toda materia inverosímil´.

Karl Krispin


De pronto, aparece el autor de ´La metamorfosis´, quien, de acuerdo con el ensayo de Karl Krispin Kafka paseaba en bicicleta por toda Praga. Aquí Pulido lo convierte en ´Kafka de la guarda´, ángel que se tropieza con Rilke en la puerta de un baño y allí ‘siguieron aguantando las ganas de orinar´. Verso crudo, abierto a cualquier interpretación. 

José Pulido no olvida su fe, su creencia cristiana, pero lo hace desde la desnudez de las palabras, desde lo que ya hemos advertido, desde la verdad desnuda de lo diario. 

En este segmento de un texto del venezolano podemos leer: ´La mujer ciega va llorando por toda la sala/ desvinculada de la hora del día/ su propia familia ha prohibido/ que se acerque donde hacen los milagros´. La imagen de Jesús es parte de esta breve historia incluida en un poema. 

Imagen tomada de aquí.



Insiste en esa profusa inclinación bíblica cuando exclama: ´…abundan los mensajes/ en las piedras más calladas´, aquella piedra que era Cristo, como tituló una vez Miguel Otero Silva. Jesús, personaje poético, inmaterial e inmortal, por tanto metafísico, parido por María, de carne y hueso.



4.-

Este es un libro la reencarnación. Un libro que nace y renace. Un libro renacido de las cenizas del silencio. Por eso dice: ´Ninguna pasión es infinita´. No obstante se pregunta: ´¿Qué hacer con el útero?´: la matriz de donde emerge la santidad o el portador del infiero. Y vuelve a ese ´él´ personal que envuelve al lector: ´…los huesos de la nostalgia (…) Estaba lleno de palabras´.




Y para remarcar lo anterior regresa a la infancia, allá en su pueblo donde están los afectos, la memoria y algunos olvidos: ´Los sábados nos escapábamos de la tristeza´, y en una transferencia anímica nos dice: ´Encierro el huracán en un poema/ encierro el dolor en un poema´.

Rodolfo IzaguirreImagen tomada de Climax.


Estos son ´los grandes espacios de la memoria´, como señala Rodolfo Izaguirre. Estos son los detalles metafísicos que José Pulido ha visto, ha descubierto desde la sencillez de los profundo, desde ese precipicio que aparece de pronto y se transforma en palabras.









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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne



José Pulido:

Poeta, escritor y periodista, nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.

Vive en Génova, Italia. 

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989),  Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos.  (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Galina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés. 



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Enlaces Relacionados:



José Pulido: El poeta Alberto Hernández, ha vivido todos los exilios


































jueves, 25 de diciembre de 2025

«Mañanabuena» de Oscar Guaramato


Diócesis de Santander


Estimados liponautas

Hoy 25 de diciembre, le hacemos llegar el cuento Mañanabuena de Oscar Guaramato, un cuento más que adecuado para la fecha respectiva aunque no es nuestra costumbre publicar al mismo autor en seguidilla. El texto fue tomado de la “Antología de cuentos navideños venezolanos” hecha por María Elena Maggi y que fue publicada en 1985.

Disfruten de su Mañanabuena y de la entrada. aunque tenemos dudas. Si la noche anterior a la Navidad es Nochebuena, ¿la mañana anterior a la Navidad es la Mañanabuena? ¿O es la mañana siguiente a la NochebuenaEso un buen punto para discutir en el desayuno después de la Nochebuena.


Disfruten

Atentamente


La Gerencia


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La lluvia de días antes había reblandecido la rojiza llanura y aún vibraba el agua en las medialunas que dejara el paso de las carava­nas.

El hombre salió al encuentro de la madrugada y se creció en el desperezo. Monologaba, mientras pellizcaba los hilos de heno que le emplumaban las sandalias. “Mi hijo será hábil carpintero. Me ayudará apenas sea hombrecito y cuando yo falte heredará mi ban­co y mi pericia en negociar maderas”.

Adentro, en el establo, la mujer se alisó el negro pelo y pensó: “Mi hijo será buen pescador. Yo tejeré sus redes”.

Mañanabuena, en el cedral lejano.

Ya en el claror, se confundió el tumulto de los mercaderes, los que iban al sur, los que venían del norte. Y uno de tez cobriza al­zó un pellejo de vino y habló de festejar el nacimiento de su hijo, y proclamó: ‘‘Mi hijo será cincelador de escudos. Y se llamará Di­mas, como a mí me llaman, y no Dimas el Mercapieles como me motejan”.

Más allá, entre los fardos, la madre se hizo más amor, más ovillo, y osciló en el anhelo: “Mi hijo será buen marinero. Yo embridaré sus velas’’.

Mañanabuena, en las dormidas eras.

Y terció un camellero, también en gracia de paternidad, y dijo a sus compañeros de tienda. “Mi hijo será gladiador. En las tardes de circo multitudes aclamarán a Gestas, el jamás vencido, y en su leyenda crecerá mi sangre”.

 

La madre le oía alardear y murmuró: ‘‘Mi hijo será buen alfare­ro. Yo amasaré su barro’’.

(Treinta y tres años después, tres caminos anudarían destinos en Nochemala de Jerusalén).

Todavía se escuchaban las canciones cuando la estrella se escon­dió en el pozo.

 
Desayuno navideño, de la Mañanabuena, venezolano.



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Oscar Guaramato


Nació el 8 de mayo de 1916, en Maracay, Estado Aragua. Es autodidacta. Se inició en el perio­dismo en publicaciones de vida efímera, a la vez que alter­naba su labor cotidiana como obrero en una procesadora láctea de la capital aragüeña. Variaría de ocupaciones, ya como inspector sanitario, secretario de juzgado, maestro alfabetizador hasta radicarse en Caracas, donde fue cola­borador del semanario "Fantoches" dirigido por el maestro Leoncio Martínez y en igual forma se incorporó a "El Na­cional", en 1943. Poco tiempo después pasaría a ser inte­grante del cuerpo de redacción de este diario, hasta la fecha en calidad de redactor especial. Fue Presidente de la Asociación Venezolana de Periodistas hasta completar el pe­ríodo en octubre de 1957. Ha publicado Biografía de un Es­carabajo, cuentos, 1950; Por el Río de la Calle, estampas, 1945; La Niña Vegetal y Otros cuentos, 1956, que vendría al galardón Municipal de Prosa del siguiente año. Anteriormen­te, en 1943, obtuvo el primer premio en el concurso de cuen­tos organizado por la revista "Alas" de Barquisimeto y en el mismo año el segundo premio en el concurso anual del Semanario "Fantoches". Ha figurado entre los ganadores del certamen anual de cuentos de "El Nacional". Algunos de sus cuentos han sido traducidos al checo, al rumano, al ita­liano, al inglés y al portugués. Figura en varias antologías nacionales e internacionales, entre ellas las referentes al cuento moderno, editadas en Italia y España. Su libro Cuen­tos en Tono Menor, figura en las ediciones de Monte Ávila. Promoción de Periodistas "Leoncio Martínez".

Traemos a esta Biblioteca, en la Serie El Libro Menor, un hermoso conjunto de trabajos menudos, crónicas, quizá cuentos, producto de la tarea diaria de este excelente escritor. El título señala bien el contenido: Cronicario.

Reseña bioliteraria extraída de la contraportada de Cronicario


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La Navidad es el misterio del amor que nos transforma.



La adoración de los Reyes Magos






Los tres reyes magos. 
  
 Un cuento de Manuel Aquiles Padrón G.



Happy new year:





Kogarashi en español es Pacheco




¡Feliz Navidad, gilipollas!





BUEN PASTOR: Una navidad con sabor a Far West





Belén. 





SOLSTICIO DE INVIERNO: 21 de Diciembre. 

YULE, LA NAVIDAD PAGANA


"Navidad en Ganímedes".
Un cuento de Navidad de Isaac Asimov



UN CUENTO DE NAVIDAD: EL REGALO por Ray Bradbury

 


Un cuento y un programa televisivo de Ciencia ficción: LA ESTRELLA, por ARTHUR C. CLARKE










Navidad… 






Una visión venezolana de la Navidad: