Hace años escribí este texto. Lo repito hoy con la obra Adoración de los Reyes Magos, de Pablo Esquert, perteneciente al Museo de Zaragoza.
EL REGALO DEL NIÑO JESÚS A LOS REYES MAGOS
Al maravilloso viajero llamado Marco Polo, le contaron una historia sobre los Tres Reyes Magos. Eso ocurrió en Irán, que antes se llamaba Persia. Los Tres Reyes Magos no eran oriundos del mismo lugar: uno era de Sava, otro de Ava y el tercero de Cashan.
Sava se denomina ahora Saveh y es una ciudad pequeña de Irán. Está a unos 130 kilómetros al suroeste de Teherán. Su población actual no rebasa los 200 mil habitantes y tiene uno de los centros industriales más importantes del país.
Kashan también llamada Kachán, es una ciudad de unos 300 mil habitantes, ubicada en Irán. Y Ava, fue la capital de Birmania durante 400 años. Era llamada ciudad de las gemas.
Algunas personas de esos lugares le echaron este cuento a Marco Polo: “Los Tres Reyes Magos fueron a adorar a un Profeta que acababa de nacer y a llevarle tres presentes: el oro, el incienso y la mirra, para saber si este profeta era Dios, rey terrestre o médico. Pues dijeron que si tomaba el oro era rey terrenal; si tomaba el incienso, era un Dios; si agarraba la mirra, entonces era un médico. Cuando llegaron al sitio en donde había nacido el niño, el más joven de los Reyes se adelantó y vio que era semejante a él, pues tenía su edad y estaba hecho como él, y esto le asombró. Luego fue el segundo de los Reyes, y el niño era un hombre como él; el tercer rey era el más anciano, y cuando llegó hasta donde estaba el niño recién nacido, éste se había convertido en anciano”.
Los tres fueron a un mismo tiempo y hallaron al niño como debía ser: un recién nacido. Se postraron y le ofrecieron oro, incienso y mirra y el niño les dio un cofrecillo cerrado. Los Tres Reyes Magos regresaron a sus regiones y cuando estaban llegando sintieron curiosidad y abrieron el cofre. En su fondo solo había una piedra y pensaron que aquello debía tener un significado que se les escapaba.
Como no pudieron desentrañar el presunto significado, tiraron la piedra a un pozo y un fuego intenso, descomunal, cayó del cielo y el pozo se incendió y soltaba gigantescas llamas. Entonces cada uno tomó un poco de fuego y lo llevó a su país.
Y mucho tiempo después se supo que aquel fuego incesante era petróleo.
José Pulido
José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne |
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