Reciclaje
para la educación Wayuú
Una bonita
historia, hoy el blog nos trae una historia bonita. Una “lucha” iniciada por
Luis Cambar y un grupo de valientes, no luchan contra Ciclopes o Medusas, ni se
enfrentan a mares embravecidos, ni tan siquiera a una caprichosa deidad
despechada. Su lucha es más íntima, más cercana, una lucha diaria que cientos
de miles mantienen día a día, luchan contra la desidia y la pobreza.
La partida de los Argonautas de Yolcos .1487. Atribuido a Pietro del Donzello |
Los seres humanos
somos empáticamente sociales y los que usamos el español como idioma materno
entroncamos directamente con la cultura y tradición helena. Por eso se nos
encojé el corazón cuando contemplamos la representación de un drama, de un
drama griego. Se nos hincha el pecho cuando Jasón
y sus bravos compañeros, los argonautas, se enfrentan a furias, gigantes y
dragones. Sentimos una magnética atracción por nuestros congéneres enfrentados
a monstruos invencibles, a tareas hercúleas, a empresas imposibles. Nos embarga
una ligera envidia ante lo puro y bello del esfuerzo de los héroes y sus
aliados, de la entrega y leal camaradería que se procesan. Algo que no sabemos
encontrar en nuestras pequeñas y grises vidas, ahogadas en la cotidianidad. Y
no es la certeza sobre del amargo final, lo sabemos y aceptamos, no en vano estamos
viendo un drama griego. Los héroes de todo drama también sabe cuál es su
destino:
“… aquí podemos
traer a Obama (…), incluso a un marciano, y puede arreglar las cosas tres meses
pero luego seguiremos actuando igual, con la maraña de corrupción, de apatía,
de mala viveza, y como la cañada de Maracaibo que se limpia y se vuelve a
llenar de basura. …”
Luis Cambar
@EcolucionesVE
Sentimos más admiración si cabe por la
determinación, por la entrega de los héroes y por la elección de sus objetivos
imposibles:
“… Hemos decidido ir a la luna.
Elegimos ir a la luna en esta década y hacer lo demás, no porque sean metas
fáciles, sino porque son difíciles, porque ese desafío servirá para organizar y
medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque ese desafío es un
desafío que estamos dispuestos a aceptar, uno que no queremos posponer, y uno
que intentaremos ganar, al igual que los otros.
…”
Presidente John F. Kennedy, Houston,
Texas, 12 de septiembre de 1962
Me reconcilia con la
humanidad, gestos aparentemente sencillos como el de Luis Cambar, que buscando
ha encontrado la determinación, la entereza para afrontar un objetivo
imposible. Y si Jasón reclutó príncipes helenos para su empresa, Luis los ha
reclutado entre los wayuú. No llevan armaduras, ni espadas, ni se cubren con
escudos, no luchan contra monstruos mitológicos, luchan contra monstruos reales
y terriblemente poderosos: la pobreza y la desidia. Ellos saben, como los héroes
griegos que son, que este drama probablemente lo perderán, pero esa no es su
verdadera lucha. Su verdadera lucha es otra:
“… y como la cañada de Maracaibo que se
limpia y se vuelve a llenar de basura. Somos nosotros los que debemos cambiar. …”
Luis Cambar
Nosotros, cambiarnos a todos nosotros, es su verdadera lucha.
Fotograma de la película Jasón y los Argonautas. 1963. |
¡Buen viaje! Para Cambar y los
bravos wayuú, que os veamos arribar a las playas de Toas, victoriosos en la
Argos.
by PacoMan
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Mapa del Golfo de Venezuela
Luis Cambar: Cambio social con botellas de refresco en el Golfo de Venezuela
Se describe a sí mismo como un “guajiro blanco”. Su papá es wayuú y su mamá una “alijuna”,
nació en Maracaibo y es Administrador de Empresas, estudiante de un
Junior Master en Gerencia de Proyectos. Luis Cambar colaboraba en la
Oficina de Turismo de Aruba para mercados emergentes cuando decidió
regresar al país. Como amante de la pesca y los deportes acuáticos, tomó
una lancha a la Isla de Toas, Municipio
Almirante Padilla, la más cerca a Maracaibo, apenas 50 kilómetros,
donde se sorprendió por la desidia y la pobreza, pero se enamoró de los
parajes naturales.
“60% de la piedra caliza
usada para producir cemento y concreto en todo el Occidente del país
salen de aquí, pero hay casas de latón y la escuela, que tiene 50 años,
no tenía un comedor. Muchas de las calles aún son de tierra”, cuenta
cuando pasó de turista relajado a ciudadano preocupado. Les pidió a sus
compañeros de clases hacer una “vaca” para ayudar.
Imagen satelital de la isla de Toas |
El dinero fue insuficiente pero investigaron sobre bioconstrucción. Construyeron las bancas, columnas y techo del comedor con eco-ladrillos hechos de botellas PET, que se encuentran por todo el entorno natural de la Isla de Toas, rellenas de arena. Ahorrando en 60% cabillas y 40% cemento, su presupuesto fue de apenas 20 mil bolívares.
Vista aérea de la isla de Toas |
Así descubrieron un cambio conductual que empezó a ser documentado. “Los niños se habían empoderado. Del grupo que colaboró, unos voluntariamente y otros por el Servicio Comunitario, apartamos a los que ejercían influencia, los que hacían bully y los pusimos a cuidar que nadie dañara la nueva obra. Usé lenguaje jocoso para conectarme”. Fue el aprendizaje experiencial.
Antes la escuela debía sustituir los vidrios y pintar las paredes cada
tres meses por el vandalismo estudiantil, y ahora, los abusadores se
habían transformado en líderes del orden. “Llevamos la experiencia al
Congreso Nacional de Gerencia de Proyectos a la Universidad
Metropolitana y los tres decidimos profundizarlo”. Hicieron bancas en el Hospital Universitario de Maracaibo y junto a la orientadora Elismar Nava y Ronald González, un compañero de clases, formaron la Asociación Civil Eco-luciones.
Ahorrando cemento y cabillas, se reutilizan las botellas PET, de difícil degradación y tóxicas, como material de construcción |
“Detectamos que otras iniciativas públicas y privadas por la
conservación del ambiente habían fracasado, así que apliqué mi
experiencia en mercadeo para generar un modelo de negocio sustentable
para la microeconomía comunitaria, y entregarles herramientas de
administración para la generación de fondos para que fuesen una
comunidad autosuficiente”.
“Recolectar requería mucho tiempo y esfuerzo logístico solo para
conseguir las cantidades de botellas requeridas para levantar una
habitación, pero con que cada alumno llevara 3 botellas plásticas a la
semana, venidas del propio consumo de vecinos y familiares, con 700
estudiantes, logramos acumular miles con mínimo esfuerzo”, explicó.
Con tubos PVC y botellas levantaron también techo y columnas de la Eco-Aula. |
Jardines y muebles han sido realizados a partir de cauchos en el Proyecto Toas en la Isla de Toas, Zulia Foto: @EcolucionesVE |
“Hice un estudio de mercado y encontré 40 empresas en Venezuela que
requerían este insumo, y entrevisté a 15 de ellas. Eran estudios de
arquitectura que imprimían maquetas por 7 mil bolívares y un rollo les
duraba un par de meses. Vi que el tamaño del mercado rondaban entre uno y
dos millones de bolívares, así que pensé que si podías morder un
pedacito de esa torta, lográbamos sustentar el Proyecto Toas”.
Miembros de la etnia Wayuu con vestimenta tradicional |
Así nació la idea de los Laboratorios Tecno-ecológicos, habitaciones de ecobloques y una Impresora 3D. Actualmente cuentan con 30 niños y adolescentes voluntarios, altamente comprometidos, que investigan, recolectan y han solicitado formalmente tener una materia de educación ambiental en el currículo escolar. Con esta idea ganaron el Premio al Mérito Ambiental Henry Ford, así como el Tercer Lugar como Negocio Social del Concurso Ideas 2015, que les otorgó 280 mil bolívares en diciembre de 2014. “Pero en enero teníamos un 52% de déficit financiero”.
De forma artesanal lograron crear una primera impresora 3D con el aparato que transforma las botellas PET en filamentos plásticos |
La resiliencia logró que siguieran avanzando. “Cambiamos de estrategia y siempre pensando en mercado hemos decidido levantar un Cine Comunitario, para conquistar a los adultos, que apenas nos han hecho caso. Pensamos en una estructura icónica, estéticamente agradable, que la gente sueñe con vivir en una casa construida así”. Los levantamientos y planos son donados por una firma de ingeniería local mientras estudiantes y profesores de la Universidad Rafael Urdaneta investigan mejores técnicas de bioconstrucción.
Luis ahora brinda charlas y talleres para captar más voluntarios, y
lleva la idea a instituciones públicas y privadas para terminar de
obtener los fondos, mientras busca un Community Manager. “Queremos
generar influencia para que sea la propia gente que solicite un cambio a
quienes legislan y que se ejerza presión para que las empresas tomen
medidas ambientalmente responsables”.
Luis Cambar junto a los estudiantes de la U.E. Isla de Toas en proyecto de bioconstrucción |
En un manifiesto en su cuenta de Twitter, Luis llama a
corresponsabilidad. “Debemos dejar de ser una sociedad reactiva, no
planificada”, señala al decir que Estado y ciudadanos actúan
improvisadamente, según el momento. “No es culpa de Hugo Chávez ni de Nicolás Maduro
ni de Manuel Rosales, aquí podemos traer a Barak Obama, a Lula da Silva o a Henrique Capriles, incluso a
un marciano, y puede arreglar las cosas tres meses pero luego
seguiremos actuando igual, con la maraña de corrupción, de apatía, de
mala viveza, y como la cañada de Maracaibo que se limpia y se vuelve a
llenar de basura. Somos nosotros los que debemos cambiar”, reflexiona.
Luis Cambar, Ronald gómez y Elismar Navas |
Para saber más, puedes seguirlo en @EcolucionesVE en Twitter y EcolucionesVE en Instagram y @CamberLuis
¿Quieres colaborar con su estrategia de redes sociales?
Escribe a lcambar@gmail.com
¿Quieres colaborar con su estrategia de redes sociales?
Escribe a lcambar@gmail.com
Mira el video del proyecto en Isla de Toas
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by PacoMan
En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.
Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico.
Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog.
Y colabora con el blog de Grupo Li Po
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