domingo, 29 de noviembre de 2009

"Creo en tu antiguo traje largo de azahares con faralá de juncos y albahacas que guardo celosamente en el desván de los recuerdos"

Credo a Valencia

por Efraín Inaudy Bolívar


Hotel Carabobo. Valencia 1952

Estimados amigos 

Tenemos el agrado de traerles este texto dedicado a la Valencia de Venezuela escrito por el poeta y médico Efraín Inaudy Bolivar. El texto no los facilitó Josefina Fierro.




Vista del centro de Valencia en 1977




“Creo en Valencia creadora del remanso donde me arrió velas el destino y ancló segura mi fatigada errancia; creo en Valencia porque dulce y donosa aventó a mi cuerpo sudor y polvo de los caminos; creo en ti, Valencia, porque abriste tu puerta y me dijiste: pasa: creo en ti porque ungiste mi cabeza con el agua sonorosa de tu río en los tiempos cuando los luceros bajaban a ponerle atavíos de oro a tus crinejas y porque tus senos amamantaron mi sed de dulzura y mis ansias de poesía; creo en tu antiguo traje largo de azahares con faralá de juncos y albahacas que guardo celosamente en el desván de los recuerdos; creo en el cucurucho del Morro, portero jubilado de la ciudad, que entre aspavientos y tráfago insoportables fuma pipa y hace volutas de smog mientras añora los piropos que le obsequiara Alejandro von Humboldt, el alemán; creo en los perfiles lineales de tus alcores donde cada mañana el sol aprende a dar pininos y donde la noche comulga en santa paz tomando en su boca estrallada la luna redonda de San Blas; creo en el Puente Morillo mirándose las arrugas en un ruinoso espejo; creo en los caballitos indómitos, en las banderas desplegadas y en las lanzas de Páez que pintara Pedro Castillo para hacer posible el rostro de “Las Queseras del Medio” y “Mantecal”; creo en Arturo Michelena que me enseñó a querer el arco iris; 

Torre Banaven. Vista de la Avenida Bolívar en el sentido sur-norte
  
creo en Manuel Alcázar en la mariposa amaestrada de alas abiertas que dormía en su cuello y en su bastón que recitaba de memoria las poéticas calles de la ciudad; creo en los Panchitos Mandefuá que ponen lágrimas en mis ojos por Navidad; creo en el alma de los tranvías de La Pastora y El Palotal con sus usuarios de levita y rosa roja en el ojal; creo en el album maravilloso que me lleva de postal en postal por los rostros señoriales de la Casa de la Estrella, la casa de los Celis y la de Páez; creo en los campanarios silenciosos donde celebran bodas austeras las golondrinas y ritos estupendos las mariposas de la ciudad;


Acuarium de Valencia 1976

creo en las toninas del acuario que le guiñan a los niños y que por unas pocas cotufas hasta les bailan un vals; creo en los pájaros que en aleros olvidados solfean a Vivaldi y a Juan Sebastián Bach; creo en ti, Valencia, y en tus mujeres. Interminable floración de belleza y de ternura; creo en la pesada cruz que cargan tus barrios donde el pueblo siembre sueños bajo cielos de hojalata; creo en la carita triste de tu Patrona, que ruega por nosotros y cuelga en nuestras almas sus lágrimas de silencio que no dejan de caer; creo en tu Monolito apuntado hacia el Infinito; creo en ti, Valencia, por lo que fuiste, por lo que eres, por lo que serás; creo en mi amor hacia tí; creo en tu amor hacia mi; creo en el andar seguro de tu indetenible viaje; creo en los girasoles que vierto a tu paso; creo en el Dios que te extiende la mano; Valencia del Rey, creo en ti.”.



Efraín Inaudy Bolívar



Efraín Inaudy Bolívar  (24 de enero de 1930-8 de enero 2012). Fotografía de Antonio González Boscan. Tomada del libro Rostro Y Poesía. 1996



Pueden visitar el sitio original aquí:




sábado, 28 de noviembre de 2009

EL GRAN FERROCARRIL DE VENEZUELA (1895)




Estimados Amigos

Hoy compartimos con ustedes esta entrada donde se nos informa sobre la construcción del GRAN FERROCARRIL DE VENEZUELA. Es sumamente curioso que en el siglo XIX unir a Valencia con Caracas solo tomara 6 años,  mientras que en el siglo XXI hace rato  que fue superada esa cantidad de tiempo. Solo nos queda tener paciencia y esperar que algún día la corrupción y la ineficiencia sea vencida en nuestro país

Esperamos disfruten de la entrada.

Richard Montenegro

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Documento escrito en una libreta de notas por el Ingeniero Edmundo Curiel en 1895. Curiel nos cuenta todo el proceso de la creación de esta vía férrea hasta su culminación y puesta en funcionamiento. En un primer párrafo nos dice:

 “La concesión para la construcción y explotación de esta vía férrea, que une las ciudades de Caracas y Valencia, fue dada en 1887 al Señor Fried Krupp de Essen de Alemania, quien para el efecto había enviado a Venezuela al Señor Ingeniero L.A. Müeller, el que hizo los estudios preliminares y levantó el plano general de la línea proyectada. El Señor Krupp traspasó en el año 1888 esta concesión a una Compañía anónima titulada “Grosse Venezuela Eisembahn Gesellschafs” cuyos únicos capitalistas son el Disconto Gesllschafs de Berlín y Norddeusche Bank de Hamburgo”. 

Más adelante leemos: de “El Gran Ferrocarril de Venezuela cuya apertura total al tráfico público se efectuó el primero de Febrero de 1894, después de seis años de asiduos trabajos une la ciudad Caracas con Valencia.” La longitud de la línea en su totalidad es de 179,6 Kilómetros. Acá en este importante documento manuscrito se señala con precisión la distancia existente de una estación a la la otra. Pero, además de esto se hace una descripción geográfica de la zona donde se halla cada estación, tomándose en cuenta su vegetación, tipos de suelos, actividades agrícolas y de ganadería, clima, minería, entre otras. En cuanto a las características estructurales de este ferrocarril se afirma que el mismo lo conforman 18 locomotoras, 33 vagones para pasajeros, 8 vagones para equipajes, 153 vagones para carga y bestias, 36 velocípedos de vía, 3 gruas, 6 giratorias de vía y 3 romanas para vagones. Si nos referimos a la ruta de este tren nombraremos algunos lugares o estaciones por donde pasaría el mismo y así, hacernos una idea de la ruta en su totalidad la cual pasaría por los siguientes lugares: Caracas, Antímano, Las Adjuntas, Macarao, Las Mostazas, El Encanto, Las Tejerías, Santo Domingo, Trapiche del Medio, El Consejo, San Mateo, Turmero, Mariara, San Joaquín, Guacara, Los Guayos y otras. De las estaciones de  este tren sólo hemos nombrados algunas ubicadas en los Valles de Aragua y otras en la Llanura de Carabobo

El autor de este manuscrito se refiere de manera especial a la estación Cabrera ubicada a orillas del Lago de Valencia, porque se espera que la misma se convierta en centro a donde han de concurrir las producciones de los terrenos que circunscriben el lago. Este documento contiene otras informaciones sobre aspectos relativos a sistemas de rieles y técnicas utilizadas en la construcción de túneles. Por ejemplo, respecto a los túneles, se dice en estas páginas, que fueron hechos con concreto debido a que las piedras de la zona son frágiles y quebradizas.


Gabriel Saldivia

La entrada original la puede visitar en :



viernes, 27 de noviembre de 2009

"LA GACETA LUNAR Y CARACAS

EN SU HORA MENGUANTE"






Ya hemos tenido dos entradas sobre "La Gaceta Lunar" y hoy tenemos el gusto de presentar un articulo que Juan Carlos Ballesta publico en el 2003 en el diario El Nacional y que gentilmente nos cedió para publicar nuevamente en nuestro blog. En este texto J.C.B nos habla un poco de "La Gaceta Lunar" y nos muestra el panorama musical de Venezuela en ese momento y nos daba un paseo por el mundillo musical de Caracas de los 70, 80 y 90. Hoy la situación es diferente pero esperamos que Juan Carlos Ballesta pueda ilustrarnos con un nuevo texto que esta pasando actualmente en la música en esta pequeña Venecia.

Juan Carlos Ballesta



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Domingo 11 de Mayo de 2003



CARACAS EN SU HORA MENGUANTE 


Durante las últimas décadas, Caracas ha tratado de subirse al vagón de la modernidad musical en mútiples ocasiones. Sin embargo, los vaivenes de la economía, las sucesivas devaluaciones del Bolívar, y en muchos casos la falta de visión y riesgo, han traido como consecuencia una inconstante oferta en todos los ámbitos musicales. A partir del infausto "viernes negro" de 1983, la historia se ha repetido cada cierto tiempo como un triste designio, hasta llegar a este pavoroso presente: Discotiendas que luego de un período de gran florecimiento, entran en decadencia o simplemente cierran sus puertas, etapas en que los espectáculos musicales internacionales desaparecen casi por completo, emisoras de radio que una vez fueron vanguardia pasan a ofrecer una programación mediocre y nunca más se recuperan, periódicos y revistas voltean su vista hacia otros asuntos, oficinas de importantes sellos disqueros se reducen al mínimo. Son, apenas, algunos de los síntomas. Y ni hablar de lo que pasa en el resto del país.


La situación actual es desoladora al extremo. Probablemente sea la etapa más oscura vivida por el sector. En la era de las telecomunicaciones e Internet, mantenerse informado ya no es un problema. Esa es la paradoja. Tan lejos, tan cerca. Lo que nos hace sentir impotentes y aislados es la dificultad creciente que tenemos para que esa cantidad de información y material musical que ofrece el mundo llegue efectivamente a nuestras manos.



Ecos del futuro pasado.

Hace poco más de veinte años a Caracas llegaba muy poca información musical fidedigna. Apenas algunas revistas argentinas (Pelo), españolas (Vibraciones, Popular 1) y norteamericanas (Rolling Stone, Creem) podían conseguirse en quioscos selectos de Sabana Grande. MTV, que en sus primeros años funcionó como un novedoso vehículo promocional, apenas era un embrión, un eco todavía distante para nosotros. Salvo aquella extraña mutación que fué Radiodifusora Venezuela AM 790, mezcla de rock nacional y rock anglosajón de vanguardia que resistió con cierta dignidad hasta pasada la mitad de los 80, las emisoras de radio AM habían perdido el rumbo.

A pesar de todo, estabamos actualizados. Durante los primeros años 80 las discotiendas mantenían un interesantísimo inventario musical, dándole continuidad a lo que habia sido una constante durante buena parte de los años 70. Incluso los sellos disqueros nacionales se arriesgaban con ediciones de krautrock alemán como Kraftwerk, Can y Amon Duul II, así como con interesantes novedades del momento: The Police, Talking Heads, Stranglers… En las estanterías había espacio para infinidad de discos importados de new wave, post-punk, dark, rock sinfónico y progresivo, tecno-pop, folk-rock, música electrónica, psicodelia, jazz fusión, sonido Canterbury, y por supuesto, los grandes clásicos del rock. Eso, sin contar la ingente cantidad de propuestas de origen afro-latino y la emergente música urbana venezolana.

Desde los 70 hasta mediados de los 80, Caracas estuvo inundada de tiendas repletas de buena música: Musica Reservata, La Séptima Nota, Eltron, Musical Serrana, Surcos, Don Disco, Allum´s Maracaibo Import, Archivo Musical, Discotienda de Oro, Discosur, El Rancho Musical, y otras.


Tesoros en la radio

En la radio, Arturo Camero y su maravillosa Ofensiva dominical era la guía espiritual de todos los buscadores de tesoros musicales. Caracas lucía cerca de Londres y N.Y.. Los conciertos en el Poliedro, Parque Naciones Unidas, Concha Acústica de Bello Monte, Sala Rajatabla, y en teatros caraqueños como Los Cedros, París (hoy La Campiña), Santa Sofía, Las Palmas, Municipal, Aula Magna, USB, Arte de Venezuela, Rafael Guinand, y poco después la emblemática sala Mata de Coco, funcionaron como vitrinas para decenas de grupos nacionales y extranjeros. La mayoría de los teatros y salas fueron desapareciendo poco a poco, en paralelo con el crecimiento de la crisis económica, y así los grupos de rock venezolanos comenzaron su confinamiento en locales nocturnos.

Al profundizarse el régimen de Control de Cambio en la segunda mitad de los 80, la sobreviviencia de la mayoría de las discotiendas se vió seriamente amenazada. Un buen porcentaje del público se alejó de ellas y lentamente, empujadas por las circunstancias, fueron desactualizándose. Hoy dia, las tiendas que todavía existen, presentan una imagen espectral de su glorioso pasado.

¿Alguien recordará esto?


Inédito desabastecimiento.

No solamente comenzaron a escasear los discos importados, en pro de una producción nacional bajo patéticos controles de calidad, sinó que desaparecieron los clásicos y fieles cassettes TDK, Pioneer y Maxwell, utilizados masivamente por todos los que intercambiabamos discos, siendo sustituidos por Magnetics, Mágnum y Micass, unas precarias cintas de fabricación local vendidas casi al mismo precio y que no aguantaban más de tres audiciones.

Aquella situación, paradojicamente, no dista mucho de la actual, aunque la de ahora tenga muchas más aristas negativas y dramáticas. La escasez de cassettes hace quince años hay que extrapolarla al presente, cuando incluso los CDs en blanco casi han desaparecido de las tiendas. Hasta los miles de vendedores de discos piratas comienzan a sufrir para renovar su oferta callejera.

Al eliminarse a finales de aquella década el nefasto régimen cambiario que encarnaba Recadi, poco a poco comenzó a retomarse el rumbo cultural perdido.





Augurios de fines de siglo

Comenzando los años 90, la eclosión de varios programas radiales independientes, como parte de la programación de las recién creadas emisoras FM, el surgimiento de festivales periódicos como el Nuevas Bandas y La Otra Música, además del Iberoamericano de Rock, y la aparición de nuevas discotiendas especializadas como Coco Music, Jazzmania, AM Musical, Disco Sonido Plaza, Discompacto, y muy especialmente La Gaceta Lunar, influyeron en el renacimiento musical caraqueño.

De la mano de su fundador, Jaime Antonio Alvarez, esta última fué el reducto de lás más arriesgadas propuestas musicales del momento, lugar donde los melómanos caraqueños podían conseguir desde Dead Can Dance y Nick Cave hasta selectos discos de Musica Antigua, además de acoger en su mezzanina los estudios donde se producían varios programas radiales de vanguardia como La Gaceta lunar, En La Luna y Post-data. Era, salvando las distancias entre la Avenida Casanova y Talbot Road en Londres, una especie de Rough Trade Shop. Su desaparición fué lamentada por muchos, la cual ocurrió en medio de un nuevo regimen de control de cambio anunciado en 1994.

A mediados de la década se abrió un pequeño local en Plaza Las Américas llamado Izitso, el paso previo a la aparición de la famosa , el más ambicioso y variado reducto musical que ha existido en el país. Desde la apertura de la sucursal del CC Vizcaya, las estanterías de Esperanto han cobijado lo mejor y más variado de la música popular y académica, lo que, de una forma u otra, nos ha hecho sentir como una capital de cierta relevancia. Lo ambicioso de Esperanto se debe a la estupenda visión de su fundador Carlos Souki y al establecimiento de estratégicas alianzas con varios expertos musicales especializados en diversas corrientes musicales. A la saga de ella proliferaron otras discotiendas especializadas de menor calado y con público menos heterogeneo que siempre han palidecido al lado de una oferta tan variopinta como la de Esperanto. Apenas, CD City (cerrada hace poco tiempo), especializada en rock progresivo y metal, y la variada Board´s, han ofrecido algo más allá de la norma.

Desde hace meses, las discotiendas nacionales presentan un aspecto desolador, triste y francamente patético, lo que da la pauta de la situación de aislamiento en que se encuentra la cultura musical en nuestro pais. La decisión de entrar a cualquiera de ellas es un acto de optimismo desbordado, que rapidamente desaparece ante las crudas evidencias. Mientras en las tiendas del centro de Caracas sobran las ofertas y faltan la variedad y la calidad, las cadenas nacionales tipo Disco Center, Recordland, Oasis, PPM o Town Records, que nunca se han distinguido por una selecta escogencia musical ni por su atrevimiento, lucen ahora una cadavérica estampa en donde destacan decenas de polvorientos CDs, remarcados una y mil veces, y unas pocas "novedades", algunas de ellas con más de un año de antiguedad. Algunos buhoneros tienen más variedad en su catálogo de indiscriminada piratería.

Otro síntoma inequívoco de la magnitud de la crisis son las oficinas de las principales disqueras representadas en Venezuela (Emi, Sony, BMG, Universal), que ahora son una presencia fantasmal cuyo radio de influencia se centra en la promoción de unos pocos títulos, con los que apenas lograr vender algunas miles de copias, mientras los buhoneros, con calidad no garantizada y presentaciones deplorables, multiplican esas mismas ventas con precios cinco veces menores. Así estamos, negados al futuro.

Un presente con futuro menguado.

No hay que ser muy perspicaz, para darse cuenta que Venezuela luce su más menguada hora musical y cultural. Todos los sectores así lo manifiestan. El panorama es de una aridez alarmante. Puma TV es desde hace meses un proyecto anémico, los eventos tipo Caracas Pop Festival son, por ahora, un recuerdo (luce increible haber disfrutado a Roger Waters hace solo un año), las emisoras de radio se hacen las locas y el tímido espíritu aventurero que unas pocas habían mostrado en los 90 lo han abandonado casi por completo. Salvo algunas excepciones, ya no existen los programas independientes especializados que hacen la diferencia en cualquier emisora. Solo nos queda internet, un refugio al que, sin embargo, no todos pueden acudir. Bajar archivos mp3 se ha convertido en la alternativa más popular entre los que no podemos ni aceptamos vivir aislados. El intercambio de discos "quemados" con fines no comerciales se ha potenciado entre las redes de amigos y melómanos tradicionalmente negados al producto no original, como via alternativa y casi única de poder mantenerse actualizados en el siempre ebullente mundo de la música.

En tiempos de aguda crísis como la que atravesamos, la música, uno de los alimentos para el alma más infalibles, es pasto de la sinrazón y la insensibilidad. El acorralamiento es casi total. Si seguimos así, dentro de poco ni los músicos podrán sustituir cuerdas de guitarra rotas o vencidas, baquetas partidas, cueros maltrechos, o simplemente adquirir un nuevo instrumento.

La galopante crisis económica, potenciada por este ineficiente control de cambio cuyo corte se antoja vengativo e irracional, ha terminado de dar el traste con la cultura musical y todo lo que orbita alrededor de ella, cuyo componente espiritual es, sin duda, lo más trascendente y vital.

La libertad creativa y el libre acceso a la producción cultural del planeta, representa la verdadera revolución. Caminamos por la cuerda floja.

Juan Carlos Ballesta



jueves, 26 de noviembre de 2009

"La Valencia que se nos fue".

El Primer festival de Rockolas en el Perecito. Parte II/II





Estimados Amigos

Hoy presentamos la segunda parte del catálogo de l Primer festival de Rockolas realizado en el legendario Perecito. Recuerden que este es nuestro aporte para preservar la memoria  de este burgo que constantemente esta siendo agredida tanto por foráneos y parroquianos

Esperamos que estas entradas hayan sido  de su agrado.

Perecito en 1985


Richard Montenegro

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Dentro de esta geografía musical auspiciada por la tecnología, recordamos la difusión y presencia de los cantantes mexicanos, estadounidenses, antillanos, europeos, etc., etc. A este hecho debe unirse la presencia del cine, que sirvió para publicitar actores-cantantes, que luego, literalmente, eran devorados en las rockolas por los usuarios.

En este orden de ideas perviven en el recuerdo y como formando parte de nuestra memoria continental cantantes como Jorge Negrete, Libertad Lamarque, Pedro Infante, Julio Jaramillo, Néstor Chaires, A. L. Tirado, Lucho Gatica, Alfredo Sadel, Carlos Gardel, Little Richard, Buddy Holly, Jerry Lee Lewis y Elvis Presley, entre muchos otros artistas famosos que fueron populares gracias a la rockola.

Los coleccionistas han puesto sus gustos y sus miradas en las rockolas. En este sentido, se ha desatado una carrera (especie de competencia) casi frenética para adquirir los modelos originales antiguos y raros. Tenemos noticias de que en Estados Unidos existe un museo de la rockola. Artesanos que se dedican a hacer réplicas de los modelos más deseados.

Es con los años de la Gran depresión cuando se registran los diseños más novedosos (Art Deco), los motivos ornamentales elaborados en plástico, líneas geométricas, vistosos colores y una iluminación partiendo del rojo hasta el violeta, cambiante, alucinante, hipnotizante envolviendo en su halo mágico la seducción de la música y de la voz. La técnica introducida sobre la base de una automatización total y combinada que permite armonizar el tacto y el olfato en medio de una respiración tensamente suspendida, generando una especie de catarsis, dieron a estos aparatos rasgos totémicos, ante los cuales los clientes se rendían en constante admiración.

La lucha se trabo a muerte entre los diseñadores siendo Paul M. Fuller el más famoso, quien trabajó para la Wurlitzer. Destacaron en la competencia las firmas de Rudolph Wurlitzer Company, la J. P. Seeburg Corporation, la AMI y la Rock Ola (de donde se derivó el nombre). Fue tanta la competencia que en el mercado a la hora de la oferta y de la demanda se daba por descontado el sonido, limitándose el pugilato y la escogencia al empaque del producto, a su vistosidad, a lo novedoso que en conjunto resultaba el diseño de la marca ofrecida. De ello quedan testimonios en el Museo de Historia de Washington.

J. M.

Participantes

Ramón Arocha

Modelo 1941

Igor Zerpa

Gonzalo Núñez

Modelos 1944-1950

Los Perecitos

Modelo 1948


Créditos


Direccion de Cultura UC

Funda-UC

Peña Braulio Salazar

Los Perecito.

Diseño: Ramón Belisario





"La Valencia que se nos fue". El Primer festival de Rockolas en el Perecito. Parte I/II


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Richard Montenegro. Perteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 y en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica editado por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

"La Valencia que se nos fue".

El Primer festival de Rockolas en el Perecito. Parte I/II





Estimados Amigos

Hoy inauguramos esta nueva sección que nos servirá de pretexto para recordar y fijar en el recuerdo eventos y lugares que le dieron significado a esta ciudad Valencia, la de Venezuela. En esta entrada reproducimos el catalogo del Primer Festival de Rockola realizado en ese lugar mítico llamado El Perecito y que el progreso engulló hace ya algún tiempo.


El Perecito  en los años 60s



Richard Montenegro

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PROLOGO

JUAN PÉREZ SÁNCHEZ es una persona de iniciativas válidas en el pleno de la promoción y difusión de las manifestaciones artísticas, tanto académicas como populares.
Su instinto natural lo lleva al arte popular en donde él mismo se proyecta con inquietud de tallador cuyos caminos le abriera el magnífico heraldo de la madera Andrés Villanueva, El Tucán.

En esta oportunidad Juan nos trae al mundo de la rockola, ese artefacto tecnológico que de alguna manera se involucró en nuestra adolescencia, juventud e inmanencia de hombres puros. Recordar la historia de este artefacto nos lleva a hacer una retrospectiva que data desde 1877, cuando Thomas Alva Edison inventara el fonógrafo.

Pero propiamente, se debe el desarrollo de la rockola al comerciante de San Francisco Louis Glass, quien le dio al fonógrafo de Edison una visión de diversión masiva y lucrativa, para lo cual ...añadió al fonógrafo de Edison cuatro tubos con audífonos y ranuras para recibir monedas".

Así fue como nació la rockola (primer fonógrafo accionado con monedas), haciendo su aparición en el mercado el 23 de Noviembre de 1889 en el Glass Palais Royale Saloon, de San Francisco.

La historia de la rockola se ha vuelto centenaria, y como lo afirma Hummel: "Glass rescató a ese invento para la posteridad".

Son más de cien años transcurridos desde aquel lejano debut en el Glass Palais Royale Saloon de San Francisco. Todo un acontecimiento que rápidamente se propagó por tabernas, restaurantes, centros vacacionales y otros lugares públicos. La "tragamonedas", como despectivamente fue bautizada, dio origen a los llamados salones fonográficos, los cuales literalmente eran asaltados por una multitud entusiasta por oír sus melodías favoritas a través de auditorios.

En el último decenio del s. XIX prácticamente todo el territorio estadounidense estaba "sembrado" por estas máquinas de diversión.

Pero este furor fue apaciguado con la aparición de otros inventos, tales como las pianolas activadas con monedas, la aparición del disco de mayor duración mediante el cual la música grabada se asimiló a la intimidad del hogar.

Pero entrado un cuarto del siglo XX reaparecieron las rockolas, con un sentido diferente para proyectarse en el mercado: diseño novedoso en la estructura del aparato, seleccionadores dotados de una mayor posibilidad para la escogencia del cliente. Así fue incorporado a los salones de baile donde acudía la juventud a divertirse. Según afirmación de Raymond J. Callourl "el repertorio incluía jazz de Nueva Orleans, fenómeno que en gran medida, gracias a las traganíqueles, se difundió a toda la nación y a otras plazas".

Ya para los años de la gran depresión encontramos que la rockola se convierte en el vehículo de masas por excelencia que utiliza el público para sacudirse las angustias generadas por la crisis.

Así fue como la caja sonora, bellamente diseñada, llena de luz y de vida, dio actualidad a la música de Benny Goodman, Woody Hermán, Glenn Miller, entre otras bandas musicales. De allí la afirmación del experto psicólogo Saúl Silverman: "En aquellos tiempos los jóvenes no vagaban, se concentraban en torno a la rockola".

Aunque parezca un tanto irreverente, podríamos hasta hablar de una geografía musical de la rockola, sobre todo en estas latitudes que para la época no tenían suficientemente desarrollada una red de comunicaciones o cobertura nacional e internacional. Es aquí en donde actúa el invento diseñado por Glass, cuando se armonizan el disco grabado y la parte mecánica del aparato. A través de la inmensa geografía mundial se extiende la presencia de la rockola. Se promociona el folclore de los países, las melodías, las baladas, canciones, ritmos diversos que son conocidos y apreciados en otros países.








 

 

"La Valencia que se nos fue". El Primer festival de Rockolas en el Perecito. Parte II/II

 

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Richard Montenegro. Perteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 y en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica editado por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.


martes, 24 de noviembre de 2009

Lugares Imposibles

en La Gaceta Lunar




La cascada..  M. C. Escher.  


Estimados Amigos

En Marzo de 2013 perdimos el audio de este legendario programa de radio venezolano. Nuestro disco duro no sobrevivió a esas típicas alzas de tensióna que comunmente  habitan en nuestro nada fiable sistema eléctrico y para complicar aún más las cosas el servidor chileno donde estaban almacenados los archivos de audio cerró sin previo aviso. Pero finalmente pudimos rescatar los archivos y poco a poco subiremos nuevamente los audios a las entradas correspondientes.



18 de Mayo de 2014



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Estimados Amigos 

Tenemos el gusto de compartir con ustedes otro programa de "La Gaceta Lunar Titulado: Lugares Imposibles". Esperamos que sea de su agrado.