Estimados amigos
Hoy es lunes popular y de Nanacinder en Venezuela. Como ya saben los lectores de este blog en esta Tierra de Gracias los días lunes los cines venden sus boletos a mitad de precio, razón por la cual es un día donde los cines colapsan de amantes de la pantalla de plata.de ahí el mote de Lunes popular.
Pedro Téllez. Fotografía de Yuri Valecillo
Hoy publicamos la última entrada de la Antología mínima de la revista Nanacinder, la revista de la Colonia Psiquiatrica de Bárbula. Así le damos cierre a esta serie de entregas sobre esta interesante inciativa que se llevó a cabo en Naguanagua. Agradecemos el trabajo que el escritor valenciano Pedro Téllez hizo al recolectar el material, que divulgó n la revista La Tuna de Oro de la Universidad de Carabobo (UC), que ustedes han podido disfrutar durante esta cinco entregas.
Pabellón de la Colonia psiquiátrica de Bárbula en 1956
Deseamos disfruten de la entrada.
Revista La Tuna de Oro. Órgano de la Cultura Universitaria. Nº 39. enero-marzo 2002.
LUZ , CENIZAS Y ESPUMA
A.S.M.
Para comenzar esta obra
apelo a las vibraciones divinas, mis compañeras inseparables en las horas tormentosas
de mi locura, apelo a mi sistema nervioso baluarte máximo de la lucha trabada
entre el consciente y el inconsciente; apelo a mi consciente que me inspire y a
mi inconsciente que me guíe y a mis dedos en conjunto con las uñas, que tengan
el suficiente poder para terminar esta obra, pues será para mí un eslabón en la
cura total de mi enfermedad de sicópata.
Vamos
a entrar en la fase de la enfermedad por lo tanto voy a hacer un paréntesis
para invocar a los espíritus buenos que siempre me acompañarán para que me
inspire, digo invocar a los espíritus puesto que siempre que hago algo en mi
vida hago invocaciones para que la inspiración divina me acompañe. El hecho de
invocar a los espíritus es que yo me tildo de espiritista, ahora bien,
espiritista es creer en el espíritu, y yo pregunto : ¿Quién no cree en los
espíritus? Espiritismo es ciencia, espiritismo es amor, no voy a invocar
espíritus de personas muertas. Esas personas que descansan en Paz y que la
tierra les sea muy liviana para que las vibraciones divinas puedan llegar
hasta sus cuerpos lo más puras posibles para poder deshilarlos, digo
deshilarlos, puesto que nuestros cuerpos, a mi entender, son como una pieza de
malla; nuestros cuerpos son hechos por la mano de Dios Todopoderoso que los
teje de sus tejidos más finos y al perder lo que corrientemente se llama vida,
entonces él con todo su amor los vuelve a deshilar enviando toda esa materia
hacia otros planetas donde las utilizará en otras confecciones porque nada se
pierde, todo se transforma.
Le
llamo Divino Tejedor, porque me pongo a pensar en la Armonía de los átomos y me
quedo pasmado de tanta Harmonía; podrá el hombre en su obra maestra forjar la
Harmonía de un Átomo de Hierro, digo hierro porque es lo que más a la mano
tengo, pero podría citar por ejemplo los átomos de piedra, las
transformaciones, por qué tienen pasado y esos átomos tan bellos que me están
visitando aquí, esos átomos de Helio que están originando los rayos solares.
Qué sería de la Tierra sin Sol, ¿ya lo pensaron?, esos son átomos y eso es tela
tejida por la Mano Divina, eso es algo tan sutil, que por solo pensarlo nada
más, me meterían en un manicomio y me llamarían ¡loco, loco!... muchas veces,
pero hoy digo: hermanos míos que son locuras divinas! Los rayos solares me
dejan -figúrense que parece que quedo en tinieblas* imagínense las palabras
que salieron mientras los rayos solares estaban batiendo de lleno en la máquina,
ahora es como si se me fueran las inspiraciones, por lo tanto, es en estos
momentos que hago las invocaciones, vean como las hago: Invoco las vibraciones
divinas que sigan asistiendo a este pequeño relato y si no es posible hacerlo
por medio de los rayos solares que lo haga por medio de la Mente Cósmica;
imagínense, así nace la palabra de la Mente Cósmica. Tiene que existir una
Mente Cósmica que todo lo controle, por lo tanto, es a esa Mente Cósmica que
pido dé la inspiración a mis médicos para que me puedan seguir tratando,
porque me sienta mal en este estado de ánimo; al contrario a mí no me
importaría que me llamasen loco millones de veces, siendo siempre así un loco
inspirado por la Mente Cósmica. La Inspiración Divina permite que yo me pueda
sanar y ser un hombre de sociedad como todos los hombres, porque el mundo en
que vivo a pesar de ser verdaderamente fantástico es un mundo que todavía es
prematuro pensar en él; pueda que la Tierra llegue a esa fase de desarrollo y
así, llegar a ese punto de ver maravillas; más tarde les contaré algunas, si
acaso desean que les cuente.
CÓMO SUCEDIÓ LA ENFERMEDAD
Un día por la tarde me
encontraba en la orilla de la mar pensando cosas absurdas pero no me daba cuenta
de ello, me sentía bien por el mundo donde estaba siendo transportado. Yo
nunca tomé drogas de ninguna clase pero creo que ello era efecto como de
drogas, pues el mundo donde estaba siendo transportado era tan irreal que
perdí el nexo del tiempo y del espacio y de todo lo que está relacionado con
la vida normal.
Fui a comer y salí para
el cine y la película me entusiasmó, era como si estuviera soñando y al salir
de la película, tenía la impresión de que en el cine me habían puesto un hilo
en la vista que ese hilo me conduciría hacia un paraíso y entonces comencé a seguir
la ruta de ese hilo. Llevé el camión a la casa y empecé a caminar, a caminar
por rumbos tan diferentes que llegó la noche y yo siempre caminando. Volví de
nuevo a la orilla de la playa y estuve allí sentado bastante tiempo,
siguiendo el curso de la imaginación. Dieron las diez, las once, las doce... y
yo siempre sentado en la orilla de la playa. El hilo seguía su curso y era
como si fuera una cinta magnetofónica grabada, cada momento que pasaba me
hacia visionar cosas tan diferentes que se me torna imposible describirlas por
lo absurdo que eran, por ejemplo, la razón principal de la cinta era llevarme
por la ruta que me conduciría al centro de la Tierra.
Tenía que correr todas
las rutas, superar todos los precipicios, en fin lograr vencer todos los
obstáculos para poder llegar al centro de la Tierra. Una vez allí poder
apreciar los talleres donde se teje desde los átomos que componen las nebulosas
hasta la materia más sutil de que se componen nuestras vistas.
Esa fue la promesa del
espíritu que me vino a anunciar ese viaje al centro de la Tierra. En fin
repitiendo iba caminando como si fuera llevado por la mano de una persona, era
una clase de magnetismo animal lo que me conducía, como la física admite el magnetismo,
yo admito la física. Vamos a estar permanentemente en el campo de la física,
por lo tanto, en la locura, yo era el mayor físico de la Tierra y había
descubierto una manera de ir al centro de la Tierra caminando por la mano de un
Espíritu.
Entonces
fui a la orilla de la playa, me puse a caminar y en determinado momento me
lancé al agua para poder conquistar la meta que me propuso el espíritu que
estaba siendo dueño de mi cuerpo. Me lancé al agua con ropa y me puse a nadar
hasta la meta designada; al llegar allí de nuevo me puse en período de
meditación, comencé a caminar por la orilla de la playa y los perros me
ladraban bastante, entonces llegué cerca de unos pescadores que estaban
pescando y les pedí un pescado, me lo dieron y lo boté de nuevo al agua.
Comencé a recordarme de todos los apóstoles y encontré un barco de un pescador
que llevaba el nombre de PEDRO, entonces medité que ya había encontrado a
PEDRO y me faltaba encontrar los otros. En ese barco estaba un pescador
dormido, yo me figuré que ese pescador era PEDRO y me puse a ver si encontraba
a PABLO. Así iba haciendo un recorrido por el tiempo, ya estaba en el tiempo de
los apóstoles.
Tenía un padre que era
un espíritu poderosísimo puesto que me puse a mirar detenidamente parte de la
cárcel y él puso su ojo izquierdo sobre la parte izquierda de mi cabeza y mis
ojos adquirieron un poder extraordinario; logré ver los brillantes más bellos a
determinada profundidad de la Tierra, qué belleza me hizo ver mi padre DA- VID
o sea mi padre Espiritual -puesto que mi padre se llama Francisco- pero el amor
que me demostró ese Señor, fue un amor tan grande que hoy tengo vergüenza de
decirlo, por lo tanto lo que pido es comprensión de todos puesto que todos
pueden pasar, no digo por lo mismo pero si por algo parecido.
Mi padre me mandó a
poner de rodillas en el suelo y las manos también, entonces sentí que por
encima de mis espaldas deslizaban fluidos tan suaves que estuve en esa posición
como día y medio y no me cansó el espectáculo, era extraordinario lo que yo
veía deslizar por mis espaldas, era tan bello que no sé escribir las palabras
que puedan demostrar el efecto de dicho acto.
Salí
para fuera y era como si estuviera acompañado de eminencias, era como si a mi
lado fueran los mayores sabios, porque todo parecía hablar: las moscas, las
hormigas. ¡Qué mundo maravilloso, entonces era como si me estuvieran diciendo:
como sería maravilloso vuestro mundo si os entendierais como se entienden las
hormigas, cómo sería de sublime vuestro mundo si os amarais como se aman las
mariposas. Todo eso me hablaban ellos, qué maravilla! Y digo hoy que pasé esa
fase de locura, a veces desearía volver a esos puntos para poderlos
estudiar...
EL DIVINO TEJEDOR
I
Tú que eres del Universo
El Divino Tejedor
Teje para la humanidad
Unos átomos de tu amor.
II
De tus manos sutiles
Todo sale en cantidad
Desvía hacia la Tierra
Un poco de Fraternidad.
III
Yo nací para pedir
Y pido con emoción
Que unas con tu amor
Corazón a Corazón...
A.S.M.
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Pedro Téllez (Valencia, Venezuela, 1966). Ensayista. Conferencista. Bibliófilo. Médico psiquiatra. Ha publicado los libros: Añadir comento (1977). Fichas y remates (1998), Tela de araña (1999), La última cena del ensayo (2005)y Un Naipe en el camino de El Dorado (2007). Ha sido redactor en la revista Poesía y colaborador de la revista Zona Tórrida, publicaciones de la Universidad de Carabobo. Colaborador en publicaciones periódicas tales como Predios, Arte de leer, Mañongo y Tiempo Universitario.
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